Las Pasarelas del Río Vero y Alquézar van a ser el primer objetivo de esta escapada de 5 días por tierras aragonesas que nos va a llevar a lugares tan interesantes como el Parque Nacional de Ordesa (donde tenermos previsto realizar la Senda de los Cazadores hasta la cola de caballo) o el Monasterio de San Juan de la Peña.
Alquézar es uno de los pueblos más bonitos de Aragón. Situado en la comarca oscense de Somontano de Barbastro, tiene un buen número de alicientes como para dedicarle una jornada entera.
A la belleza del propio pueblo de Alquézar hay que sumarle algunas interesantes rutas de senderismo que parten del mismo burgo. No hay que olvidar que una parte del bello Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, uno de los más bellos que ver en Huesca, se asienta en Alquézar. Un lugar privilegiado donde disfrutar de la naturaleza y, a su vez, con la posibilidad de realizar varios deportes de aventura tales como el barranquismo o la escalada. No es extraño pues, que en Alquézar mismo tengan su sede varias empresas dedicadas a este tipo de negocio.
DÓNDE DORMIR EN ALQUÉZAR
Merece mucho la pena dormir en Alquézar. Os pongo la reseña del Albergue, donde tratan el viajero de forma excepcional, pero en el mismo pueblo hay también 3 o 4 alojamientos con muy buena pinta. Además, desde Alquézar se pueden realizar varias rutas por la sierra de Guara, incluídos los abrigos rupestres que forman parte del Patrimonio de la Humanidad y que completar la Ruta senderista por las Pasarelas del río Vero.
VISITA AL PUEBLO DE ALQUÉZAR.
Dejamos el coche a las afueras de Alquézar en uno de los varios parkings que se han habilitado para ello. El centro histórico de la población es peatonal, lo cual se agradece. En cualquier caso, en cinco minutos hemos llegado a la oficina de turismo, donde nos dan un plano de la población y nos indican los caminos que hay que seguir para visitar las Pasarelas del Río Vero. Se trata de los mismo trayectos que hemos leído en el blog Mis viajes y sensaciones del que hemos tomado la idea de realizar la ruta.
Antes de entrar a lo que es el núcleo urbano nos detenemos unos segundos en la iglesia parroquial de San Miguel, uno de los dos templos de importancia de Alquézar. Se trata de una iglesia de finales del siglo XVII de estilo barroco en su interior aunque por su robusto exterior no lo parezca. La entrada es gratuita.
Nos metemos ahora sí, por la Calle Pedro Arnal Cavero, estrecha, aunque es una de las principales de la población. Nos damos cuenta de que en varios de los portales, también en lo que viene a ser la entrada principal de la población, se disponen una serie de blasones. El conjunto urbano es francamente armonioso, algo que le ha valido para ser incluido en la lista de los Pueblos más bonitos de España.
En esta misma calle que lleva a la plaza principal dejamos a mano derecha la breve Capilla o Ermita de la Virgen de las Nieves, de una sola nave y encajonada entre edificios civiles. Está abierta, de manera que le echamos un rápido vistazo.
Enseguida llegamos a plaza Rafael Ayerbe, la más importante de la población, parcialmente soportalada y ciertamente bella, aunque también bastante pequeña. Algunos de los edificios de la población están dispuestos de tal manera que el transeúnte puede pasar por debajo, mostrando una imagen bien bonita. También aquí observamos varios blasones en los edificios de la plaza.
Antes de empezar nuestra ruta por las Pasarelas del Río Vero aún nos acercamos hasta el mirador del Vero, que nos ofrece unas bonitas vistas del cañón que posteriormente visitaremos. Justo enfrente queda el imponente edificio de la Colegiata de Alquézar, el edificio más importante de esta bella población, que se encarama en lo alto de una enorme roca y cuyo origen hay que encontrarlo en una antigua fortaleza que nos remite a los tiempos de dominación árabe.
Durante el siglo XI, tras la reconquista, el castillo musulmán pasó a manos cristianas. En aquel momento se empezó a erigir el templo que tenemos ante nosotros que es, básicamente, de finales del siglo XI al XIII. No tendremos tiempo de visitar la colegiata, una pena, porque parece que merece la pena, pero el tiempo corre que vuela y decidimos tomar el camino hacia las Pasarelas del Río Vero, nuestro principal objetivo en este pueblo.
SENDERISMO POR LAS PASARELAS DEL RÍO VERO.
Tras visitar el pueblo de Alquézar es momento de disfrutar de una de las rutas de senderismo más comunes que parten de la población. Me refiero a las que son conocidas como Pasarelas del Río Vero.
Como dije, en la misma oficina de turismo de Alquézar nos han proporcionado un pequeño mapa, esquemático pero suficiente para realizar el recorrido. Nos indican, además, que durante la primera parte del sendero es mejor usar botas de montaña pues parte del mismo trascurre por un camino donde las resbaladizas piedras son la norma. Sin embargo, hemos dejado las zapatillas de deporte en el coche (en realidad, jamás solemos traer botas de montaña), de manera que nos calzamos los escarpines e iniciamos el recorrido.
La ruta circular parte del mismo pueblo de Alquézar. Hay que tomar el camino de la izquierda que parte desde la Plaza Mayor. Si hay dudas, se pregunta. Tal y como nos han comentado, el sendero de aproximación es algo escarpado y con un piso poco uniforme en algunos momentos, aunque en otros una escalera facilita el descenso. Es lo que se conoce como el Barranco de la Fuente. Sin embargo, no tenemos mayores problemas para recorrerlo.
A los pocos minutos hemos llegado a un cruce de caminos. Una señalización nos indica los posibles caminos a seguir. Hacia la derecha, las Pasarelas del Río Vero; hacia la izquierda, el Puente de Villacantal. Aunque, desde luego, tenemos intención de recorrer las Pasarelas del Río Vero, antes queremos llegar hasta el Puente de Villacantal, de manera que seguimos el sendero de la izquierda.
Al poco rato hemos llegado a orillas del Río Vero, justo enfrente de la que es conocida como Cueva de Picamartillo, una curiosa oquedad formada por la erosión en este punto del río. Traemos puesto el bañador, pues sabemos con certeza que parte del trayecto hasta el Puente de Villacantal trascurre dentro del mismo cauce del río. Es decir que toca remojarse. Mucho o poco, ya dependerá del nivel del arroyo en cada momento y, particularmente, de las lluvias acaecidas en los días previos. Ya os digo que durante nuestra visita, lo máximo que nos cubrió el río fue hasta algo más arriba de la cintura en el caso de los adultos. Sin embargo, en buena parte del trayecto nos cubrió solamente hasta los tobillos. En ningún momento tuvimos que nadar.
Por otra parte, merece la pena comentar que el río no está en absoluto nada frío, algo que no solo nos sorprende si no que nos agrada especialmente, habida cuenta de lo frioleros que somos los tres. Además, en varias ocasiones podemos seguir alguno de los senderos laterales que acompañan al río en sus márgenes.
En unos 30 minutos llegamos hasta el Puente de Villacantal. Aunque a menudo se lo conoce con el sobrenombre de Puente Romano, lo cierto es que fue construido durante el siglo XVI. Se trata de un puente de dos arcos, uno de medio punto y otro apuntado. Sin embargo, una curiosa particularidad es que presenta un trazado acodado, de tal manera que dependiendo de cómo se mire parece de que esté destruido y que no permita traspasar hasta la otra orilla del río Vero (si os fijáis en la foto que he subido entenderéis lo que explico). Y eso es lo que creemos nosotros hasta el momento en que subimos al puente y nos damos cuenta de que el mismo está entero y que su curiosa forma nos ha engañado por completo.
Aprovechamos para almorzar en el Puente de Villacantal, aprovechando las sombras que nos ofrece. Con la panza llena desandamos el camino de ida hasta llegar a la confluencia de caminos. Es momento, ahora sí, de tomar dirección a las Pasarelas del Río Vero.
A los pocos metros encontramos las famosas pasarelas metálicas que se sitúan en una zona del río Vero que transcurre por un estrecho desfiladero. El paseo por las pasarelas permite disfrutar del cauce del cristalino río Vero desde las alturas, en un lugar de especial belleza. No tardamos mucho en llegar a la altura de la que es conocida como Presa de la Central de Alquézar. Esa fue la función que desempeñó durante el siglo XX el edificio que encontraremos, un poco más abajo, a mano izquierda. Sin embargo, durante la época medieval aquí se instaló un molino harinero que aprovechaba la fuerza del Río Vero a este nivel para desarrollar su actividad. En este punto encontramos un bello salto de agua que forma una poza escasamente profunda e ideal para refrescarnos. Marc y yo no dudamos ni un segundo para refrescarnos con un merecidísimo chapuzón. Nos acercamos, además, hasta la catarata que forma el saltante y que nos proporciona el placer de una sesión gratuita de masaje acuático.
Tras el remojón seguimos con nuestra ruta de senderismo por las Pasarelas del Río Vero no sin pasar, antes, por debajo de una enorme losa de piedra desprendida que ha formado un curioso túnel. El desfiladero del Río Vero es, si cabe, más estrecho en este momento y el cauce del río presenta una serie de pequeños saltantes y cataratas que lo hacen especialmente bello.
Finalmente llegamos a la citada Central de Alquézar donde las pasarelas ganan algo de altura. Por desgracia está cerrado al visitante el tramo de pasarelas que nos conduciría hasta el Puente de Fuendebaños. Según parece, este es un sector cuyas pasarelas transcurren a una altura aún mayor. Desconocemos el porqué de su cierre, pero la verdad es que si se desea llegar hasta el puente, donde es habitual también poder disfrutar de un baño, hay que hacerlo por un sendero interior. No será nuestro caso, de manera que, en este punto, tomamos el desvío que nos acerca de nuevo a Alquézar a nivel de la Colegiata.
La verdad es que la ruta de senderismo de las Pasarelas del Río Vero merece muchísimo la pena, no presentan dificultad alguna y supone una actividad ideal para disfrutar en familia.
Comentarios:
4 comentarios en “ALQUÉZAR Y LAS PASARELAS DEL RÍO VERO. Senderismo por uno de los pueblos más bonitos de Aragón.”
Preciosa ruta, cuanto me alegra que te haya gustado. Pero que pena que no hayáis podido realizar el último tramo de las pasarelas hasta el mirador y puente de Fuentedebaños. La razón de que estuviera cerrado ese tramo de las pasarelas es por las fuertes lluvias del año pasado que hicieron que hubiera desprendimientos y arrastrase parte de las pasarelas. Aunque pensaba que ya estarían arregladas para el verano.
Caramba, pues no sabía a qué era debido el cierre de este tramo de pasaraleas y ahora lo entiendo. La verdad es que la ruta merece mucho la pena y el pueblecito también. Nos encantó.
Ay que naravilla de ruta! Cuanto más la miro, más ganas me entran de ir a conocerla. Espectacular en verano por el aliciente de poder darte un baño en esas aguas, pero en otoño tiene que ser una pasada. Tengo que conocer ese lugar si o si.
Un abrazo
Carmen
Un lugar precioso, Carmen. Además el baño es de lo más refrescando pero el agua no staba nada fría. Seguro que más pronto qu ta5rde te pouedes pasar por allí.
Un beso!