t52132Subir al Empire State Building es una de las actividades preferidas entre los viajeros que visitan Nueva York. Cuando nosotros visitamos la Gran Manzana, las posibilidades de subir a alguno de los grandes rascacielos de la ciudad eran bastante limitadas puesto que los atentados del 11S habían terminado con las Torres Gemelas y el nuevo rascacielos que las sustituiría, el One World Trade Center, era solo un proyecto.
Nuestra duda, por lo tanto, se centraba en subir al Empire State Building o al Top of The Rock, es decir, la plataforma de observación en la cúspide del Rockefeller Center, otro de los más emblemáticos edificios de Nueva York. O a los dos, desde luego, aunque la carestía de las entradas nos obligó a tener que escoger.
Y entre los dos, elegimos subir al Empire State Building, uno de los más insignes rascacielos del mundo entero y que ostentó el récord de Edificio más alto del Mundo durante unas cuatro décadas.
LA CONSTRUCCIÓN DEL EMPIRE STATE BUINDING.
Antes de relataros nuestra experiencia de subir al Empire State Building os contaré cuatro datos sobre la construcción de este edificio.
El Empire State Building fue diseñado durante la Gran Depresión, el periodo de crisis que siguió al enorme Crack de 29 de la Bolsa de Nueva York. Los planos del rascacielos se atribuyen a William Frederick Lamb, arquitecto estadounidense. La leyenda cuenta que el diseño de tan importante y complejo edificio se completó en solamente 15 días.
Lo cierto, y de eso no hay duda alguna, es que desde el inicio de las excavaciones a finales de enero de 1930 hasta su inauguración pasaron solamente 15 meses y 9 días, un auténtico récord de velocidad habida cuenta de la envergadura del proyecto.
Desde el momento de su inauguración el Empire State Building se convirtió en el edificio más alto del mundo, con 381 metros de altura (de 443 metros si incluimos el pináculo). Un record que ostentó durante más de cuarenta años. Concretamente, hasta la inauguración de la torre norte de las malogradas Torres Gemelas de Nueva York. También fue la primera vez que un edificio alcanzaba los 100 pisos de altura. Concretamente, 102.
Sin embargo, como comentaba, la edificación del Empire State Building coincidió con uno de los momentos más negros de la economía norteamericana, de manera que durante varios lustros el rascacielos se convirtió en un edificio francamente ruinoso hasta el punto de que gran parte de sus dependencias persistieron vacías varios años después de su inauguración. En realidad, el Empire State Building no se consideró rentable hasta la década de los 50.
LAS PLATAFORMAS DE OBSERVACIÓN. SUBIR AL EMPIRE STATE BUILDING.
Dos son las plataformas de observación que permiten subir al Empire State Building y disfrutar de una de las mejores vistas de Nueva York. Se encuentran en los pisos 86 y 102. Cada uno con un precio diferente y desde luego, la del piso 102 (la que llaman Top) bastante más cara que la del 86 (la que llaman Main Deck). Nosotros subimos únicamente hasta el piso 86. Nuestro presupuesto no daba para más y, además, lo considerábamos ya suficiente.
¿Y qué decir de las vistas desde el Empire State Building? Pues que probablemente se trata de una de las mejores panorámicas de Nueva York, aunque desde la plataforma de observación no se tenga vistas, claro está, del propio Empire State.
Dos son las características principales de estas vistas que se obtienen al subir al Empire State Building. La primera es que los miradores son abiertos. Es decir, no hay ningún cristal, lo que redunda en una excelente experiencia, desde luego. Esto hace especialmente atractivas y espectaculares las vistas que se obtienen (por ejemplo en el Burj Khalifa de Dubái, las vistas hay que observarlas tras los cristales). La segunda característica es que se trata de una panorámica de 360 grados. Es decir tendremos vistas en los 4 puntos cardinales de Manhattan, de manera que podremos distinguir los edificios del Alto y del Bajo Manhattan.
Hacia el sur, por ejemplo, es fácil distinguir el curioso Flatiron Building, de forma triangular. También podremos distinguir otro de los rascacielos más míticos, el del Chrysler Building, que es una joya del Arte Decó mundial y otro de los emblemas de Nueva York (como el mismísimo Hall del Empire State, por cierto, que está igualmente considerado como uno de los momentos culminantes de este estilo en Estados Unidos).
Lo que sí que no se llega a poder ver desde la plataforma del piso 86 es el Central Park. Si queréis visualizarlo desde las alturas no hay que subir al Empire State Building si no al Top of the Rock del Rockefeller Center.
La verdad es que estuvimos un buen rato en la azotea del piso 86, dando vueltas a la misma y disfrutando del atardecer, hasta que nos cansamos. Por suerte, no parece que pongan impedimentos en este sentido.
Las vistas desde lo alto del Empire State no se olvidan, por lo que se trata de una de las mejores experiencias que se pueden tener en Nueva York.
DATOS PRÁCTICOS PARA SUBIR AL EMPIRE STATE BUILDING
- El Empire State Building se localiza en el 350 de la 5ª avenida de Nuevo York. Los metros 34th Street/Penn Station y 34th St – Avenue of the Americas son los más cercanos al rascacielos.
- Si queréis comprar la entrada en taquilla deberéis hacer largas colas. Estad preparados para ello.
- Podéis comprar la entrada para subir al Empire State de forma anticipada en este enlace, lo que permite ahorraros la cola de taquilla (no la del acensor).
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- En este post podréis leer los lugares más importantes que hay que ver en Nueva York.