CASTILLO DE KAMIANETS-PODILSKYI, UCRANIA. Una de las 7 maravillas de Ucrania.

La visita la Fortaleza o Castillo de Kamianets-Podilskyi es uno de los motivos que nos ha llevado a hacer noche en Chernivtsi, la bonita ciudad de sur de Ucrania, a la que hemos llegado después de un pesado trayecto de seis horas en minivan desde Chisinau, la capital de Moldavia. El bus de Chisinau a Chernivtsi lo recordaremos como el más pesado del viaje.

La ciudad de Kamianets-Podilskyi se encuentra a casi cien kilómetros de Chernivtsi. Hay varias mashurkas que llegan a Kamianets, y el viaje dura unas dos horas. A medio camino hay otra ciudad, Khotyn, que también tiene un bonito castillo a orillas del río Dniester. Aunque inicialmente tenemos la idea de visitarlo a la vuelta, cuando será la hora nos sentiremos demasiado cansados (el trayecto en minivan desde Chisinau a Chernivtsi de ayer fue ciertamente matador) de modo que decidimos tomar el atajo y volver directos a Chernivtsi.

El autobús nos deja en la estación de buses de la ciudad nueva de Kamianets-Podilskyi ,que se encuentra a unos tres kilómetros de la Ciudad Vieja. Aunque hay autobuses que llegan a la fortaleza, decidimos preguntar hacia donde está el castillo y hacer a pie en camino hasta la entrada.

PASEO POR LA CIUDAD VIEJA DE KAMIANETS-PODILSKYI

Llegamos a la Ciudad Vieja tras salvar un puente que pasa por encima del río Smotrich que forma, al pasar por Kamianets-Podilskyi, un espectacular desfiladero que nos deja helados. Al llegar a la Ciudad Vieja y antes de llegar a la fortaleza, nos acercamos a algunas iglesias, como la pequeña pero hermosa Catedral de San Pedro y San Pablo, que está siendo visitada en este momento por un grupo de viajeros polacos. Delante de la iglesia, por cierto, nos llama la atención una estatua del Papa Juan Pablo II, por el que parece que en la población tienen cierta veneración.

También pasamos por lo que es la Plaza de la Ciudad Vieja, que nos recuerda un poco a las hermosas plazas polacas (y de hecho tiene el nombre de Plaza polaca). Hay que tener en cuenta que la ciudad fue anexionada al Reino de Polonia en el 1352 por el Rey Casimiro III y de hecho, fueron los polacos los que construyeron la fortaleza para defender la ciudad de los ataques tártaros, moldavos y rumanos, y posteriormente , de los otomanos. Antes de llegar al castillo, aun pasamos por delante del Monasterio Dominico de San Nicolás, una magna obra barroca que está en bastante mal estado, pero que destaca por su bonito campanario y finalmente, por delante de la también barroca iglesia de San Josafat, del siglo XVIII, que antiguamente había sido la iglesia de la orden de los Trinitarios que se habían establecido en Kamianets en 1699.

CASTILLO DE KAMIANETS-PODILSKYI

El Castillo de Kamianets-Podilskyi es uno de los castillos más bellos de Ucrania y de hecho el motivo que nos ha llevado hasta aquí.

La disposición del castillo es extraordinaria, pues a ambos lados de la fortificación pasa el río Smotrich, que al paso por la población forma un gran meandro con una profunda garganta. Esto hace que el mismo precipicio haga de defensa natural al castillo de Kamianets-Podilskyi, de manera que para llegar allí sólo se puede pasar por encima de una especie de viaducto que deja el río, igualmente, a ambos lados. Este puente, que se levanta 27 metros respecto el nivel del río y tiene 88 metros de largo, es en sí mismo una auténtica i extraordinaria obra de ingeniería.

Parece que el germen del castillo Kamianets-Podilskyi se remontaría a los siglos XII o XIII, aunque probablemente no se trataría de la fortaleza que podemos ver actualmente. El castillo actual dataría del siglo XIV y sería obra de Casimiro III de Polonia, cuando tras anexionarse la ciudad y de hecho, toda la región, decidió construir la fortaleza para defender la ciudad de la única entrada que tenía (el puente sobre la profunda garganta del río). Desde entonces, las remodelaciones, reconstrucciones y restauraciones han sido frecuentes. De hecho, hay que tener en cuenta que desde la construcción por parte polaca, el castillo cambió de manos varias veces.

Actualmente, en el castillo destacan sus amplios muros, con varias torres (algunas, circulares y otras octogonales), tres de las cuales, terminadas con bonitos capiteles puntiagudos, a buen seguro, posteriores a la primera construcción. Es posible bajar a las mazmorras, aunque Marc no lo ve nada claro y no deja a la madre ni medio segundo. También subimos a varios torreones y caminamos por los estrechos pasillos entre torreón y torreón.

Pero hay que decir, que aunque el efecto escénico desde el puente que lleva a la entrada principal del castillo es bastante espectacular, una vez dentro, la explanada de la fortificación está demasiado huérfana ya sea de algún tipo de ornamentación o de caracterización y sólo dos chicas que visten presuntamente como en la edad media y que tienen una gran cazuela delante, rompen un poco la monotonía.

Para decirlo con otras palabras, el castillo está visto en menos de media hora. De modo que para ser que tanto el castillo como los alrededores están considerados de forma oficial como una de las 7 maravillas de Ucrania, y que el Castillo de Kamianets ha sido propuesto para formar parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad, los encargados del Patrimonio se podían haber esmerado un poco más en recrear cómo sería el castillo en la época medieval, tal y como hemos visto, por ejemplo, en otros castillos de la República Checa o Rumanía.

He llegado a leer que al Castillo de Kamianets-Podilskyi se le conoce como la Carcasona ucraniana. Por supuesto, quien lo afirme no las ha podido comparar in situ.

Cuando acabamos la visita al castillo nos dirigimos nuevamente hacia la Ciudad Vieja de Kamianets-Podilskyi, donde se encuentran al menos media docena de restaurantes. Hacemos una mirada a un par de ellos y nos decidimos por el que más nos gusta. Terminada la comida volvemos a la ciudad nueva, para tomar un bus que nos vuelva a Chernivtsi. Aunque la idea inicial es parar en Khotyn para visitar su castillo, que se encuentra a medio camino, finalmente no lo hacemos. Estamos todavía lisiados del día anterior y preferimos volver temprano a Chernivtsi, para tener tiempo para dar una vuelta tranquilamente por esta ciudad ucraniana.