El Castillo de Striling es una de las mejores excursiones de un día que se pueden hacer desde Edimburgo o Glasgow. Aunque los castillos escoceses se cuentan por cientos, tanto a nivel histórico como a nivel artístico, el castillo de Stirling es una de las visitas imprescindibles en todo viaje a Escocia por lo que no debería faltar en ninguna ruta para este país.
La importancia es tal que el Castillo de Stirling ha sido nombrado Monumento Nacional. Aunque hay otras cosas que ver en Stirling, enclave célebre por haberse desarrollado aquí la batalla de Stirling, el Castillo es sin duda su visita estrella.
HISTORIA DEL CASTILLO DE STIRLING
La historia del Castillo de Striling se remonta al primer tercio del siglo XI, cuando Alejandro I de Escocia hizo construir una primitiva capilla. Desde entonces, siempre ha habido alguna fortificación en lo alto de la colina volcánico de Stirling y en cierto modo, pronto se convirtió en fortaleza real de los monarcas escoceses.
Como decimos, la importancia de Stirling, en castillo y sus alrededores, no sólo es artística sino también histórica, pues aquí se produjeron algunas de las más épicas batallas que confrontaron los ejércitos escocés e inglés. Fue a partir de finales del siglo XIII y durante todo el siglo XIV que se producen las conocidas como Guerras de Independencia de Escocia.
En concreto, el castillo de Stirling y toda la zona que lo circunda fue protagonista de la Primera Guerra de Independencia de Escocia. Esta guerra comienza con la invasión de Escocia por parte de las tropas de Eduardo I de Inglaterra en los últimos años del siglo XIII que acaba incluso con la captura y traslado de la Piedra del destino (sobre la cual los reyes escoceses se coronaban) desde tierras escocesas hasta la Abadía de Westminster. Todo ello da lugar a una revuelta popular escocesa comandada, entre otros, por la venerada figura de William Wallace (protagonista de la película Braveheart). Precisamente es en la zona de Stirling, donde Wallace consigue la primera victoria frente a los ingleses, en la que es conocida como la Batalla de Stirling o Batalla del Puente de Stirling. A partir de entonces, Wallace recibe el título de Guardián de Escocia, aunque después acaba perdiendo nuevas batallas frente a las tropas fieles a la corona inglesa.
El Castillo de Stirling no cayó en manos inglesas hasta el 1303, cuando Robert Bruce había sucedido a Wallace como Guardián de Escocia. El 1305, Wallace es capturado por los ingleses y ejecutado. El ganador de la batalla de Stirling pasa a convertirse no solo en un héroe de la resistencia escocesa, sino también en un mito.
La Historia de Stirling como Castillo Real escocés no se acaba aquí, pues la dinastía de los Stewart reconstruyó, en el siglo XIV, las zonas más dañadas de la fortificación. Algunos de los reyes escoceses, como Jaime III, nacieron en el castillo.
El castillo que podemos ver hoy en día, data de los siglos XV a XVII, cuando los monarcas Jaime III, Jaime IV y Jaime V, todos ellos Stewarts, lo convierten en el principal centro real escocés y dotan al castillo del aire renacentista que podemos ver hoy en día, y que era el imperante en la Europa continental.
En la capilla de Stiling fue coronada Reina de Escocia en 1543, Maria Stewart, conocida como María Estuardo, una de las monarcas más importantes de la historia de Europa. Pero cuando su hijo Jaime VI, que había sido bautizado en el castillo, es coronado rey de Inglaterra, la importancia del Castillo de Stirling como castillo real decae, convirtiéndose básicamente, en una fortaleza militar.
VISITA AL CASTILLO DE STIRLING
Al entrar al castillo por la primera puerta nos encontramos enseguida en los que se conocen como Jardines de la Reina Ana, desde el que se pueden hacer algunas de las más bonitas fotografías del castillo. El jardín, que es una las zonas más antiguas que quedan en la fortificación, da directamente a la muralla construida sobre el acantilado, por lo que las vistas de toda la llanura de Stirling, que se extiende bajo el castillo, son espectaculares.
Para entrar a los patios interiores del castillo hay que pasar por la monumental puerta conocida como Forework Gate, que fue erigida por orden de Jaime VI a principios de siglo XVI. Las dos robustas torres almenadas que quedan a ambos lados de la puerta, la hacen especialmente espectacular.
Una vez dentro de este patio principal ya se pueden ver los dos edificios principales que hay dentro de la fortaleza: el Palacio Real, que queda a la izquierda y el Gran Hall, que queda por delante. A la derecha de patio y asomándose por la muralla destaca la batería de cañones que se colocó en esta disposición a principios de siglo XVIII para defender el castillo del ataque de los jacobitas.
El Palacio Real de Stirling fue el primer edificio renacentista que se construyó en las islas británicas, y de hecho, uno de los más imponentes. Es una obra de la época de Jaime V y aún tiene detalles del gótico más tardío.
Dentro del Palacio Real podemos ver los Apartamentos Reales, con las respectivas cámaras y antecámaras para el Rey y la Reina. Por desgracia, buena parte de la decoración original se perdió cuando la fortaleza pasó a tener un uso militar. Cuando entramos a las estancias reales, nos reciben algunos figurantes disfrazados de personajes históricos. El techo estaba ricamente decorado a base de las preciosas tallas de madera de madera, conocidas como Las Cabezas de Stirling, que fueron mandadas tallar por Jacobo V. Por suerte, buena parte de estas tallas, que representaban reyes y reinas, pero también otros miembros de la corte y figuras mitológicas, han podido ser restauradas y se conservan en el castillo, aunque no en su emplazamiento original. Podemos encontrar las Cabezas de Stirling en la Stirling Heads Gallery, que se encuentra en la planta superior del Palacio. En cualquier caso, en su localización original de los Apartamentos Reales se encuentran sus réplicas.
El Gran Hall es una de las construcciones imprescindibles en el Castillo de Stirling. Es un poco más antiguo, que el Palacio Real, pues data de tiempos de Jaime IV, a finales del siglo XV y principios del XVI.
Se trata de un enorme salón, que tiene unas medidas excepcionales: 42 por 14 metros y que se sostiene sin necesidad de ninguna columna. Los enormes ventanales dan luz a la estancia que se calentaba gracias a la ayuda de cinco chimeneas. El techo, a pesar de no ser el original, también impresiona.
Antes de pasar al segundo patio de la fortificación bajamos a los sótanos del castillo a los que se accede desde el primer patio. Allí encontramos las antiguas cocinas que han sido reconstruidas y que nos muestran cómo era su funcionamiento en la época de Jaime IV. En estas cocinas se preparaban los banquetes servidos en el Gran Hall.
Por un estrecho pasaje que queda entre el Palacio Real y el Gran Hall pasamos al segundo patio, donde encontramos un par de edificios más de interés: el Museo del Regimiento, a la izquierda, y la Capilla Real, enfrente. La cara este del Palacio Real y la norte del Gran Hall cierran este patio por los cuatro costados.
El Museo del Regimiento rinde honor al que es uno de los regimientos más reconocidos: el del Argyl and Sutherland Highlanders y está ubicado en la que era la Residencia Real en tiempos de Jaime IV y que data de 1490.
Enfrente, encontramos la Capilla Real, un edificio del 1594 que fue construido en tiempos de Jaime VI con el objetivo de que su hijo Enrique fuera bautizado aquí. Hay que decir que esta fue la última construcción levantada en Stirling mientras éste era Castillo Real, pues con la subida a la Corona de Inglaterra por parte de Jaime VI, el castillo de Striling pierde poco a poco su importancia para pasar a ser una fortificación más del Imperio Británico.
Dejamos el Castillo de Stirling sabedores de que no sólo hemos visitado un lugar muy bonito situado en un paraje espléndido, sino que también hemos visitado uno de los sitios más importantes en la Historia de la nación escocesa. Volvemos a Edimburgo, dispuestos a disfrutar de su ciudad vieja, una de las más bonitas Europa.
CÓMO IR AL CASTILLO DE STIRLING
Para ir de Edimburgo a Stirling (en encuentra a menos de 60 kilómetros) o de Glasgow a Stirling (a unos 40), la mejor opción es el tren. Hay varios servicios cada hora y se tarda unos 35 minutos desde Glasgow y unos 50 desde Edimburgo. También hay autobuses que hacen estos recorridos.
Si vais con el tiempo justo podéis contratar una excursión en español que os llevará al Castillo de Stirling y a Saint Andrews en el mismo día.
PRECIO DE LA ENTRADA EN EL CASTILLO DE STIRLING
El precio de la entrada al Castillo de Stirling no es barato. Los precios de 2015 son de 14.5 £. Los niños de 5 a 15 años, pagan 8.7 £. El Castillo de Stirling abre todos los días a partir de las 9.30. En verano tiene abierto hasta las 18.00 y en invierno, hasta las 17.00.