El Triángulo Dalí, que tiene uno de sus vértices en el Castillo de Púbol del municipio gerundense de la Pera, será la primera de las visitas que nos llevaran a recorrer parte de la vida y obra del más extraordinario de los pintores del siglo XX: Salvador Dalí.
Pero, ¿qué es el Triángulo Dalí? Salvador Dalí, nacido en Figueres, capital de la comarca catalana del Alto Ampurdán, vivió durante la práctica totalidad de su vida en las comarcas gerundenses que lo vieron nacer. Y es aquí donde pintó gran parte de sus obras más emblemáticas.
Con el nombre de Triángulo Dalí se conocen los tres escenarios más importantes donde se puede seguir la vida y la obra del genial Salvador Dalí: el Castillo de Púbol, el Teatro Museo Dalí de Figueras y la Casa Dalí de Portlligat.
Hemos dedicado un fin de semana entero a disfrutar del Triángulo Dalí en aras de profundizar algo en la vida y obra de uno de los catalanes más universales de la historia. Y el Castillo de Púbol ha sido nuestra primera parada.
EL CASTILLO DE PÚBOL, PRIMERA PARADA DEL TRIÁNGULO DALÍ, UNA VIEJA FORTALEZA RESTAURADA POR SALVADOR DALÍ.
Aunque si ordenáramos cronológicamente los tres vértices del Triángulo Dalí quizá deberíamos empezar las visitas al mismo por la casa de Portilligat, lo cierto es que iniciamos nuestro fin de semana daliniano por el Castillo de Púbol.
Salvador Dalí, que se había desposado en 1932 con la rusa Elena Ivanovna (conocida como Gala), había prometido a su esposa la compra de un castillo en el Ampurdán. El inicialmente escogido no fue, ciertamente, el Castillo de Púbol. Pero tras no conseguir adquirir otras propiedades de más renombre, finalmente compró un viejo castillo en la población de Púbol, que pertenece al municipio de La Pera.
Lo cierto es que se trataba de un antiguo castillo construido en el siglo XI cuyos mejores tiempos habían sucedido muchísimos siglos atrás. La vieja fortificación gótica permanecía en un estado francamente decadente, amenazando ruina. El mismo Salvador Dalí se puso al frente de las obras de restauración del Castillo de Púbol con la idea de recuperar el viejo esplendor que la fortificación había tenido durante la edad media, cuando el castillo era el centro de la Baronía de Púbol.
En cierta manera, con la restauración llevada a término por Dalí, el castillo de Púbol se convierte en una obra suya. Tras la muerte de Gala, ésta fue enterrada en un sencillo mausoleo en el sótano del mismo, diseñado a modo de cripta; y el pintor se trasladó allí a vivir hasta que falleció en 1984.
Desde 1996 el Castillo de Púbol forma parte de este Triángulo Dalí i es visitable.
VISITA AL CASTILLO DE PÚBOL.
Empezamos la visita a este primer vértice del Triángulo Dalí entrando al patio central de este castillo, que dicho sea de paso, actualmente tiene más de vivienda fortificada que de castillo. Podemos encontrar reminiscencias de su pasado gótico y renacentista en algunas de las ventanas que dan a este discreto patio interior.
Unas escaleras nos llevan a la primera de las estancias que es, también, una de las más esplendorosas. Se trata del conocido como Salón de los Escudos. Es esta una de las habitaciones más espaciosas de la fortaleza. Aunque nos llama la atención una silla dispuesta a modo de trono, una falsa puerta pintada en la pared y un buen número de escudos en las paredes (que dan nombre a la estancia), la palma se lo lleva la estupenda pintura del techo, que a modo de trampantojo, ya nos acerca al mundo onírico de Dalí.
Tras este salón entramos al que es conocido como Salón del Piano, presidido, claro está, por el instrumento en cuestión. En esta estancia nos fijamos en los cortinajes que engalanan las distintas puertas así como algunos tapices que decoran las paredes. También observamos, y va a ser una constante en todo el Castillo de Púbol, la existencia de varios objetos que actualmente serían considerados “pongos”. Desde Sagradas Familias cerámicas a objetos más o menos kish, de aquellos que uno puede encontrar en las viviendas de nuestras abuelas con un cartelito que nos indique “Recuerdo de Benidorm”.
La habitación de Gala nos indica la consideración de princesa que debió tener la musa rusa a ojos del genial Dalí. Todo el Castillo de Púbol es un homenaje a Gala y su habitación es uno de los puntos culminantes del recorrido con esta cama decorada con un dosel. Adyacente a esta estancia nos encontramos el Baño de Gala, de curioso diseño, todo fruto de la mente daliniana. Los azulejos están presentes en este decoroso y amplio cuarto de baño.
Seguimos visitando esta primera planta del Castillo de Púbol para llegar hasta la habitación de invitados, cuya cama está decorada en tonos rojizos, a diferencia de la cama de Gala, donde predominan los añiles.
También en el castillo, Dalí tenía un pequeño taller, situado justo al lado del comedor, aunque mucho más pequeños que el que veremos en su Casa de Portlligat. No hay que olvidar que, al fallecer Gala, Dalí se trasladó al Castillo de Púbol hasta que falleció dos años más tarde. Sorprende el sofá situado enfrente del caballete. Pero es que Dalí pintaba siempre cómodamente sentado. Antes de terminar la visita aun visitaremos la cocina del castillo así como una estancia donde se guardan en vitrinas varias prendas de Gala, todas ellas de alta costura, en una exposición permanente que recibe el nombre de Las Galas de Gala. En cierta manera, el Castillo de Púbol es un santuario que rinde homenaje a la musa de Dalí.
Tras visitar los interiores del Castillo de Púbol, aún tenemos tiempo para dar un pequeño paseo por los jardines del mismo. Se trata de un jardín de aire italianizante pero con algunos detalles que llevan la impronta de Salvador Dalí, como la escultura de un elefante de largas patas.
Y así termina nuestra visita a este primer vértice del Triángulo Dalí del Ampurdán. La verdad es que visitar el Castillo de Púbol vale la pena pues, como digo, se puede considerar una obra plenamente daliniana más que una simple fortificación.
Es momento ahora para trasladarnos hasta Figueras, que dista solo unos 40 kilómetros del castillo y donde queremos visitar el Teatro Museo Dalí.