LAGO MYVATN. Vulcanología y diversión en el lago más bonito de Islandia.

El lago Myvatn supone una de las visitas más extraordinarias que se pueden hacer en el norte de Islandia. La vulcanología tiene en Myvatn, uno de los puntos más destacados en Islandia, una tierra especialmente fértil en cuanto a este tipo de fenómenos vulcanológicos, que nos muestran que la tierra en este país está especialmente viva. Es por ello, que los campos de lava de imposibles formas, cráteres de volcanes dormidos o fumarolas y solfataras se suceden en esta área, que fue declarada zona protegida, en 1974.

Hay muchas cosas que ver en el lago Myvath, de manera que para visitar el lago serían necesarios al menos dos días, pero la verdad es que buena parte de los viajeros utilizamos un solo día para conocer la zona, como ha sido nuestro caso. Durante nuestro paso por el lago Myvatn, hemos visitado algunos de los atractivos más significativos de la zona, aprovechando el trayecto entre Egilsstadir y Husavik; es decir del este de Islandia hacia el norte.

¿QUÉ VER EN EL LAGO MYVATN? LAS 5 VISITAS IMPRESCINDIBLES.

HVERIR. FUMAROLAS Y POZOS HIRVIENDO.

La tierra parece estar viva en la planicie de Hverir, una de las zonas geológicamente más activas del país y donde disfrutamos de un montón de fumarolas y pozos de barro burbujeante, que nos deja francamente estupefactos. El espectáculo es realmente fantástico, todo ello enmarcado por un paisaje de colores ocres que contrasta enormemente con el habitual paisaje verde del país.

Es ésta la primera visita que realizamos en la zona del lago Myvatn que es, como todas las que vamos visitando, bien accesible. Sólo hay que dejar el coche en el parking del recinto (se accede desde la carretera principal y no tiene pérdida porque las fumarolas se ven a distancia). Una vez allí, no hay que despistarse, pues deben seguirse de forma escrupulosa los senderos señalizados. En caso de poner el pie allí donde no se debe, lo más probable es que quede bien chamuscado. De hecho, abundan las historias de viajeros imprudentes que se han escaldado en esta zona. El paisaje recuerda un poco el vivido en Geysir, pero esta vez, con más olor a azufre y sin los géiseres, desde luego. Como todas las zonas turísticas de Islandia que se encuentran en plena naturaleza, el acceso es gratuito.

GRJÓTAGJÁ. UNA FUENTE TERMAL BAJO TIERRA.

La fuente termal de Grjótagjá, situada en el fondo de una impresionante quebrada es una de las visitas más curiosas que se pueden hacer en la zona del lago Myvatn. El acceso es también muy fácil. Hay que tomar un desvío de la misma carretera número 1, que queda a mano izquierda, un poco después de pasar la zona de Hverir.

Visitamos el Grjótagjá prácticamente solos. Para entrar en la fuente termal debemos introducirnos por una especie de cueva. Al principio nos da un poco de respeto, pero enseguida vemos que el acceso no es nada complicado. Tocamos el agua que está caliente, según dicen los rótulos de fuera, entre 42 y 45 grados. Y la verdad es que a pesar de que hubo un tiempo en que se permitía el baño, ahora mismo está prohibido, por lo que nos hemos de conformar en poner la mano en el agua y hacernos unas fotos en Grjótagjá.

MYVATN NATURE BATH. ALGO DE RELAX EN UNOS BAÑOS TERMALES NATURALES.

La enorme energía geotérmica que desprende la zona del Lago Myvatn ha hecho posible que se haya construido en esta situación un centro termal, que se compone de varias piscinas de agua caliente y que hace las delicias de todos los turistas que deciden pagar las 3700 coronas que cuesta el acceso.

Podríamos decir que es una versión más pequeña y económica que la celebérrima Laguna Azul que todavía no hemos visitado, y que nos dejamos para el último día. Las aguas son francamente calientes, por lo que su estancia en las piscinas es muy agradable, aunque fuera de ellas hace frío (estamos a 10 grados de temperatura) y el día está nublado. El color del agua es francamente precioso, de un tono azul pálido, producto, al parecer, de las sales de silicio y de unas algas que colonizan la piscina. Estamos más de una hora disfrutando de los Myvatn Nature Bath y si lo dejamos correr es porque quedan bastantes más visitas que hacer en el lago Myvatn.

DIMMUBORGIR. BOSQUES DE LAVA PETRIFICADA

Nos adentramos ahora por la carretera que rodea el lago. Desde la ciudad más importante de la zona, Reykjahlíð, tomamos dirección sur, para hacer el recorrido que rodea el lago de forma horaria. No queremos hacer los 37 kilómetros que dan toda la vuelta al lago, pero sí queremos disfrutar aún, de un par de paradas.

Dejamos a mano izquierda el precioso volcán Hverfjall, que tiene unos 450 metros de altura y un cráter de ceniza con un diámetro de más de 1000 (nos quedamos con ganas de subir, pero no tenemos suficiente tiempo) y accedemos a la zona de Dimmuborgir, que significa Castillos Negros. Al parecer, esta zona estaba cubierta de lava fundida hace más de mil años. Lava que es testigo de la importante actividad volcánica que presentaba toda la zona del lago Myvatn. La cuestión es que esta lava fundida descendió de nivel dejando a la vista una gran cantidad de curiosas formaciones de roca volcánica, que parecen sacadas de un paisaje de otro planeta.

La mente humana le ha puesto nombre a algunas de estas figuras más o menos zoomorfas. Hay varios recorridos por hacer. El más popular es el sendero de la iglesia, que pasa por una especie de cueva formada de roca volcánica que tiene un cierto parecido con el de una iglesia gótica. Es un trayecto de unos 2.3 kilómetros bastante señalizados, pero lo cierto es que cuando hemos terminado el recorrido, nuestro rutómetro marca casi 3 quilómetros y medio, lo que nos hace pensar que en algún lugar nos hemos desviado por donde no tocaba. Vale la pena visitar la zona de Dimmuborgir.

Si se dispone de más de una semana para visitar Islandia, vale la pena disfrutar de dos días enteros en la zona del lago Myvatn. Así se podrá disfrutar también de las visitas a los conos volcánicos del Krafla y del Askja. Para este último, hay que conducir un 4×4 o contratar una excursión.

PSEDOCRÁTERES DE SKÚTUSTADAGÍGAR.

Seguimos dirección sur sin detenernos en la zona Hofdi y Kálsafrönd, donde las diversas formaciones de lava emergen de las aguas del lago Myvatn y llegamos hasta la zona donde se encuentran unas curiosas formaciones que quedan en una península que emerge desde el sur del lago y que es conocida como los pseudocráteres de Skutustadagígar. Estas formaciones parecen verdaderos conos volcánicos, pero al parecer nunca fue por ahí por donde afloró el magma volcánico. Los conos están revestidos de vegetación, de tal forma que parece que una gran alfombra verde se extienda por todos ellos. Es una de las imágenes más bonitas del lago Myvatn, por lo que vale la pena acercarse hasta aquí.

Curiosamente es en esta zona donde el lago Myvatn hace honor a su nombre. Y es que lo que significa Myvatn es precisamente lago de las moscas. Y aunque hasta ahora habíamos encontrado muy pocas, en la zona de los psedocráteres sí que encontramos un montón de ellas, hasta el punto de la Isa acaba, sin querer, por tragarse un insecto. En esta zona también encontramos un montón de aves, sobre todo patos y similares, que Marc se entretiene en ir descubriendo y marcando como visto en una lista con los dibujos de las diversas aves, que ha cogido en una oficina de turismo.

Y por desgracia nuestro tiempo en el lago Myvatn se agota. Habrán sido unas 8 horas las pasadas en esta región tan rica en vulcanología y donde la fuerza de la tierra se siente de forma tan especial. Una pena no haber tenido tiempo suficiente para poder haber disfrutado de una segunda jornada en la zona del lago Myvatn, pero es hora de abandonarlo, para hacer camino hacia Husavik, parando de camino en tres de las cascadas más extraordinarias de Islandia: Detifoss, Selfoss y Hafragilfoss. Sin duda, quedará en nuestro recuerdo, como una de las visitas más bonitas de Islandia, la zona del lago Myvatn.