La escala en La Guaira, el puerto de mercancías y cruceros situado a una treintena de kilómetros de Caracas, supuso la menos caribeña de las paradas del Crucero por el Caribe que realizamos en primavera de 2016.
Una escala además, esta venezolana, que no será fácil de repetir en unos años, habida cuenta de que ha sido suprimida por buena parte de las empresas de cruceros. La crisis institucional, política y económica en que vive Venezuela han sido las responsable de dicha supresión.
A nosotros, esta escala de crucero nos sirvió para poder dar un paseo por Caracas, la capital del país. Algo bien distinto, por tanto, a las escalas que disfrutaremos en otros puertos como Aruba y Curazao, donde el ambiente playero y relajado será lo que encontremos. O a la de Cartagena de Indias, una de las ciudades más bellas de América.
UNA VISITA AL CENTRO HISTÓRICO DE VENEZUELA.
Estuvimos dudando si quedarnos en el crucero durante toda la escala en La Guaira. Las advertencias sobre la falta de seguridad que vive Venezuela en estos días habían hecho mella en buena parte de los cruceristas, de manera que solo unos pocos bajamos al puerto.
Justo al salir de inmigración (los trámites son rápidos) nos encontramos con una garita de una empresa turística del estado de Vargas, donde se localiza Caracas, que nos promete un recorrido por el centro histórico de la capital venezolana con una parada final en la conocida como Casa Guipuzcoana de La Guaira. El coste es de 20 USD, de manera que una veintena de cruceristas nos unimos a ellos.
Ya en el bus que se dirige hasta el centro histórico de Caracas nos advierten de la conveniencia de no apartarnos del grupo. Nos comentan que los ánimos están algo agitados durante estos días y de la existencia de carteristas. En todo momento nos acompañan dos policías dentro del bus. Además, dos parejas más de urbanos van abriendo paso al autobús.
La primera visita que realizamos es a la Casa Natal del Libertador. Es decir, la casa que vio nacer a Simón Bolivar, destacado político y militar a quien se debe la fundación de Bolivia y la Gran Colombia (fruto de la unión de Nueva Granada y Venezuela). Simón Bolívar, además, está considerado el inspirador de la emancipación e independencia de buena parte del continente americano.
La Casa Natal de Bolívar vio nacer al Libertador el 24 de julio de 1783 y hoy en día desempeña las funciones de museo dedicado a la figura de tan importante político y militar. Se trata de una casona de estilo colonial donde se disponen un buen número de dependencias alrededor de sendos patios. Parece evidente que Bolívar nació en el seno de una familia acomodada. Algunas de las piezas más curiosas que alberga la Casa Natal del Libertador es la pila bautismal con que fue bautizado (traída desde la Catedral de Caracas), además de una buena cantidad de objetos personales.
Esta zona del Centro Histórico de Caracas está dispuesta a la manera de una antigua ciudad colonial. Debe ser de lo poco que se ha conservado de aquella época pues la ciudad parece engullida por un mar de rascacielos y de barrios de favelas que más bien recuerdan lo peor de Río de Janeiro.
Pasamos por delante de la Casa del Vínculo y del Retorno, otra bonita mansión de estilo colonial, de dos pisos de altura, cuya fachada está pintada en todos rosáceos. Esta casona era propiedad del primo y padrino de Bolívar, Juan Jerez de Aristigueta, hasta que pasó a manos del Libertador, por herencia, convirtiéndose en una de sus dos residencias habituales en Caracas, a partir de 1802. La vivienda desempeña, también, las funciones de museo, aunque no lo visitamos.
Enseguida llegamos a la Plaza Simón Bolívar, una ágora cuadrangular que podríamos considerar el meollo del Centro histórico de Caracas. En el centro de la plaza, una estatua ecuestre del Libertador nos recuerda su importancia para el pueblo americano.
Uno de los edificios más importantes de la Plaza Simón Bolívar es el de la Catedral de Caracas. Entramos acompañados del policía. Su nombre oficial es el de Catedral Metropolitana de Santa Ana, aunque los venezolanos la conocen simplemente como la catedral. Es una obra de la segunda mitad del siglo XVII que sustituyó a un templo anterior que sucumbió ante un terremoto. La fachada es una mezcla de estilo neoclásico con algunos detalles que nos recuerdan el barroco colonial. Está pintada de blanco inmaculado y dispone de una sola torre campanario. Aunque la planta de la Catedral de Caracas dispone de cinco naves se trata de un templo más bien austero.
Otro de los edificios que llaman la atención en la Plaza Bolívar es el Palacio Municipal de Caracas. Se trata de la sede del Concejo Municipal de Caracas o, lo que viene a ser lo mismo, el ayuntamiento de la capital venezolana.
Se trata de uno de los edificios más antiguos que han llegado a nuestros días pues su origen debemos encontrarlo sobre 1578, cuando desempeñó las funciones de mansión de personajes de alta alcurnia durante la época colonial. Posteriormente fue convertido en Seminario y, posteriormente, de Universidad. Sin embargo, a mediados del siglo XIX y debido al progresivo crecimiento de la comunidad educativa, la Universidad se traslada al Palacio de las Academias.
Lo que hoy podemos observar de este Palacio Municipal de Caracas es fruto de las remodelaciones llevadas a término a principios del siglo XX. La verdad es que se trata de un bello edificio de toques neoclásicos pintando en colores amarillentos.
Muy cerca de la Plaza Bolívar se encuentra el Palacio Presidencial o Palacio Federal Legislativo, que es conocido también con el nombre de Capitolio General. Es este otro edificio neoclásico que llama la atención con su cúpula dorada, alzado durante la segunda mitad del siglo XIX y que es la sede del poder legislativo.
LA CASA GUIPUZCOANA DE LA GUAIRA
Antes de regresar al crucero, nuestro autobús nos acerca a un centro comercial. Es hora de comer y tenemos apetito. Es aquí cuando se produce una de las situaciones más bizarras del circuito. El mismo guía nos ofrece cambio de moneda a la tasa oficial de cambio. La rechazamos porque sabemos que el mercado negro existe y que es bastante más generoso que el oficial.
La sorpresa llega cuando pedimos de comer (unas arepas y una hamburguesas con patatas, comida rápida) y nos aplican un cambio hasta 10 veces más favorable. Es aquí cuando se nos hace evidente que los venezolanos están ávidos por conseguir dólares hasta tal punto de que no pagamos más de un dólar americano por la comida entera.
Tras el ágape regresamos a la Guaira en busca de una última visita. Hablo de la Casa Guipuzcoana, una bonita mansión de 1728 que desempeñaba las funciones de control comercial del centro del país. La Real Compañía Guipuzcoana de Caracas fue una sociedad de comerciantes vascos (de ahí su nombre) establecida en Venezuela desde 1730. La compañía consiguió el monopolio de gran cantidad de mercancías europeas para la provincia de Venezuela, además de poder comerciar con otras ex-colonias españolas como la Provincia de Trinidad (actualmente perteneciente al estado de Trinidad y Tobago) o de Margarita (que actualmente pertenece también a Venezuela). Los barcos mercantes llegaban a La Guaira (o Puerto Cabello) después de haber partido, varias semana antes, desde San Sebastián. De regreso a España, los mercantes de la Compañía Guipuzcoana, repletos de tabaco y cacao americano, atracaban en el puerto de Cádiz.
Esta preciosa mansión ha sido museizada y nos presenta la historia de aquellos momentos históricos en que los comerciantes vascos se codeaban con los holandeses o ingleses por lo que refiere al comercio de ultramar.
Tras esta visita, regresamos al puerto de La Guaira, donde podremos seguir disfrutando de la piscina hasta el momento de tomar rumbo a Curazao, una escala mucho más caribeña que La Guaira.
Comentarios:
10 comentarios en “CARACAS. Visita al Centro histórico durante una escala de crucero en La Guaira.”
Por lo que cuentas en el post, has tenido la suerte de conocer lo poco que merece la pena ver de Caracas. Ahora, creo que ya no se puede ver ni eso, tal como están las cosas en el país. Me encantaría visitar las zonas de naturaleza de Venezuela, pero creo que pasará mucho tiempo hasta que sea seguro viajar allí.
Asi es. Al fin y al cabo Caracas debe ser lo menos interesante del país, por lo que me temo que los más bello van a pasar bastantes años antes de que lo podamos conocer.
Por desgracia.
Qué bien haber llegado a este post!
Justo esta semana comentaba con Andrea que Venezuela tiene que ser un país increíble y que nos encantaría visitarlo… pero es obvio que no es el momento, y leer tu post me lo ha confirmado. Los polis estuvieron con vosotros todo el camino? Es que me parece increíble, con lo que fue Venezuela hace unos años…
En fin, esperamos poder ir algún día. Me encantan las casas e iglesias de arquitectura colonial, y la casa-museo de Bolívar tiene que ser súper interesante!
Nos encantaría conocer también otros lugares de Venezuela.. por soñar…
No conozco Venezuela, pero parece que aprovechasteis bastante bien la parada del crucero para visitar lo más importante de Caracas.
Hicimos lo que pudimos! Mucha gente se quedó en el barco, por miedo. Pero esto no era una opción. Ni que fuera una pincelada, algo pudimos recorrrer.
Un beso Netikerty.
Por desgracia nada que ver, porque en Caracas se conserva muy poquito de aquél centro colonial y solo unas poquitas viviendas mantienen aquel aspecto.
Yo creo que lo más bonito de Venezuela debe estar fuera de Caracas. Pero me parece que tardaremos bastante en poderlo disfrutar.