La Ruta del Modernismo en Canet de Mar es una de las más interesantes que se pueden recorrer en Catalunya sobre este estilo artístico. Esto es así, particularmente, gracias a la figura de Lluís Domènech i Muntaner, uno de los grandes arquitectos modernistas catalanes del momento, que estaba unido a esta tranquila ciudad de la comarca catalana del Maresme gracias a sus lazos familiares.
En este post os explicaré acerca del contxexto donde se desarrolla el modernismo en Canet de Mar y las principales obras de la ruta.
EL MODERNISMO EN CANET DE MAR. CONTEXTO HISTÓRICO.
María Roura Carnesoltes, esposa de Domènech i Montaner e hija y nieta de una importante saga de navegantes y rica heredera por parte materna, era hija de Canet de Mar. Ambos se conocieron desde bien jóvenes, cuando su futuro marido Lluís veraneaba en esta pequeña ciudad del litoral catalán. Lluís Domènech era hijo de Pere Domènech, importante editor y encuadernador y de María Montaner, que era también hija de Canet y, a su vez, hermana de Ramón Montaner y Vila, propietario del Editorial Montaner y Simón de Barcelona.
No es extraño pues, que María Roura y Lluís Domènech, veraneantes ambos en Canet e hijos de buena familia, se enamoraran y acabaran por formar su propia familia con hasta ocho hijos. Los enormes lazos familiares con Canet de Mar propiciaron que los Domènech i Roura siguieran veraneando en Canet de Mar y que, una vez Domènech i Montaner se convirtió en arquitecto, le fueran encargados el diseño y construcción de varios edificios de interés en la villa. Además, Domènech reformó de forma integral una casa esquinera que había adquirido junto a la masía familiar heredara por su esposa con la idea de que supusiera la residencia familiar en el momento de su retiro. Hoy, esta pequeña mansión es la conocida como Casa Domènech i Montaner que hace las veces de estupendo museo y que nos acerca a la vida y obra de este maravilloso personaje.
A la figura de Domènech i Montaner se une el contexto histórico de Canet de Mar, que propició la construcción de un buen número de casas señoriales de estilo modernista. Esta villa se convirtió, a partir del siglo XVII, en una de las que mejor supo sacar provecho del comercio entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Algunas compañías como las de los Clausell, los Xiqués, los Misser y los Colomer se especializaron en el comercio y exportación de puntas, blondas, vino y aguardientes, entre otros productos. Además, Canet de Mar contaba con una importante industria de astilleros, que la convertían en el referente catalán en la materia. Las relaciones con América se intensificaron durante el siglo XIX, momento en que muchos conciudadanos emprendieron la aventura americana, embarcando hacia Cuba y Puerto Rico. Es allí donde se convirtieron en importantes terratenientes, labrándose un futuro de enorme éxito.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, mucho de aquellos canetenses regresaron ricos a la tierra que les vio nacer, emprendiendo una serie de reformas urbanísticas e invirtiendo en la entonces incipiente industria textil, que se favoreció de los nuevos inventos de la época, como la máquina de vapor. De estos indianos nace la burguesía industrial y de ella, la gran cantidad de edificios modernistas que se levantaron en Catalunya y, particularmente, en Canet de Mar, que es lo que nos ocupa en esta Ruta del Modernismo en Canet de Mar.
Podríamos dividir la Ruta del Modernismo en Canet de Mar en tres apartados. Primero, el centro histórico. Segundo, los mausoleos modernistas del cementerio de Canet de Mar. Y tercero, el Castillo de Santa Florentina. En este post, hablaremos de la Ruta modernista por el centro histórico de Canet de Mar.
RUTA DEL MODERNISMO EN CANET DE MAR.
EL CENTRO HISTORICO A PARTIR DE LAS CUATRO ESQUINAS.
Empezamos nuestra Ruta del Modernismo en Canet de Mar en el punto conocido como Las Cuatro Esquinas. Se trata de la confluencia entre las calles de La Riera (de Sant Domènec en la parte baja y Buscarons en la parte alta) y las calles Gavarra y Ample. Se trata de algo así como el punto de “quedada” habitual para los ciudadanos de Canet. Y es aquí donde se localiza la Casa Domènech i Muntaner, que será el último edificio que visitemos.
Bajamos por la riera de Sant Domènech hasta el nivel de la Casa Roura, de 1891. Es esta la primera de las viviendas de Domènech i Montaner que visitaremos aunque, desgraciadamente, no está abierta al público. Fue construida en 1891 i suponía la vivienda de veraneo de Francesca Roura, hermana de la esposa de Domènech y Jacint de Campmany, un afortunado empresario dedicado a la venta de ropa al por mayor. Es decir, una vez más, la pequeña burguesía catalana que construía su vivienda de veraneo a unas decenas de kilómetros de Barcelona, aunque recordemos que las hermanas Roura eran oriundas de Canet de Mar.
En esta construcción podemos comprobar el uso de varias técnicas habituales en el modernismo, como el ladrillo visto (que es material principal con que se construyó el edificio), el hierro forjado o la cerámica. El frontispicio con que se culmina la fachada principal del edificio, de forma escalonada, nos recuerda al de los Países Bajos. Se trata de un modelo utilizado también por Puig i Cadafalch para la construcción de la Casa Amatller de Barcelona o la Coll i Regás de Mataró. La cerámica vidriada decora tanto la cubierta a dos aguas como el bonito torreón. Como digo no tenemos la posibilidad de visitar su interior por estar cerrada al público. Una lástima porque sabemos que sus suelos en mosaico o parte de su ebanistería son una auténtica delicia. Una pena pues hasta hace pocos años, la Casa Roura fue la sede de un restaurante. Actualmente está en traspaso, por si alguien tiene algún interés.
Casi puerta con puerta con la Casa Roura nos encontraremos el segundo de los edificios de Domènech i Montaner de esta Ruta del Modernismo en Canet de Mar. Se trata del Ateneu Canetenc, un edificio algo anterior, de 1884, que es la actual sede de la Biblioteca Gual i Pujadas. Como digo, se trata de una construcción anterior a la Casa Roura y, en realidad, la primera que diseñó Domènech en Canet de Mar.
Si admitimos como gran punto de partida para el modernismo catalán la Exposición Universal de Barcelona de 1988, la Casa Roura será coetánea de ésta, mientras que el Ateneu Canetenc se construyó unos años antes. Es por este motivo que, aunque podemos encontrar rasgos del primitivo modernismo, no podemos considerar que se trate de un edificio plenamente modernista. Era esta la sede del Partido Liberal de Canet de Mar. El edificio consta de dos plantas, con una gran baranda en el primero piso, que abarca toda la fachada que da a la Riera. Por encima del ventanal central destaca un rosetón. En la fachada encontramos decoración con motivos literarios, mitológicos y heráldicos.
Giramos ahora por el Carrer Ample. Allí localizamos Can Floris, una vivienda de 1918 cuyo arquitecto es Pere Domènech i Roura, hijo de Domènech i Montaner. Fue el industrial Joaquim Floris quien encargó la obra, que se puede considerar un modelo de transición entre el Modernismo y el Novecentismo. Se trata de un edificio de dos cuerpos. El principal, más amplio, se compone de planta baja y dos pisos. La torre adyacente, dispone de planta baja y tres pisos. Los más destacable de la fachada es el enorme esgrafiado, uno de los mejores que podemos visitar en esta ruta Modernista por Canet de Mar. En la primera planta observamos la presencia de una bonita baranda de hierro forjado. En el segundo piso se disponen una serie de ventanas arqueadas en forma de galería corrida. Es curiosa la solución empleada para separar las distintas ventanas: columnas salomónicas de ladrillo visto.
En el mismo Carrer Ample, en el número 27, encontramos Can Puxan, una obra de 1913 proyectada por Francesc Fargas. En este caso fue Jaume Puxan quien encargó la vivienda. Era éste un indiano que hizo fortuna con el negocio del café y el azúcar en Cuba y que, al regresar rico a Canet de Mar, mandó construir una vivienda digna de su posición. La vivienda tiene tres niveles, con una planta baja más convencional y un primero y segundo piso más incisivos. Destaca la bonita tribuna o vitrina de hierro del primer piso y los dos balcones, también de hierro, colindantes. En el segundo piso encontramos pequeñas ventanas escalonadas construidas con ladrillo visto. También podemos ver la existencia de pequeñas piezas de cerámica de carácter decorativo.
Seguimos por este Carrer Ample hasta los números 36 y 38 donde encontramos las Casas Carbonell, de 1907. Ambos edificios están atribuidos a Salvador Torrus y fueron mandados construir por Joan Carbonell Paloma, propietario de una de las fábricas de género de punto de más éxito de entresiglos, la Carbonell Susanna. Fue precisamente otro de los grandes arquitectos modernistas, Josep Puig i Cadafalch quien diseñó el complejo fabril que regentaría este empresario y al que merece la pena acercarse para ver, al menos, la bonita fachada de ladrillo visto. En estas Casas Carbonell podemos observar, nuevamente, el uso del hierro en los balcones o de la cerámica de tipo decorativa.
Volvemos sobre nuestros pasos para regresar nuevamente hasta las Cuatro Esquinas, donde se localiza la más importante de las edificaciones de esta Ruta del Modernismo en Canet: la Casa Domènech i Montaner.
En la Casa Museu Domènech i Montaner encontramos, en realidad, dos edificios diferenciados. Por una parte, la casa familiar o Masía que la esposa de Domènech, María Roura, heredó; por otra parte, la vivienda que el gran arquitecto adquirió a fin de reconvertirla en casa de veraneo e incluso, en vivienda de retiro para cuando Domènech i Montaner decidiera dar por finalizada su época laboral. Ambas edificaciones estaban separadas, únicamente, por un patio, de manera que la Masía Rocosa, acabó por convertirse en el taller y laboratorio de pruebas del arquitecto cuando éste se trasladó a vivir a Canet.
Las dos antiguas viviendas están ahora, como digo, museizadas. La verdad es que el trabajo realizado en ellas es espectacular. Por una parte, conservando parte de la estupenda decoración original de ambas construcciones y por otro lado, acercándonos a la vida y obra de este genio de la arquitectura, pero también de la vida civil catalana. Ello es especialmente remarcado en el museo, pues Domènech i Montaner fue un destacado miembro del catalanismo político de finales del siglo XIX e inicios del XX, como lo fuera también, por cierto, Josep Puig i Cadafalch, otro de los grandes nombres del modernismo catalán.
Domènech i Montaner decoró su casa de veraneo haciendo uso de los modelos utilizados posteriormente para la ornamentación de algunas de sus obras más importantes como la Universidad Pontificia de Comillas o la Casa Lleó i Morera de Barcelona. Es por ello que no debe sorprendernos si encontramos aquí algunas bonitas chimeneas diseñadas por Eusebi Arnau, uno de los grandes escultores del modernismo y colaborador habitual de Domènech. Se trata, esta Casa Domènech, de una vivienda ciertamente adelantada a su tiempo como nos lo demuestran sus tres baños, algo poco habitual en aquel momento. En el primer piso, destaca el amplio ventanal, a modo de tribuna, que es el que da a la esquina de la Riera con la Calle Gavarra. En el interior de la vivienda predomina el uso de la madera, como podemos observar con la bonita escalera que sube al tercer piso.
Todo el espacio está fabulosamente adaptado como museo, pero respetando ciertos espacios tal y como podrían haberse encontrado en tiempos de Domènech, como su propio despacho.
La construcción adyacente, la Masía Rocosa, pasó a ser, como ya hemos dicho, el laboratorio de pruebas del arquitecto cuando la familia se desplazó a vivir a la vivienda recientemente remodelada. Es curioso encontrar aquí la serie casi completa de esculturas realizadas por Eusebi Arnau para la Casa Lleó i Morera y que representan la canción popular catalana de La Dida. Domènech recicló los moldes en yeso para decorar la masía. También encontramos aquí los modelos en cerámica y madera que el arquitecto usaría para la decoración de la Fonda España de la Ciudad Condal, así como alguna preciosa chimenea realizada también con moldes de Eusebi Arnau o los modelos de cerámica formando mosaicos que el arquitecto utilizaría para revestir alguna de las salas del Palau de la Música Catalana. El espacio de la Masía Rocosa está también maravillosamente museizado y nos da cuenta de la vida y obra de este magnífico arquitecto catalán.
Con esta visita a la Casa Domènech i Montaner termina el primer apartado de estar Ruta del Modernismo en Canet de Mar.