Subir al Vesubio es una de las actividades que nadie que visite el sur de Italia, y concretamente la región de la Campania, debería perderse. El Vesubio es, sin duda, uno de los volcanes más famosos del mundo entero.
El Monte Vesubio no sería nada más que uno más de los muchos volcanes dormidos que hay en el mundo si no fuera por un hecho que ha pasado a la historia como una de las tragedias naturales más importantes de la civilización romana. Hablamos, como no, de la noche del 24 de agosto del año 70, cuando el volcán entró en erupción para sepultar un buen número de poblaciones ubicadas en sus laderas, de las que Herculano y Pompeya son, qué duda cabe, las más famosas.
Aquel suceso, que enterró para siempre la bastante importante población de Pompeya, fue estupendamente documentado por Plinio el Joven. En una misiva que el historiador romano hizo llegar a su amigo Tácito, Plinio el Joven relata lo sucedido aquella noche así como el fallecimiento de su tío y padre adoptivo, Plinio el Viejo.
Lo cierto es que la magnitud de la tragedia fue tal, que la historia pareció detenerse durante siglos para las ciudades que quedaron soterradas bajo las cenizas emanadas por el enfurecido volcán. Ello ha dado lugar a que las excavaciones acometidas tanto en Pompeya como en Herculano hayan posibilitado la recuperación de la práctica totalidad de la ciudad, lo que supone poder comprender como eran exactamente las urbes romanas en el primer siglo de nuestra era.
En este post podéis descubrir cómo fue nuestra visita a Pompeya, uno de los recintos arqueológicos más impresionantes del mundo entero.
Sin embrago, tras visitar también Herculano (la otra ciudad que quedara igualmente enterrada bajo las cenizas volcánicas y que, del mismo modo, ha sido milagrosamente recuperada) nuestro siguiente paso fue subir hasta la cima del volcán Vesubio, el verdadero protagonista de aquellos trágicos acontecimientos.
SUBIR AL VESUBIO DESDE HERCULANO EN TRANSPORTE PÚBLICO
Desde la misma estación de trenes de Herculano (línea Circumvesubiana) parten los minubuses que en una media hora cubren el trayecto hasta la base del volcán. O mejor dicho, desde el último punto accesible en coche. Son solo quince kilómetros. Las vistas de todo el golfo de Nápoles son extraordinarias durante el ascenso al Monte Vesubio.
Desde este último punto, se trata de tomar el sendero que en poco más de media hora permite al visitante acceder hasta el cráter del volcán Vesubio. Para ello hay que pasar por taquilla, pues Italia no es Islandia donde para visitar todos su atractivos naturales no se tenía que pagar un solo euro.
El sendero hasta la cima es algo empinado y pedregoso. Sin embargo, subir al Vesubio resulta apto para todos los visitantes. Durante el ascenso, dejamos algunos campos de lava en los márgenes del sendero.
El cráter del Vesubio tiene un diámetro aproximado de un kilómetro y una profundidad de unos 400 metros. La verdad es que es majestuoso y aunque uno haya visitado ya varios cráteres volcánicos, algunos de ellos más activos que el propio Monte Vesubio, no puede dejar de sorprenderse ante tamaña belleza. Eso sí, el olor a azufre es evidente, y en el cráter no es difícil distinguir algunas fumarolas que mantienen cierta actividad. Sin embargo, para ver fumarolas en mayor cantidad hay que acercarse hasta el cráter de la Solfatara, cerca de Pozzuoli, también a pocos kilómetros de Nápoles.
Las vistas hacia el exterior del monte Vesubio son bellísimas. Incluso más espectaculares que las que hemos observado durante el ascenso en minibús, de manera que la estampa del todo el golfo de Nápoles desde los casi 1300 metros de altitud donde se ubica el cráter merecerían por sí mismo el ascenso hasta aquí. Incluso la isla de Capri se puede distinguir al fondo de la panorámica.
Una horita aproximadamente es el tiempo que nos ocupa el recorrer la parte del sendero que transcurre por la arista del cráter. Tiempos suficiente, además, para deleitarnos con las vistas del cráter, a un lado, y del golfo de Nápoles, al otro.
Tras ello, es momento de regresar por donde hemos subido, donde el minibús nos llevará de regreso a Herculano. Desde allí, tomaremos nuevamente la línea de tren Circumvesuviana para retornar a la ciudad de Nápoles.
DÓNDE DORMIR EN NÁPOLES