Conocer al Pueblo Guna (anteriormente conocida como Kuna), los habitantes del Archipiélago de San Blas, es uno de los atractivos más interesantes de visitar Guna Yala, el paraíso caribeño que os relatamos ya en un anterior artículo.
Tras dedicar el primer día de nuestra estancia en Guna Yala o Archipiélago de San Blas a visitar números islas de blanca arena y turquesas y templadas aguas, hemos dedicado la segunda jornada a la visita a uno de los poblados o comunidades Guna.
QUIENES SON LOS INDIOS GUNA ORIGEN DEL PUEBLO GUNA.
Aunque no está claro el origen de los Guna, parece ser que habría que encontrarlo en distintas zonas del norte de Colombia, en lo que es conocida como la zona del Darien, donde en realidad siguen viviendo algunas comunidades Guna.
Sin embargo, los Guna llegaron a lo que es hoy la comarca de Guna Yala hace ya algunos siglos. Se trata de un pueblo tranquilo, escasamente guerrero, pero que gusta de mantener su propia identidad así como los valores que consideran identitarios de su etnia .
Aunque muchos de los Guna fueron convirtiéndose al catolicismo siempre trataron de preservar sus propias creencias, de manera que siguen manteniendo sus hechiceros y curanderos. Exactamente igual ha pasado a nivel político pues se trata de un pueblo que siempre rechazó el pleno sometimiento ya sea al colonialismo español o, posteriormente, al propio estado panameño.
Un momento importante de la historia del pueblo Guna en Panamá la encontramos en la segunda y terceras décadas del siglo XX. Es este un momento donde la injerencia del estado panameño es cada vez mayor, procurando este que el pueblo Guna se integren progresivamente dentro del estado. Para ello, las intervenciones en materia de seguridad y educación son cada vez mayores siendo consideradas por el pueblo Guna como una injerencia progresiva en lo que son sus costumbres y tradiciones. Esta presión cada vez más evidente por parte del estado panameño termina por desembocar en la que es conocida como Revolución Guna de 1925. Se trata de un momento especialmente violento durante el cual los indígenas se levantaron en armas en contra del estado panameño y sus representantes. Tras varias escaramuzas, incluidas algunas muertes violentas e incluso una proclamación de una efímera República Tule, se llegó a un armisticio en forma de tratado mediante la intervención de los Estados Unidos de América que también tenían sus intereses en la zona.
Tras este pacto, el pueblo Guna acepta pertenecer en el estado panameño a cambio de una serie de prebendas entre los que se encuentran una autonomía casi total, en forma de autogobierno y organización territorial y con casi completas competencias en materias religiosas y culturales.
DATOS PRÁCTICOS Y EXCURSIONES PARA VISITAR PANAMÁ
Estas son las opciones más interesantes:
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- Excursión a una aldea indígena emberá.
- IMPRESCINDIBLE. Visita guiada en español al CANAL DE PANAMÁ
- EL PARAÍSO. Excursión a las islas de San Blas.
- RELAX EN EL PACÍFICO. Excursión a la isla de Taboga.
- NATURALEZA. Excursión a Isla Monos y Gamboa Rainforest.
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El pueblo Guna sigue celebrando el alzamiento de 1925 como una gran victoria. Año tras año se realizan importantes festejos el día 25 de febrero, día que se conmemora la efeméride. Y la verdad es que hasta el día de hoy, esta autonomía se ha preservado, particularmente desde la creación, en 1938, de la Comarca de Guna Yala. Los derechos del pueblo Guna están asegurados, incluso, a nivel constitucional.
Lo cierto es que a día de hoy, el pueblo Guna sigue administrándose de forma autónoma, siendo la educación y la sanidad los únicos apartados en que el estado panameño tiene competencias. De esta manera, el estado panameño sigue respetando las tradiciones culturales, educacionales, lingüisticas e incluso, referentes a la medicina tradicional Guna.
VISITA A LA COMUNIDAD GUNA DE CARTI SUGDUB
Durante la jornada de ayer ya coincidimos con varios indios Guna (y en particular varias mujeres Gunas, pues con su vestimenta son las más atractivas para el visitante) en las distintas islas del archipiélago de Guna Yala que visitamos e incluso en la Isla Corbiski donde hicimos noche y que se trata de una pequeña comunidad Guna. Hoy, sin embargo, hemos tenido la oportunidad de conocer una comunidad bastante mayor, la que reside en la Isla Carti Sugdub.
Es esta una de las 49 comunidades en las que se organiza el pueblo Guna. Al igual que la mayoría de ellas (aunque no todas, pues hay algunas comunidades Guna ubicadas en tierra firme) se encuentra localizada en una de las muchas islas que componen el archipiélago de San Blas. Con lo que ello conlleva, es decir, un espacio limitado que da lugar a una progresiva presión urbanística como nos comentarán más tarde en la Casa Comunal.
En Cartí Sugdub o Isla del Cangrejo residen, aproximadamente, unos 3000 habitantes. Tenemos la suerte de que nuestro guía, Gilberto, es un Guna cuya madre sigue residiendo en la comunidad. Esto tiene su importancia, pues nos facilitará la visita y la interacción con los indios.
La comunidad, a diferencia de la Isla Corbiski, está urbanísticamente bastante bien organizada, con calles de distribución ortogonal, alguna de ellas, relativamente anchas. Desde luego, el suelo es de tierra, como no podría ser de otra manera en una comunidad que ha permanecido fráncamente aislada del resto de Panamá hasta que no se abrió la carretera que conecta la Panamericana con el Puerto de Cartí, hace bien pocos años.
Las viviendas de Cartí Sugdub están construidas, casi de forma exclusiva, mediante el uso de cañas (para la pared) y de paja (para la techumbre). Se trata de viviendas cuya extrema sencillez es la norma, como tendremos la oportunidad de comprobar al visitar la que ocupa la familia de Gilberto. Un único espacio de poco más de veinte metros cuadrados, diáfano, donde se ubica lo que viene a ser la cocina (representada por un fuego en el mismo suelo humeante cuando la visitamos, aunque también dispone de una pequeña cocina eléctrica), las hamacas que hacen las funciones de camas y, a la par, de sala de estar, y los pocos enseres de los que dispone la vivienda.
Sin embargo, antes de visitar la vivienda en cuestión nos dirigimos a la que es la Casa Comunal de la comunidad. Es aquí donde se debate y decide acerca de los asuntos de interés que atañen a la población. Se trata de una construcción de dimensiones bastante importantes ya. Quizá algo más de veinte metros de largo por una decena de ancho. En interior se ubican una buena cantidad de bancos de madera. En el centro de la Casa
Comunal, sin embrago, se localizan varias hamacas que son de uso exclusivo para los jefes de la comunidad, los saila. Aunque algunas comunidades disponen de un solo saila, en Cartí Sugdub son hasta seis los sailas existentes. El más importante de todos, es el jefe de la comunidad y representante de la misma frente al Consejo General Guna, formado por 49 sailas de cada una de las comunidades que integran el pueblo Guna. Nos comentan que la práctica totalidad de sailas son hombre, aunque en los últimos años alguna mujer ha sido escogida representante máxima en alguna que otra comunidad.
Gilberto nos presenta al jefe de la comunidad del que recibimos la bendición para visitarla. Es algo que, aunque no es imprescindible, los Guna suelen agradecer como muestra de respeto hacia su pueblo.
Recorriendo la comunidad podemos observar como la mayoría de mujeres Guna de mediana edad siguen conservado su atuendo tradicional, con la clásica mola que cubre parte de su colorido vestido, una especie de pañuelo rojo que cubre su cabeza y los característicos brazaletes de cuentas que cubren sus antebrazos y piernas y que son un signo cultural distintivo del pueblo Guna.
Nos explican que, desde hace ya unos años, ya no es obligatorio que las mujeres se vistan con el atuendo tradicional, de manera que no son pocas las jóvenes que ya nunca lo vestirán. Por el contrario, se ha conseguido que el gobierno panameño respete el uso de esta indumentaria, incluido en el caso de las mujeres Guna que acudan a la universidad y deseen llevarlo.
Los hombres, sin embargo, hace ya tiempo que dejaron de vestirse con su vestimenta tradicional, que por otra parte, era menos vistosa. Las camisetas, a menudo de equipos deportivos, y los pantalones largos, muchas veces del tipo tejano, parecen ser la vestimenta oficial Guna masculina.
Pasamos por delante de la escuela, de manera que no es difícil observar desde las ventanas como los chicos reciben sus clases. Es esta una comunidad que dispone de escuela primaria y secundaria. Los profesores son enviados por el gobierno panameño que se hace cargo de sus honorarios. Los niños que asisten a clase visten uniforme, mientras que los que están en su clase de educación física hacen lo propio con ropa deportiva.
Visitar la comunidad con Gilberto nos permite conocer a parte de su familia. Primero acudimos a la vivienda de la suegra de su hermano. En estos momentos, la mujer, de mediana edad, está cosiendo una mola junto a su hija, que hace lo mismo. Ambas visten al modo tradicional del Pueblo Guna. Sin embargo, la hija que se ha casado con el hermano de Gilberto decidió no vestirse al modo ancestral. La señora nos cuenta que es madre de ocho hijos pero, curiosamente, de ningún varón. Según parece, y al igual que ha ocurrido en otras latitudes, tal fertilidad ha disminuido mucho en la actualidad.
Un rasgo característico de las mujeres Guna, más allá de su atuendo, es la ornamentación de la que hacen gala, con numerosos collares, brazaletes y, en concreto, con la presencia de un pendiente a modo de piercing que llevan en la nariz, atravesando su tabique nasal y que les es colocado a partir de la pubertad, un momento de especial celebración para el Pueblo Guna, que celebra la primera menstruación de las chiquillas con especiales festejos.
El Museo del Pueblo Guna es otra de las visitas imprescindibles de la comunidad de Carti Sugdub. El responsable del pequeño museo, que es también quien nos hará de guía en el mismo, es hijo de uno de los argar de la comunidad. Es este, el argar, una figura de importancia dentro de la organización de una comunidad Guna. Se trata de algo así como del intérprete del saila, cuyos cantos sagrados deben ser traducidos al lenguaje del pueblo por el argar.
En este museo nos explican algo más sobre los distintos festejos que celebran los Guna, haciendo especial hincapié en los que hacen referencia al paso de las chiquillas a la edad adulta y a los funerales de los lugareños. Algunos instrumentos y distintos tipos de recipientes completan el museo.
La verdad es que visitar una comunidad Guna es un complemento que se nos antoja imprescindible para poder conocer algo más de la Comarca de Guna Yala, más allá de las fabulosas islas de blanca arena y templadas aguas de San Blas, auténtico paraíso tropical panameño.