Qué hacer en Múnich y que ver en Múnich. En este post os vamos a contar los lugares imprescindibles de Múnich y sus alrededores. Aquellas visitas que no os debéis perder en una primera visita a la capital de Baviera.
Múnich es la capital de Baviera, la tercera ciudad alemana en población y una de las más atractivas para el visitante. Más allá de los tópicos de la cerveza y las salchichas, son muchos los lugares que merecen ser descubiertos, las iglesias que deben ser admiradas, los parques y paseos donde pasear, los palacios donde sorprendernos con el poderío de la familia Wittelsbach o los mercados donde degustar las distintas especialidades bávaras.
Múnich ha sido el punto final de nuestro viaje a Baviera de Semana Santa. Sin embargo, este post es producto no solo de esta visita a Múnich, si no también de la anterior, en la que pudimos disfrutar de otros 3 días en la capital de Baviera.
En este post os contamos sobre aquellos 18 lugares que hay que ver en Múnich de forma indispensable.
CÓMO LLEGAR A MÚNICH
AVIÓN: lo habitual es entrar por el Aeropuerto internacional de Múnich, que dispone de conexiones aéreas con los principales aeropuertos españoles.
DATOS PRÁCTICOS Y EXCURSIONES PARA VISITAR MÚNICH
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QUÉ VER EN MÚNICH. LAS 18 VISITAS IMPRESCINDIBLES DE MÚNICH.
Marienplatz
Es el centro neurálgico de Múnich. Por allá pasaréis varias veces durante una estancia en la capital bávara y es que esta plaza se encuentra a tiro de piedra de, al menos, una decena de lugares que hay que ver en Múnich.
En el centro de esta plaza encontraréis la Mariensäule, una columna con la imagen dorada de la Virgen María coronándola. Es la patrona de Baviera y se colocó allí para celebrar la victoria contra los suecos en la Guerra de los Treinta Años, allá por el siglo XVI. Marienplatz está rodeada de buenas cervecerías donde disfrutar de un momento de relax.
Los siguientes 2 lugares que comentamos se localizan en esta plaza.
Nuevo Ayuntamiento.
Este edificio neogótico que domina uno de los frentes de Marienplatz es uno de los grandes edificios que hay que ver en Múnich. Se trata de una edificación monumental de estilo neogótico decorada con todo tipo de estatuas, pináculos y gárgolas. En el centro, una torre se alza hasta más allá de los 85 metros. Tendréis la oportunidad de subir a lo más alto si pagáis los 3 euros de la entrada, aunque a nosotros nos gustaron más las vistas de la plaza desde la iglesia de San Pedro.
Lo que no os debéis perder es su patio interior, así como el restaurante que se ubica en los sótanos, el Ratskeller München, preciosamente abovedado y, por cierto, nada caro. Aunque no queráis quedaros a comer allí, echadle un vistazo.
Cada día la muchedumbre se apiña en Marienplatz, justo enfrente de la torre, a las 11 y a las 12 del mediodía (en verano, también a las 5 de la tarde). Es momento de oír el famoso carrillón de Múnich así como el desfile de 32 figuritas. Los de la fila superior celebran un torneo en honor a la boda del duque Guillermo, mientras que las figurillas de la hilera inferior representan el baile de los barrileros.
En este sentido, el momento recuerda bastante al que de vive junto a la Torre del Ayuntamiento de Praga, cuando los viajeros se reúnen también para escuchar el carillón horario de aquella torre.
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Viejo Ayuntamiento.
Cierra Marienplatz por el este una de las construcciones históricas más importantes que ver en Múnich. Se trata del Viejo Ayuntamiento que viene presidiendo la plaza principal de la capital bávara desde hace siglos.
Se trata, sin embargo, del tercer edificio que fue alzado aquí ya que ni el original de 1310 ni el segundo de finales del XV han llegado a nuestros días. El actual es una reconstrucción neogótica del siglo XIX que utilizó los modelos originales para su diseño.
Kaufinger Strasse.
Buena parte del centro monumental de Múnich es peatonal. Por ejemplo esta calle, la Kaufinger, que es la más comercial de la ciudad y por la que pasearéis relajadamente en más de una ocasión.
Además de muchas tiendas, aquí encontraréis buenos restaurantes y cervecerías. Esta vía se sigue de Neuhauser Strasse, también peatonal, que os llevará hasta Karlplatz, una de las plazas más monumentales de Múnich.
Frauenkirche.
Entre las varias iglesias que hay que ver en Múnich destaca especialmente la iglesia de Nuestra Señora, que es la catedral católica de la ciudad. Se trata de la iglesia de ladrillos más grande de Europa. Aquí pueden llegar a reunirse hasta 20.000 fieles.
Esta iglesia, fue mandada construir por la Familia Wittelsbach, que ostentó el trono de Baviera durante más de 6 siglos, ya fuera como Duques, Príncipes Electores o Reyes de Baviera. Se alzó a finales del XV en estilo gótico tardío, aunque la verdad es que es bastante menos espectacular que otras muchas catedrales góticas. Lo más destacado son las torres gemelas que alcanzan los 99 metros y el cenotafio que se ubica junto a la entrada, dedicado al Emperador Luis IV de Baviera.
Por cierto, en Múnich no se puede edificar ninguna construcción más alta que las torres de la Frauenkirche.
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Iglesia de San Miguel.
Se trata de una pequeña iglesia ubicada en la Calle Neuhauser. Es una de las mejores obras renacentistas que hay que ver en Múnich y tiene la segunda bóveda más grande del mundo tras la del Vaticano.
Pero lo que convierte a este templo en motivo de casi peregrinación es que entre los 42 monarcas de la Casa de Wittelsbach enterrados en su cripta se encuentra Luis II de Baviera. Si pensáis visitar los Castillos del Rey Loco desde Múnich no debéis olvidaros del lugar donde está enterrado el personaje.
Campo de Concentración de Dachau
Si no habéis tenido la oportunidad de visitar Auschwitz o cualquier otro campo de concentración no os debéis perder esta visita que se sitúa en los alrededores de Múnich. Un lugar ciertamente aterrador donde la Alemania Nazi convirtió en paria a toda la humanidad. Merece la pena conocer este lugar vergonzante de la mano de un guía en español (y resulta muy barato).
Virtualienmarkt.
Este mercado que abre cada día excepto domingo es uno de los lugares favoritos entre los turistas, pero también entre los lugareños. El mercado ocupa una enorme plaza desde hace casi dos siglos y es la sede de gran cantidad de tiendas gourmet, particularmente en lo que se refiere a la alimentación, pero no solamente en este aspecto. Los mejores quesos, aceitunas o productos tradicionales los encontraréis aquí. Aunque, por lo que vimos, entre los quesos, los francesas se imponían con bastante claridad a los alemanes.
También en un buen lugar donde degustar la cocina típica bavaresa en alguno de los muchos puestecillos que venden comida ya elaborada y que podréis tomar en una suerte de cervecería al aire libre que se dispone a la sombra de los castaños.
Subir a la torre de la iglesia de San Pedro.
La iglesia de San Pedro no es, quizá, la más espectacular de las que hay que ver en Múnich. Sin embargo, subir a sus torres es algo que no os debéis perder, pues en lo alto de las mismas vais a disfrutar de unas vistas fabulosas de la ciudad y, particularmente, de la Marienplatz.
Para ello tenéis que superior los 306 escalones que os llevarán hasta los 56 metros de altura de su mirador. Pero os aseguro que no os arrepentiréis! Desde luego, subir a lo alto de San Pedro es algo que hay que hacer en Múnich sin duda alguna.
San Pedro queda situada entre Marienplatz y Virtualienmarkt.
Asam Kirche.
Si desde Virtualienmarkt tomáis la calle Rosental y luego Sendlinger, enseguida llegaréis a Asam kirche, la más maravillosa de las iglesias rococó que hay que ver en Múnich. Se trata de un templo pequeño, pero decorado con una profusión de detalles que no tiene parangón en ninguna otra iglesia de la ciudad. No os la perdáis. Lo que más nos gustó fueron las columnas salomónicas así como el fresco que cubre enteramente el techo.
Hofbrauhaus.
Son varias las cervecerías que hay que visitar en Múnich. Las encontraréis a cientos por toda la ciudad. Muchas de ellas, con jardines donde relajarse entre sorbos del preciado brebaje. Pero de todas ellas, hay una que nos os debéis perder de ninguna manera. Me refiero a la Hofbrauhaus, que lleva unos dos siglos sirviendo su cerveza en un conjunto enormes de salas abovedadas donde podréis disfrutar de un ambiente sin igual en toda la ciudad a ritmo de prost. Es decir, brindando con quienes tengáis a vuestro lado. T
enéis que saber que en las cervecerías alemanas es común tener que compartir mesa con quien os toque en suerte. Hofbrauhaus se encuentra a tiro de piedra de Marienplatz. Hofbrauhaus fue, por cierto, el elaborador oficial de la cerveza que consumía la monarquía bávara desde mucho antes de que abriera al público en general. Desde el siglo XVI llevan los Wittelsbach disfrutando de la cerveza Hofbrauhaus.
Residenz.
La Residenz fue el palacio principal de la Casa de Wittelsbach en Múnich. Desde aquí se gobernaron los dominios bávaros durante siglos y como es habitual en estos casos, cada monarca iba ampliando las dependencias a su antojo. Entre las más de 90 salas que se pueden visitar (con la ayuda de una audioguía gratuita en español) destaca la mayor sala renacentista palaciega al norte de los Alpes.
Fue construida durante la segunda mitad del siglo XVI por orden de Alberto V y es conocida como el Antiquarium, por estar repleta de esculturas y bustos greocoromanas y copias de los mismos. Las salas rococó decoradas por Francois de Cuvilliés están entre las más espectaculares del palacio.
Teatro Cuvilliés.
Se trata del pequeño y precioso teatro rococó que forma parte de la Residenz de Múnich. Sin embargo, la entrada se realiza por otra puerta a la del palacio y para poderlo visitar debéis comprar una entrada a parte o adquirir el billete combinado. No os arrepentiréis, pues se trata de una verdadera joyita del rococó alemán, diseñada por uno de los arquitectos franceses más importantes del siglo XVIII, el francés Francois de Cuivilliés.
Aunque se han perdido para siempre las pinturas originales del techo, la verdad es que el conjunto de dorados, estucos pintados y querubines convierten al teatro Cuvilliés en una de las visitas imprescindibles de Múnich.
Odeonplatz.
Otra de las plazas que no os podéis perder en Múnich es la Odenplatz, justo al lado de la Residenz. Aquí encontraréis la Theatinerkirche, otra de las iglesias que hay que ver en Múnich. Es una templo pintado en amarillo mostaza que se construyó para conmemorar el nacimiento de Maximiliano II Manuel en 1662.
También aquí os encontraréis una logia que os transportará directamente a Florencia, dada su semejanza con la Loggia dei Lanzi de la Plaza de la Signoria de la capital toscana. Se trata del Feldherrnhalle y fue concebido para rendir homenaje al ejército bávaro que logró vencer a los suecos durante la Guerra de los 30 años.
Museo de la BMW y BMW Welt.
Los aficionados al motor no deben perderse el Museo de la MBW y, al lado, el BMW Welt, que no solo es el concesionario BMW más grande del mundo si no un lugar donde tener muchas experiencias relacionadas con esta famosa marca y el mundo automovilístico.
Tanto yo como Marc nos lo pasamos en grande en el BMW Welt, subiéndonos o coches y motocicletas y jugando a ser profesionales del motor con varios juegos interactivos. Incluso pudimos jugar al golf, dado que la marca es la patrocinadora de la Ryder Cup.
Palacio de Nymphenburg.
Se trata del Palacio de Verano de la Casa de Baviera pero se encuentra en realidad, en el mismo Múnich. Claro que un poco apartado del mundanal ruido. Y más que lo debía estar del centro histórico de la ciudad cuando fue construido en 1664.
El Palacio dispone de unos buenos jardines donde los monarcas podían disfrutar de la caza, uno de las tareas que más les apasionaban. En estos jardines se encuentran también varios pabellones, como el de Amalienborg, una maravilla barroca que dispone de una sala central realmente de impresión.
Sin embargo, la joya del espacio es el Palacio de Nymphenburg en sí mismo, un palacete barroco donde podréis conocer, entre muchas habitaciones, donde nació el Rey Loco, Luís II de Baviera. Se entiende que creciendo en estos espacios no pudiera evitar construir sus famosos castillos.
Castillos del Rey Loco.
Si tenéis 3 o más días en Múnich un lugar que no os debéis perder son los famosos Castillos del Rey Loco. Se encuentran a una distancia que permite visitarlos en una excursión de 1 día desde Múnich. Y si lo hacéis en un tour organizado desde Múnich, podréis visitar varios a la vez y, además, conocer el pueblecito de Oberammergau, uno de los más bellos de los Alpes bávaros.
Los tres castillos son los de Herrenchiemsee, una copia de Versalles y donde Luís II evocó los tiempos del Rey Sol Luís XIV; Linderhof, un viejo pabellón de caza convertido en el palacete rococó más bonito que jamás de haya construido; y Neuschwanstéin, un sueño romántico que inspiró al propio Walt Disney en La Bella Durmiente.
Olimpiapark.
Fue la sede de las Olimpiadas de 1972 y es otro de los lugares que hay que ver en Múnich. Un espacio muy amplio, con mucho césped y trufado de los distintos espacios que albergaron la sede de aquellos Juego Olímpicos.
De todos ellos, el lugar más emblemático es el propio Estadio Olímpico, del que podéis visitar su interior. También podéis subir a la torre de telecomunicaciones e, incluso, almorzar en el restaurante giratorio de la torre, que da la vuelta entera de 360 grados en una hora.
Y hasta aquí nuestra lista de los 18 lugares que hay que ver en Múnich en 3 días. Una ciudad de lo más agradable y con multitud de alicientes. Os aseguro que la capital bávara merece una visita reposada a fin de poder disfrutar no solo de la ciudad, sí no también de algunas de las excursiones imprescindibles por sus alrededores.
Comentarios:
7 comentarios en “18 cosas que hacer y que ver en Múnich en 3 días. Los imprescindibles de Múnich.”
Qué post más completo!! ??
A mí Munich me sorprendió muchísimo, no iba casi con expectativas y me encantó. Es una ciudad que tiene un montón de cosas bonitas que visitar y, efectivamente, si completas el viaje con los castillos del Rey Loco es una experiencia ?
así es. En Munich puedes disfrutar en muchos frentes. Y es una ciudad, aunque Alemana, como bastnte mediterránea en cuanto a ambiente.
A nosotros nos encantó!
Hace muchos años que fui a Munich y confieso una cosa. Leyendo tu post he recordado que visité la mayoría de los lugares que mencionas. Pero el que siempre me viene a la memoria es ¡¡¡el Hofbrauhaus!!
Un abrazo
jejeje, no me extraña! La verdad es que en pocas cervecerías hemos visto el ambientazo de Hofbrauhaus!
Munich, otra ciudad Alemana que me gustaría visitar. Estuve barajando visitarla cuando viajé en coche a Austria. Un post super completo y con muchas cosas que ver
Que curioso, Belén. Porque esta vez que estuvimos en Múnich estuvimos tentados de pasar a Insbruck o Salzburg. Justo al revés. La verdad es que Munich es una ciudad que engancha. Y sus cerveza, más!