Sur, a unas tres horas de Muscat por una modernísima autovía, supone el destino final del segundo día de viaje por Omán que nos ha llevado a visitar algunos lugares tan mágicos como el Sinkhole o el Wadi Shab.
Sur es una ciudad de tamaño medio, de unos cincuenta mil habitantes, que debe sus momentos de máximo esplendor a la riqueza que generaban sus astilleros. Efectivamente, los astilleros de Sur tenían fama de generar los mejores y más resistentes dhow, las tradicionales barcazas de mercancías tan típicas de la Península Arábiga, de Omán.
Aún ahora, aquella importante industria parece oponerse al paso del tiempo y en los viejos astilleros de Sur siguen engendrándose estas bellas barcazas, aunque ya no con la generosidad de antaño.
La situación de Sur es ciertamente curiosa, pues parte de su núcleo urbano se localiza en una suerte de península interior. Justo por detrás de esta, queda una inmensa laguna. Desde hace pocos años, un moderno puente colgante une Sur con la población, casi gemela pero más tranquila, de Ayjah.
Como llegamos más bien tarde a Sur, dejamos las maletas en el Hotel Sur, sencillo pero cómodo y a un precio aceptable para los estándares del país y salimos a cenar (comida hindú, deliciosa, a escasamente 100 metros del hotel). Dejamos la visita a Sur y Ayjah para el día siguiente.
DE LOS ASTILLEROS DE SUR A AYJAH
Nuestra visita empieza dando un buen rodeo por la Corniche de Sur. Es decir, el paseo marítimo que se abre sobre el Golfo de Omán. No son ni las 9 de la mañana de un día de abril y el sol es abrasador. En la calle muy poca gente, como es habitual, de buena mañana, por estas latitudes.
El paseo tiene cierto encanto pero tampoco hay que sobrevalorarlo. Al final de la Corniche visitamos los viejos astilleros de Sur, orgullo de la ciudad. No se oponen a que echemos un vistazo a sus trabajos e, incluso, nos invitan a subir a uno de los dhow que están ensamblando. En estos momentos están trabajando en el mismo unos 6 o 7 individuos. Sus caras nos revelan que también en esta industria la flota de trabajadores la componen individuos llegados de India o Pakistán. Ellos van a la suya y nosotros a la nuestra. Es decir, mirar, no molestar y fotografiar.
Este dhow es inmenso, de manera que está claro que no es un simple barco de recreo. Nos recuerda a los que vimos, por doquier, en los muelles de Deira, en Dubái. Sin embargo, no es este el único dhow que están construyendo en estos momentos. Dos embarcaciones de mucho menor tamaño están también siendo trabajadas en estos momentos.
Visitado el astillero de Sur cruzamos el nuevo puente que une la ciudad con la población de Ayjah y que logra reducir la distancia entre ambos núcleos urbanos, que hasta hace pocos años era de 14 kilómetros (es decir, debía darse la vuelta entera a la laguna), a solo un centenar de metros. El puente, además, se ha llevado por delante, también, el servicio de dhows que se encargaba de acercar a los pasajeros hasta Ayjah.
Ayjah podría ser el espejo de Sur, o al menos de la zona de Sur situada en la península dentro de la laguna, si no fuera porque este núcleo es, incluso, mucho más tranquilo. Tres torres vigía parecen controlar la entrada al puerto de Ayjah, testigo de la época en que imperaba la necesidad de defenderse de aquellos que llegaban por vía marítima. Son solo tres de los centenares de torreones que se reparten por toda la costa omaní.
Desde aquí observamos al menos una decena de dhows anclados justo enfrente de los astilleros de Sur. Nos dirigimos, con ritmo algo cansino debido al tremendo calor, hacia el fuerte de Ayjah. Aunque la guía habla de un Fuerte Al-Hamoda, lo cierto es que aquí las indicaciones hablan de otro topónimo, con lo que nos quedamos con la duda si solo existe una o son dos las fortificaciones de Ayrah. Se trata de un pequeño castillo que visitamos en poco más de veinte minutos. Son muchas las fortificaciones de este tipo las repartidas por el país y que han sido restauradas en los últimos años. Sin embargo, la de Ayrah es de las más pequeñas. Visitamos varias de las dependencias aunque, en líneas generales, la decoración brilla por su ausencia.
Antes de dejar Ayrah nos acercamos hasta su faro, precioso por cierto, y que es uno de los emblemas de la ciudad. Ni a dos minutos localizamos un pequeño museo de maquetas de dhow. Allí mismo, un artesano está trabajando en una pequeña embarcación.
Mientras yo termino con el museo Isa ha hecho un amigo. Un omaní se ha acercado y en saber que somos de Barcelona enseguida nos explica que ha estado por allí de vacaciones e incluso que fue al fútbol para ver un Barça-Madrid. Se ofrece a acercarnos hasta el hotel, donde tenemos el coche aparcado, a lo cual accedemos dado el sofocante calor. De camino nos cuenta que es guardacostas y que trabaja una semana y a la siguiente, libra. No está mal. Explica que tiene un buen sueldo y que está contento por cómo el Sultán Qaboos gobierna el país. Aparentemente, parece que la gratitud para con el Sultán es casi unánime. Como no podría ser de otra forma se sorprende de que solo tengamos un hijo. Nos cuenta que en Omán lo habitual es tener un mínimo de cuatro. Él tiene ya seis hijos aunque no parece mucho mayor de treinta y cinco años.
LAS FORTALEZAS DE SUR
Ya con nuestro coche alquilado nos dirigimos hasta dos últimos puntos de Sur que tenemos marcados en el mapa. Se trata de dos fuertes, de nombre Sunaysilah y Bilad Sur. Ambos tienen una antigüedad superior a los dos siglos (en el caso de Sunaysilah de más de trecientos años) y han sido cuidadosamente restaurados.
La verdad es que el Fuerte Sunaysilah es bastante interesante, con distintas habitaciones decoradas con distintos cachivaches antiguos. Subimos por sus distintas torres y torreones y nos entretenemos un buen rato haciendo fotos. Además, esta fortificación está en lo alto de una muy ligera colina desde donde se disfruta de unas vistas privilegiadas de manera que era la más importante de las fortificaciones de la población, testigo de la importancia que algún día tuvo, particularmente por lo que hace referencia a mercadeo vía marítima, con otros puertos de importancia. En el libro de visitas comprobamos que hemos sido los primeros visitantes del día y que la última visita se remonta a dos días antes.
El fuerte Bilad Sur, el último que visitamos, está también reconstruido aunque en este caso no nos parece tan atractivo como el anterior, a la par que sus distintas habitaciones están menos ornamentadas. Sin embargo, sí que nos llama la atención las curiosas formas de sus cuatro torreones, bastante alejados del estilo troncopiramidal que es habitual por aquí.
Con esta visita a Bilad Sur damos por finalizada nuestro recorrido por Sur. Es momento para dirigirnos hasta el Wadi Tiwi, a fin de disfrutar de buenos paisajes entre oasis de montaña y angostos cañones, antesala de la que debe ser la gran visita del día: la Reserva de Tortugas Marinas de Jas Al Jinz.
Comentarios:
6 comentarios en “SUR, OMAN. Los últimos astilleros de Omán.”
Es una pasada lo del fútbol, conversación más que recurrente en cada viaje! Mira que a mí no me gusta pero al final ya me he adaptado y al final acabo hablando sobre Messi y Cristiano Ronaldo con gente de todo el mundo!
Un abrazo!
jejeje, así es Diana! Casi que en la India fue de los sitios donde menos me hablaban de fútbol. Se ve que allí son más de criquet. Pero, efectivamente, el fútbol parece ser lo más representativo de España…
Jajajaja… me hace gracia lo del futbol. Vayas donde vayas sale el tema en algún momento y como este amigo que hizo Isa para muchos ver un partido del Barça o del Madrid es un sueño. Yo tengo un conocido en India que es forofo del Madrid y cuando le digo que no nos gusta el futbol no lo entiende. Del resto me ha gustado todo, aunque me parece un poco cartón piedra, con cierto aire a las kasbahs de Marruecos, pero como muy perfectas, casi como el decorado de una película, ¿verdad?
jejeje, la verdad es que está todo tan bien restaurado que quizá se han pasado un poco. Pero lo que de verdad se parace a la zona de las kashbahs es una localidad que se llama Al Hamra, donde todo es de adobe. Es muy bonita también.
Un beso Kris.
La verdad que siempre me sorprendes. No había visto nada de Omán y me ha llamado mucha la atención, no solo estas fortalezas, sino también otros lugares como la ruta que hiciste a las pozas. Jaja, me ha hecho mucha gracia que os diga el nuevo amigo de Isa que solo tengáis un hijo.
Ah, y si necesitas alguna cosa de tu próximo viaje al Pirineo Oscense, no dudes en preguntar. No tenemos todo publicado, aún nos quedan lugares y rutas por publicar.
Muchas gracias Belén. Estoy intentando convencer a mi mujer de que necesitamos de 5 días de aires pirenaicos… a ver si hay suerte! 😉