Gales es una tierra rica en preciosos castillos. Algunos de los castillos más bonitos de Gales se encuentran en el norte del país y han sido incluidos en la lista del Patrimonio de la Humanidad. Se trata de varios castillos que quedan unidos a la figura de Eduardo I. Estas fortalezas, sin embargo, quedan demasiado alejadas de Cardiff, la capital de País de Gales y que nos ha servido de puerta de entrada a la menos conocida y visitada de las cuatro autonomías que componen el Reino Unido.
Es por ello, que en el momento de escoger un castillo para visitar en Gales nos hemos decantado por visitar el Castillo de Caerphilly, que no sólo es uno de los más cercanos a la capital, sino que es también uno de los más bonitos y con más encanto en todo el país.
Cardiff se encuentra a menos de 50 minutos de tren desde Bristol, de modo que antes de las 10 de la mañana llegamos a la capital galesa. Un nuevo tren nos lleva a Caerphilly, a poco más de 10 kilómetros de Cardiff. El camino desde la estación hasta el Castillo de Caeerphilly es un breve paseo de 10 minutos que no tiene pérdida.
Cuando llegamos al Castillo de Caerphilly no podemos si no quedarnos boquiabiertos ante el que nos parece uno de los más bonitos castillos que hemos visto nunca. Es extraño que no acabemos visitando uno u otro castillo durante nuestros viajes por Europa, y la mayoría de veces, solemos elegir uno de los que nos parece que puede ser más bonito, aunque no siempre acertamos.
Viajando con un niño, siempre resulta atractivo incluir algún castillo en el itinerario de viaje, pero la verdad es que estas construcciones nos suelen atraer y cuando no viajábamos con Marc también los solíamos visitar. Podéis ver en este post una muestra de los castillos más bellos de Europa que hemos conocido durante nuestros viajes.
La imagen del castillo de Caerphilly es especialmente imponente, rodeado de un enorme foso que hace que más bien dé la sensación de encontrarse en medio de un lago, como por ejemplo el también precioso castillo de Trakai, en Lituania.
El sistema defensivo del castillo de Caerphilly fue pionero. Cuando fue construido en la Edad Media utilizó un sistema de defensas concéntricas, en forma de anillos. Formaban parte de este sistema unas altas murallas de piedra con torres y puertas fortificadas.
CASTILLO DE CAERPHILLY: BREVE HISTORIA DE UNO DE LOS CASTILLOS MAS BONITOS DE GALES
El castillo de Caerphilly data de mediados de siglo XIII, cuando Gilbert de Clare, conde de Gloucester y uno de los hombres con más poder en la corte inglesa, decidió construir un enorme castillo en tierras galesas, que por aquél entonces habían sido anexionadas en Inglaterra.
El castillo ha sido testigo de algunos de los episodios más curiosos que ha sufrido la corona inglesa. En Caerphilly se refugió el rey Eduardo II cuando su esposa, la Reina Isabel ,se rebeló y reunió un ejército contra el rey. Aunque el castillo resistió el asedio y el rey Eduardo consiguió huir, fue finalmente capturado y ejecutado.
El castillo fue quedando, poco a poco, abandonado, para dormir durante una buena temporada, el sueño de los justos. Incluso, a partir del siglo XVI y cuando ya amenazaba ruina, se permitió la utilización de la piedra del castillo para realizar nuevas construcciones.
Y no fue hasta el siglo XX cuando se acometió la restauración del castillo. Fue el marqués de Bute, una insigne figura que también saldrá cuando visitamos el Castillo de Cardiff, quien mandó la reconstrucción del castillo de Caerphilly. Las diversas puertas fortificadas, murallas y torreones, pero también los enormes fosos y lagos que circundan el castillo, volvieron a tener la grandiosidad que seiscientos años atrás habían convertido el castillo en uno de los más espectaculares de Europa.
VISITA AL CASTILLO DE CAERPHILLY.
Nos hacemos varias fotografías antes de entrar al castillo, aprovechando que hace un día espléndido y que la postal con el césped en primer parto, seguida de los lagos y finalmente el enorme castillo, lo vale. Marc se entretiene también con la gran cantidad de patos y gansos que hay, tanto en el agua como en el césped.
Finalmente pasamos por encima del puente levadizo que nos deja al pie de la enorme puerta fortificada que da entrada a la fortificación.
Una segunda puerta, fruto del sistema defensivo concéntrico, se puede visitar, por lo que subimos tanto al primero como al segundo piso y finalmente, a la terraza, donde las vistas que se tienen de todo el castillo, y de los alrededores, son espectaculares .
Hay que decir sin embargo, que el cuidado que se ha tenido en la restauración no ha sido tan exhaustivo con el mobiliario interior, pues la mayoría de estancias que encontramos se encuentran más bien desnudas de contenido. En una de estas estancias sí que encontramos una enorme chimenea así como unas ventanas decoradas con vitrales y con festejadores.
Bajamos nuevamente al enorme patio interior, cubierto de césped, y visitamos después las distintas cámaras a las que se puede acceder. Quizás hemos echado en falta una audioguía, como hemos tenido en la visita a las termas de Bath o como tendremos posteriormente, en el Castillo de Cardiff, pues la visita queda un poco incompleta por falta de información. Entre las estancias más grandes destaca una que no nos queda claro si era el salón principal o comedor o quizás, una capilla y que es la más grande de las cámaras que queda a mano izquierda respecto la entrada.
Estamos unos tres cuartos de hora visitando el castillo por dentro. No requiere demasiado más tiempo y la mayoría, nos lo pasamos buscando el mejor ángulo para las fotos.
Salimos del recinto y aún nos pasaremos un rato rodeando el enorme foso que rodea la fortificación. Contentos por la visita, nos volvemos a Cardiff, dispuestos a conocer la capital de Gales, pero con un dulce sabor, sabedores de que hemos visitado uno de los castillos más bellos de Gales.