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CERVETERI. Necrópolis etrusca de Bantidaccia en Cerveteri.

patrimonio humanidadLa necrópolis etrusca de Cerveteri (o, mejor dicho, la necrópolis de Bantidaccia en Cerveteri) es uno de los más fabulosos yacimientos arqueológicos de Europa y, desafortunadamente, uno de los más desconocidos.

Probablemente sea porque los etruscos, el pueblo responsable de la necrópolis de Cerveteri y también de la de Tarquinia, parecen haber pasado de puntillas por la historia. O, al menos, si se compara con la Antigua Roma o la Grecia Clásica. Por que, tras visitar ambas necrópolis y varios museos etruscos durante mi último viaje a Italia (como el excepcional Museo Etrusco de Villa Giulia), no me cabe duda de que se trató de una civilización avanzadísima tanto por lo hace referencia a su propia organización como al refinamiento del que hacían gala en el día a día (como nos muestran las valiosas pinturas halladas en Tarquinia o la muchísima cerámica encontrada a lo largo y ancho de la Antigua Etruria, que es el nombre que recibe la región donde floreció esta cultura).


QUIÉNES FUERON LOS ETRUSCOS.

Antes de hablaros de la necrópolis etrusca de Cerveteri dejadme que os dé cuatro pinceladas de los verdaderos protagonistas de aquel periodo histórico y de aquella civilización. Es decir, los etruscos.

No se sabe con exactitud de donde era originario este pueblo, aunque las teorías más plausibles lo sitúan como un pueblo autóctono del centro-norte de la Península Itálica, particularmente de la zona que hoy correspondería a la Toscana. También parece que esta cultura etrusca podría haberse nutrido de ciertos grupos étnico venidos desde tierras más lejanas, quizá procedentes de Asia Menor.

Lo cierto es que los asentamientos etruscos formaron una suerte de confederación de 12 poblaciones, de las que Tarquinia y Cerveteri serían dos de ellas. El origen debemos encontrarlo sobre el siglo XI aC y los momentos de máxima expansión, hacía los siglos VII y VI cuando los etruscos colonizaron amplias zonas de Umbría y el Lazio e incluso, algunos enclaves más al sur, ya en la Campania.

Se sabe que se trataba ciertamente de una cultura avanzada, amante del buen vivir y del buen comer, como nos muestra, especialmente, la numerosa iconografía hallada en las distintas necrópolis etruscas, como las de Cerveteri y Tarquinia.

Los etruscos acabaron por ser asimilados por la pujante Roma, entre los siglos III y IV. En realidad, buena parte de la cultura romana se nutre de la etrusca, incluidos algunos de sus ritos y parte de su panteón divino.


LA NECRÓPOLIS DE CERVETERI

Cerveteri es una ciudad costera situada en la región del Lacio, a unos 50 kilómetros de Roma, en dirección norte. A unos 5 kilómetros de la población se localiza la fabulosa necrópolis de Banditaccia que, junto a la de Tarquinia, forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad y que a menudo es conocida, simplemente, como necrópolis de Cerveteri.

En los últimos años, la necrópolis etrusca de Cerveteri ha sido acondicionada de manera que es posible pasear entre las muchas decenas de túmulos sin tenerse que abrir paso ante la maleza, como hasta hace pocos años sucedía. Sin, embargo, la naturaleza crece aquí salvaje y parece querer fagocitar nuevamente los espacios que el hombre moderno ha acondicionado.

La necrópolis de Cerveteri es la más grande de todo el arco mediterráneo con una área que ocupaba unas cuatrocientas hectáreas. El espacio dispuesto para el visitante ocupa unas diez y está construida en toba. Es decir, en roca volcánica. Sin embargo, no deberíamos hablar estrictamente de construcción, pues se trata de un conjunto de edificaciones talladas directamente en la misma roca, aprovechando que la toba es un material fácilmente trabajable.Bastantes de las construcciones son túmulos de base circular, de medida

variable, aunque algunos tienen un diámetro de varias decenas de metros y una altura de, al menos, ocho o diez, calculando a ojo. La maleza coloniza el tejadillo de los túmulos, que se dispone en forma de pequeña cupulilla.



En cada uno de estos túmulos se disponen entre una y cuatro tumbas o panteones del tipo hipogeo. Aunque la estructura difiera de unas a otras, lo más habitual es que dispongan de un corredor inicial de varios metros de longitud, llamado dromos, seguido de un espacio común desde el que se distribuyen una o más habitaciones donde se situarían los cuerpos yacentes. Muy a menudo, en cada habitación encontramos dos tumbas, una para cada miembro de la pareja. La de la mujer presenta una decoración triangular en la cabecera. Según parece, los hipogeos de la necrópolis etrusca de Cervetri harían referencia a la vivienda que habrían ocupado en vida los propietarios del mismo. Es decir, se habrían diseñado a imagen y semejanza del hogar común de los etruscos, testigo de la importancia que esta sociedad daba al más allá.

Sin embargo, también parece evidente que tales túmulos habrían sido diseñados para familias representantes de la alta sociedad etrusca.

Algunas de estas tumbas son de tales dimensiones que requieren una o más columnas que sustenten el espacio. La decoración, al menos lo que nos ha llegado, es bastante escasa. Es esta una diferencia bastante importante en relación a la necrópolis de Tarquinia, de la que os hablaré en otra ocasión, que está bellísimamente decorada con frescos que reflejan la vida de los etruscos y que son, en realidad, un testigo esencial que ha permitido tener conocimientos sobre la vida cotidiana de esta civilización.

Son decenas y decenas las tumbas y túmulos que se reparten en la parte visitable de la necrópolis de Cerveteri. El espacio es francamente sorprendente. Más aún si se tiene en cuenta lo poco conocidas que son si lo comparamos con otros yacimientos italianos como, por ejemplo, el de la ciudad de Pompeya.

A una segunda fase constructiva corresponde otro tipo de tumbas. En esta ocasión sí que se trata de construcciones edificadas con enormes sillares de toba dispuestos en largos edificios, llamados dados, en los que se han situado varias tumbas, una cada tres o cuatro metros. El interior, sin embargo, es relativamente semejante a las tumbas que hemos vistos en los túmulos, quedando a menudo por debajo del nivel del suelo y habiendo sido, también, excavado en la toba.

Comentaba que la decoración interior de las tumbas de la necrópolis etrusca de Cerveteri es más bien escasa. La excepción la encontramos en la que es conocida como Tumba de los Relieves. Parece que los artesanos etruscos dieron aquí rienda suelta a la imaginación. Tras el habitual domos llegamos a la sala donde se distribuyen un buen número de nichos. Tanto las paredes de la tumba como la columna central que la sostiene están bellamente decoradas con frescos y relieves construidos a base de estuco y que representan objetos de la vida cotidiana de los etruscos, tales como las armas que utilizaban para la caza. Se trata de un hipogeo del siglo IV aC. Es decir, de los últimos que se edificaron en este enorme camposanto, pues la necrópolis de Cerveteri data de entre el siglo IX aC hasta el III aC.

La duración de la visita a necrópolis de Ceveteri dura una hora y media aproximadamente. El espacio es vasto pero las tumbas acondicionadas para la visita son solamente un par de decenas. De ellas, en al menos seis o siete se ha dispuesto un sistema de audio y luz que da inicio al entrar a la misma, en el idioma del visitante (hay ocho idiomas disponibles, incluido el español). La verdad es que se agradece porque las explicaciones hacen mucho más fácil entender aquello que se está visitando. Además, parece que este sistema se esté implantando en varios hipogeos más.

Igualmente, se ha dispuesto una sala donde cada hora se proyecta un audiovisual que tiene una duración de unos 15 minutos. Parte del mismo se proyecta en tres dimensiones pero la verdad es que el documental queda un poco por debajo de las expectativas.

Si queréis completar vuestros conocimientos sobre Etruria y los etruscos, una buena idea es visitar el fenomenal Museo Etrusco de Villa Giulia, en Roma. Aquí encontraréis todo tipo de explicaciones sobre esta civilización así como multitud de objetos utilizados en la vida común de los etruscos.


CÓMO LLEGAR A LA NECRÓPOLIS ETRUSCA DE CERVETERI

La visita a Cerveteri es una de las mejores excursiones desde Roma. Estas son las maneras de llegar hasta aquí.

Transporte público.

Hay que tomar el tren en Roma Termini hasta la estación Marina di Cerveteri (direccion Pisa, Grosseto o Civitavecchia). Una vez llegados a Marina di Cerveteri hay que tomar el bus (lineas D o G) hasta la necrópolis etrusca.

Coche propio o de alquiler.

Si llegáis a primera hora de la mañana al aeropuerto de Fuimicino no es mala idea alquilar un coche. Ello me evita tener que entrar a Roma de manera que en 40 minutos se llega a la necrópolis etrusca de Cerveteri. Al utilizar coche privado es fácil programar en un mismo día esta visita junto a la de la necrópolis etrusca de Tarquinia, que se localiza cincuenta kilómetros más al norte de la necrópolis de Cerveteri.

NOTA: en este post podéis leer los lugares más importantes que hay que ver en Roma.

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