Que ver en Rumanía en 1 semana o 10 días. Este es el tiempo mínimo que se requiere para viajar a Rumania. Nosotros estuvimos casi los 10 días y aun nos quedó demasiado por conocer. Concretamente, nuestro viaje a Rumania se centró en Bucarest, los lugares más interesantes de la región histórica de Transilvania y la Bucovina rumana, una zona fronteriza con Ucrania que resulta de lo más interesante.
Por desgracia, no tuvimos tiempo de visitar Maramures, al norte, o la población de Constanza, en el Mar Negro. También se nos escapó Timisoara, en la región de Banat, ya fronteriza con Serbia. Y es que hay mucho que ver en Rumania de manera que con una semana o 10 días debimos centrarnos en zonas concretar del país.
COMO LLEGAR Y CÓMO MOVERSE POR RUMANÍA.
Antes de hablaros de los lugares imprescindibles que hay que ver en Rumanía en 1 semana os hablaré de algunos aspectos prácticos.
Nosotros llegamos en avión. Concretamente con un vuelo low cost que nos llevó hasta el aeropuerto de Baneasa de Bucarest. Se trata del aeródromo utilizada por algunas de las aerolíneas de bajo coste. Otras vuelan al aeropuerto internacional Henri Coanda de Otopeni.
Es posible encontrar billetes de avión para viajar a Rumanía por menos de 100 euros ida y vuelta, desde los principales aeropuertos españoles. Particularmente en temporada baja.
Para desplazarnos por Rumanía utilizamos transporte público. Craso error. Aunque es posible llegar en tren y autobuses locales a casi todos los rincones del país, la verdad es que se pierde bastante tiempo. Además, ello no permite detenerse en lugares que pueden ser de interés. Podéis mirar las mejores opciones en este comparador de precios de alquiler de coche.
Algunos trayectos en tren fueron exasperantemente lentos. El desplazamiento entre Cluj Napoca y Suceava, en la Bucovina, en tren nocturno, fue especialmente pesado, llegando al destino más que reventados. Igualmente, algunos trayectos en bus local fueron horribles. Especialmente el que nos llevó a Sibiu desde Brasov. Fueron más de dos horas de pie, con el bus lleno a rebosar y con continuas paradas.
Visitar Bran y Prejmer también supone una pequeña aventura en transporte público. Y recorrer los monasterios pintados de la Bucovina fue ya imposible, de manera que tuvimos que contratar un taxi para toda la jornada.
Por todo ello, os aconsejo encarecidamente que alquiléis un coche para desplazaros por Rumania. Cierto que las carreteras no son como las de Alemania. Pero poco a poco ha ido mejorando el país en este sentido y si conducís con tranquilidad no deberíais tener mayores problemas.
En este artículo podéis leer más consejos para viajar a Bucarest y Rumanía.
QUE VER EN RUMANÍA EN UNA SEMANA. 9 VISITAS IMPRESCINDIBLES.
Ahora sí, os paso a resumir las que para nosotros has sido las 9 visitas imprescindibles de Rumanía.
BUCAREST
Empezamos esta lista de 9 lugares que hay que ver en Rumanía casi por el final, porque Bucarest fue para nosotros el último lugar visitado (unos años más tarde, le dedicamos un fin de semana entero). Aunque la verdad es que generalmente deberíais empezar vuestro recorrido por la capital rumana. En este artículo podéis leer más sobre qué ver en Bucarest en 1 o 2 días.
La verdad es que la ciudad sorprende para bien, de manera que tienen bien merecido el apelativo de París del Este. El Palacio del Parlamento es el monumento más conocido además de ser uno de los edificios más grandes del mundo entero, pero os aseguro que pasear por las grandes plazas y avenidas, como el Bulevar Uniri, tiene también mucho interés.
El Arco del Triunfo es otro de los hitos de Bucarest. Fue alzado en 1936, aunque muchos visitantes creen que se debe a la megalomanía de Ceaucescu. El Ateneo Rumano, la Ópera de Bucarest o la Casa Museo de Georges Enescu nos recuerdan la importancia del arte y la música en este país, mientras que entre las muchas iglesias que visitaréis en Bucarest destacan la de San Antonio, con sus más de 500 años a sus espaldas.
CASTILLO DE PELES EN SINAIA.
El Castillo de Peles es uno de los más bellos castillos que hay que ver en Rumanía, aunque nada antiguo. Carlos I fue quien lo mandó construir en 1873 en estilo ecléctico, una mezcla de neogótico y neorenacentista.
Aunque se trataba de una simple residencia de verano, el monarca no escatimó en gastos para este palacete que dispone de unas 160 habitaciones. Convertida en la actualidad en un museo, se trata de una de las visitas imprescindibles de Rumanía.
BRASOV
Ya en la región de Transilvania, Brasov es uno de los grandes destinos que hay que ver en Rumanía. Además de ser una ciudad preciosa os permitirá disfrutar de varias excursiones por sus alrededores. Acercaros a la estación invernal de Poiana Brasov o al Castillo de Bran son dos de las opciones más habituales.
La Plaza Sfatului es una de las más bellas del país y quizá de toda Europa, con el viejo ayuntamiento en medio de la misma. No le va a la zaga la Plaza Uniri, también de origen medieval y rodeada de edificios de tonos pastel. La iglesia ortodoxa de San Nicolás se ubica en esta plaza, aunque nuestra preferida es la gótica Biserica Neagra. Es decir, la iglesia negra, repleta en su interior de alfombras orientales.
No os podéis perder un paseo por las murallas de Brasov, descubriendo los distintos torreones que la rodean, como la Torre Blanca o el Bastión de los Tejedores. Sin embargo, para disfrutar de las mejores vistas debéis subir hasta el Cerro de Tampa mediante un añejo telecabina de lo más romántico.
CASTILLO DE BRAN
Uno de los grandes alicientes de un viaje a Rumanía es todo aquello que hace referencia al Conde Drácula. Y el Castillo de Bran es conocido, precisamente, con el nombre del Castillo del Conde Drácula. Aunque, en realidad, no queda nada claro que Vlad Tepes, el Empalador, residiera jamás en esta fortaleza.
La cuestión es que el Castillo de Bran es uno de los grandes destinos que hay que ver en Rumanía. Podéis hacer la excursión desde Brasov de manera bastante fácil.
Parece que este pequeño y precioso castillo medieval de Transilvania, originado en el siglo XIII, pasó sucesivamente por varias manos hasta que durante el primer tercio del siglo XX se convirtió en residencia de verano de los soberanos rumanos.
El castillo se articula a partir de un patio central. Varias de las estancias han sido redecoradas tal y como se supone que lo estarían en la época medieval, aunque a no pocos visitantes decepciona un pelín.
SIBIU
Junto a Sighisoara y Brasov, Sibiu es la tercera de las grandes ciudades que hay que ver en la región de rumana de Transilvania de forma ineludible. Desde que fue nombrada capital de la cultura europea en 2007, Sibiu fue remodelada a fondo y la verdad es que sus paseos y plazas son una verdadera delicia.
Además, aquí encontraréis muy buenos restaurantes donde degustar la rica gastronomía local. La Piata Mare y la Piata Mica son el epicentro de la ciudad. Es decir, las plazas grande y pequeña. Entre medias, queda la Torre del Consejo, a la que se puede acceder y desde donde se disfruta de unas vistas asombrosas.
En la plaza grande podréis conocer el Palacio Brukenthal, sede del primer museo que se fundó en Rumanía, y la iglesia romano-católica. También el bello ayuntamiento se ubica en Piata Mara. Sin embargo, lo más curioso de esta plaza son los conocidos como ojos de Sibiu, una suerte de ventanales ubicados en los tejados de los edificios y que parecen, precisamente, ojos.
SIGHISOARA
Otra de las más bellas poblaciones que hay que ver en Rumanía, aunque cuando la visitamos la estaban remodelando. Es en Sighisoara donde podréis visitar la Casa de Vlad Tepes, el Conde Drácula, hoy convertida en restaurante.
La Torre del Consejo o del Reloj es el más famoso monumento de la ciudad. Podréis subir a la torre que, curiosamente, se parece muchísimo a la de la población de Sachiz, muy cercana a Sighisoara. La Iglesia del Monasterio Dominicano, gótica y del siglo XII, es uno de los templos más bellos de la ciudad y está ornamentado con alfombras orientales, como otras iglesias en Rumanía.
Sin embargo, uno de los lugares más evocadores de Sighisoara se encuentra en una suave colina. Debéis acceder a ella a través de una escalera de madera, la Strada Scolii. Llegaréis a la iglesia gótica Biserica din Deal. Pues bien, detrás de la iglesia está ubicado el cementerio sajón, que nos recuerda los años en que esta comunidad fue la que dominó, por completo, esta región.
IGLESIAS FORTIFICADAS DE TRANSILVANIA.
Desde Sighisoara podréis visitar varias de las iglesias fortificadas de Transilvania. En su conjunto están incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad y son algunos de los monumentos más interesantes que hay que ver en Rumanía.
Una de las más notables es la de Biertan, ciudad fundada también por los colonos sajones. Muchas de estas iglesias están rodeadas de una suerte de muralla que las convierte en auténticas fortificaciones. Es así cómo encontramos esta iglesia fortificada de Biertan o la de Prejmer, que visitamos regresando a Brasov tras visitar el Castillo de Bran.
También Prejmer fue una ciudad sajona. La iglesia fortificada está rodeada por muros de 14 metros de alto por seis de ancho. La fortificación podía dar cabida a la población entera en caso de asedio. Particularmente peligrosos eran los ataques otomanos, motivo por el cual las comunidades sajonas construyeron este tipo de edificaciones.
CLUJ NAPOCA
Cluj Napoca es la segunda ciudad rumana en cuanto a población y, aunque menos conocida que Brasov o Sighisoara, os aseguro que merece muchísimo la pena. De hecho, es la capital histórica de Transilvania.
Se trata, además, de una ciudad con mucho ambiente, fruto de una universidad ocupada por 80.000 estudiantes. La Iglesia de San Miguel es la más impresionante de la ciudad y uno de los más bellos templos que hay que ver en Rumanía. Se trata de una iglesia gótica que con 50 metros de largo es la segunda de mayor tamaño del país tras la Iglesia Negra de Brasov. Se ubica en la Piata Unirii, la plaza más grande de la ciudad, que está rodeada de bellos edificios pintados en distintos colores.
En Cluj podréis visitar la casa de Matias Corvino, del siglo XV. El personaje llegó a ser Rey de Hungría, Croacia y Bohemia entre otras muchas distinciones. Igualmente destacable es la Catedral Ortodoxa de la Dormición. Aunque no tiene ni 100 años de historia a sus espaldas, la verdad es que sus dimensiones y su belleza no pasan desapercibidas.
En Cluj, por cierto, podréis conocer una de las mayores sinagogas de Rumanía. Es de finales del siglo XIX y nos muestra la importancia de la comunidad judía antes de que el nazismo la convirtiera en residual. Este templo reformista guarda, en la actualidad, la memoria de las víctimas del holocausto.
MONASTERIOS DE BUCOVINA
Llegar a la región norteña de Bucovina fue un suplicio con un tren que parecía no querer avanzar jamás. Tampoco fue fácil recorrer la región para visitar los distintos monasterios ortodoxos, de manera que tuvimos que alquilar un taxi.
Si queréis visitar esta zona os aconsejo encarecidamente que os procuréis un coche de alquiler.
Sin embargo, las visitas compensaron sobradamente el esfuerzo. Tuvimos la oportunidad de visitar varias de las que son conocidas como las Iglesias pintadas de Rumanía. Los monasterios de Humor, Voronet, Sucevita o Moldovita son algunos de los más maravillosos templos que hemos tenido la oportunidad de conocer. Sus paredes interiores, pero sobretodo sus fachadas, están repletas de frescos que las convierten en verdaderas biblias.
Su conjunto, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad, se convierte en una de las visitas imprescindibles de Rumanía, de manera que aunque llegar hasta aquí suponga un esfuerzo complementario, os aseguro que merece muchísimo la pena.
Y con los Monasterios de Bucovina termino esta lista de los 9 lugares que hay que ver en Rumanía en 1 semana o 10 días. Nosotros visitamos algunos más, como Tirgu Mures o Copsa Mica, pero fueron muchos los que se quedaron en el tintero. Como decía al principio, para ello serían necesarias dos semanas enteras para viajar a Rumanía con mayor tranquilidad.