Nara, una población que dista únicamente una cincuentena de kilómetros de Kioto, supone una de las mejores excursiones que se pueden realizar desde esta última población. Hay que tener en cuenta que la importancia histórica de esta ciudad no es poca, pues Nara ostentó la capitalidad del Japón medieval entre los años 710 y 784.
De aquel momento de gran prosperidad son muchos de los templos que merece la pena visitar en Nara. Hasta 8 de los distintos templos, santuarios y lugares de Nara están incluidos en la Lista del Patrimonio de la Humanidad, desde 1998. Algunos de ellos son budistas y otros sintoístas.
En esta ocasión hablaré de uno de ellos, el Todai-ji, uno de los templos budistas más importantes de Japón y que alberga la figura de uno de los Buda de mayor tamaño de todo el mundo.
BREVE HISTORIA DEL TODAI-JI
Como ya hemos contado, fue durante la época en que la ciudad ostentó la capitalidad del país, entre los años 710 y 784, cuando Nara prosperó sobremanera, tanto a nivel comercial como espiritual. Conocemos como época Tenpyo la era que abarca entre los años 729 y 749 y que coinciden con el reinado del Emperador Shomu-Tenno. Ante las distintas y repetidas epidemias que asolaron la población, durante esta época, el Emperador mandó construir un Buda que protegiera a Nara de tales desastres naturales.
La ley especificaba que debía ser el propio pueblo el encargado de construir el Buda en cuestión así como el templo que lo albergara. Cuenta la leyenda que más de dos millones y medio de japoneses habrían colaborado en tamaña tarea. Sin embargo, estas cifras hay que situarlas únicamente en el entorno de la leyenda pues se trataría de la mitad de la población de todo el país durante el siglo VIII.
La cuestión es que el resultado de aquella ley es la actual imagen de bronce del que es conocido como el Buda Vairochana. Por su gran tamaño, recibe el nombre de Daibutsu, que no significa nada más que Gran Buda y que es cómo se conocen estos Buda de gran tamaño. Sin embargo hay que tener en cuenta que ni el Buda ni el enorme templo que lo alberga son originales. Pues, independientemente de si el Buda terminó por proteger o no a la población, parece que no se protegió ni a si mismo. En efecto, los daños que sufrió durante, al menos, un par de terremotos requirieron que tuviera que volver a ser refundido.
Alrededor del Daibutsu no solo se edificó un Templo si no un auténtico complejo religioso. Hasta el punto que el Templo Todai-Ji de Nara se convirtió en la sede de la filosofía budista conocida como Kegon, de origen chino. La filosofía Kegon no cree en un dios creador si no que considera que el Universo se creó él mismo y el Buda Vairochana es, precisamente, su centro.
La importancia del Templo fue tal que la capitalidad fue trasladada de Nara a Nagaoka en 784. Al parecer, los asuntos religiosos estaban influyendo más de la cuenta en los asuntos del gobierno y éste optó por trasladar la capitalidad a otra población con la idea de disminuir la influencia del Todai-Ji y la filosofía Kegon en los asuntos estatales.
VISITA AL TEMPLO TODAI-JI DE NARA Y SU DAIBUTSU
El Templo budista del Todai-Ji se localiza cerca del Nara Park. Más allá de la belleza del parque en sí, este es famoso por la enorme colonia de ciervos sika que han hecho de éste su hogar. Según nos cuentaN, estos ciervos son algo así como criaturas celestiales protectoras de la población. O sea, más o menos como el Gran Buda, pero en versión animal.
La verdad es que son varias decenas los que por allí pasean y se supone que son más o menos apacibles. Tanto es así que es actividad habitual tanto de turistas como de lugareños dar de comer a estas simpáticas criaturas. Para ello solo hay que comprar un paquete de galletitas para ciervos que para este menester se venden al precio de 150 yenes. Es decir, poco más de un euro. Claro que cuando sacas las galletas en cuestión, los adorables ciervos se acercan de manera más desordenada que lo que uno quisiera, de manera que durante nuestra estancia en el parque Nara, más de un turista vimos correr delante de los ciervos.
Entramos al complejo del Todai-Ji por la puerta llamada Nandaimon. Parece que los ciervos no tienen vetada la entrada al templo, de manera que también encontraremos algunos ciervos en los patios del templo, a la vez que observamos algunos, entrar y salir libremente. Esta puerta es de madera y fue construida a finales del siglo XI. Es decir, posteriormente al propio templo. Como muchos otros templos budistas, esta enorme puerta de veinte metros de altura está defendida por sendos guardianes de madera.
Antes de llegar a una segunda puerta de madera que dará paso al espacio donde se localiza la construcción que alberga el Daibutsu nos encontramos con un amplio jardín, con distintas construcciones y un pequeño lago, a mano derecha. En este espacio campan a sus aires algunos ciervos que han salvado la puerta Nandaimon.
El Gran Buda Vairocana se localiza en el interior del Daibutsu-den. Se trata de una enorme estructura de madera de 50 metros de lado y una altura de 56. Todo lo necesario para albergar esta enorme escultura de bronce que tiene unas medidas sorprendentes, con casi 15 metros de altura. A ambos lados del Daibutsu se localizan un par más de divinidades, también de bronce, algo más pequeñas. Son los característicos Boddhisatvas que ya hemos conocido en otros templos.
Toda la estructura que alberga el Gran Buda es de madera, incluidos los enormes pilares que la sostienen. Uno de ellos está, por cierto, agujereado, siendo tradición intentar pasar por en medio del mismo. Yo fracaso en el intento pero Isa, más chica, sí que lo consigue. Parece que el premio es el de alcanzar el don de la iluminación. Por mi parte, tendré que buscarla en otro lugar.
Como en otros templos budistas del Japón, en el mismo complejo existen unas pequeñas tiendas, donde uno puede comprar distintos amuletos. Parece que el japonés es un pueblo bastante supersticioso.
Antes de salir del recinto todavía pasamos por la Torre de la Campana, el Shoro, un edificio muy sencillo pero que alberga la mayor campana de todo Japón. Mide 3.87 metros de altura y fue fundida en 752.
El Templo Todai-Ji de Nara es, probablemente, el más importante de la ciudad y uno de los más significativos de todo Japón. Merece mucho la pena desplazarse desde Kioto para poder disfrutar de esta ciudad durante una jornada y conocer los distintos santuarios y templos que forman parte del Patrimonio de la Humanidad.
Comentarios:
7 comentarios en “NARA, JAPÓN. El Templo Todai-Ji y el Daibutsu de Nara.”
Que bonita es Nara, tengo un tatuaje pendiente de hacerme de un dragón que vi en el techo de uno de esos palacios. Nara es espectacular! De lo más bonito que vi por esa zona en Japón.
Este templo es uno de los lugares que más me gustó en Japón y decirte que yo también pasé por ese hueco… aunque confieso que sigo esperando la prometida iluminación 🙂
Precisoos los templos de Nara. Un imprescindible de Japón este templo y toda la ciudad.
Así es, una ciudad que merece mucho la pena y de fácil acceso desde Kioto. Un abrazo Jorge.
Este es uno de los templos que más me ha impresionado de Japón, casi me atrevería a decir que el que más, impresionante la construcción de madera de esas dimensiones tan bien conservado. Los ciervos monísimos y divertidos, aunque me llevé un buen pisotón de uno que se cabreó conmigo por la tardanza en darle la galleta, jeje.
Así es. Una ciudad preciosa Nara y, particularmente, este templo. Por ahí corre un video de un catalán corriendo por delante de un ciervo y pasándola putas durante 10 o 15 segundos…
Un abrazo Pepa y feliz navidad!