El Berguedà es una de las comarcas más interesantes de Cataluña y que ha merecido que le dedicáramos una pequeña escapada de tres días antes de terminar el año. Un tiempo demasiado escaso para una comarca que aúna gran cantidad de enclaves que presentan un enorme atractivo, ya sea en lo que hace referencia a la cultura, la historia, la naturaleza o la gastronómia.
En este primer post os haré un pequeño resumen de algunos de aquellos lugares que hay que ver en el Berguedà en una primera visita a la zona y que hemos podido disfrutar en familia durante este otoño. También os comentaré donde hemos tenido la oportunidad de alojarnos, en plena naturaleza y en una situación privilegiada en el centro de la comarca. Un lugar con mucho encanto que es un atractivo en si mismo.
QUÉ VER EN EL BERGUEDÀ EN 3 DÍAS.
CAN VIDAL Y LAS COLONIAS INDUSTRIALES DEL LLOBREGAT.
Hasta más de una quincena de colonias industriales se establecieron en las orillas del Río Llobregat desde finales del siglo XIX. Algunas de ellas son visitables y suponen un extraordinario testigo de una época que supuso el paso de la sociedad manufacturera a la industrial.
En concreto, el Parque Fluvial de las Colonias del Llobregat, reúne dieciocho complejos industriales de este tipo. Auténticas pequeñas ciudades construidas de novo, donde los trabajadores de la fábrica eran trasladados a vivir al complejo colonial que disponía de todo tipo de servicios, tales como escuelas, teatros, cines o comercios. Fue en esta época cuando la industria textil catalana se situó entre la más fructífera del mundo entero.
Aunque la mayor parte de las Colonias Textiles del Llobregat cerraron sus puertas durante la crisis de los años ochenta del siglo pasado, muchas de ellas siguen vivas en forma de comunidades de vecinos. Algunas fábricas, las menos, han sido vendidas y una nueva empresa ocupa el espacio fabril de la antigua colonia. La verdad es que estos pequeños núcleos poblacionales merecen la pena ser conocidos. Visitamos la Colonia de Can Vidal, que ha sido museizada para que comprendamos la importancia de las colonias fabriles del Llobregat y cuál era su modo de funcionamiento.
También visitamos la Torre de l’Amo de la Colonia Viladomiu Nou, donde residía el dueño de la colonia cuando este se trasladaba a la misma desde su domicilio, habitualmente en Barcelona. Dos visitas muy interesantes a las que dedicaré un post entero.
SANTUARIO DE QUERALT
Muy cerca de la capital de comarca, Berga, se localiza este pequeño santuario dedicado a la Virgen de Queralt, patrona de la ciudad. Desde 1200 metros de altitud, en lo alto de una colina, el Santuario de Queralt domina la ciudad de Berga y buena parte de la comarca. No es extraño que sea conocido como el Balcón de Cataluña.
Es en este Santuario donde se venera la imagen de la Virgen de Queralt que, al parecer, fue hallada en la Santa Cueva, que se localiza a escasos metros del santuario en cuestión y que es igualmente visitable. La imagen habría sido hallada por un pastor hace ya muchos siglos. Según la leyenda, el pastor la recogió para llevársela a su casa. Pero al llegar a su hogar la imagen había desaparecido y ésta había regresado por su cuenta a la colina donde había sido encontrada. Repitiéndose el suceso en distintas ocasiones, el pastor entendió que era en tan bello paraje donde la imagen de la Virgen deseaba permanecer.
La imagen de la Virgen de Queralt es una de las más queridas en Cataluña. Se trata de una talla del siglo XIV que conserva detalles románicos y góticos.
Son varios los paseos y senderos que pueden surcar desde este lugar. Nosotros nos limitamos a disfrutar del paraje, de las bellas vistas de toda la comarca desde este Balcón de Cataluña y a deleitarnos con el vuelo de varias rapaces que, al parecer, merodean por esta bella zona muy a menudo
SALDES Y EL PEDRAFORCA
El Pedraforca, un macizo compuesto por dos picos, es una de las montañas más míticas y fotogénicas de Cataluña. Dispone de dos cimas, el Pollegó Superior (a 2506 metros) y el Pollegó Inferior (a 2445 metros) y supone una de las imágenes más características de la Cataluña Central.
Su ascenso representa una bellísima ruta de senderismo que requiere de un mínimo de preparación y que quedaba fuera de nuestros objetivos. Sin embargo no queríamos visitar el Berguedà sin acercarnos a uno de los sus puntos más míticos. Es por ello que tomamos el coche en dirección al pequeño pueblo de montaña de Saldes. Se trata de un núcleo municipal de no más de 300 habitantes, con las viviendas construidas en piedra. Siendo el edifico más notable la iglesia de Sant Martí, lo que verdaderamente hace de Saldes un lugar de belleza excepcional es el marco en que se localiza, con el macizo del Pedraforca a sus espaldas.
Desde luego, el Pedraforca es uno de los espacios naturales que hay que ver en el Berguedà y el municipio de Saldes es un buen lugar para hacerlo.
No tuvimos tiempo de subir hasta el mirador de Gresolet, que se encuentra escasos kilómetros de Saldes y menos hasta la bonita población de Gósol. Ambos lugares merecen la pena y están a escasa distancia de Saldes. Sin embrago, el día es corto en otoño y anochece demasiado pronto, por lo que tuvimos que dejar estas visitas para otra ocasión.
Tampoco tuvimos tiempo de parar en el Museo de las Minas de Cercs, a medio camino entre Berga y Saldes. Cristina, del blog de viajes, Kris por el mundo, sí que pudo visitarlo durante su jornada por el Alt Berguedà.
BAGÀ
Son varios los pequeños pueblos que hay que ver en Berguedà. A los citados Gósol y Saldes quisiera añadir un tercero: Bagà. Se trata de otro pequeño núcleo poblacional. En este caso, la población cuenta con unos dos mil habitantes.
La práctica totalidad de las viviendas del centro histórico están construidas en esta piedra tan típica de estas latitudes. Rampas, recovecos y estrechas callejuelas acaban por converger en la bellísima plaza porticada de Galcerán de Pinós, construida en el siglo XIII como todo el centro medieval de esta bella localidad. Es aquí donde a lo largo de los siglos se han celebrados las ferias y mercados y donde residía la pequeña nobleza de la Baronía de Pinós, un pequeño enclave que pertenecía al Condado de la Cerdaña y que incluía varios núcleos poblacionales como los ya citados de Saldes y Gósol. Esta plaza, porticada en tres de sus lados, es una auténtica delicia.
Es este un buen lugar para pasear sin prisas y sin mayores objetivos que disfrutar de la pequeña población. La iglesia de San Esteban, tardorománica, o el Puente de la Vila, son dos de sus construcciones más notables. No pudimos evitar hacernos con unos quesos y unos ricos embutidos que se venden en algunas de las charcuterías de la población. Deliciosos, como no podía ser de otra forma.
EL ROMÁNICO DEL BERGUEDÀ
Son varias las iglesias románicas que merecen ser visitadas en el Berguedà. Por desgracia, no pudimos incluir en nuestro programa la más importante de todas, San Quirze de Pedret. Los horarios de visita son demasiado escasos y debimos escoger entre visitar esta iglesia o hacer lo propio con la Colonia Vidal de la que ya os he hablado.
Sí que pudimos visitar la encantadora iglesia de Sant Vicenç de Rus, que se localiza a solo cinco kilómetros de Castellar de N’hug. Se trata de una pequeña iglesia de una sola nave, documentada desde el año 961 y consagrada en 1106. Se trata de un templo de una única nave cerrada con bóveda de medio cañón, con campanario en espadaña y un único ábside donde podemos apreciar la decoración lombarda típica del románico catalán. En el interior de Sant Vicenç de Rus se encontraron un conjunto de bellas pinturas al fresco cuyas reproducciones merecen la pena ser visitadas (los originales fueron trasladadas al Museo Diocesano y Comarcal de Solsona). Sí que son originales las pinturas que ornamentan la capilla gótica dedicada a María Magdalena, algo poco habitual en la época. Merece la pena visitar esta iglesia antes de hacer lo propio con las cercanas Fuentes del Llobregat y la población de Castellar de N’hug.
También visitamos la iglesia de Sant Jaume de Frontanyà, ubicada en el municipio más pequeño de toda Cataluña. El templo es un verdadero encanto y una de las más bellas del románico catalán. Pedimos las llaves en el restaurante que se encuentra justo enfrente para poder disfrutar de este templo que era la iglesia del monasterio agustino del mismo nombre.
Se trata de una obra del siglo XI, con clara influencia lombarda (lo atestiguan las arcuaciones ciegas de fachada y ábsides), de una sola nave, con transepto y tres ábsides. La nave está cerrada con bóveda de cañón, aunque lo más original es el formidable cimborrio que se localiza en el crucero, único en Cataluña con sus 12 lados. Es esta una de las obras cumbres del románico catalán y una de las edificaciones que hay que ver en el Berguedà, aunque para ello debamos desviarnos un poco de la ruta más trillada.
JARDINES ARTIGAS DE LA POBLA DE LILLET
La Pobla de Lillet es otro precioso pueblo, situado a orillas del río Llobregat, que dispone de algunas iglesias de interés y hasta dos puentes medievales preciosos. Sin embargo, nuestro objetivo fueron los Jardines Artigas que pertenecen a esta población.
Los Jardines Artigas fueron diseñados por el insigne arquitecto Antoni Gaudí para la vivienda de la familia Artigas. La familia había alojado al genio de Reus durante su estancia en el Berguedà y Gaudí les quiso recompensar con el diseño de estos jardines. El arquitecto se había desplazado hasta esta zona a instancias de su mecenas, Eusebi Güell, para que proyectara el Chalet de Catllaràs, alojamiento para trabajadores e ingenieros de las minas de Catllaràs, de donde se obtenía el carbón que alimentaría la cementera Asland, propiedad del célebre industrial.
Hablaré de los Jardines Artigas en un futuro post. Solo comentaros que su visita merece la pena y que se trata, además, de uno de los pocos trabajos que el genio de Reus dejó en Cataluña fuera de Barcelona, además de mostrarnos sus aptitudes como paisajista.
CASTELLAR DE N’HUG Y FUENTES DEL LLOBREGAT.
Esta bella población del Alto Berguedà es uno de los pueblos más bellos de Cataluña. Situada en una ubicación envidiable, a casi 1400 metros sobre el nivel del mar, mantiene un núcleo histórico de preciosas viviendas construidas en piedra y madera que lo convierten en uno de los conjuntos más harmónicos y pintorescos de toda la comunidad.
A ello hay que añadirle una fantástica gastronomía de montaña de la que os daré cuenta en un post dedicado a la población y a que es la sede de uno los concursos más famosos de toda Cataluña: el Concurso internacional del Gos d’atura de Castellar de N’hug. Es decir, del perro pastor. En este certamen que se celebra anualmente el último domingo de agosto, pastores venidos de distintas latitudes compiten en destreza.
El segundo motivo que hace famoso al pueblo de Castellar de N’hug es que es aquí donde podemos encontrar las fuentes del Río Llobregat, uno de los más importantes de Cataluña. Solo hay que bajar unos escalones desde el mismo pueblo para llegar, en menos de veinte minutos, al conjunto de saltantes y cascadas que dan inicio al río Llobregat y que, tras 175 kilómetros de recorrido, desembocará en el Mar Mediterráneo.
DONDE ALOJARSE EN EL BERGEDÀ: EL BERGA RESORT.
Os quería hablar ahora de donde nos hemos alojado estos tres días que hemos tenido la oportunidad de visitar el Berguedà. Lo hemos hecho en el Berga Resort.
Se trata de los que podríamos decir un cámping de nueva generación. Es decir, un establecimiento situado en plena naturaleza pero a solo unos 5 kilómetros de Berga, la capital comarcal, y que compatibiliza tanto lo que son campistas tradicionales con las habituales parcelas que se alquilan a fin de establecer allá la caravana como una serie de bungalows, chalets y mobil-home que permiten al viajero que quiere disfrutar del alojamiento en plena naturaleza y de los servicios del complejo del Berga Resort, alojarse con unos niveles de comodidad óptima.
Nosotros nos alojamos en un móbil-home, un espacio de 24 metros cuadrados que dispone de dos habitaciones con 4 camas en total, baño completo con ducha, una cocina con todo lo necesario y un pequeño comedor. La verdad es que se trata de un espacio muy amplio y confortable.
Otras opciones son los bonitos bungalows de madera con capacidad para dos adultos y un espacio de 12 metros cuadrados o los bungalows-plus, con capacidad para 4 o 5 personas y una superficie de 30 metros cuadrados.
Más allá de poder alojarse en plena naturaleza el Berga Resort tiene su punto fuerte en los numerosos servicios que ofrece.
Por ejemplo, pudimos disfrutar del Wellness Spa Center, un completo circuito de spa con 13 estaciones, incluidas saunas, hammam y varios tipos de piscinas hidrotermales. Fue estupendo poder disfrutar del spa al regresar de nuestro segundo día de estancia en el Berguedà en este circuito que tiene una duración aproximada de una hora y media.
Además, los niños tienen su espacio en el Berga Resort, de tal manera que mientras Isa y yo nos relajamos en el Wellness Spa Center, Marc pudo hacer lo propio en el Mini-Club Infantil, donde dos monitoras se ocupan de los niños a la vez que ellos disfrutan con un completo chiquiparc infantil, al que llaman Salti park y que comprende, por ejemplo, varias piscinas de bolas. El trabajo fue nuestro para rescatar a Marc cuando regresamos del Spa. Para él, una hora y media no había sido suficiente y prefería seguir con las actividades que programaban las monitoras antes de ir a cenar.
El sábado por la mañana, dado que nuestra visita a la Colonia Vidal empezaba a las 11 de la mañana, pudimos disfrutar de las dos piscinas interiores climatizadas. Ideal si se visita el Berguedà en otoño o en invierno. En verano se abren también las dos piscinas exteriores, provistas de un largo tobogán acuático.
Y los amantes del deporte tienen también su espacio en el Berga Resort, más allá de las piscinas comentadas. El centro deportivo dispone de 12.000 metros cuadrados de instalaciones y equipamientos, ni más ni menos. Un gimnasio con más de 100 máquinas y varias pistas de tenis y pádel, aunque estas hay que pagarlas a parte (5 y 9 euros la hora, respectivamente).
La verdad es que la estancia en el Berga Resort nos pareció muy confortable y recomendable. Como decimos, poder alojarnos en plena naturaleza en nuestra visita al Berguedà y poder disfrutar y relajarnos en sus instalaciones al regresar de nuestras visitas diarias fue estupendo.
Espero que este post os anime a visitar la comarca. Ya veis que son muchos los lugares que hay que ver en el Berguedà, uno de los enclaves más bellos de Cataluña.