HOIAN. La ciudad más bella del centro de Vietnam.

Hoian es, sin ningún género de dudas, la más bella de las ciudades del centro de Vietnam y una de las visitas indispensables durante un viaje a este país asiático. Además, situada a poca distancia de las Montañas de Mármol o del Parque Arqueológico de Myson, supone una excelente base para visitar esta parte de Vietnam.

En nuestro caso, fueron tres las noches que pasamos en Hoian. Una día entero para visitar la ciudad en sí más lo que resta de los días utilizados para las visitas cercanas a la población. Aunque hay bastante que ver en Hoian, este tiempo nos parece suficiente para recorrer la Ciudad Antigua de Hoian, un núcleo compacto y muy agradable y que forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad.

Hoian se localiza a orillas del río Thu Bon y fue, entre los siglos XVI y XVIII, un puerto pesquero bastante importante. Mercaderes llegados de toda Asia se asentaron aquí. Particularmente, chinos, japoneses e indios. Es por ello que la población resulta una amalgama de aquellas culturas que trajeron a esta población su manera de vivir.

El centro histórico de Hoian es relativamente tranquilo. Siempre hablando en términos vietnamitas, donde el caos suele ser lo habitual en grandes ciudades como Saigon o Hanoi. Aquí es posible andar en bicicleta con absoluta tranquilidad habida cuenta que buena parte de la ciudad antigua está cerrada al tráfico motorizado.

Es esta, pues, una buena manera de ir descubriendo los distintos atractivos de Hoian, representados por las distintas delegaciones representativas de las diferentes comunidades asentadas en la población, los variados templos budistas o las bellas viviendas de los ricos mercaderes que hicieron fortuna en la vieja Hoian. Todo ello, entre decenas de pequeños restaurantes y hoteles con encanto que, cada vez más, ocupan los espacios donde antaño vivían los lugareños, a riesgo de convertir la preciosa Hoian en una suerte de parque temático. De momento, sigue mereciendo la pena visitar Hoian. Pero el riesgo de morir de éxito es cada vez más evidente. La práctica totalidad de los templos y monumentos que hay que ver en Hoian se localizan en el centro histórico de la población. Solo el mercado nocturno de encuentra a la otra orilla del río.

DONDE DORMIR EN HOIAN. Estuvimos de maravilla en el Star Fruit Hotel de Hoian (nota de booking: 9), a un paseo de la ciudad antigua. Nos dejaban, de forma gratuita, bicicletas para visitar la Ciudad Vieja de Hoian. Pagamos 81 USD por 3 noches. Una vez contratado el hotel, contactamos con ellos para que nos vinieran a recoger en el aeropuerto de Danang y nos trajeran a Hoian con una parada de tres horas a medio camino, para visitar las Montañas de Mármol. Así se aprovecha el tiempo. Podéis contratar el Starfruit Hotel en este enlace.

QUE VER EN HOIAN. PASEO POR LA CIUDAD ANTIGUA.

El Puente Viejo japonés es uno de los monumentos más bellos de Hoian. Se trata de una pequeña construcción que salva un canal que desemboca en el río. Probablemente sea la imagen más reconocible de la ciudad y fue construido por los mercaderes japoneses a finales del siglo XVI. Unía el barrio japonés con el chino. Aunque se trata de un puente de pequeñas dimensiones, en su interior se ubica una capilla budista presidida por Bac De, reencarnación del Emperador de Jade. El puente está construido en piedra y madera y su color rojizo es muy característico.

Son varias las casas o mansiones de los antiguos comerciantes de la época dorada de la población que hay que ver en Hoian. Han sido más o menos museizadas de manera que nos permiten entender cómo vivían las gentes bien situadas dentro de la sociedad hoianesa de los siglos XVIII y XIX.

Solían tratarse de viviendas de dos pisos construidas, básicamente, en madera. Es habitual encontrar en estas viviendas un pequeño altar o capilla así como un buen número de vitrinas donde se conservan parte de los utensilios utilizados por los mercaderes. A fin de completar sus ingresos, en muchas de estas viviendas aprovechan para vender artesanía. Quizá la vivienda más bella de todas sea la Casa Phung Hung, que fue residencia de una de las familias con más posibles de Hoian, dedicada al negocio de la madera. Hasta ocho generaciones de aquellos ricos comerciantes ocuparon la Casa Phung Hung.

También la Casa Quan Thang tiene su interés. Es una de las viviendas más antiguas de Hoian, con unos 150 años de historia a sus espaldas y fue la residencia de unos mercaderes de origen chino.

Y por último, visitamos la Casa Tan Ky, que quizá sea la más famosa de Hoian y que también supone una muestra de la arquitectura tradicional de aquellos tiempos. Hasta siete generaciones de la misma familia vivieron en esta mansión donde la madera vuelve a ser el material principal de construcción.

Para visitar muchos de los templos o antiguas viviendas de los mercaderes que hay que ver en Hoian debemos pagar entrada. En las distintas garitas de turismo se puede comprar una entrada múltiple que permite la entrada a, únicamente, 5 de los muchos sitios que se pueden visitar. A partir de allí, habrá que abonarse cada entrada por separado.

Como explicaba, comerciantes de distintas latitudes asiáticas llegaron a Hoian a fin de asentarse y formar un bastante próspero emporio comercial. Era habitual que los distintos comerciantes procedentes de una misma zona fundaran una suerte de asambleas a fin de defender sus intereses comerciales. Además, también disponían de pequeños (o no tan pequeños) templos en su interior. Son varias las Asambleas que se pueden visitar en Hoian como, por ejemplo, la Cantonesa, que es una de las más conocidas.

La Asamblea Cantonesa que se localiza en la Calle Tran Phu (la misma donde se puede visitar la Casa Quan Thang) es uno de los monumentos que hay que ver el Hoain. Su diseño es fruto de la amalgama de estilos vietnamita y chino. Fue construida a finales del siglo XVIII y es un auténtico remanso de paz. Entre los varios patios que dispone esta Sala de asambleas encontramos algunos templos presididos por el guerrero Quan Cong y por Tien Hau, diosa del Mar. Nos llama la atención, especialmente, la bonita estatua de un dragón, construida a base de mosaicos. La localizamos en uno de los patios posteriores de la Asamblea.

Otra de las asambleas que se pueden visitar es la Treu Chau, fundada a mediados del siglo XVIII por los comerciantes procedentes de Trieu Chau, en China.
La sala principal está dedicada al General Phuc Ba, una suerte de dios dominador de las aguas. Los descendientes de los primeros comerciantes procedentes de Trieu Chau siguen reuniéndose en esta Asamblea a fin de adorar a sus antepasados.

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A partir de aquí es momento para irse perdiendo por los distintos templos de Hoian. Unos más pequeños, otros mayores y casi siempre diseñados en esta simbiosis que supone la unión de los estilos locales vietnamitas con los de procedencia de los mercaderes que actuaron como mecenas o promotores. Templos como el Quan Cong o el Hoa Van, que merecen un visita calmada, sin prisas, antes de sentarse a tomarse un refresco o un te en algunos de los bonitos restaurantes que han copado la ciudad antigua en los últimos años.

LOS MERCADOS DE HOIAN

Como en casi todas las ciudades de Vietnam, los mercados son uno de los lugares que hay que ver en Hoian. Y, como en casi todo el país, también en la bonita Hoain encontraremos la versión diurna y versión nocturna.

En mercado diurno está situado en medio de la ciudad antigua de Hoian. Es una especie de Mercado Central cubierto, aunque parte de los mercaderes están instalados en las inmediaciones. Funciona a modo de mercado de abastos de manera que podemos visitar las habituales tiendecitas de frutas o verduras así como los distintos espacios reservados a las carnes y los pescados. Nos encantan este tipo de mercados ocupados por los lugareños, que siguen vistiendo con el tradicional sombrero vietnamita. No suelen ser muy reacios a las fotos, lo cual se agradece. Incluso una joven no duda en dejar su sombrero así como sus cestos de fruta a Isa, para que ésta se tire una foto. No hace ningún ademán de pedir nada a cambio.

La versión nocturna del mercado se localiza en la otra orilla del río y se ha convertido en otra de las visitas imprescindibles de Hoian. Me atrevería a decir que una ciudad vietnamita no sería lo mismo sin un mercado nocturno. Y Hoian, no es la excepción, desde luego. Es este un buen lugar para encontrar todo tipo de cachivaches y artesanía a precios ridículos y con que abastecerse de los a veces obligados recuerdos que hay que traerse a casa. Quizá sean las típicas linternas chinas, versión vietnamita, lo que más nos llama la atención.

Es esta zona de la ciudad otro buen lugar para cenar, con varios restaurantes a un precio mucho más ajustado que los que albergan los bonitos edificios antiguos de la ciudad vieja. El mercado nocturno de Hoian es el lugar donde, de forma invariable, terminan la visita casi todos los visitantes que se acercan a esta bellísima ciudad del centro de Vietnam.

DATOS PRÁCTICOS

COMO LLEGAR A HOIAN. No suele haber vuelos directos desde Europa. Lo habitual es llegar a Vietnam en un vuelo internacional con alguna escala en algún país europeo o de Oriente Medio. Nosotros volamos con Emirates con escala en Dubái. Recientemente, una encuesta sobre las mejores compañías aéreas que ha elaborado el portal Edreams ha considerado a Emirates como la mejor aerolínea del mundo. La verdad es que nos sumamos a la idea. Las mejores experiencias de vuelo las hemos tenido con Emirates, Qatar y Singapore Airlines, aunque ya os digo que solemos optar por la opción más económica.

Turkish Airlines o Air France son otras posibilidades para llegar hasta Hanoi (en el norte) o Ho Chi Min (en el sur). Desde aquí hay que tomar un vuelo interno hasta Danang, a 30 kilómetros de Hoian.