La Fageda d’en Jordà y el Volcán Croscat son dos de las visitas más interesantes del Parque Natural de la zona Volcánica la Garrotxa que tuvimos la posibilidad de recorrer durante nuestra estancia de tres días por esta comarca de Girona.
El Parque Natural de la zona Volcánica la Garrotxa es una amplia zona que abarca casi la mitad de la comarca y que agrupa hasta 11 municipios, 40 conos volcánicos, 28 reservas naturales y más de 20 coladas de lava. Se trata de la zona con mayor densidad volcánica de la Península Ibérica.
No esperéis aquí grandes volcanes de 4000 metros de altura. Se trata, en todos los casos, de suaves colinas que no son más que volcanes dormidos como puede apreciarse perfectamente en fotografías aéreas de la zona, aunque no sea tan fácil darse cuenta de ello desde la base de las mismas.
Durante nuestra visita a La Garrotxa pudimos conocer varias de las Reservas Naturales comprendidas dentro del Parque Natural de la zona Volcánica la Garrotxa como la Fageda d’en Jordà, uno de los parajes más queridos por los catalanes, el volcán Croscat o el Volcán Montscacopa, que se alza a los pies de la población de Olot, capital comarcal. También pudimos pasear en bicicleta por los deliciosos parajes de La Moixina, una tranquila zona de humedales próxima también a Olot. De todo ello os hablaré en este post.
DÓNDE DORMIR EN LA GARROTXA
El hotel se alberga en dos casonas del siglo XV localizadas en el mismísimo Firal dels bous y está decorado con sumo encanto, a menudo, con varias antiguallas que hacen de éste, un lugar encantador. En Cal Sastre os sentiréis como en casa. En este link puede mirar los precios y contratar si quieres.
LA FAGEDA D’EN JORDÀ.
La Fageda d’en Jordà, es decir el Hayedo de Jordà, es uno de los paisajes más excepcionales del Parque Natural de la zona Volcánica de la Garrotxa y, en realidad, de toda Cataluña. No es habitual encontrar hayedos en Europa por debajo de los mil metros de altitud sobre el nivel del mar. De hecho, la Fageda d’en Jordà, que se localiza a unos quinientos metros de altura, es el hayedo europeo que crece a menor altitud.
La popularidad de la Fageda d’en Jordà creció de manera exponencial a partir de un poema que Joan Maragall, uno de los poetas más importantes del modernismo catalán, le dedicó a finales del siglo XIX.
Lo cierto, sin embargo, es que la fama de la Fageda d’en Jordà no ha hecho más que crecer en los últimos años y cada otoño, en el momento en que las caducas hojas del hayedo empiezan a desprenderse de las copas de los árboles, son multitudes las que se agolpan en la Fageda para disfrutar del espectáculo. Es por ello, que merece la pena visitar el hayedo fuera de estos periodos de máxima aglomeración. Por ejemplo, ahora en invierno, cuando el suelo del bosque sigue pobladísimo de hojas secas y la tranquilidad hace que el paseo sea mucho más placentero que en otoño.
La Fageda d’en Jordà, por cierto, crece sobre la colada de lava del volcán Croscat, en un lugar de suavísimas colinas. Es este un lugar que dispone de varios senderos señalizados a fin de que cada cual decida qué itinerario y qué tiempo quiere dedicarle a tan bello paraje.
Una posibilidad, muy adecuada si se visita la Fageda d’en Jordà con niños, es hacer parte del recorrido en carruajes de caballos. Estos paseos se pueden contratar en el aparcamiento de Can Serra. Se trata de itinerarios de una hora aproximada con una parada a medio camino para hacer parte del recorrido a pie y poder fotografiar tan idílico paraje. El carruaje está comandado por una guía naturalista que explica anécdotas sobre la Fageda d’en Jordà así como su composición y la importancia que tiene como hábitat natural. Francamente interesante.
En la misma área de Can Serra existe un quiosco que funciona a modo de Centro de Información de la Fageda d’en Jordà y que facilita mapas al senderista que desee surcar los distintos senderos a pie. La verdad es que nos parece una idea estupenda hacer este recorrido en carruaje y tanto Marc como nosotros lo disfrutamos.
EL VOLCÁN CROSCAT DE LA MANO DE UN MAGO NATURALISTA
La mayoría de las Reservas Naturales que forman parte del Parque Natural de la zona Volcánica de la Garrotxa distan escasos kilómetros entre sí. Desde el aparcamiento de Can Serra al de Santa Margarida, donde iniciaremos nuestra ruta al Volcán Croscat, no hay más de tres kilómetros de buena carretera. Se localiza en la carretera que va de Olot a la maravillosa Santa Pau, donde hemos pernoctado.
Para visitar el Volcán Croscat contaremos con la ayuda del Mag Nani. Se trata de un guía naturalista con formación y amplia experiencia en educación medioambiental. La visita promete porque más allá de aleccionarnos sobre vulcanismo y concretamente, sobre la importancia del Parque Natural de la zona Volcánica de la Garrotxa, el Mag Nani nos amenizará la mañana con una serie de juegos de magia de proximidad.
El Volcán Crocat es uno más de la cuarentena de volcanes que forma del Parque Natural de la zona Volcánica de la Garrotxa. La particularidad del mismo es que dispone de un enorme tajo que fue formado durante los años en que el volcán fue sometido a la extracción de greda. Efectivamente, estas tierras son ricas en este tipo de arcilla tan apreciada en alfarería y con la que también se construyen, por ejemplo, los campos de tenis de tierra batida.
Por suerte, tras muchos años de extracción minera y, particularmente, gracias al esfuerzo de muchos grupos naturalistas que durante bastante tiempo se manifestaron en la zona a fin de poder detener la actividad minera, la empresa encargada de la extracción de greda cesó en su actividad. El volcán fue restaurado a partir de 1995 a fin de que no colapsara y, desde hace ya unos años, se puede visitar desde su base a fin de poder observarlo de cerca.
En la colada volcánica del Croscat, por cierto, es donde crece la Fageda d’en Jordà de la que ya hemos hablado. El cono volcánico, queda por detrás de la zona de gredas y está totalmente tapizado de vegetación y la colada volcánica, por detrás de donde nos hallamos, tiene una longitud de unos 6 kilómetros.
El Mag Nani nos cuenta que es precisamente el Croscat el más joven de los volcanes del Parque Natural de la zona Volcánica de la Garrotxa y que ha erupcionado únicamente, en una ocasión, hace unos 11000 años. Nos explica también acerca de los distintos tipos de rocas de origen volcánico y magmático que podemos encontrar en la zona, como el granito o el basalto, además de varias particularidades sobre el Croscat.
Una explicación amena que se culmina, como explicaba, con una sesión de magia de proximidad que nos deja, francamente, sorprendidos habida cuenta de la enorme habilidad del mago que es capaz de dejarnos con tres palmos de narices con los juegos de manos que practica delante de nuestros ojos. De verdad que la experiencia con el Mag Nani ha sido francamente espectacular.
HUMEDALES DE LA MOIXINA.
Tras visitar la Fageda d’en Jordà y el Volcán Croscat nos dirigimos a Olot, que dista únicamente siete kilómetros de este último destino.
Nuestro interés se centra en alquilar una bicicleta a fin de recorrer parte de los terrenos de La Moixina, unos humedales que se encuentran a las afuera de la capital de La Garrotxa. Tomamos prestadas las bicicletas del Centre Logístic de Bicicletes, en la Avenida de la Estación. Allí mismo nos entregan un plano y nos explican las distintas posibilidades. La verdad es que son muchos los itinerarios posibles y los hay de mucho interés. Por ejemplo, el que acerca a los ciclistas hasta la misma Fageda d’en Jordà o el que asciende al Volcán Santa Margarida.
Nuestra idea es la de pasear por la zona de humedales de La Moixina, que se situa en los arrabales de Olot. Una zona plana, de pasear plácido, sin complicaciones y con muy poco tráfico motorizado, lo cual nos interesa bastante. El paraje es tranquilo, con varios senderos y desvíos. Nuestra ruta durará aproximadamente una hora y cuarto. A ritmo muy suave y con varias paradas para hacer fotografías. No tenemos prisa alguna y se trata, únicamente, de disfrutar del paisaje a la vez que realizamos un poco de deporte. Estos parajes de la Moixina están declarados Reserva Natural del Interés Geobotánico y son el resultado del antiguo lago que anegaba la zona de Olot y que se secó tras las últimas erupciones del volcán Croscat. Como vemos, este joven volcán tiene incidencia tanto en La Fageda d’en Jordà como en los parajes de La Moixina.
Durante nuestro paseo nos detenemos en dos fuentes, la Moixina y la Font de la Deu. Sin embrago, las dos permanecen secas.
OLOT Y EL VOLCÁN MONTSACOPA
Tras nuestro paseo por los humedales de La Moixina devolvemos las bicicletas y nos dirigimos al centro de Olot a fin de de dar un paseo por la capital de la comarca de La Garrotxa además de reponer fuerzas en La Nevatería, un muy buen lugar para merendar. Marc disfruta de un riquísimo zumo de naranjas y mandarinas con jengibre y los mayores, de sendos capuccinos, el mío con nata añadida al que Marc no duda en meter mano, no sea que durante nuestro paseo en bicicleta hayamos perdido demasiada grasa. Deliciosos también están los sándwiches, por cierto.
Aunque no podremos dar un gran paseo por Olot, sí que tenemos tiempo de acercarnos hasta el Paseo del Escultor Miquel Blay donde se localiza la preciosa mansión modernista Solà Morales, rehabilitada por Lluís Domènech i Montaner, autor del Hospital de San Pablo y del Palau de la Música Catalana de Barcelona. No se puede visitar su interior. Junto a la bonita iglesia de Sant Esteve, se encuentra también otra bella vivienda modernista, la Casa Gaietà Vilà, obra de Alfred Paluzie. También nos llama la atención la esquinera Casa Gassiot, también obra de Paluzie.
La verdad es que la visita a Olot daría para un día entero, con algunos museos de interés como el Museo de La Garrotxa o el Museo Can Trinchería, una bella mansión del siglo XVIII museizada. Sin embargo, nosotros tomamos el coche para dirigirnos hasta las faldas del Volcán Montsacopa, uno de los cuatro que se localizan envolviendo la población de Olot.
Dejamos el coche en el parking que queda justo enfrente del cementerio. Desde allí el camino de ascenso no toma más de 5 o 7 minutos por un camino algo escarpado pero nada dificultoso. Las vistas de toda la ciudad de Olot son maravillosas desde lo alto del Montsacopa, que se alza unos 100 metros por encima de la población.
Un sendero permite rodear el cráter del volcán que se formó debido a una erupción estromboliana que data de hace unos 100.000 años. En su margen se localiza una iglesia, la de San Francesc, que encontramos cerrada y dos torreones que datan de la época de dominación francesa, en 1812. Desde este punto es visible, incluso, el hoy nevada Macizo del Canigó.