Una ciudad que debe formar parte de cualquier viaje a Polonia, incluso por encima de la capital del país, Varsovia.
CRACOVIA EN UN BREVE APUNTE HISTÓRICO
Antes de hablaros sobre los 9 lugares que hay que ver en Cracovia de manera imprescindible, dejadme que os deje cuatro apuntes históricos. Aunque se sabe de la existencia de asentamientos humanos en la colina de Wawel desde la Edad de Piedra, las primeras menciones a la ciudad de Cracovia se remontan a mediados del siglo X. Por aquél entonces, un viajero sefardí de nombre Ibn Ya’qub ya habla de la existencia de una importante población con un destacado centro comercial. De esta época quedan pocos vestigios pues la ciudad fue dañada de forma ostensible durante las invasiones tártaras del siglo XIII, de manera que quizá sea la iglesia de San Adalberto, en la misma plaza del mercado, uno de los pocos remanentes de aquella Cracovia del siglo X.
A partir de mediados del siglo XIV la ciudad parece renacer con fuerza de sus propias cenizas, cual ave fénix. Fueron siglos de esplendor para una ciudad que forma parte del Reino de Polonia y Lituania, bajo dominio de la Dinastía Jagellón, originaria de Lituania. Cracovia se convierte en capital del reinado y su Universidad, fundada por Casimiro III de Polonia, el último soberano de la dinastía Piasta, se consolida como una de las más importantes de Europa central. El crecimiento de la ciudad es constante, de manera que muchas de la plazas y monumentos que hay que ver en Cracovia corresponden a aquél momento histórico. La entonces capital polaca formaba parte, además, de la Liga Hanseánica, poderosa federación comercial formada por ciudades de países tan distantes como Alemania, Suecia, Rusia o Estonia, y que capitalizó gran parte del comercio del norte de Europa durante la Edad Media.
A finales del siglo XVI, Cracovia pierde la capitalidad del país en favor de Varsovia. Durante los siglos siguientes, el Imperio Austrohúngaro y Francia (baja la fórmula del protectorado) se alternan en la dominación de la antigua capital polaca hasta que a finales de la Primera Guerra Mundial Polonia alcanza, nuevamente, la ansiada independencia.
Un nuevo periodo de oscuridad es el acontecido durante la Segunda Guerra Mundial. Bajo la ocupación nazi, el país es anexionado a Alemania. No solo los judíos fueron confinados en guetos o trasladados a campos de concentración. También los nacionalistas e intelectuales polacos sufrieron la misma suerte, en un intento por germanizar Cracovia. La antigua capital fue liberada por el Ejército Rojo a principios de 1945. Aunque la ciudad había sufrido durante la contienda bélica, la destrucción de la misma no fue tan masiva como en Varsovia, de manera que gran parte de los monumentos que hay que ver en Cracovia se conservan tan cual desde hace siglos, habiendo sido sometidos a restauraciones varias pero no a reconstrucciones enteras, como es el caso de Varsovia.
QUE VER EN CRACOVIA EN 2 DÍAS. 9 VISITAS IMPRESCINDIBLES.
Estas son las 9 visitas imprescindibles que ver en Cracovia:
- Plaza del mercado de Cracovia.
- Castillo a Wawel.
- Barbacana.
- Collegium Maius.
- Puerta de San Florian.
- Iglesia de San Pedro y San Pablo.
- Iglesia de San Andrés.
- Orillas del Vístula.
- Kazimierz.
Además, os recomendamos visitar el Gueto de Cracovia con la Fábrica de Schindler y realizar algunas de las mejores excursiones de Cracovia, como a las Minas de Wieliczka o al Campo de Concentración de Auschwitz.
La Ciudad Vieja de Cracovia forma parte del Patrimonio de la Humanidad desde 1978. No es de extrañar pues el legado de la histórica capital polaca es inmenso, tratándose de una de las más bellas ciudades de Europa, al nivel de Praga o Dresde, por ejemplo. Estas son las 9 visitas imprescindibles de Cracovia.
DATOS PRÁCTICOS PARA VISITAR CRACOVIA
Estas son las opciones más interesantes:
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- Excursión guiada a Auschwitz-Birkenau con guía en Español (sin colas).
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PLAZA DEL MERCADO DE CRACOVIA
La Plaza del Mercado es una de las plazas más bellas de Europa en competición directa con la de Praga. Aquí se localizan varios de los monumentos más destacados que hay que ver en Cracovia. Se trata de la mayor plaza medieval de toda Europa y centro neurálgico de la ciudad desde hace casi 800 años.
Varios palacetes rodean por completo esta bella plaza que está dominada en su centro por la que es conocida como Lonja de los Paños. El edificio en cuestión se empezó a construir en el siglo XIV aunque el que vemos actualmente tiene diseño renacentista. Se trataba de un importante centro comercial donde especies, seda o cuero eran importados desde Oriente al mismo tiempo que Cracovia vendía la mercancía que producía (como la sal procedente de las cercanas minas de Wieliczka). Actualmente, la planta baja sigue funcionado como emporio comercial, aunque la mercancía que se expone actualmente está encaminada al turista. El primer piso, sin embargo, forma parte del Museo Nacional de Cracovia, uno de los más importantes que ver en Cracovia.
La Basílica de Santa María es uno de los grandes templos que hay que ver en Cracovia, y con su fachada de obra vista domina parte de la Plaza del Mercado. Nos llama la atención la asimetría de esta iglesia gótica, con una torre de mayor altura que la otra. El interior es fastuoso y decorado prácticamente por completo. Es interesante subir a una de sus torres.
Desde allí se disfruta de unas vistas excelentes de toda la plaza y los alrededores. Además se puede escuchar de cerca la melodía que un trompetista entona cada hora. La leyenda explica que el trompetista fue asesinado cuando alertaba a la población de la invasión tártara. Por esto motivo, la melodía sigue interpretándose cada hora pero es interrumpida en el mismo punto en que el músico fue herido de muerte por una flecha lanzada desde el exterior y que le atravesó la garganta. Cuando bajamos de la torre observamos como unos novios recién casados reciben, pacientes, las felicitaciones de los invitados a la boda. Lo curioso es que el hecho ocurre en plena plaza y con los invitados formando una larga y ordenada cola.
Otra destacada atalaya de la plaza del Mercado de Cracovia es la del Antiguo Ayuntamiento. Se trata de una torre construida en el siglo XIV y de 70 metros de altura. Es el único vestigio del antiguo ayuntamiento.
Por último no hay que dejar de visitar la pequeña iglesia de San Adalberto. Se trata del más antiguo de los templos de la ciudad y el único que sobrevivió a los ataques tártaros del siglo XIII. Como podremos observar, sin embargo, parte del trazado actual corresponde a la reconstrucción llevada a término durante el siglo XVII, en estilo barroco.
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CASTILLO DE CRACOVIA O WAWEL.
Otro de los grandes monumentos que hay que ver en Cracovia. En efecto, al igual que Praga, Cracovia también dispone de un castillo que domina la ciudad. La Colina del Castillo o Wawel fue ocupada por los humanos ya durante el paleolítico. Y fue aquí donde se edificó un primer castillo gótico cuando la nación polaca se empieza a desarrollar como tal. Desde luego, poco queda de aquel primer diseño gótico pues el actual castillo responde a un trazado renacentista bastante posterior. Y bastante que queda, dado que tras el traslado de la capitalidad del estado a Varsovia el castillo fue abandonado y cayó en decadencia.
Es el Castillo de Cracovia, en cualquier caso, un pequeño conglomerado de edificios (otra semejanza con el de Praga, por cierto).
Uno de los puntos de mayor interés es la Catedral de Wawel, que cuenta con una historia de unos mil años a sus espaldas, pero cuyo templo actual corresponde al siglo XIV. Era aquí donde se coronaban los monarcas polacos, de manera que el templo tiene un especial interés histórico más allá del puramente religioso. El diseño de la catedral corresponde a una amalgama de estilos, pues si bien en un principio fue el gótico el estilo imperante, posteriormente fueron el renacentista y el barroco los que acabaron por imponerse. La cripta de la Catedral de Wawel fue utilizada como Panteón Nacional, siendo aquí donde yacen bastantes de los reyes de la antigua corona polaca. En el centro de la nave no hay dejar de admirar el mausoleo del patrón de Polonia, San Estanistao. La Capilla de Segismundo I es, quizá, la más destacada entre las distintas capillas laterales. Está considerada la obra cumbre del renacimiento polaco. Es aquí donde yace Segismundo I Jagellón el Viejo, quien reinó en Polonia durante más de 40 años a principios del siglo XVI. Aunque no incluimos a la Catedral de Wawel en nuestro post dedicado a las catedrales más bonitas del mundo, la verdad es que la de Cracovia es también una preciosidad.
El Palacio Real es la otra gran visita del Castillo de Cracovia. Se trata de un precioso palacio renacentista que data, precisamente, de la época de Segismundo I. Se pueden visitar distintas estancias del antiguo Palacio Real, así como sus bellos patios renacentistas.
LA BARBACANA
Eran varias las fortificaciones y puertas de entrada a la ciudad las que unían las murallas de Cracovia. La más bella de las fortificaciones que han sobrevivido al paso de los años es la Barbacana, otra de los monumentos que hay que ver en Cracovia. Se trata de una fortificación de planta circular, que fecha de finales del siglo XV e inicios del XVI, construida en obra vista. Sus amplios muros la suponen inexpugnable.
COLLEGIUM MAIUS
La Universidad de Cracovia, fundada por Casimiro III de Polonia, el último soberano de la dinastía Piasta, se convirtió en una de las más importantes de Europa.
El Collegium Maius era uno de sus edificios más emblemáticos y supone una de las obras más bellas del gótico civil en todo el continente. Se pueden recorrer parte de sus dependencias convertidas en museo de piezas históricas, muchas de ellas de carácter científico. En esta Universidad estudiaron dos de los polacos más universales de la história: el científico Nicolás Copérnico, creador de la teoría heliocéntrica, y el Santo Padre, Juan Pablo II.
PUERTA DE SAN FLORIAN
Como explicaba, son pocos los restos de muralla que han resistido al paso de los años y a las distintas invasiones. Una de las puertas más importantes de Cracovia, probablemente la principal, fue la de San Florian. Se trata de una puerta de piedra caliza, a modo de gran torreón, construida a partir del siglo XIII, aunque con añadidos posteriores. La Calle Florianska conecta la puerta con la Plaza del Mercado, siendo una de las más animadas de la ciudad.
IGLESIA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
Más allá de la catedral de Wawel, son varios los templos que hay que ver en Cracovia. Uno de ellos es la Iglesia de San Pedro y San Pablo, a unos 500 metros en dirección sur desde la Plaza del Mercado, en la calle Grodzka. Se trata de una iglesia jesuita que data de principios del siglo XVII y que está construida en estilo barroco.
Llaman la atención los doce apóstoles esculpidos enfrente de la fachada del templo. Sin embargo, el interior es mucho más austero, prácticamente sin decorar, a diferencia de otras iglesias de la Compañía de Jesús que hemos visto por Europa y que suelen estar ricamente decoradas.
DONDE DORMIR EN CRACOVIA
IGLESIA DE SAN ANDRÉS
Otra de las iglesias de importancia en Cracovia y que vale la pena visitar y que se localiza prácticamente adyacente a la anterior. Es un templo católico del siglo XI, es decir anterior a las invasiones tártaras y, por lo tanto, de los pocos edificios que sobrevivieron a ellas. Su exterior, como corresponde al momento de construcción, es románico. Sin embargo, el interior está remodelado en estilo barroco, mucho más decorado que el de San Pedro y San Pablo.
ORILLAS DEL VÍSTULA
Uno de los paseos que hay que hacer en Cracovia es el que circunda al Wawel, el Castillo de Cracovia. O mejor dicho, lo que corresponde a la zona que hay entre la colina y el Vístula, el río que pasa por la antigua capital polaca. Es esta una zona con césped donde los polacos esperan con ansia los soleados días de primavera para tumbarse a tomar el sol. Es habitual, en esta zona, encontrase a los abuelos disfrutando de una partida de ajedrez o a jóvenes haciendo su sesión de running. Una zona para pasear sin más.
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KAZIMIERZ
Desde luego, otro de los lugares que hay que ver en Cracovia es su antiguo barrio judío de Kazimierz. De hecho, este barrio que, antiguamente, era una ciudad separada de Cracovia, es asentamiento judío desde finales del siglo XV. Ya en aquel momento los hebreos residentes en Cracovia fueron obligados a trasladarse a Kazimierz. En aquél momento, judíos y cristianos se repartían la ciudad a partes, más o menos, iguales. Es a partir del siglo XIX cuando el barrio se convierte en asentamiento judío prácticamente de forma exclusiva. Además, los judíos más pudientes abandonan el barrio convirtiéndose Kazimierz en el hogar de judíos de clase media y baja, por lo general, pobres.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que este no fue el gueto de Cracovia durante la Segunda Guerra Mundial, pues los judíos de Kazimierz fueron trasladados al mismo, que se situaba al otro lado del Vístula.
Durante muchos años, el barrio pareció dormir el sueño de los justos. Sin embargo, a raíz de las rehabilitaciones llevadas a cabo con el fin de ser utilizado como plató de rodaje de la película de Spielberg la Lista de Schindler, el barrio volvió a poner se de moda. Son 7 las sinagogas que siguen en pie. Una de las más interesantes es la Sinagoga Tempel, neorenacentista del siglo XIX y que es la sede la Sociedad de los Judíos Progresistas de Cracovia (cuya manera de entender la religión y el culto judío se enfrenta a la ortodoxia judía). Su interior nos recuerda algo a la Gran Sinagoga de Budapest. Desde luego, a menor tamaño. Es esta una buena zona para pasear y tomar algo en alguno de los bonitos bares.
Si quieres saber más sobre el barrio judío de Cracovia puedes leer el post donde hablamos de los lugares indispensables que hay que ver en Kazimierz.
Y con el Barrio de Kazimierz termina nuestro repaso por algunas de los monumentos que hay que ver en Cracovia, la que es posiblemente la ciudad más bonita de Polonia y visita imprescindible durante un viaje a Polonia.