Qué ver en Reus en 1 día. La Ruta Modernista de Reus supone una razón perfecta para visitar esta bella ciudad de la provincia de Tarragona y capital de la comarca del Baix Camp, que con poco más de 100.000 habitantes llegó a ser considerada la segunda ciudad más importante de Catalunya durante la segunda mitad del siglo XIX.
Pero la Ruta Modernista de Reus, producto de las viviendas construidas en aquella época de esplendor, no es lo único que nos ha traído a la población. Reus es considerada la tierra catalana del vermut, con varias factorías que, desde hace ya muchos años, se dedican a su producción. Gracias a la revitalización de la ciudad en los últimos años, que ha convertido a Reus en un estupendo emporio comercial con aires de capitalidad de cara a las comarcas tarraconenses, la hora de vermut parece sagrada en estas latitudes.
No hay que olvidar que Reus es, además, la patria chica de importantes personalidades de la historia del arte y la política. Ni más ni menos que el mismísimo Antoni Gaudí es hijo de la ciudad (aunque no fuera profeta en su tierra), así como el afamado pintor Mariano Fortuny o el militar y político Juan Prim, que llegó a ser presidente del Consejo de Ministros de España. Algunos de los monumentos más importantes que ver en Reus tienen, por tanto, a estos tres personajes como protagonistas.
Para nuestra visita por la Ruta del Modernismo de Reus y el resto de la población contamos con una cicerone de excepción. Nuestra amiga María Teresa Trilla, autora del excelente blog Apuntes de viaje, quien, junto a su marido Josep Maria, se convirtió en una anfitriona estupenda.
QUÉ VER EN REUS EN 1 DÍA.
RUTA MODERNISTA DE REUS. CAMINO A LA PLAZA DEL MERCADAL
Empezamos la Ruta Modernista de Reus conociendo la vivienda donde, un 25 de junio de 1852, vio nacer a Antoni Gaudí, el más importante genio del Modernismo Catalán, autor de obras tan importantes de la historia del arte como La Pedrera o la Casa Batlló. Se trata de una vivienda sin mayor gloria que la que una placa nos cuenta: ser el lugar de nacimiento de Gaudí y el hogar donde pasó su primera infancia y juventud. A los pocos metros, una escultura de un joven Gaudí rinde homenaje a tan importante figura.
Nuestro primer destino es la Plaça del Mercadal, una de las más importantes de la población y donde se localizan algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad y de la Ruta del Modernismo de Reus. Sin duda, el más elegante, y el que enseguida nos llama la atención es la que es conocida como Casa Navàs, quizá el monumento más importante que ver en Reus, aunque para poder conocer su interior hay que comprar las entradas con bastante antelación, pues su acceso es muy limitado (en nuestro caso, las reservamos por teléfono unos 2 meses antes).
La Casa Navas es un encargo de Joaquim Navàs Padró a Lluís Domènech i Montaner, uno de los arquitectos modernistas más importantes del momento y autor también de obras tan célebres como el Palau de la Música Catalana o el Hospital de Sant Pau.
La vivienda se construyó entre el 1901 y el 1908. Se dispuso la planta baja como tienda (la familia Navàs se dedicaba a la venta de tejidos y sedas) y el resto del edificio a vivienda familiar. Como era habitual, Doménech i Montaner se rodeó de los artesanos más célebres del momento para una construcción donde no se reparó en gastos. Mármoles de Alfons Jujol, pinturas murales de Tomás Bergadà, mobiliario de Gaspar Homar, vidrieras de Jeroni Ferran Granell i Manresa y mosaicos de Lluís Brú nos dan fe de la categoría artística de una vivienda cuya visita nos deja realmente estupefactos. Aunque algo menor que la barcelonesa Casa Lleó i Morera, obra también de Domènech, la Casa Navàs es una de las más extraordinarias viviendas que hemos tenido la oportunidad de visitar fuera de Barcelona. En unos días espero poder escribir un post dedicado a la casa Navàs.
Después de recorrer los interiores de la Casa Navàs, no dudamos en entrar a la planta baja, que sigue haciendo las funciones de tienda de tejidos.
No es la Casa Navás el único edificio de interés en la Plaça del Mercadal. Un edificio esquinero, conocido como Casa Pinyol, supone una primera muestra de la obra modernista de Pere Casellas, autor que tendremos la oportunidad de conocer durante nuestro recorrido por Reus. Conocida como Cal Pinyol es una obra de 1910, cuya fachada pintada en tenue color verde dispone de un bello frontón y cornisas y de una decoración floral que enmarca los balcones y que es tan típica de este estilo artístico. Pere Casellas, arquitecto nacido en Reus, llegó a ser arquitecto municipal de la ciudad, de manera que varios de los edificios modernistas que hay que ver en Reus llevan su firma.
Casi vecino a Cal Pinyol (separado por el inicio del carrer de les Galanes) encontramos el Ayuntamiento de Reus, una obra renacentista, aunque ha sufrido varias reformas posteriores.
Sin embargo, es otro edificio, en este caso mucho más moderno, el que nos llama la atención. Se trata del Gaudí Centre. Son varios los museos que ver en Reus, pero la premura del tiempo nos permitirá conocer uno solo. En una ciudad con tal inventario modernista y que vio nacer a Antoni Gaudí, el escogido no podría ser otro que el dedicado a este genio nacido en Reus.
Se trata de un edificio inaugurado en 2007 que versa sobre la vida y la obra del más universal de los reusenses. Aunque Antoni Gaudí no fue profeta en su tierra, fue aquí donde nació y vivió durante su infancia y juventud. El museo, cuyo espacio expositivo abarca 3 de las 4 plantas del edificio, nos muestra parte de la vida y la obra de Gaudí de una forma muy amena, gracias a unos auriculares que funcionan a modo de audioguía y que se conectan mediante control remoto al entrar en cada una de las salas. Un par de audiovisuales completan el recorrido. Vale la pena no perderse este museo.
DE LA PRIORAL DE SANT PERE AL MUSEO DEL VERMUT
Visitada la Plaza del Mercadal nos dirigimos por la Calle Mayor en dirección a una de las iglesias más importantes de Reus. A mano izquierda nos encontramos con la bonita fachada del Centre de Lectura de Reus. Se trata de uno de los primeros ateneos que se construyeron en Catalunya, una institución fundada en 1859 con la idea de promover la cultura entre los conciudadanos. Podemos visitar parte de su interior. En concreto su maravillosa biblioteca o sala de lectura, una de la más bellas de Catalunya y con un precioso mobiliario enteramente de madera. Es aquí donde se ubica el segundo teatro en importancia de Reus, el Teatre Bartrina.
A los pocos metros llegamos a la Prioral de Sant Pere, un templo del siglo XVI dedicado al patrón de la ciudad. Se trata de un edificio tardogótico, de fachada ya renacentista, que destaca con su esbelto y bello campanario. Fue en este templo donde Antoni Gaudí fue bautizado el día siguiente a su nacimiento y donde, en 1853, recibió su confirmación. También es de interés la Capilla del Santísimo, de estilo renacentista, financiada por el Primer Marqués de Tamarit. Es en esta capilla donde está depositado el corazón de pintor reusense Mariano Fortuny, por expreso deseo suyo.
Un arco nos permite llegar hasta la Plaça de les Peixateries Velles, un precioso espacio neoclásico documentado ya desde el siglo XV.
A ambos lados de la rectangular plaza se disponían, bajo porches, las pescaderías que dan nombre a la misma. Su remodelación durante los últimos años del siglo XX la ha convertido en uno de los espacios de restauración más importantes de Reus.
Salimos por la plaza por el lado opuesto para alcanzar el Raval de Sant Pere, una calle donde se localiza otra de las obras más importantes de la Ruta del Modernismo de Reus y, en concreto, del que fuera arquitecto municipal Pere Casellas. Se trata la Casa Anguera, una vivienda de 1905 en cuya fachada destaca el bello esgrafiado, la decoración escultórica floral (y en particular, de la rosa, símbolo de Reus y que se irá repitiendo en la mayoría de edificios modernistas de la ciudad) y los balcones diseñados en hierro forjado.
El hambre empieza a apretar de manera que es momento de buscar donde calmarlo. Nuestros anfitriones, Teresa y Josep María tienen varias ideas en la cabeza, pero nos sorprendemos al comprobar que los restaurantes elegidos están completos. La verdad es que estamos asombrados con la vitalidad de la población. Los bares, terrazas y restaurantes están a rebosar y las calles vibran de actividad, tanto por lo que hace referencia a lo comercial, como al simple paseo.
En particular, ahora al mediodía y en fin de semana, parece que esta hora del vermut es casi sagrada. Las terrazas están repletas de gente deseosa de degustar esta maravilla que es el vermú de Reus y que, con factorías tan importantes como Miró o Yzaguirre, ha convertido a la población en una de las capitales europeas de este brebaje.
Un buen lugar para degustar el vermú de Reus y de paso, almorzar, es el que es conocido como Museo del Vermut de Reus. Se quiera o no comer allí, pienso que es uno de los lugares que hay que ver en Reus, pues esta iniciativa privada se ha convertido en uno de los museos más interesantes sobre el vermut. Cientos de botellas de distintas casas comerciales, no solo reusenses, y todo tipo de gadgets en relación a esta bebida, se encuentran repartidos por las distintas salas del Museo del Vermut, que están ideadas, también, a modo de restaurante.
El vermut está delicioso, pero también lo está la comida y, en particular, un maravilloso bacalao que tanto Teresa como yo no dudamos en disfrutar. La compañía es verdaderamente amena y poder conocer algo más a unos viajeros con tanta experiencia como Teresa y Josep María está convirtiendo nuestra visita a Reus en un momento ciertamente especial.
EL INSTITUT PERE MATA, LA OTRA JOYA DE LA RUTA DEL MODERNISMO DE REUS.
Con la panza llena retomamos nuestra Ruta del Modernismo de Reus. Tomamos esta vez el coche para dirigirnos a otra de las obras maestras de Lluís Domènech i Montaner, el segundo arquitecto modernista en importancia de toda Catalunya.
Se trata del Institut Pere Mata, una obra maestra al que le dedicaré un post entero, pero que en este escrito no puedo dejar de comentar. Esta magna construcción fue concebida como psiquiátrico, función que desempeñó desde su construcción en 1898 (se inauguró oficialmente en 1900). Está considerado, ni más ni menos, que el precedente del Hospital de Sant Pau, verdadera obra mayor de Domènech i Montaner.
Al igual que la obra barcelonesa, el Pera Mata está diseñado con el uso de ladrillo en obra vista como material principal y con cubiertas a doble vertiente. Cerámica y piedra calcárea decoran parte de las fachadas. Nuevamente la rosa estará presente en gran parte de la decoración, tanto exterior, como interior.
El pabellón más importante del Instituto Pere Mata es el que se conoce como Pabellón de los Distinguidos. Era esta la zona dedicada a los internos con mayores posibles. Los acabados, ya sean arrimadores, vitrales, techos de cerámica, lámparas de hierro forjado o marquetería producida por la mano de los más importantes artesanos del momento, son aquí excepcionales.
En la planta baja podemos conocer las zonas comunes, como el Salón donde se recibía a los familiares y visitas, el comedor o las salas de estar y entretenimiento, con sala de billar incluida. No hay que perder detalle de los esgrafiados de las paredes o los bellos vitrales obra de los talleres de Antoni Rigalt.
Subimos por las escaleras, decoradas también con bellos arrimadores de cerámica, para alcanzar la primera planta donde se disponen las habitaciones de los internos. Cada dos habitaciones, disponían de un espacio común. Las estancias están bellamente decoradas con unos muebles producto del genio de los mejores ebanistas del momento. Las habitaciones también disponían de váteres individuales, un gran avance del momento. Curiosamente, dentro de los armarios se disponía también un pequeño lavamanos. Bañeras de cerámica eran dispuestas para su uso comunitario.
La verdad es que este Pabellón de los Distinguidos es una de las obras más bellas del modernismo catalán comunitario, más allá de viviendas particulares y edificios de carácter eclesiástico.
LA RUTA MODERNISTA DE REUS POR LAS CALLES SANT JOAN Y MONTEROLS.
Tomamos nuevamente rumbo al centro de Reus para seguir con la Ruta Modernista. Tras pasar por delante de las Escuelas Prat de la Riba, obra modernista de Pere Casellas, nos dirigimos hacia la Calle Sant Joan donde se localizan dos de los edificios de la Ruta Modernista que hay que ver en Reus. Se trata de las vecinas Casa Rull y Casa Gasull. Ambas son obras de Lluís Domènech i Montaner. Sin embargo, aunque la Casa Rull es de estilo modernista, la Casa Gasull se acerca ya al noucentisme.
La Casa Rull fue construida en 1900 y, al igual que el Institut Pere Mata, su diseño está basado en la obra vista a base de ladrillo. Hay que destacar el fabuloso balcón de piedra calcárea así como la decoración de los ventanales, de estilo ecléctico y que no esconden un cierto gusto por lo árabe. El edificio fue el encargo del notario Pere Rull como así lo atestiguan la pluma que decora la fachada así como las iniciales PR que la circundan. Por encima de la ventana del primer piso encontramos esculpida una balanza, símbolo de justicia por antonomasia.
A su lado, la Casa Gasull, está a caballo entre el modernismo y el noucentisme. Es también una obra de Domènech i Montaner, aunque algo posterior, pues su construcción data de 1911. La planta baja del edificio era dedicada al negocio familiar, los aceites, mientras que las plantas superiores estaban dispuestas a modo de vivienda. No hay que perder detalle de los esgrafiados de la fachada así como la curiosa baranda, construida gracias al uso de la cerámica vidriada. Es esta una decoración que ya hemos podido observar en el Institut Pere Mata y que, en Barcelona, podemos encontrar en el Palau de la Música Catalana, obra también de Domènech. Por desgracia, no podemos entrar al interior ni de la Casa Gasull ni de la Rull.
Llegamos a la Plaza Prim, otra de las más monumentales de la población y donde destacan dos elementos: la estatua ecuestre del General Prim, hijo de Reus, y el Teatro Fortuny, el más importante de la ciudad.
Nuestro siguiente paseo nos lleva a dos de las calles más comerciales y con más ambiente de Reus: las calles Llovera y Monterols. Aquí se disponen varios edificios de la Ruta del Modernismo que hay que ver en Reus y que son obra, prácticamente todos ellos, del arquitecto municipal Pere Casellas.
Quizá uno de los más destacados sea la Casa Querol, en la Calle Llovera. Se trata de uno de los edificios más estrechos, pero no por ello menos elegantes, de obra vista y con unas barandas preciosamente decoradas con motivos vegetales.
En la misma Calle Llovera encontramos la Casa Tomàs Jordi, mucho más amplia, con una fachada bellamente decorada con motivos florales y balcones de hierro forjado. Recuerda bastante a la Casa Anguera del Raval de Sant Pere. También es obra de Pere Casellas.
Ya en la Calle Manterols, encontramos la Casa Laguna. Se trata de otro estrecho edificio obra del mismo arquitecto. La cerámica es el elemento más destacado de la fachada, en parte, dispuesta a modo de trencadís.
Es esta calle Manterols una de las más animadas del centro histórico de Reus y que parece hervir a media tarde, con todos los comercios abiertos y los reusenses disfrutando de su ciudad. Y así llegamos nuevamente a la Plaça del Mercadal, centro neurálgico de la capital del Baix Camp y donde damos por terminada nuestra Ruta Modernista de Reus.
La verdad es que hemos quedado gratamente sorprendidos del ambiente de esta ciudad así como de la gran cantidad de edificios y monumentos que hay que ver en Reus. Una población que me atrevería a decir que merece de un fin de semana entero y que hemos podido disfrutar de la mano de dos anfitriones de primera categoría, nuestros amigos Maria Teresa y Josep Maria.