ILLA FANTASIA. Un día en el Parque Acuático de Vilassar de Dalt.

Visitar Illa Fantasia supone una de nuestras salidas habituales de los veranos. Tanto Marc como yo mismo somos fans de los parques acuáticos y el de Illa Fantasía cumple dos requisitos fundamentales para que en los últimos años de haya convertido en un destino donde pasar algún día del caluroso verano mediterráneo. El primero es que es uno de los mejores parques acuáticos que se localizan en Catalunya. El segundo, es que lo tenemos muy cerquita de casa, en Vilassar de Dalt, a menos de 10 kilómetros de nuestro lugar de residencia, de manera que podemos aprovechar cualquier día soleado para acercarnos a sus instalaciones y pasar una buena jornada.

Es Illa Fantasía uno de los decanos entre los parques acuáticos de España. Su inauguración se remonta al año 1981 momento en el que su construcción supuso una auténtica revolución dentro del sector del ocio infantil. Desde aquél momento, mucho ha llovido e Illa Fantasía ha ido creciendo con el paso del tiempo, ofreciendo muchas otras actividades más allá que la propia del parque acuático. La cultura del agua ha ido íntimamente relacionada con la cultura del ocio desde tiempos inmemoriales. En este sentido, los hammanes árabes o termas romanas, lugares de ocio habituales de las clases populares desde hace muchos siglos, han dado paso a los spa y parques acuáticos modernos.

Más allá del ocio familiar, Illa Fantasia es conocida, por ejemplo, por ser la sede del Circuit Water Park, considerada la mejor fiesta en un parque acuático en el mundo entero organizada para el colectivo gay. Es esta una fiesta que se prolonga hasta la seis de la mañana en la discoteca del propio parque.

ILLA FANTASIA. LAS ATRACCIONES.

En Illa Fantasia se dispone de 22 atracciones, la mayoría de las cuales son distintos tipos de toboganes, ya sean abiertos o cerrados y, alguno de ellos, realizados en material esponjoso como el conocido como megatous. Uno de los más divertidos y nuestros preferidos son los toboganes llamados kamikaces. Se trata de dos toboganes que se inician a más de veinte metros de altura y con los que se consigue una velocidad de hasta 60 kilómetros por hora.

Otra de las atracciones que nos permite pasar buena parte de la mañana en el parque acuático es el conocido como Riu Salvatge (río salvaje) donde subidos en un gran flotador, y en parejas, nos desplazaremos a los largo de los casi doscientos metros de los que consta este tobogán.

Tras pasar la mañana de atracción en atracción es hora de descansar en alguno de los varios merenderos de Illa Fantasia. Aunque exista la posibilidad de comer en alguno de los restaurantes del parque acuático, es habitual que muchos de los visitantes nos llevemos nuestra propia comida. Comer en estos sitios es cómodo, a la sombra de los distintos pinares. Hay que reconocer que hay visitantes muy preparados, con todo tipo de frigoríficos y tuppers para una auténtica comida campestre. Nosotros somos más de bocadillo, que nos permita descansar un poco, recuperar fuerzas y regresar al agua.

Pasamos parte de la tarde en la piscina de olas que es otra de las atracciones preferidas de Marc. Además hemos visitado el parque en miércoles de agosto, momento en el que se celebra el Aquasound Festival. Un DJ sube al escenario habilitado en la piscina de olas y empieza la diversión a ritmo de música. Además, un grupo de capoeira ameniza la tarde con sus bailes y sus ritmos. La verdad es que ha sido esta una sorpresa que no sabíamos que acontecía y que nos ha permitido pasar un muy buen rato.

Antes de dejar el parque aun tenemos tiempo de realizar unos últimos recorridos por los kamikaces, los megatous o los multipistas.

Ha sido, como no podía ser de otra manera, una tarde en familia pasada de manera estupendísima y que ha tenido a Marc como máximo protagonista. Aunque, a decir verdad, el padre se lo pasa casi tan bien como el hijo. No será este el último año que regresemos a Illa Fantasia.