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LAS 15 CIUDADES MÁS BONITAS DE EUROPA ORIENTAL (NO CAPITALES).

Hace un mes y medio publicamos en este blog las que para nosotros son las 15 ciudades más bonitas de Europa occidental. Esta vez, y formando parte de un nuevo reto conjunto con Florencio Moreno, autor del blog Fmanega por el mundo, presentamos las que para nosotros son las 15 ciudades más bonitas de Europa oriental.

En Europa oriental (la que queda al este de la línea que pasa por la frontera occidental de Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría y Eslovenia) hay 27 de los 50 países europeos. Hay que decir que en esta división, hemos situado a los países nórdicos los en la órbita de la Europa occidental, aunque por lo menos parte de su territorio esté situado en el este.

De los 27 países de Europa oriental, 13 tienen representación en esta lista y sólo 2 repiten (Ucrania y Bulgaria). De los otros 14 países, 2 de ellos nos quedan pendientes de visitar (Chipre y Bielorrusia) y los otros 12 han quedado sin representación en la lista, aunque probablemente muchos de ellas tengan ciudades que lo merezcan.

Como siempre, las ciudades elegidas son ciudades de las que hemos podido disfrutar en primera persona durante nuestros viajes.

LAS CIUDADES MÁS BONITAS DE EUROPA ORIENTAL

ESTAMBUL

Nadie puede dudar de que Estambul es una de las ciudades más bonitas de Europa. Situada ya en los confines del viejo continente y a menudo etiquetada como puente entre Europa y Asia, Estambul es para nosotros, no sólo la más bonita de las ciudades de Europa, si no del mundo entero.

Fue llamada Bizancio desde su fundación por colonos griegos hasta que en el 330 pasó a ser capital del Imperio bizantino, y pasó a ser conocida como Constantinopla. Esto se mantuvo hasta que en 1453 fue conquistada por las tropas otomanas, pasando a ser conocida desde aquel momento, como Estambul, nombre que ha mantenido hasta la actualidad. Todas las culturas que la han pisado ha dejado su sello, por eso sus monumentos abarcan milenios enteros. Pese a ello, solo por las obras bizantinas, con la iglesia de Santa Sofía a su cabeza o por las otomanas, con toda la serie de mezquitas imperiales, son motivos suficientes para disfrutar de la ciudad más bonita del mundo. En este post podréis conocer un poco más acerca de Santa Sofía y la Mezquita Azul.

SAN PETERSBURGO

Otra ciudad que debe formar parte de forma indiscutible de la lista de las ciudades más bonitas de Europa. Conocida como Leningrado durante la época soviética, la ciudad recuperó el nombre de San Petersburgo después de la caída del régimen socialista. Es una ciudad relativamente moderna, pues su fundación data del 1703. Fue el Zar Pedro el Grande quien mandó su construcción. La ciudad se convirtió en capital imperial durante doscientos años. La monarquía zarista quería una capital que compitiera con la moderna París, por ejemplo, por lo que no dudó en dotar a la nueva ciudad de los más preciosos y anchos bulevares, como la avenida Nevski, palacios imperiales como el Palacio de Invierno o extraordinarias iglesias y catedrales.

La Fortaleza de San Pedro y San Pablo, fuerte militar y núcleo fundador de la ciudad, el Palacio de Invierno (sede actualmente del Museo del Hermitage) o las Catedrales de San Isaac, de Nuestra Señora de Kazan o la iglesia del Salvador sobre la sangre derramada son algunos de los monumentos más emblemáticos de San Petersburgo.

CRACOVIA

La ciudad más bonita de Polonia, y para mucha gente, la más bonita de Europa si exceptuamos las capitales de estado y las que han sido capitales imperiales (Estambul y San Petersburgo). La Plaza del Mercado, que tiene más de 40.000 metros cuadrados es el centro neurálgico de la población. Es la plaza medieval más grande de Europa, en medio de la cual encontramos la Lonja de los Paños, un primitivo centro comercial que data del siglo XIII y que ahora está lleno de tiendas de artesanía dedicada a los turistas. La basílica de Santa María y la torre del antiguo ayuntamiento, que se alza hasta los 70 metros de altura, también destacan en esta plaza.

A partir de la plaza, las calles se abren en las cuatro direcciones. Vale la pena disfrutar del paseo peatonal en Cracovia, en particular el que atraviesa todo el casco antiguo y que es conocida como Vía Real de Cracovia, donde encontramos gran cantidad de palacios y edificaciones góticas. La Vía Real comienza en la Puerta de San Florian y termina a los pies de la colina de Wavel, después de pasar por las calles Florianska, por la Plaza del Mercado y por la Calle Grodzka.

No hay que olvidarse de subir hasta el castillo de Cracovia, situado en la colina de Wavel, desde donde se disfruta de unas preciosas vistas de la ciudad, con el río Vístula a sus pies, y donde se encuentra la hermosa Catedral de Wavel, del siglo XIV donde se encuentran enterrados los monarcas polacos.

PRIZREN

Es la ciudad más bonita de Kosovo. Una población que aunque es bastante grande (200.000 habitantes) tiene un centro histórico compacto, muy agradable para conocer y recorrer a pie.

Caminando por sus calles peatonales iréis descubriendo iglesias y monasterios ortodoxos serbios y católicos, así como varias mezquitas (la más bonita la de Sinan Pacha). Son signo de la diversidad que un día hubo aquí, aunque después de los graves enfrentamientos de finales del siglo XX, la población ahora mismo es unánimemente de etnia albanesa. También se encuentran en la población varias casas típicas otomanas así como una fortaleza, el Kaljaja, en lo alto de una colina desde la que se domina toda la ciudad. En este post hablamos sobre la ciudad de Prizren y el recorrido por Kosovo durante nuestro viaje a los Balcanes Orientales.

OHRID

La ciudad más bonita de Macedonia está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad, gracias tanto a su patrimonio cultural como al enclave natural donde se encuentra, en la ribera del lago homónimo. De hecho, sólo hay 28 sitios con esta doble distinción.

Lo que más llama la atención en esta población es la enorme cantidad de iglesias y monasterios bizantinos, que van desde las más pequeñas de Santa María o San Nicolás hasta otras tan imponentes como la de Santa Sofía, o la de San Juan Kaneo, situada justo en la ribera del lago, en una situación que la hace realmente excepcional. Para más información sobre la ciudad de Ohrid os recomiendo este post.

CESKY KRUMLOV

Hay quien llama esta población checa como la pequeña Praga. Pero incluso esta distinción haría desmerecer una ciudad, Cesky Krumlov, que tiene un poder de seducción enorme. Como la capital checa, un castillo situado en una colina domina toda la población, que se sitúa en un meandro del río Moldava.

Por las calles empedradas se disfruta de un precioso recorrido donde los pequeños palacios e iglesias, las casas con fachadas esgrafiadas o varios puentes de madera que salvan los arroyos se cruzan en el camino del peatón. Una ciudad difícil de olvidar, Patrimonio de la Humanidad y que no podría faltar en ninguna lista de las más bonitas de Europa. En este post podéis encontrar más información sobre Cesky Krumlov, una ciudad bien fácil de visitar como excursión de un día desde Praga.

LVIV

La ciudad más bonita de Ucrania es precisamente la menos ucraniana de las ciudades del país. Lviv ha estado bajo influencia polaca, austro-húngara o rusa dependiendo del periodo. Y de todo ello, ha salido una ciudad que recuerda sobre todo, a las ciudades centro europeas y en particular, a las más bonitas de las ciudades polacas. Con su preciosa plaza del mercado, desde donde se abren todo un seguir de calles con edificios perfectamente restaurados, Lviv se muestra como una ciudad vital.

Son múltiples las iglesias que se encuentran aquí y allá, de todo tipo de confesiones y credos, ya sean católicas, armenias o ortodoxas. La ópera de Lviv, sin ser tan espectacular como la de Odessa también es muy bonita y hasta su cementerio, el Lychakivskiy, no tiene nada que envidiar a los cementerios más bonitos y conocidos del mundo, como el Pere Lachaise de París. Disfrutamos de Lviv durante nuestro viaje a Lviv. Si os interesa conocer algo mejor la ciudad de Lviv os recomiendo este enlace.

ODESSA

Odessa, que llegó a ser la cuarta ciudad del Imperio Ruso y tiene uno de los puertos marítimos más importantes del mundo, es una preciosa ciudad situada en la ribera del Mar Negro. Su belleza hace que a menudo sea conocida como la Perla del Mar Negro. Si Lviv es la ciudad más polaca de las ciudades ucranianas, probablemente Odessa sea una de las poblaciones de Ucrania donde más se venera la figura de la emperatriz rusa Catalina II.

Odessa tuvo la época de máximo esplendor cuando formó parte destacada del Imperio Ruso y la ciudad es agradecida. La avenida Deribasovskaya es la calle principal de la ciudad y el auténtico eje vertebrador, donde encontramos los edificios más nobles, como algunos imponentes hoteles novecentistas o el precioso Passage, una preciosa galería cubierta, llena de estucados y esculturas. Más abajo, en la misma avenida, encontramos la extraordinaria Ópera de Odessa, una de las más bonitas del mundo, en competencia directa con la de Dresde. Finalmente, un paseo por el Boulevard Primorsky nos llevará hasta lo alto de las famosas escaleras Potemkin, escenario de una de las películas más famosas de la historia del cine: El Acorazado Potemkin. En este post explicamos nuestra experiencia en la ciudad de Odessa.

NOVI SAD

A menos de dos horas de Belgrado, encontramos la más bonita de las ciudades serbias: Novi Sad. El Danubio separa las dos localizaciones más importantes de la ciudad: en la ribera derecha encontramos el barrio y la fortaleza de Petrovaradin y en la orilla izquierda, el casco antiguo. En la fortaleza de Patrovaradin se encuentra el origen de la población, desde que los romanos se establecieran en esta plaza en el siglo I. Pero la extraordinaria fortaleza que encontramos actualmente es de la época de dominación austriaca.

Desde la fortaleza, la vista del Danubio y de la ciudad antigua es extraordinaria. En la ribera izquierda del Danubio encontramos la Ciudad Antigua, un núcleo urbano precioso y fácil de disfrutar, gracias a sus calles empedradas. La Plaza de la Libertad es la más bonita y donde encontramos el ayuntamiento o la catedral católica. Pero desde este centro neurálgico hay que disfrutar en calma de todos los callejones que vamos encontrando. Además, se trata de una ciudad enormemente vital, con múltiples hoteles, restaurantes y heladerías. En este post encontraréis información detallada sobre la ciudad.

DUBROVNIK

Son varias las ciudades balcánicas a quien procede el título de Ave Fénix de las ciudades. Las guerras intestinas que a finales del siglo XX destrozaron la antigua Yugoslavia se cebaron especialmente en algunas ciudad emblema y una de ellas fue la Ciudad Vieja de Dubrovnik, la perla de la costa croata y la ciudad más turística del país.

Dubrovnik fue sometida a un brutal asedio por parte de las tropas serbias a partir de finales de 1991, que se mantuvo durante 6 meses y que casi consigue reducir a cenizas el centro histórico de una de las ciudades más bonitas del mundo, Patrimonio de la Humanidad desde 1979 y heredera de la que era la antigua Ragusa, una potencia marítima que llegó a rivalizar con Venecia por el dominio de Mar Adriático.

La ciudad antigua, rodeada de una restaurada muralla con 16 torres, es un auténtico tesoro en piedra, donde su calle central, el Stradun, con sus casas señoriales de dos y tres pisos y con más de cuatrocientos años de historia es el hilo conductor. El Palacio Sponza, la Catedral, el Palacio de los Rectores, los Claustros de Santo Domingo y San Francisco o la preciosa fuente de Onofrio son algunos de los monumentos más destacables de su armonioso centro histórico.

MOSTAR

Otra de las ciudades supervivientes de la peor guerra que ha sufrido Europa en la segunda mitad del siglo XX es la ciudad Bosnia de Mostar, que se extiende a ambos lados del río Neretva, con sus aguas de color cambiante, ahora más azuladas, ahora más verdosas. Precisamente el puente sobre el río Neretva protagonizó uno de los episodios más lamentables de aquella guerra. El viejo puente otomano del siglo XVI fue volado en noviembre de 1993 en un episodio que estremeció al mundo entero. No en vano, aquel hecho no sólo suponía la voladura de un puente si no la práctica separación de las comunidades de la ciudad.

Bosnios, croatas y serbios lucharon por cada palmo de la ciudad hasta llegar a separarla físicamente. La parte occidental quedó en manos croatas y la parte oriental, en manos bosníacas, es decir, de los musulmanes bosnios. Terminada la guerra, el puente fue restaurado, al igual que parte de su centro histórico, como su viejo bazar Kujundziluk. Aún ahora, estremece comprobar como la mayoría de parques de la ciudad se han convertido en inmensos cementerios y los edificios más apartados del centro, todavía tienen las fachadas llenas de metralla.

KOTOR

Es esta una pequeña ciudad de la costa montenegrina. Aunque la mayoría de ciudades de la lista son ciudades grandes, no me he podido resistir a incluir esta pequeña población. No sólo la ciudad es bonita, sino que su emplazamiento, en uno de los fiordos más bellos del sur de Europa, la convierten en excepcional. De hecho, Kotor, forma parte del Patrimonio de la Humanidad.

La Costa Dálmata está llena de hermosas ciudades, desde el norte, en la península de Istria hasta Dubrovnik, ya en el sur de Croacia. Pero la zona montenegrina de la Costa Dálmata, no decepciona, con pequeñas poblaciones con Budva, Perast y sobre todo, Kotor, que se sitúa en el fondo de un hermoso fiordo, que en realidad es la garganta sumergida de un antiguo río, el Bokelj.

Se sabe de la existencia de Kotor desde el siglo II. En época de Justiniano, en el siglo VI, se fortificó por primera vez y posteriormente fue ocupada por sarracenos, búlgaros y serbios, aunque los habitantes de Kotor prefirieron la unión con la ciudad de Ragusa, la actual Dubrovnik. A partir del siglo XV la ciudad forma parte de los territorios venecianos, al igual que muchas ciudades que hemos encontrado en la Costa Dálmata, como Trogir, en Croacia o las preciosas Koper y Piran eslovenas. Fruto de esta ocupación son gran parte de sus preciosos edificios, palacios, las múltiples iglesias o la barroca torre del reloj, que se encuentra en la Plaza de Armas y que está ligeramente inclinada producto del efecto de varios terremotos.

VELIKO TARNOVO

Fueron los tracios los que fundaron esta bonita población búlgara que se encuentra en la orilla del río Yantra. Desde la antigüedad, la ciudad estuvo situada en medio de varias rutas comerciales, favoreciéndola así en su prosperidad, pero también el intercambio cultural a la que se vio sometida.

Pero es a partir del siglo XII cuando la ciudad alcanza el momento de máximo esplendor, cuando es proclamada capital del reciente estado búlgaro restaurado por los hermanos Asen y Petar, que declararon el final del dominio bizantino. Veliko Tranovo se convierte en la potencia administrativa, económica, cultural y espiritual de Bulgaria.

Dominando la población encontramos la fortaleza de Tsaverets, donde se encontraba la residencia del Patriarca búlgaro, además de ser la sede del poder político. De esta época son también varias iglesias ortodoxas, que se unen a las más antiguas iglesias bizantinas, que se encuentran tanto en Veliko Tarnovo como en la próxima e imprescindible Arbanasi. El imperio otomano también dominó la población durante una larga temporada, y de hecho no fue hasta 1878 en que Bulgaria se libera finalmente del dominio turco, momento en que la capitalidad vuelve a Veliko Tarnovo. Es por ello, que en la población, como en el resto de los Balcanes, encontramos también construcciones y palacios de clara influencia otomana.

PLOVDIV

La segunda de las ciudades búlgaras elegida para formar parte de la lista de las ciudades más bonitas de Europa oriental. Es una de las ciudades más antiguas de la historia, con más de 6000 años de antigüedad.

Fue conquistada por Felipe de Macedonia en el siglo IV aC. Posteriormente fue declarada independiente bajo dominio tracio, pero finalmente fue incorporada al Imperio Romano que la declaró capital de la provincia romana de Tracia.

Fruto de aquella época encontramos algunos de los vestigios más antiguos que se encuentran en la ciudad, como el estadio o sobre todo, el teatro romano de Plovdiv, que fue descubierto en 1972 y que tras su restauración es uno de los puntos de máximo interés de la ciudad.

Cuando Bulgaria cayó bajo el dominio otomano, Plovdiv fue uno de los focos más importantes del nacionalismo búlgaro. Es por ello que el centro histórico de la ciudad está plagado de preciosas mansiones que forman parte del estilo conocido como Renacimiento búlgaro. Una zona ideal para pasear gracias a sus estrechas, adoquinadas y empinadas callejuelas.

Algunas de estas más de 150 edificios que encontramos en este estilo se han convertido en hoteles, galerías de arte o museos, como el precioso Museo Etnológico, que se encuentra en una preciosa mansión del 1847, o el Museo de Historia Natural, que se encuentra en la casa Nedkovich. Son casas donde en la fachada domina tanto el uso de la madera como su color llamativo y donde en el interior, un amplio salón principal, hace de distribuidor de las diversas habitaciones que lo rodean. La verdad es que esta es la zona más bonita de la ciudad.

También se encuentran en Plovdiv algunas de las mezquitas más bonitas de Bulgaria, como la Mezquita Dzhumaya, o templos ortodoxos búlgaros como la iglesia de Santa Bogoroditsa o la fenomenal iglesia de San Constantino y Santa Elena, que alberga uno de los iconostasios más bonitos del país así como unos bonitos frescos que rodean el pórtico de entrada a la iglesia.

SIBIU

Vaya por delante que he dudado entre Sibiu, Plovdiv o Sighisoara en el momento de incluir una ciudad rumana en la lista de las ciudades más bonitas de Europa. Las tres nos parecieron preciosas.

Sibiu es una de las ciudades más importantes de Transilvania y de hecho, entre 1692 o 1791 fue la capital del Principado de Transilvania. La historia de la ciudad se remonta, sin embargo, a más de 900 años, cuando fue fundada por colonos sajones, como muchas otras ciudades de esta zona y en particular, como la gran cantidad de iglesias fortificadas de origen sajón que se encuentran en Transilvania y que en conjunto forman parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad.

Cuando la visitamos estaba perfectamente restaurada producto de que había sido nombrada Ciudad Europea de la Cultura de 2007, lo que contrastaba con las otras ciudades de Transilvania que estaban un poco más destartaladas. Así, su centro histórico lucía espléndido, y en particular sus dos plazas principales: la plaza Mare o Grande y la Plaza Mica o Pequeña, y las calles y callejones que salen desde las dos plazas o que se van encontrando a lo largo del centro histórico, como el precioso Boulevard Nicolae Balcescu. Por cierto, en la Plaza Mare de Sibiu se encuentra una de las características de la ciudad: las curiosas ventanas que se encuentran en las azoteas de las casas y que tienen forma de ojos. Entre las dos plazas, se encuentra la Torre del reloj, abierta al público y desde donde se puede disfrutar de preciosas vistas sobre la ciudad.


Finalmente, os recomiendo que paséis por el blog del Florencio Moreno para que descubráis cuáles son según él, las ciudades más bonitas de Europa del Este.

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