Icono del sitio Mil Viatges

MASS GAMES, COREA DEL NORTE. Un espectáculo sorprendente y fascinante en Pyongyang.

Mass Games de Corea del Norte

Los Mass Games o Arirang Games son uno de los espectáculos más curiosos que pueden presenciarse en Corea del Norte. La traducción literal de los Mass Games sería el de Juegos de Masas y no deja de ser una actuación gimnástica protagonizada por gran cantidad de artistas (particularmente, miles de jóvenes gimnastas y acróbatas actuando al unísono) a la vez que decenas de miles de coreanos forman una enorme pantalla pìxelada gracias al manejo de un conjunto de cartones de colores con los que forman uno mosaicos francamente sorprendentes.

La verdad es que merece la pena hacer coincidir el viaje a Corea del Norte durante la época de representación de los Mass Games, que suele acontecerse desde mediados de julio a finales de septiembre. En algunas ocasiones, la temporada se alarga durante el mes de octubre, aunque esto no siempre es así.

Los Mass Games de Corea del Norte se desarrollan en el Estadio Primero de Mayo, uno de los más grandes del mundo y con una capacidad superior a los 100.000 espectadores (algunas fuentes hablan de hasta 150.000 espectadores, aunque estos números podrían resultar algo hinchados).

Este espectáculo viene desarrollándose desde 2002 y conmemora el nacimiento del padre de la nación, Kim Il-Sung, el abuelo del actual mandatario, Kim Jong-Un. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de espectáculos de masas ya se habían celebrado en otros países de la órbita socialista, como por ejemplo en la Rumanía de Ceaucescu.


Para la celebración de los Mass Game de Corea del Norte miles de chicos y chicas son reclutados año tras año. Los entrenamientos pueden durar varios meses a fin de que la compenetración entre los participantes sea máxima. Día tras día, durante estos meses, los participantes dedican varias horas al día a preparar el espectáculo. La disciplina es máxima, desde luego. Ni que decir que lo hacen de forma voluntariamente obligatoria, como es norma en el régimen norcoreano. Las cifras de participantes varían según las fuentes consultadas, pero entre el grupo de gimnastas y todo tipo de acróbatas que hacen su aparición en el campo de juego del estadio y los miles de participantes que ocupan toda la tribuna del Estadio Primero de Mayo podemos hablar de una cifra de entre 60.000 y 80.000 jóvenes. Algo impensable en occidente, desde luego.

La propaganda y la Ideología Juche son lo que preside los Mass Games. Las distintas coreografías representadas en el espectáculo hacen referencia al nacimiento de la nación, la lucha contra el imperialismo japonés y norteamericano y la labor de los máximos dignatarios de la patria, especialmente Kil Il-Sung, al que se representa como indiscutible y querido líder que dio su vida por la nación coreana.

MASS GAMES DE COREA DEL NORTE. NUESTRA EXPERIENCIA.

Pese a que visitamos Corea del Norte en octubre tendremos la oportunidad de acudir a una representación de los Mass Games. Los juegos se han alargado este año hasta finales de octubre y podremos vivir en primera persona este curioso espectáculo.

Cuando llegamos al Estadio Primero de Mayo ya ha anochecido. La verdad es que el estadio impresiona. Son varias las infraestructuras de Corea del Norte que no tienen nada que envidiar a las mejores de occidente y el Estadio Primero de Mayo es una de ellas. Enfrente del estadio, una fuente danzarina, que baila al ritmo de la música coreana mientras se ilumina por un sinfín de focos de colores, hace las delicias de los asistentes a los Mass Games de Pyongyang, la capital de Corea del Norte. Por momentos, podríamos llegar a pensar que nos encontramos en Las Vegas.

La veintena de turistas que acudiremos a la representación de los Mass Games de esta noche hemos pagado unos 80 euros al cambio para poder disfrutar del espectáculo. Una cifra alta y desproporcionada teniendo en cuenta el valor real de la moneda norcoreana, aunque las autoridades del país mantienen el cambio del won en niveles absurdamente elevados. Desde luego, la práctica totalidad de los viajeros que tenemos la oportunidad de visitar Corea del Norte durante la época donde se representan los Mass Games pagamos la cifra requerida sin rechistar.



Nos ubican en una grada intermedia. La tribuna que tenemos enfrente está absolutamente llena. No son espectadores, desde luego. Se trata de los jóvenes provistos de un libro con los distintos cartones de colores con los que se irán creando los distintos mosaicos.

Las gradas norte y sur están prácticamente desiertas. Y en la tribuna donde nos ubicamos los turistas los espectadores no llegamos a ocupar ni una tercera parte de la misma. Buena parte de ellos, por cierto, uniformados a la manera militar, lo que nos hace suponer que asistir a este espectáculo supone algo así como un premio por los servicios prestados a la patria. Civiles los hay, aunque estos son claramente minoría. Desconocemos si se tratan de las élites del país o ciudadanos comunes.

El espectáculo de los Mass Games tiene una duración aproximada de una hora y media. La tribuna que tenemos enfrente nos muestra un completo relato sobre la historia oficial del país. Es decir, la que empieza con el nacimiento de Kil Il-Sung, verdadero sol iluminador de la tierra coreana. Es sorprendente el nivel de sincronización de los estudiantes portadores de los cartones de colores. Todos van a la una en todo momento, sin apreciarse fallo alguno.

Aunque poco se sepa de la historia coreana no es difícil entender que lo representado no es más que un relato de buenos y malos. Los primeros, los coreanos, siempre idealizados. Los segundos, protagonizados por japoneses y norteamericanos, símbolos del colonialismo e imperialismo y de los vicios de occidente. Todo en los Mass Games rezuma propaganda. Todo es ideología. Aquí no hay espacio para el divertimento sin segundas intenciones de carácter ideológico. La bandera norcoreana tiene un lugar preeminente en la representación, así como la figura de Kim Il-Sung, padre de la patria y figura honrada por todos los coreanos, presuntamente sin excepción alguna. Nada que nos sorprenda, desde luego.





Mientras la gradería se comporta como la pantalla pixelada más grande del mundo, en el terreno de juego del estadio se desarrolla una completísima coreografía protagonizada por varios miles de acróbatas y gimnastas. Las artes marciales están también representadas en el espectáculo así como varios bailes interpretados por cientos de mujeres ataviadas con el hanbok, el vestido tradicional coreano. También quedamos gratamente sorprendidos por el nivel de excelencia que muestran estos jóvenes. Fruto, todo ello, de las horas y horas de férrea disciplina a la que son sometidos miles de jóvenes durante los meses previos a los Mass Games. La coordinación es verdaderamente asombrosa y, en cierta manera, forma parte también de la ideología propuesta por el Juche. Es decir, el colectivo por delante del individuo.

El público se muestra, en todo momento, más respetuoso que exultante. Algo sorprendente tratándose de un espectáculo que podría parecer más bien festivo y que podría motivar los vítores de los asistentes.

La verdad es que nuestra sorpresa es máxima durante la hora y media que dura el espectáculo que culmina con un castillo de fuegos artificiales. Una vez terminados los Mass Games somos conscientes de haber acudido a una representación que difícilmente sería reproducible en cualquier país democrático cuya población no estuviese sometida a una política de continuo terror. Pese a ello, acudir de los Mass Games de Pyongyang es algo que todo aquel viajero que visite Corea del Norte no debería pasar por alto.




Suscríbete al blog


Puedes darte de baja en cualquier momento haciendo clic en el enlace al pie de página de nuestros correos electrónicos. Para obtener información sobre nuestras prácticas de privacidad, visita nuestro sitio web.

Usamos Mailchimp como nuestra plataforma de newsletters. Al hacer clic a continuación para suscribirte, aceptas que tu información será transferida a Mailchimp para su procesamiento. Obtén más información sobre las prácticas de privacidad de Mailchimp aquí.

Salir de la versión móvil