Visitar la catedral de Salisbury ha supuesto poner un broche fenomenal a un día que ha empezado con la visita al Stonehenge, el monumento megalítico más famoso del mundo y que era uno de los motivos principales que nos han traído hasta esta zona del sudoeste del Reino Unido.
Salisbury es una pequeña población del condado de Wilshire que no llega ni a cincuenta mil habitantes. Es por esto que sorprende que una catedral de la belleza y la importancia de la de Salisbury se emplace en esta localización.
Salisbury fue un enclavamiento de relativa importancia durante la edad media, a partir del siglo XIII. Hasta aquél momento, el enclave humano estaba ubicado en la cercana colina de Old Sarum, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad y de la que se tiene constancia de presencia humana desde el año 3000 aC. Pueblos de diferentes latitudes ocuparon Old Sarum, entre ellos, romanos, sajones y vikingos. Esto fue así hasta la llegada de los normandos, en la segunda mitad del siglo XI dC, momento en que Old Sarum se convierte en sede episcopal y es construida una primera catedral.
Finalmente, a partir de 1220 se decide la construcción de una nueva catedral, así como una ciudad a su alrededor, en unos prados muy cercanos al primitivo asentamiento y que sustituirá a Old Sarum. El nuevo enclave recibirá el nombre de New Sarum, que acabará derivando en Salisbury. La población crece a buen ritmo y pocos años después, en 1227, recibe el título de ciudad tras un edicto firmado por el rey Enrique III.
El autobús que nos trae desde el Stonehenge tiene una parada en el centro de la ciudad, antes de la parada final que se encuentra en la estación de trenes, que es justo donde lo tomamos nosotros a nuestra llegada desde Bristol, para dirigirnos, en aquél momento, al Stonehenge.
El centro urbano de Salisbury es compacto y muy agradable para pasear. Tabernas antiguas, calles empedradas y peatonales, canales y puentes e iglesias donde nos volvemos a sorprender de que en su interior se ubiquen salas de juegos para niños e incluso un bar en la sacristía van saliendo a nuestro paso a través de un tranquilo paseo que nos lleva al monumento principal de la ciudad y que en realidad nos ha llevado hasta aquí: la Catedral de Salisbury.
VISITA A LA CATEDRAL DE SALISBURY
La Catedral de Salisbury está construida en medio de una extensa planicie de césped, en las afueras de la ciudad, de manera que el efecto visual al llegar a su emplazamiento es realmente espectacular.
Como explicaba, la nueva Catedral de Salisbury se empezó a construir a partir de 1220, es decir en plena época del gótico. Se trata de una gran catedral, con una planta con forma de doble cruz latina, que tiene una longitud de 142 metros y una anchura máxima, de 61 metros.
No solo se trata de una de las catedrales más largas de Inglaterra, si no que su aguja, dispuesta a modo de cimborrio, que se alza hasta una altura de 123 metros y que se construyó justo en el crucero, supone la más alta de todo el país.
La fachada occidental de la Catedral de Salisbury resplandece a esta hora de la tarde, cuando el sol la hace brillar especialmente.
Sus tres puertas principales son mucho más sencillas que las recargadas puertas de las catedrales de origen francés. Del mismo modo, si se compara con el prototipo de catedral francesa, echaremos en falta también el habitual rosetón que se dispone en medio de la fachada. Así mismo, la fachada oriental no nos indica cómo será la compartimentación interior en tres naves, como suele ser habitual también en las francesas, sino que está diseñada de forma absolutamente autónoma en relación a su interior. En los laterales de esta fachada occidental se disponen sendas torres, de muy baja altura en relación al resto de la fachada.
Todo ello, pues, supone un modo de construir totalmente diferente entre las catedrales normandas, como la de Salisbury y las de origen francés, como París, Reims o Amiens, por ejemplo. En este mismo viaje, hemos podido disfrutar de la ciudad de Bath. Entre los muchos monumentos que ver en Bath, destaca la Abadía, prototipo del gótico perpendicular y que supone una evolución muy posterior al primer gótico de la Catedral de Salisbury.
Si que destaca en esta fachada occidental de la Catedral de Salisbury la gran cantidad de hornacinas con esculturas. Es esta otra diferencia con las catedrales francesas, cuyas esculturas se suelen limitar a una galería de los Reyes, por debajo del rosetón.
Inglaterra es el primer territorio más allá de Francia en adoptar el gótico. Por todo, la estructura de la Catedral de Salisbury forma parte de los cánones del primer gótico inglés, como digo, inspirado solo parcialmente en el gótico de la Ille de France, pues adopta muchas de las ideas de la arquitectura normanda. En este sentido, las catedrales inglesas son mucho más horizontales que las francesas, que destacan por su esbeltez.
En el interior destaca su alargada planta, diseñada en tres naves, más alta la central, que dispone de triforio, entre las arcadas y los ventanales. Una moderna pero bonita pila bautismal, dispuesta en forma de fuente, nos sorprende en medio de la nave central. Fue diseñada por William Pye en 2008 con motivo de la celebración del 750 aniversario de la fundación de la Catedral de Salisbury.
El techo de la nave central se cierra gracias a bóvedas rectangulares cuatripartitas, muy simples.
La Catedral de Salisbury destaca también por la presencia de no uno, si no dos transeptos y porque la zona oriental, que siempre es la primera parte en ser completada y consagrada en una catedral, no se dispone de forma circular, si no rectangular. En la capilla más oriental, al final de la catedral, encontramos la Capilla de la Trinidad, con la bella vidriera de los presos de consciencia, que fue realizada en 1980, y que recuerda a todas aquellas personas que han sufrido todo tipo de vejaciones por culpa de sus creencias. También aquí encontramos el sepulcro de San Osmundo, que fue el primero de los obispos de Salisbury, en la segunda mitad del siglo XI, cuando la catedral se emplazaba en Old Sarum.
Tampoco hay que dejar de admirar el bonito coro que se encuentra más allá del primer transepto. La sillería data de 1236 y se dispone en 106 preciosas sillas de madera.
Visitado el interior de la Catedral de Salisbury es hora de pasar al claustro, sencillo, pero muy bello y que supone el mayor de todos los claustros catedralicios del Reino Unido. Posteriormente, nos dirigimos hasta la Sala Capitular, donde se encuentra un venerado ejemplar de la Carta Magna Británica, que fecha de 1215.
SALA CAPITULAR Y CARTA MAGNA DE SALISBURY.
La Sala capitular de la Catedral de Salisbury es una de las más bonitas que se encuentran en todo el país. Fue construida en 1266 y como es habitual en este tipo de construcciones, suponía el lugar de reunión del Cabildo Catedralicio.
En la Sala Capitular, de plata octogonal, destaca la columna central que se abre en forma de paraguas y sostiene toda la cúpula, así como el bello friso que recorre todo el perímetro de la sala y las preciosas vidrieras.
Como dije, en la Sala Capitular de la Catedral de Salisbury se encuentra uno de los cuatro ejemplares originales existentes de la Carta Magna Británica. Además, según explican, se trata del mejor conservado de los cuatro originales, que fueron escritos en 1215.
La Carta Magna fue impuesta, por parte de los barones del país, al mismísimo rey Juan Sin Tierra. Por lo visto, los barones no estaban de acuerdo con la manera de gobernar del monarca y disponieron, en la Carta Magna, que todo ciudadano británico, incluido el propio Rey, debe tratar al resto de ciudadanos de forma justa y de acuerdo con la ley.
En dicha Carta Magna, que está escrita en latín sobre pergamino, se tratan temas tan diversos como los derechos de la iglesia o la normalización de pesos y medidas. Algunas de las medidas tratadas en dicha Carta Magna siguen vigentes en la actualidad, lo que da fe de la importancia histórica de la misma, así como que se trató de una declaración verdaderamente avanzada a su época. Se explica, incluso, que la Carta Magna Británica sirvió como inspiración a la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En 2015 se celebra el 800 aniversario de la Carta Magna, por lo que se realizan todo tipo de homenajes a tan importante documento.
La visita a la Catedral de Salisbury, una de las más bonitas del gótico inglés, suponen pues, un gran broche de oro a esta jornada que empezó con la visita al Stonehenge, el monumento megalítico más famoso del mundo.