El Parque Nacional Skaftafell es una de las visitas imprescindibles del sur de Islandia y la visita estrella del día de hoy que nos llevará hasta las cercanías de Hofn, donde haremos noche. Un día donde, además, disfrutaremos de otros espectaculares paisajes como los del acantilado Dyrhólaey donde podremos conocer los frailecillos, el ave más emblemática de Islandia, la playa de arena negra Reynisfjara o las lagunas glaciares llenas de icebergs de Fjallsálron y Jökulsalron.
Llegamos al Parque Nacional Skaftafell con muchas ganas de visitar un glaciar. Ya hemos conocido varios en Chile, Argentina (como el célebre Perito Moreno) o Suiza (como el Aletsch, el día que subimos al Jungfraujoch), pero la verdad es que tenemos muchas ganas de conocer una de las lenguas glaciares del que es el glaciar más grande de Islandia y de Europa, el Vatnajökull. Para que nos hagamos una idea rápida: la masa helada del Vatnajökull supera a todos los demás glaciares de Europa juntos, incluidos los otros de Islandia. Su espesor medio es de 400 metros, pero hay zonas donde el espesor es de más de mil metros, quedando la eneorme massa helada por debajo del nivel del mar.
Y la zona del Parque Nacional Skaftafell es una de las que ofrece más fácil acceso al glaciar, ya sea gracias a las diversas rutas panorámicas que llevan hasta algunos miradores o gracias a la posibilidad de hacer trekkings sobre el mismo hielo glaciar, que dado que viajamos con Marc, no tenemos posibilidades de realizar (las edades mínimas son de 8 años en adelante, según la compañía contratada).
Llegar al Parque Nacional Skaftafell es fácil. Como la mayoría de los lugares que visitar en Islandia tiene su ubicación al pie de la carretera número 1 o ring road que es que la seguimos todos los que visitamos el país. Además, todos los parques nacionales y demás visitas son siempre gratuitos, lo que se agradece en un país tan caro, en general.
El Parque Nacional Skaftafell tiene un gran número de posibles recorridos para realizar, que recorren los diversos paisajes que forman parte del mismo. Hay recorridos de varias horas e incluso de varios días, y con niveles de dificultad también muy variados. El recorrido que haremos nosotros es uno de los más populares, pues permite hacer dos de las visitas estrella del parque: la catarata Svartifoss y el glaciar Vatnajökul, mediante su lengua glaciar llamada skaftafellsjökull. En el centro de visitantes nos confirman nuestras noticias: el sendero es fácil y se recorre en aproximadamente dos horas y media.
PARQUE NACIONAL SKAFTAFELL: EN BUSCA DE LA CATARATA SVARTIFOSS
Empezamos el trayecto de ascenso en dirección a la catarata Svartifoss justo por un camino que parte de la zona de acampada. El camino es a ratos más o menos pronunciado, pero no se nos hace nada pesado. Además, el día es fantástico, con bastante sol e incluso, con el esfuerzo de la subida, hace más bien calorcito. Y eso nos gusta.
En menos de tres cuartos de hora y después de pasar por dos cascadas menores llegamos a la que es una de las más bellas cascadas de toda Islandia. No es ni la más alta ni la que trae más agua, pero la caída queda enmarcada por un conjunto de columnas basálticas de enorme fuerza visual, que hacen que parezca que las aguas se precipiten justo por delante de un gran órgano. Estas columnas basálticas en forma de hexágono es la forma en que se solidifica el magma cuando se enfría con cierta rapidez.
Al parecer, la construcción de la iglesia más grande de Reikiavik, la moderna Hallgrímskirkja, se habría inspirado en la Svartifoss, nombre que, por cierto, significa Catarata Negra, tomando el nombre del color de las columnas basálticas en cuestión. El sendero nos ha bajado en los últimos cien metros desde una situación más alta hasta la base de la cascada Svartifoss. Allí estamos un buen rato descansando y haciendo fotos de tan precioso paisaje.
Estas son las opciones más interesantes:
CAMINO DEL GLACIAR VATNAJOKULL.
Cuando ya tenemos suficiente de la Svartifoss es hora de dar marcha atrás, pero en lugar de volver por el mismo camino, hacia el centro de visitantes. Tomamos un desvío que nos llevará hasta el Sjonamipa, que es el nombre que recibe el mirador sobre el skaftafellsjökull.
Son unos tres cuartos de hora de subida continuada, por senderos algo más estrechos, pero cómodas y nada peligrosos. Una subida apta para cualquiera que tenga un mínimo de forma física. La subida no se hace pasada y a medida que vamos ganando altura el paisaje cambia y empiezan a aparecer las primeras montañas nevadas.
Los últimos doscientos metros son de bajada. Sin darnos cuenta hemos subido el ritmo, conocedores de que muy cerca se encuentra el glaciar y tenemos muchas ganas de visualizarlo. El premio es enorme, la lengua skaftafellsjökull nos muestra uno de los tentáculos del Vatnajökul, el glaciar más grande de toda Islandia. Cabe decir, sin embargo, que a diferencia de los glaciares que conocimos en Chile (como el Balmaceda) o los de Argentina (como el Perito Moreno), a ratos, el Vatnajökul tiene una superficie oscura, producto en parte del arrastre de sedimentos en general, pero muy particularmente, de la ceniza de algunas erupciones volcánicas producidas en la zona en los últimos años.
El Vatnajökul, el glaciar más grande de Europa en volumen, se muestra aquí esplendoroso, por lo que parece no pasar el tiempo desde este privilegiado mirador que compartimos con media docena más de senderistas. Es esta lengua una sola de las que se desprenden del enorme casquete glaciar. Como otra lengua es la del Breidamerkurjökull, la qual tendremos la oportunidad de visitar hoy mismo en la zona de las lagunas glaciares de Jökulsalron, o tantas otras que iremos divisando durante nuestro trayecto por la ring road y que forman un auténtico conjunto de tentáculos que se desprenden del casquete glaciar.
Como todavía nos falta un buen trayecto para llegar a Hofn, y además, queremos hacer las paradas en las lagunas glaciares de Fjallsálron y Jökulsalron, no nos encantamos demasiado con el espectáculo y tomamos el camino de vuelta, que va directo al centro de visitantes. Son casi tres kilómetros de bajada continúa. Finalmente, hemos completado el trayecto de unos ocho kilómetros en las dos horas y media previstas, incluidas las múltiples paradas para tomar fotografías.
Cogemos el coche en dirección Hofn, sabedores de que hemos visitado una de las maravillas de Islandia, el Parque Nacional Skaftafell con la catarata Svartifoss y el Glaciar Vatnajökull.
ALOJAMIENTO PARA VISITAR SKAFTAFELL
No es barato el alojamiento en Islandia y a menudo cuesta bastante conseguir una relación calidad-precio aceptable.
Visitamos Skaftafell y el glaciar Vatnajokull en el camino entre Vik y Hofn. Y tanto en Vik como en Hofn tuvimos suerte con los alojamientos y fueron dos de los mejores de todo el viaje y a precios más que correctos dado la carestía de Islandia.
Os dejo, pues, los alojamientos contratados. Los reservamos con BOOKING, que ya sabéis que suelen tener CANCELACIÓN GRATUITA. Pero no fue necesario cancelar.
La cabaña está perfectamente equipada. Ello permite prepararte tanto la cena como el desayuno. Muy confortable. Tiene una puntuación de casi 9 en booking. Puedes reservar aquí.
Aquí también acertamos con el alojamiento. Otro establecimiento encantador, situado también en plena naturaleza y localizado a muy pocos kilómetros de los glaciares y de la población de Hofn. Como comentaba, lo utilizamos después de visitar el Parque Nacional Skaftafell y las lagunas Fjallsárlóm, Jökulsárlón. Se trata del establecimiento en una granja de ovejas que, en realidad, está en un edificio adjunto.
Isa disfrutó de lo lindo con la leche cruda que nor sirvieron (a petición suya). La granja está acondicionada para prepararte la cena y el desayuno. No os arrepentiréis. Muy confortable y con una puntuación de 8.5 en booking. Puedes reservar aquí.