La mezquita de Eyüp se encuentra en el barrio homónimo, uno de los más tradicionales y conservadores de Estambul. Aunque para muchas guías no forme parte de la lista de barrios y monumentos que ver en Estambul, para nosotros es, sin duda, una de las visitas imprescindibles de la ciudad del Bósforo.
El barrio de Eyüp recibe este nombre en honor a uno de los compañeros del profeta Mahoma, llamado Abu Ayyub al-Ansari, jefe militar del ejército árabe que intentó, en el año 670, una primera conquista de Constantinopla. Sin embrago, Abu Ayyub al-Ansari cayó durante este asalto. Cuando las tropas de Mehmet el Conquistador se hicieron finalmente con la ciudad, en 1453, reconocieron la tumba de Abu Ayyub al-Ansari, convirtiéndose, enseguida, en un importante foco de peregrinaje para la comunidad musulmana.
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En esta localización se decidió construir un mausoleo que honrase la figura de Abu Ayyub al-Ansari, las clásicas türbe, así como una mezquita, que es la conocida como mezquita de Eyüp. Como muchas otras mezquitas de Estambul, el complejo se completó con una escuela coránica y otras construcciones, como baños y fuentes. La mezquita de Eyüp, es pues, la primera de las mezquitas que se construyeron en la nueva capital otomana, tras la conquista por parte de Mehmet, pues data de 1458. Hay que decir, sin embargo, que la mezquita de Eyüp que podemos conocer hoy en día, data del siglo XIX, pues la original quedó muy dañada tras un terremoto.
La importancia de la mezquita de Eyüp como centro de peregrinaje, dio lugar, además, a que muchos musulmanes desearan ser enterrados en los alrededores de la mezquita, es por eso que son varios los cementerios de tumbas centenarias que encontramos por toda la zona que circunda la mezquita de Eyüp.
Al llegar a la mezquita de Eyüp, y de hecho, ya en sus cercanías, comprobamos como este es un barrio mucho más tradicional y conservador que otros de Estambul. El porcentaje de mujeres con hiyab, e incluso, con chador o niqab que les cubre la práctica totalidad del cuerpo, es mucho más alto que en Sultanahmet o por supuesto, en la calle Iskidal. La cantidad de turistas que encontramos en la mezquita de Eyüp también es mínima si se compara con los que visitan cualquiera de las mezquitas imperiales de Estambul. Lo que sí llama la atención es un buen número de familias que acompañan a un niño disfrazado de sultán. Nos llama la atención tanto el disfraz como que algunos de ellos caminan de manera ciertamente peculiar, de modo que no podemos sino preguntar a qué se debe el disfraz, y de paso, el andar incómodo. Nos explican que es habitual que a los niños que han sido recientemente circuncidados, se les vista de sultán (sería el equivalente del disfraz de marinerito de la primera comunión por los católicos) y a su vez, se venga a rendir homenaje a Abu Ayyub al- Ansari, que tiene su türbe en la mezquita de Eyüp.
VISITA A LA MEZQUITA DE EYÜP.
Hay que pasar un arco para entrar dentro del complejo religioso. La mezquita es de color gris, como la mayoría de mezquitas imperiales, y aunque su tamaño se incomparable con la mezquita Azul o con la Suleymaniye, no es pequeña. Tiene dos esbeltos minaretes, que se parecen muchos a los de las grandes mezquitas de Estambul.
En el patio interior del complejo encontramos una sencilla pero bonita fuente de las abluciones que está siendo usada por varios fieles, pero enseguida nuestros ojos se dirigen hacia un edificio adjunto, con la fachada decorada con múltiples baldosas, que hace las funciones de türbe y que es donde se honra a Abu Ayyub al-Ansari, a quien va dedicada la mezquita.
Entramos en esta pequeña construcción donde el ambiente es de respeto profundo, con mucha gente rezando. Las baldosas con decoraciones geométricas y vegetales dominan la estancia, así como las múltiples inscripciones con caligrafía cúfica que encontramos repartidas por el habitáculo, que está lleno de fieles. La mayoría de ellos rezan mirando la tumba y con las palmas de las manos apuntando al cielo. La tumba en si queda dentro de un enrejado, que muchos fieles tocan antes de salir de la estancia, ya sea con la mano o con la cabeza. El ambiente es tenso, pero no opresivo, y sobre todo de respeto. Nadie nos dice nada por haber entrados en esta zona que para el Islam entendemos bastante sagrada, como ocurre en la mayoría de mezquitas de Estambul, donde parece imperar la máxima tolerancia.
A continuación entramos dentro de la mezquita de Eyüp, construida en piedra gris y que a diferencia de otras grandes mezquitas de Estambul, tiene una decoración más bien escasa, sin la bastante habitual presencia de azulejos que adornan muchas de las mezquitas imperiales. Eso sí, tanto el mihrab, que nos indica la dirección hacia La Meca, como el minbar, el púlpito donde el imán da los sermones durante la oración del viernes, están ricamente decorados. Dentro de la mezquita de Eyüp también encontramos fieles rezando, aunque menos que en la türbe. Como siempre en las mezquitas turcas, las mujeres tienen una zona habilitada para ellas.
EL CAFÉ PIERRE LOTI: UNA DE LAS MEJORES VISTAS DE ESTAMBUL
Nadie que visite la mezquita de Eyüp puede dejar de acercarse al mítico café Pierre Loti que se encuentra en una colina adyacente al barrio de Eyüp y desde donde se pueden contemplar una de las mejores vistas del Cuerno de Oro.
Hay dos maneras de acceder al Café Pierre Loti desde la mezquita de Eyüp. La primera es en un teleférico que en pocos minutos sube colina arriba. El otro modo, mucho más romántico, es subir el cerro andando, por un camino que pasa por enmedio de un cementerio que está lleno de tumbas musulmanas grisáceas, que gozan, probablemente de una de las mejores vistas de la ciudad. El camino es empedrado, y aunque se trata de un cementerio, el trayecto no se hace nada opresivo. Justo al contrario, se trata de un paseo sosegado y agradable, que invita a pararse a tomar fotografías o descansar en algunos de los bancos habilitados a medio camino. La verdad es que vale la pena hacer o bien la subida al café Pierre Loti, o bien la bajada, a través de este cementerio. No son pocos, los cementerios que se acaban convirtiendo en auténticos museos, como el Cementerio de la Recoleta en Buenos Aires o el Cementerio de Lychakivskiy, en Lviv, que tuvimos la oportunidad de visitar.
Una vez en la colina de Eyüp, es hora de disfrutar de un té o un café en la terraza del Café Pierre Loti. Si bien en la mezquita de Eyüp hay muy pocos turistas, hay que decir que en el café Pierre Loti puede no ser tan fácil conseguir mesa, pues parece es un punto habitual de encuentro.
Por suerte, podemos sentarnos y disfrutar de las enormes vistas al Cuerno de Oro, mientras degustamos un té a la menta con piñones. Es uno de esos momentos que no se olvidan.
La bajada hacia el barrio de Eyüp la hacemos esta vez con el teleférico, que nos deja a pocos metros de la mezquita de Eyüp. Antes de volver hacia el centro de la ciudad, aun daremos una vuelta por los alrededores de la mezquita, que están plagados de comercios tradicionales, entre ellos, algunos dedicados a la parafernalia religiosa.
DONDE DORMIR EN ESTAMBUL
COMO LLEGAR A LA MEZQUITA DE EYÜP
Para llegar al barrio de Eyüp lo más cómodo es el autobús que sale de las proximidades de los muelles de Eminomu. Otra posibilidad, es tomar el ferry que hace el trayecto por el Cuerno de Oro, parando a ambos lados, y que tiene una parada (Eyüp) justo a cien metros de la mezquita de Eyüp.