El Teatro-Museo Dalí de Figueras supone nuestra segunda visita de este fin de semana que estamos dedicando a recorrer el Triángulo Dalí, la ruta que transcurre por los tres escenarios más importantes que siguen la vida y obra de Salvador Dalí, uno de los pintores más influyentes del siglo XX y para mi gusto, el más extraordinarios de todos ellos tras Caravaggio.
La importancia de Salvador Dalí en la historia de la pintura es tal que, pese a estar el Museo Dalí situado a más de 150 kilómetros de Barcelona (capital catalana y que se llevar el grosor del turismo que visita la comunidad) se trata del segundo museo más visitado de Catalunya por detrás del Museo del FC Barcelona y por delante de museos de la talla del Museo Nacional de Arte de Cataluña o el Museo Picasso.
LA CREACIÓN DEL TEATRO-MUSEO DALÍ DE FIGUERAS.
Salvador Dalí nació en Figueras y vivió toda su vida en el Ampurdán. Sobre todo en su Casa de Portlligat, donde residió durante 52 años. El vínculo con la ciudad que le vio nacer, sin embargo, fue siempre muy importante, de manera que Dalí jamás quiso romper el cordón umbilical que lo unía a Figueras. En este sentido, el propio Dalí se involucró personalmente en el diseño que debía albergar lo más importante de su obra. Para ello, se escogió como sede del futuro museo al antiguo teatro de la ciudad, que presentaba un estado ruinoso tras quedar destruido durante la Guerra Civil Española.
Más de 20 años más tarde, en la década de los 60, el teatro renació de sus cenizas, siendo remodelado por completo y adaptado como templo artístico. Sin embargo, la aprobación de los proyectos de realización de la obra no fueron nada fáciles, de manera que el Museo Dalí no fue inaugurado hasta 1974 con el nombre de Teatro-Museo Dalí de Figueras.
Dalí no solo ofreció al museo buena parte de su obra, si no también su colección personal (con cuadros de otros artistas de renombre, como el Greco). Pero lo más importante es que el propio Dalí se implicó en el diseño del museo que llevaría su nombre desde un principio. De tal manera que, al igual que hemos visto en el Castillo de Púbol, el museo entero se puede considerar una obra daliniana en su máxima expresión.
El Teatro-Museo Dalí está gestionado por la Fundación Gala-Salvador Dalí, encargada de la promoción de la obra del genial pintor surrealista. La misma fundación es la encargada de la gestión de los distintos lugares que forman el Triángulo Dalí. Es decir, el museo, la Casa de Portlligat y el Castillo de Púbol.
VISITA AL MUSEO DALÍ DE FIGUERAS.
El tríptico que se entrega con la entrada, donde se detalla el plano del museo, ya nos lo advierte: aunque las salas estás numeradas a fin de seguir un orden más o menos establecido, ello solo sugiere una ruta con tal de no perderse ninguna sala. Es decir, el museo Dalí de Figueras no está ordenado ni cronológicamente ni siguiendo ningún criterio artístico. Ello no debe sorprender en una figura como Salvador Dalí, tan poco amante de los convencionalismos.
Con ello, al entrar al museo Dalí el visitante se dirige de forma casi automática al patio central del mismo, donde se ubica un enorme Cadillac con un par de personajes en su interior. Un guía que está explicando el museo a un grupo de japoneses inserta una moneda en una ranura y en el interior del Cadillac empieza a llover a cántaros. Desconozco si tiene algún significado, pero esto suele ser lo de menos en la obra daliniana.
Las salas de exposición del museo, que comprenden tres plantas más el sótano, circundan este patio central. Una de las más espectaculares salas es la que debió ser el antiguo escenario del viejo teatro. Una gran tela domina esta estancia culminada por una bella cúpula, pero el cuadro más famoso es el de Gala desnuda mirando al mar, que a cierta distancia se convierte en la figura del presidente norteamericano Abraham Lincoln.
Desde esta gran sala de la planta baja se accede a una sala más pequeña donde se presentan varios de los cuadros de mediano formato más famosos de Salvador Dalí. Maravilla el realismo de la Cesta de pan y el sorprendente onirismo de la Leda Atómica o del Espectro del Sex-Appeal.
Seguimos el recorrido por el museo llegando a una de las salas más curiosas, conocida como la Sala de Mae West. Se trata de un proyecto de colaboración entre el arquitecto Oscar Tusquets y el propio Salvador Dalí, de 1975. El mobiliario de la sala reproduce el cuadro Retrato de Mae West que se conserva en el Instituto de Arte de Chicago. Si una cortina hará las funciones de pelo, dos cuadros formarán los ojos, una curiosa chimenea se convierte en nariz y uno de los famosos sofás dalinianos, en la boca. Todo ello se puede observar desde la altura, dando lugar a la conocida imagen que recibe el nombre de Retrato de Mae West que puede utilizarse como apartamento surrealista.
Otra se las salas más espectaculares del Museo Dalí es la que alberga la obra Palacio del Viento, de 1972. Se trata de una gran pintura realizada al fresco y con óleo sobre tela, encolada en el techo, de más de once metros de longitud por 6 de anchura que domina todo el techo de una de las estancias del museo que, por cierto, era donde se ubicaba el Foyer del viejo teatro. En esta obra tan poco convencional, Dalí representa como se imaginaba la ceremonia de su entierro y como la lluvia dejaría caer la obra daliniana en el momento de su traspaso. Mejor no buscarle tres pies al gato y quedarse con el impacto visual de la obra.
A ambos lados de este salón noble se abren dos salas más. En una de ellas encontramos un curioso mobiliario. En la otra destaca otro impactante cuadro, Galatea de las Esferas, donde la imagen de la musa de Dalí, Gala, está reconstruida a partir de esferas confluentes en un punto central de la tela. Dalí pinta esta obra en un momento de máxima fascinación por el mundo de la ciencia.
Son muchísimas las obras de Dalí expuestas en este Museo Dalí de Figueras y sería absurdo enumerarlas todas. Sin embargo sí que quisiera comentar la existencia de unas curiosas pinturas donde Dalí experimenta con el mundo de la estereoscopia. Al mirar con ambos ojos una pareja de cuadros confrontados con un espejo se obtiene una imagen en tres dimensiones del cuadro en cuestión. Tal es el efecto en su obra Dalí de espaldas pintando a Gala de espaldas eternizada por seis córneas virtuales provisionalmente reflejadas en seis verdaderos espejos.
Tras visitar la mayor parte del museo, con buena parte de la obra daliniana, subimos al segundo piso, donde se ubica la obra de Antoni Pixot, pintor también de Figueras, que fue colaborador y amigo de Dalí y director de la Fundación Gala Dalí. Sorprende su estilo, a base de figuras antropomorfas inspiradas en composiciones de piedra. Podemos ver aquí varias decenas de sus pinturas. Según parece, Pixot construía la obra a modo de escultura de piedras y, posteriormente, la trasladaba a sus telas. Sorprendente, como digo.
Por último, en el tercer piso del Museo Dalí de Figueras nos encontramos con cuadros de la colección personal de Salvador Dalí. Destacan La hilandera de Dou y un San Pablo de El Greco.
LAS JOYAS DE DALÍ.
La visita al Museo Dalí de Figueras no sería completa sin visitar la exposición Dalí-Joyas. Para ello hay que salir del museo y entrar por la parte posterior del mismo. Aquí se exponen un conjunto de joyas diseñadas por Salvador Dalí a lo largo de casi 40 años. La verdad es que en esta colección parece como si Dalí hubiera trasladado su mundo a las tres dimensiones. La exposición es apasionante y merece la pena no perdérsela.
Dalí no solo diseñó las joyas si no que escogió cada uno de los materiales que debían utilizarse. Fruto del genio del artista podemos disfrutar de uno de los conjuntos de joyas más extraordinarios que existan. Esta exposición supone el punto culminante a nuestra visita al Museo-Dalí de Figueras.
DATOS PRÁCTICOS
CÓMO LLEGAR A FIGUERAS.
Por CARRETERA. Lo más cómodo si procedéis de Barcelona es tomar al AP-7 que llega hasta las cercanías de Figueras. Son unos 140 kilómetros que se cubren en hora y media.
Por VIA AEREA. Si visitáis Figueras desde fuera de Cataluña lo más conveniente es volar hasta el Aeropuerto de Girona-Costa Brava, a solo 50 kilómetros, o al Aeropuerto del Prat-Barcelona. Desde allí se puede alquilar un coche. Podéis comparar la precios de distintas agencias en el comparador de coches de alquiler de HAPPYCAR.
En TREN. Figueras tiene estación de AVE por lo que es posible llegar a la ciudad con trenes de alta velocidad procedentes de Barcelona, Madrid o Francia.
MÁS INFORMACIÓN ACERCA DEL MUSEO DALÍ DE FIGUERAS.
En la web de Museo Dalí y en la página de Turismo de Girona-Costa Brava.