Jamás hemos recorrido el Camino de Santiago. Es un debe que tenemos como viajeros y que espero que podamos solucionar algún día. Y no es que la ruta no nos atraiga o que seamos perezosos con el tema de caminar, al contrario. Quizá sea porque al trabajar por cuenta ajena no nos acabe de encajar el dedicarle 7 o más días a esta ruta de peregrinación convertida en hito cultural a expensas de recortar viajes por otras latitudes. O simplemente, porque aún no ha llegado el momento de emprender la ruta.
Sea como sea, lo que sí hemos tenido la oportunidad es de conocer decenas de lugares que forman parte de los Caminos de Santiago. Y es que el que Camino no es uno si no bastantes más. En este sentido, como mínimo hay que hablar de hasta 8 Caminos de Santiago (el original sería el conocido como Camino francés) más un epílogo (el que lleva al viajero hasta el Cabo de Finisterre). Aunque la verdad es que cada uno acaba teniendo múltiples variantes, a menudo al calor del maná que trae el turismo.
En este post os comentaremos someramente 5 de los lugares que más nos han gustado entre los que hemos tenido la oportunidad de conocer y que forman parte de los distintos Caminos de Santiago. Aunque, esto sí, jamás llegamos a ellos ni a pie ni en bicicleta.
EL CAMINO DE SANTIAGO EN 5 LUGARES.
TOMAR. EL CAMINO PORTUGUÉS.
El Camino Portugués lleva al viajero (o al peregrino) desde Lisboa hasta Santiago de Compostela en 25 etapas y tras 620 kilómetros de andadura. Solo por visitar el Convento de Cristo merece la pena visitar Tomar que supone el final de la quinta etapa y el inicio de la sexta.
Este convento fue alzado por la orden del Temple en 1162 y forma parte del Patrimonio de la Humanidad. Fue la orden de Cristo, militar como la del Temple y heredera de esta, quien se hizo con esta joya de la arquitectura manuelina. Este estilo recibe el nombre del que fuera Rey de Portugal Manuel I y que navega a medio camino entre el gótico y en renacimiento, con multitud de alegorías a la gloriosa época de los descubrimientos. Una época, por cierto, que llevó a Portugal a ser una auténtica potencia a nivel mundial.
CÁCERES. VÍA DE LA PLATA.
La Vía de la Plata recibe el nombre de la antigua calzada romana que trascurría por la Península Ibérica de sur a norte, desde Augusta Emérita (la Mérida actual) hasta Asturica Augusta (en la actualidad, Astorga).
Una vía de peregrinación siguió a la calzada romana y hoy son los viajeros y turistas los que hacen esta ruta hasta Astorga en 27 etapas, para seguir a partir de allí las 11 restantes hasta Santiago de Compostela.
La undécima de las etapas termina en Cáceres, que no solo es una de las más bellas ciudades de la Ruta de la plata si no que los es también de toda la Península Ibérica. No es de extrañar que su centro histórico, construido piedra sobre piedra, haya sido incluido dentro de la lista del Patrimonio Mundial.
Se trata de un núcleo compacto y de una belleza desbordante, que conjuga bellas iglesias góticas con palacetes renacentistas y decenas de blasonadas mansiones. Y por si fuera poco, el buen comer se une a la fiesta cacereña. Un buen lugar para degustar lo mejor de la cocina extremeña, ya sean sus migas, sus quesos, sus embutidos o sus recetas más elaboradas.
CONQUES. EL CAMINO FRANCÉS.
El Camino francés es algo así como el original entre los varios Caminos de Santiago. De hecho, tanto el Camino francés como los Caminos del Norte, forman parte en sí mismos del Patrimonio de la Humanidad.
Aunque en Francia existen al menos 4 caminos franceses de Santiago, todos ellos acaban confluyendo en Puente de la Reina y tres de ellos, un poco antes, en Roncesvalles.
Hemos visitado decenas de los lugares que corresponden a los Caminos franceses, tanto en Francia como en España, pero uno de los que más nos ha gustado es Conques, uno de los pueblos más bonitos de Francia y que se localiza en la que es conocida como Vía Podiensis o Camino de Puy, uno de las cuatro ramificaciones francesas del Camino de Santiago.
En este pueblecito de fuertes pendientes, callejuelas empedradas y casas diseñadas con la técnica del entramado de madera destaca uno de los hitos del románico europeo. Solo por visitar la Abadía de la Santa Fe merece la pena acercarse hasta este bello lugar. El tímpano de la portalada principal, en su momento policromado, es uno de los momentos más gloriosos de la escultura románica con hasta 124 personajes que nos cuentan la historia del Juicio Final.
SANTILLANA DEL MAR. CAMINO DEL NORTE.
El Camino del Norte cubre más de 800 kilómetros entre Irún y Arzúa, momento en que se une con el Camino francés para completar la ruta que en dos etapas más lleva al peregrino hasta Santiago.
Esta ruta, que también forma parte del Patrimonio Mundial, pasa por Euskadi, Cantabria y Asturias antes de entrar en Galicia y tiene en Santillana del Mar uno de sus momentos culminantes. Final de la decimotercera etapa, Santillana del Mar es la más bella de las poblaciones cántabras y una auténtica delicia donde disfrutar como en pocos lugares de la cultura, la historia y la gastronomía. La fabulosa Colegiata de Santa Juliana supone otro de los más gloriosos momentos del románico con un claustro que es pura delicadeza.
Más allá de este templo, las distintas calles empedradas que acaban por confluir en la colegiata son un compendio de casonas palaciegas orgullosas de su historia. Muchas de ellas convertidas en hoteles con encanto, la mayoría muestran en su fachada el blasón que atestigua su linaje.
SANTIAGO DE COMPOSTELA.
No podría terminar esta lista sin nombrar Santiago de Compostela, destino final de todos los Caminos de Santiago, además de ser una de las más bellas poblaciones de España. En una arqueta de plata localizada en la catedral se conservan los restos del santo al que la Ruta Jacobea rinde homenaje.
Unos restos, por cierto, que un ermitaño identificó como propios del apóstol, cuando los encontró en un pequeño túmulo, allá por el siglo IX. La tradición manda que el peregrino debe subir por detrás del altar mayor y abrazar la imagen del apóstol localizada en la Capilla Mayor. A buen seguro debe ser uno de los momentos más emocionantes para todo peregrino. Este y el momento de recibir la cotizada Compostelana, la acreditación que atestigua que al menos se han realizado los 100 últimos kilómetros a pie o los últimos 200 en caso de realizarlos en bicicleta.
ea como sea, con sus plazoletas y mercados, con sus iglesias y callejuelas y con sus tapas y mariscadas, Santiago de Compostela es una de ciudades más bellas de España y merece una visita independiente de la fe que uno profese.