patrimonio humanidadVilla Adriana en Tívoli, a solo una hora de Roma, es uno de los dos lugares de esta población que han sido incluidos dentro de la lista del Patrimonio de la Humanidad. El otro es Villa de Este.

Sin embargo, pese a que ambos reciben la denominación de villas, que vendría a significar algo así como un palacete para las vacaciones, nada tienen que ver la una con la otra, más allá de que en su momento fueron los lugares donde sus ricos e influyentes dueños situaron su residencia estival durante los calurosos veranos de la Península Itálica (y en el caso de Villa Adriana, donde el Emperador Adriano se retiró durante sus últimos años como mandatario).

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Y es que unos catorce siglos separan, ni más ni menos, la construcción de Villa Adriana de la de Villa de Este. Sin embargo, separadas por pocos kilómetros, ambas se pueden descubrir en una de las mejores excursiones desde Roma. Se trata de dos lugares preciosos, de fácil acceso y escasamente frecuentados por los turistas que raramente abandonan Roma para visitar estos lugares.

VILLA ADRIANA, LA MORADA ESTIVAL DEL EMPERADOR ADRIANO

Aunque en el lugar donde se ubica Villa Adriana ya habría existido una villa anterior, de época republicana, fue el Emperador Adriano quien mandó erigir este lugar a fin de disponer del mismo durante el verano y, particularmente, durante los últimos años de su vida.

Desde luego, Adriano no se contentó con un pequeño palacete si no que mandó diseñar un enorme complejo que se extendía a lo largo de varios centenares de hectáreas y donde se dispusieron un mínimo de 30 edificios.

Tras la caída del Imperio Romano, Villa Adriana cayó en desgracia, sufriendo todo tipo de saqueos. En realidad, buena parte del material que se consideró aprovechable fue reutilizado para la construcción de todo tipo de edificios. Y otra parte, desgraciadamente, se perdió para siempre. Curiosamente, fue durante la construcción de Villa de Este, durante el siglo XVI, cuando se recuperó buena parte de aquél legado. Sin embargo, el propósito no fue otro que el de decorar el nuevo palacio del Cardenal Hipólito de Este en la misma población de Tívoli. Mármoles, frescos y mosaicos fueron arrancados de sus lugares originales y algunas de las estatuas que decoraban la vieja Villa Adriana de Tívoli fueron transportadas al nuevo palacete. Otras muchas piezas de importancia cayeron en las manos de importantes coleccionistas, particularmente, en las ricas colecciones reales y cardenalicias que se abastecían del continuo expolio.

Como explicaba, Adriano no se contentó con un pequeño palacete. El complejo disponía de todo tipo de comodidades además de aposentos para toda la corte imperial, pues Villa Adriana no era una mansión de fin de semana, si no el verdadero lugar donde se decidieron los designios del Imperio durante largas temporadas y, particularmente, durante los últimos años de vida del Emperador Adriano.

A parte de un enorme palacio se erigieron varias termas, una gran biblioteca, un par de teatros (uno de ellos el original teatro marítimo) o un hipódromo. Es decir, todo un complejo dispuesto para que Adriano no se aburriera en los escasos momentos en que sus enormes responsabilidades le permitieran disfrutar de un rato de ocio en Villa Adriana.

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VISITA A VILLA ADRIANA DE TÍVOLI

Tras pagar la entrada, un cartel nos indica que hacia la izquierda se localizan los restos de un teatro griego y hacía arriba, en lo alto de una suave pendiente, la práctica totalidad del complejo de edificios. Me acerco un momento al teatro griego, que sé que dista no más de un par de minutos de la entrada, y la verdad es que se encuentra en un estado pésimo de conservación hasta el punto de que no se hace fácil adivinar de que aquellos despojos se traten de un teatro. Empezamos bien.

Regreso por donde he venido y, ahora sí, tomo dirección hacia el Pecile, que es el primero de los edificios de Villa Adriana que visitaremos.Antes, nos detenemos en un pequeño

edificio donde se ha dispuesto una enorme maqueta de lo que era Villa Adriana durante sus épocas de esplendor. La verdad es que se trata de un complejo francamente imponente. Cuando regresemos a la maqueta tras haber completado el recorrido nos daremos cuenta de que parte de las construcciones no las hemos sabido encontrar. Particularmente las que se localizan más allá del Canopo. Desconozco si se perdieron a lo largo de los siglos, si no se han excavado o si se me pasaron de largo, que no sería de extrañar, porque la señalización del yacimiento es bastante bizarra y la verdad es que en distintas ocasiones, durante la visita a Villa Adriana, me perderé.

Bajo un sol de justicia y acompañado, únicamente, por miles de grillos y lagartijas me dirijo al Pecile. Se trataba de un edificio porticado en cuyo eje destaca una larguísima piscina. Se conservan buena parte de los altísimos muros de este Pecile que fueron construidos, como la práctica totalidad de los edificios de Villa Adriana de Tívoli, a base de ladrillos.

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Nuestro siguiente objetivo es el Canopo, una de las construcciones más bellas de Villa Adriana. Antes, sin embargo, pasamos por delante de los restos del que era conocido como Palacio de las 100 habitaciones, donde residía buena parte de la Corte Imperial y de dos termas: las Pequeñas Termas y las Grandes Termas. Unas señalizaciones nos indican acerca del frigidarium, el tepidarium, el caldarium, la palestra y las distintas partes en que se dividen las termas y que tantas veces hemos visto ya.

Villa Adriana en Tívoli
Villa Adriana

Ahora sí, llegamos al que es uno de los edificios más extraordinarios que hay que visitar en Villa Adriana: el Canopo. Se trata de otro estanque artificial, de forma alargada, que en su momento habría estado enteramente rodeado por columnas y estatuas. Algunas de ellas han sido restituidas, como un conjunto de bellas cariátides, así como una estatua de un cocodrilo y otras estatuas griegas.

Era común, en la época imperial, el realizar copias de estatuas griegas, que se consideraban el súmmum de la elegancia, a la par que, desde luego, hacerse traer las originales desde la mismísima Grecia. Así mismo, dado que el Imperio Romano llegó hasta el norte de África, era habitual también la presencia de mosaicos o esculturas de animales propias de aquel continente, como leones o cocodrilos, que es el caso de Villa Adriana.

Villa Adriana de Tívoli
Villa Adriana
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Al final del Canopo, encontramos una gruta artificial, el Serapeum. Regresamos, pero no por donde hemos venido, si no que subimos unas escaleras para poder visualizar el precioso Canopo desde las alturas. Es aquí donde no tengo claro sí debíamos haber seguido por algún otro lugar.

A partir de este momento pasaremos por una serie de edificios, algunos de fácil interpretación y otros, de bastante más compleja explicación. Existen, como digo, una serie de paneles explicativos. Pero con 40 grados a la sombra, tras leer (y traducir, claro) la primera docena de ellos, poco a poco se va imponiendo el sopor y la verdad es que la imaginación empieza a dar bastante poco de sí.

Si no disponéis de vehículo propio o de alquiler y preferís realizar realizar una excursión de un día a Villa Adriana de Tívoli desde Roma, existe la posibilidad de contratar un VISITA GUIADA DE DÍA ENTERO EN ESPAÑOL. En ella están incluidos el transporte, las entradas a Villa de Este y Villa Adriana y la Guía en español. Podéis mirar en ESTE ENLACE, las mejores opciones en español.

Pasamos por los restos del que fue el Palacio Real, un enorme complejo desde luego, la Biblioteca (a la que regresaré hasta tres veces por tomar caminos inadecuados), la Peschiera (un edificio rectangular que disponía de criptopórticos que habrían desempeñada la función de sala de juntas imperial) o el Hospitalia (que parece que habría sido algo así como un edificio dispuesto para los huéspedes, diseñado con un buen número de habitaciones decoradas con multitud de mosaicos).

Finalmente, tras pasar por tercera vez por la biblioteca, doy con otro de los grandes edificios que hay que visitar en Villa Adriana. Me refiero, al fenomenal Teatro marítimo, que es uno de los emblemas de esta auténtica corte imperial.

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No se pude acceder al interior del mismo (desconozco si se trata de algo temporal) si no que me tengo que conformar en poderlo visualizar desde el exterior. Se trata de un estanque circular, rodeado de columnas y estatuas, de una belleza sin igual y que, la verdad, no nos recuerda a ningún edificio de la Antigua Roma que hayamos visitado. Desconozco si existe alguno similar en otras latitudes.

En medio del estanque circular de este Teatro Marítimo se dispone una pequeña isla. Aquí se ubican varias columnas además de edificios varios como termas e incluso letrinas, todos ellos de escaso tamaño pues hablamos de una construcción más bien pequeña. Se especula en que podría haberse tratado de la primera residencia de Adriano en la villa, al menos a nivel temporal. No acabo de entender, eso sí, la denominación de Teatro Marítimo. Si alguien lo sabe del cierto, que me lo aclare, pero la verdad es que es uno de los espacios más bellos de Villa Adriana.

Y tras este Teatro Marítimo es momento de cerrar el círculo que hemos trazado para visitar Villa Adriana, de manera que damos la visita por finalizada, bien achicharrados, eso sí, tras algo más de dos horas dentro de este fenomenal complejo.

CÓMO LLEGAR A VILLA ADRIANA DESDE ROMA

Transporte Público.

La manera más lenta y pesada pero la más económica. Debéis tomar el metro hasta la estación Ponte Mammolo y allí, el autobús de Cotral que parta hasta Tívoli. Una vez en Tívoli, tenéis que tomar un autobús local en dirección a Villa Adriana.
Si queréis visitar Villa Adriana y Villa de Este en transporte público y en el mismo día debéis salir muy pronto por la mañana, ya que en los enlaces entre los distintos transportes vas perdiendo bastante tiempo.

Excursión en ESPAÑOL a Villa Adriana y Villa de Este.

Es la manera más fácil de conocer las dos villas Patrimonio de la Humanidad en el mismo día. Os vendrán a buscar al hotel y en el precio está incluido el bus particular, la guía en español y las entradas a Villa de Este y Villa Adriana. Si cuentas los transportes y las entradas no sale mucho más caro y economizas bastante tiempo en traslados. Podéis mirar los precios en este enlace.

Coche propio o de alquiler.

Si tenéis 2 días para realizar excursiones fuera de Roma, una buena opción es alquilar un coche por estos dos días. En uno se puede visitar Tívoli y en el otro las necrópolis Etruscas de Cerveteri y Tarquinia, Patrimonio de la Humanidad. Os dejo el enlace del metabuscador donde se incluyen descuentos de hasta 15% sobre los mejores precios.

NOTA: si vais a visitar Roma os dejo este post con las 32 visitas más importantes que hay que ver en Roma. Y no olvidéis dedicar un día a Tívoli, con Villa de Este y Villa Adriana.

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Comentarios:

19 comentarios en “VILLA ADRIANA, TÍVOLI. Un descanso para el Emperador de Roma.


Paco Piniella
19 de julio de 2017

Veo que estamos ambos en Italia, yo en Bolonia y tu en Roma. Te puedes reconfortar con que en Bologna hace más calor todavía. Roma me encanta pero esta zona no la conozco. Muy bien tu relato y las fotos, me gusta mucho tu blog.

Saludos viajeros, LoBo BoBo

    Jordi
    24 de julio de 2017

    jejeje, sarna con gusto, ya sabes… Entonces habrás disfrutado mucho en Bolonia. Se come estupendamente y sea pasea, aun mejor!
    Un abrazo Paco!

Maruxaina Bóveda
19 de julio de 2017

Mira que he ido veces a Roma y no sé por qué no me acerqué a Tivoli, qué maravilla de lugar…Me ha encantado el paseo, iré sin duda porque me parece un imprescindible si te gustan las viejas piedras romanas 😉
Muy buen post Jordi!!

    Jordi
    24 de julio de 2017

    Gracias Maruxaina. Yo he necesitado 4 o 5 visitas a Roma para acercarme tanto a Tívoli como a Cerviteri y Tarquinia. Es habitual que así sea. La verdad es que, por ejemplo, los franceses han sabido promocionar mucho más Versalles que los romanos Tívoli, por ejemplo.

Netikerty
21 de julio de 2017

Pues otra escapada que me apunto para hacer desde Roma!!! Ya tengo en mi mente planeada la escapada. Solo me hace falta sacar los dias!! Y visitar Tivoli con Villa de Este y Villa Adriana!!

    Jordi
    24 de julio de 2017

    Creo Netikerty, que tu estás como yo, siempre planeando salidillas. La verdad es que merece la pena acercarse hata Tívoli y también hasta las necrópolis etruscas si se visita Roma. Ambas excuirsiones de 1 día desde Roma nos encantaron.
    Un beso!

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