El Recinto Modernista de Sant Pau o Hospital de Sant Pau es una de las obras más importantes de la Ruta del Modernismo de Barcelona y forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad. La visita del Hospital de Sant Pau, sobre todo desde la restauración que se ha llevado a cabo en los últimos años, es una de las visitas imprescindibles de la ciudad de Barcelona y que nadie que visite la capital catalana debería perderse.
Es esta, además, una visita especial para mí, pues en este hospital tuve la oportunidad de formarme como médico hace ya más de 10 años. Hay que tener en cuenta, que el Reciente Modernista del hospital de Sant Pau funcionó como tal hasta hace pocos años, momento en que el hospital se trasladó a una sede más moderna al norte del hospital modernista.
RECINTO MODERNISTA DE SANT PAU: ORÍGENES DEL HOSPITAL DE SAN PAU
El Hospital de Sant Pau, concretamente, Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, tiene sus origenes en el antiguo Hospital de la Santa Cruz que se encontraba (de hecho, aun ahora podemos visitar el edificio) en la calle hospital de Barcelona. El Hospital de la Santa Cruz data nada menos que del siglo XV, cuando en 1401 se fusionan los seis hospitales existentes en Barcelona y se funda el nuevo hospital.
Aquel antiguo hospital es ahora la sede de la Biblioteca de Cataluña y supone uno de los edificios góticos civiles más interesantes de Cataluña.
La cuestión es que con el progresivo aumento de la población de la ciudad, el antiguo hospital fue quedando cada vez más pequeño. Además, su situación, en medio de la ciudad, hacía imposible su ampliación, por lo que se decidió la creación de un nuevo centro hospitalario.
Aunque inicialmente se eligieron los terrenos que hoy ocupa el Hospital Clínico, finalmente este primer proyecto fue desestimado.
Todo ello coincidió en el tiempo con la muerte del banquero Pau Gil, que dejó a la ciudad de Barcelona un enorme legado económico a condición de que se utilizara para la construcción de un centro hospitalario moderno. Pau Gil dejó escrito en su testamento, un buen puñado de medidas y condiciones que el nuevo hospital debía cumplir, entre ellas, que llevara el nombre de su santo patrón, es decir, San Pablo, y que fuera dedicado a la curación de la población común de Barcelona, en un momento en que la sanidad no era un derecho universal.
Es fruto de la Unión del antiguo hospital de la Santa Cruz y del nuevo hospital de San Pablo que se funda el nuevo Hospital de la Santa Cruz y San Pablo o Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Por eso se compran los terrenos donde actualmente se ubica el recinto modernista de Sant Pau y se contrata el arquitecto Lluís Domènech i Montaner, uno de los más importantes arquitectos modernistas de Cataluña y que era también el autor del Palau de la Música, el Liceo del Pobres, una de las obras más destacadas del la Ruta del Modernismo de Barcelona.
VISITA AL HOSPITAL DE SANT PAU: EL HOSPITAL MÁS BONITO DEL MUNDO.
El diseño de Domènech i Montaner para el nuevo hospital de Sant Pau se basó en la construcción de una auténtica ciudad hospitalaria dentro de la ciudad de Barcelona, que se llevaría a cabo con la construcción de una buena cantidad de pabellones separados (finalmente, fueron 27 pabellones, de los cuales 16 son modernistas) que dieran cabida a las diversas patologías que se tratarían en el Hospital. Es decir, si las enfermedades del corazón se tenían que curar en un pabellón, las del pulmón tenían que hacerlo en otro.
Además, y tal y como era habitual en la época, los pabellones de los hombres y las mujeres estaban separados, de modo que si a la derecha de lo que podemos llamar la avenida central del hospital de Sant Pau quedaban los pabellones dedicados los hombres, a la izquierda lo hacían los dedicados a las mujeres. Los pabellones, además, estaban separados por amplias zonas con jardines y árboles en la superficie, y conectados por una serie de galerías y túneles subterráneos que permitían los traslados de los enfermos entre las diversas estancias.
Los diversos pabellones del Hospital de Sant Pau, distribuidos de forma simétrica a través de un eje norte-sur o vertical, tienen uno o dos pisos sobre sótano. Esto era debido a que la pendiente del terreno obligó a utilizar este recurso con el fin de igual visualmente la altura de los diversos pabellones.
En la avenida central del hospital, que sigue el eje vertical de diseño, se dispusieron, además, tres grandes pabellones que podemos llamar centrales. Son los pabellones de la Administración, el de Cirugía y el Convento, que cuando las hermanas hospitalarias dejaron el hospital, se convirtió en el Banco de Sangre.
El primero de los tres pabellones centrales, forma parte de la fachada de entrada del hospital y daba cabida a los Servicios administrativos del hospital. La vista desde la avenida Gaudí, que queda justo en frente, es una de las más bonitas que se pueden ver en la ciudad de Barcelona.
Este pabellón de los servicios administrativos es el más noble del hospital y uno de los primeros en ser construido, pues se levantó entre 1905 y 1910. Hay que tener en cuenta, que el hospital de Sant Pau no se inaugura hasta más allá del 1930 y que es el hijo de Domènech i Montaner quien termina las obras, tras la muerte de su padre.
Un precioso vestíbulo da entrada al gran palacio que supone este pabellón de administración. No hay que perder pasada de las preciosas esculturas de Eusebi Arnau y de su discípulo, Pau Gargallo, que encontramos tanto en la fachada de este edificio, como la de los otros pabellones. Las columnas de mármol rosado que terminan en preciosos capiteles son igualmente espléndidas, así como la escalera que lleva al primer piso y donde destaca tanto el artesonado del techo como la pequeña cúpula con vitrales que recuerda, de forma más modesta, la que se encuentra el Palau de la Música. Mosaicos, motivos heráldicos de piedra, vitrales, mármol … todo tiene cabida en este pabellón de los servicios administrativos. Hay que tener en cuenta que el Modernismo tenía su base en el trabajo artesanal, por lo que cada una de las piezas que se encuentran en el hospital debían ser elaboradas y trabajadas una a una.
No hay que perderse, igualmente, en el primer piso, la sala más noble del Hospital de Sant Pau y que fue utilizada para un primer Congreso de Biología que se celebró en Barcelona a los pocos años de inaugurarse el hospital.
El siguiente pabellón que encontramos en el eje central es el de Cirugía. Destaca en este pabellón el pórtico encima del cual queda situada una galería-terraza, así como un conjunto de esculturas de piedra de bellísima factura. En la pared de este pabellón de Cirugía, así como de otros pabellones, encontramos una ornamentada G de piedra, emblema de Pau Gil y que nos da fe del benefactor y mecenas del hospital y en concreto, de aquel pabellón. Otros pabellones, como el de San Rafael, fueron financiados por otros mecenas. Esto fue cuando el dinero de la herencia de Pau Gil se terminó, por lo que en las paredes de estos pabellones podemos encontrar otros emblemas, como la R que encontramos en el pabellón de San Rafael, que además, lleva el nombre del Santo Patrón del mecenas en cuestión.
Lo que eran los quirófanos de este pabellón de cirugía estaban encarados al norte, para que el sol no alumbrara los cirujanos, pero al mismo tiempo, una diseño acristalado (que podemos ver en la parte posterior del pabellón) permitía la entrada de luz natural en el pabellón.
SANT PAU. PATRIMONIO MODERNISTA. BARCELONA. De Enciclopèdia Catalana, 2016. Un lujoso volumen que nos explica los detalles artísticos del Reciento Modernista del Hospital de Sant Pau, pero también su devenir histórico, desde que el antiguo Hospital de la Santa Creu ocupaba las dependencias góticas de la actual Biblioteca Nacional de Catalunya, en el barrio del Raval.
Capítulos dedicados al arquitecto, Domènech i Montaner, pero también a sus colaboradores, como Pau Gargallo o Eusebi Arnau, a los materiales utilizados y a la simbología que rodea esta obra cumbre del modernismo. Todo ello, con gran profusión de fotografías. Una obra francamente fascinante.
El tercer pabellón del eje central del hospital era el del Convento, pues durante una buena temporada en el Hospital de Sant Pau tuvo cabida una comunidad de hermanas hospitalarias. En este pabellón, llamado también Pabellón Central se localizaban también los servicios de cocina y de farmacia del hospital. Es este un pabellón que se construye ya en una segunda fase, a partir del 1922 y que no tiene la profusión de detalles de los demás.
Esto se debe a la disminución de la dotación presupuestaria que sigue a la finalización del dinero de la herencia de Pau Gil. Es este un momento donde Pere Domènech i Roura, hijo de Montaner ya ha tomado las riendas de la obra. El nuevo arquitecto debe adaptar la construcción del pabellón del convento a las nuevas circunstancias presupuestarias. Aunque el diseño original sí es de Domènech i Montaner, lo que finalmente se construye no es exactamente aquel primer proyecto. Este pabellón central del convento está flanqueado, a derecha e izquierda y de forma simétrica, de dos pabellones más, los dedicados al departamento de Farmacia y a las Cocinas del Hospital, que acaban formando un conjunto común con el convento.
Vistos los pabellones centrales es hora de disfrutar de los pabellones laterales que quedan a derecha e izquierda del eje central del hospital. Los más bonitos son justo los 8 que quedan justo a la derecha y a la izquierda, la fachada de los cuales está encarada a la avenida central y que están dispuestos de forma simétrica.
Como explicaba, los pabellones de la zona derecha del hospital eran dedicados a curar a los hombres y los de la izquierda, a las mujeres. Todos ellos tienen una decoración muy cuidada, a menudo con esculturas de Pablo Gargallo y Eusebi Arnau, aunque no todos fueron construidos en la primera época de Montaner. Es por eso que algunos de estos edificios llevan el nombre del santo del benefactor, como por ejemplo San Rafael. Además, en estos casos, en lugar de ver los emblemas en forma de G que hacen referencia a Pau Gil, las encontramos en forma de R, haciendo referencia, en este caso, a Rafael Rabell.
Estos ocho pabellones tienen una disposición similar. A la izquierda del vestíbulo principal y dando directamente a la fachada, se encuentra una sala circular, que venía a ser la sala de espera, acristalada y que es coronada por una hermosa cúpula de formas ciertamente orientalitzantes, decoradas con baldosas amarillas y rojas. El cuerpo central del edificio era un espacio diáfano donde se disponían hasta veintiocho enfermos. Los pabellones tienen un tejado a dos aguas y en la fachada, si a la izquierda del vestíbulo encontramos la sala circular descrita, a la derecha solemos encontrar la que es conocida como Torre de las Aguas del pabellón en cuestión. Sobre la puerta que da acceso al vestíbulo encontramos siempre la escultura del Santo a la que está dedicado el pabellón.
Disposición similar tiene el siguiente pabellón de la derecha, el de San Manuel, de dos pisos y que es simétrico (aunque no exactamente) con el de Montserrat, que queda al otro lado de la avenida central del hospital. También este pabellón se pudo levantar gracias a la donación de una familia, la Mariné Molins que pagó las obras en memoria de su hermano Manuel. Es la M la que podemos ver en este caso en la decoración de este pabellón, en el que destaca la figura de San Manuel, esculpida, obra de Eusebi Arnau.
Observamos que mientras algunos pabellones tienen un solo piso por encima del sótano (como el de San Rafael, o los de Sant Leopold o San Salvador, que son los tres primeros de la derecha), otros tienen dos (como este de San Manuel, que es el cuarto). En los pabellones de dos pisos, la segunda plana reproduce la disposición de la primera, pero el resto del diseño es similar, con la rotonda a un lado del vestíbulo (coronada siempre con una bonita cúpula) y la torre de las aguas en el otro.
Estamos todavía un buen rato dando vueltas entre los diversos pabellones del Hospital, algunos de los cuales están ahora dispuestos como sala de exposiciones o son sede de algunas instituciones.
La verdad es que la visita del Hospital Sant Pau, una de las joyas de la Ruta del Modernismo en Barcelona, es una de las visitas imprescindibles de Barcelona.
Comentarios:
36 comentarios en “HOSPITAL DE SANT PAU. El hospital más bonito del mundo.”
18200 likes. ¡Qué pasada!
Madre mía Jordi, enhorabuena!! Y qué lujo haber trabajado en un entorno tan bello
Enhorabuena ¡¡¡¡ … un lugar que lo merece y para mi muy especial ya que yo nací allí .. saluditos.
Para mi tambien es especial, hice mi carrera de enfermería de una calidad ciéntifica estupenda, bajo la dirección de Teresa Piulachs, y trabajé 12 años en la UCI, pabellón de Sant Salvador. Ahora trabajo en otro hispital pero siempre llevaré al Hospital de Sant Pau en mi corazón
Pues igual llegamos a coincidir, aunque yo solo estuve 4 años durante mi residencia. Saludos!!!
M’alegro molt de que t’hagi agradat el post. Algunes curses pels soterranis en cadira de rodes haviem fet durant algunes guàrdies de resident (jo vaig fer la residència a pediatria, no se si vas rotar per neonats)…jejeje. Amb el temps queden els bons records. La veritat és que la visita val molt la pena i, encara que per noaltres sigui molt conegut, sempre és bonic rememorar els bons momnets passats.
Una abraçada «aspirinetta»!