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CASA LLEÓ I MORERA, BARCELONA. La joya de Domènech i Montaner en la Manzana de la Discordia.

La Casa Lleó i Morera es otro de los edificios modernistas que jalonan el barcelonés Paseo de Gracia de Barcelona y que forman parte de la conocida como Ruta del Modernismo de Barcelona. Se trata de uno de los edificios más notables que el arquitecto Lluís Domènech y Montaner diseñó para la Ciudad Condal. Y no fueron pocas, precisamente, las obras barcelonesas fruto del genio de Domènech i Montaner, puesto que obras cumbre del modernismo catalán como el Hospital de Sant Pau y el Palau de la Música Catalana (ambas forman parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad) también se deben a este arquitecto.

La Casa Lleó i Morera se encuentra ubicada en la que es conocida como manzana de la discordia del Eixample barcelonés. Una manzana de viviendas donde se encuentran tres de las más maravillosas obras del modernismo barcelonés: la casa Amatller, obra de Puig i Cadafalch, la casa Batlló, obra de Antoni Gaudí y la Casa Lleó i Morera, obra de Domènech i Muntaner. Es decir, que los tres grandes genios del modernismo catalán compitieron a escasos metros de distancia, con el fin de realizar alguna de las mejores obras modernistas de Barcelona.


Lo primero que nos llama la atención es su propio nombre: Lleó i Morera. Si bien otras de las viviendas que los ricos representantes de la burguesía catalana se hicieron construir en el Eixample llevan un solo nombre (casas Amatller, Milà, Batlló, Calvet, Vicens o Sayrach, por ejemplo), la casa Lleó i Morera, es conocida por dos apellidos. Eso es debido a que la vivienda fue mandada construir (en realidad, reformar) por Francesca Morera, proveniente de una familia de ricos indianos, los Morera.

Francesca Morera, la rica heredera de los Morera, estaba separada de Albert Lleó i Dubosch. Francesca, no pudo disfrutar de las reformas que el arquitecto Lluís Domènech i Montaner realizó en la vivienda y que terminaron en 1905, pues un año antes, falleció. Con la muerte de Francesca, fue su hijo, Albert Lleó i Morera quien pudo disfrutar de la misma. Sabiendo que la fortuna familiar provenía de los Morera y no de los Lleó, la casa fue conocida como Casa Lleó i Morera. Curiosamente, Albert Lleó i Morera fue director del laboratorio del Hospital de la Santa Creu i San Pau, como dije, otra obra de Domènech i Montaner.

Al igual que las Casas Amatller i Batlló, la Casa Lleó i Morera, tal y como la conocemos hoy, es fruto de una reforma que convirtió en modernista un antiguo edificio de la segunda mitad del siglo XIX.

FACHADA DE LA CASA LLEÓ I MORERA

Antes de entrar tan siquiera al edificio, nos deleitamos contemplando la bellísima fachada esquinera de la Casa Lleó i Morera. Lo que más destaca es su preciosa galería circular, por la que los Morera tuvieron que pagar una multa, pues sobrepasaba las medidas permitidas por la normativa municipal. El templete con que se corona el edificio es también muy original, así como todo el diseño de las diferentes ventanas y balcones que dejan a la fachada con muy pocos espacios vacíos. La fachada de Casa Lleó i Morera está construida en piedra, a diferencia de otras construcciones modernistas, que están construidas en ladrillo, hecho bastante común, pues en aquél tiempo, el ladrillo se consideraba un material más bien vulgar.

Aunque parte de la decoración original se perdió cuando la firma Loewe ocupó la planta baja del edificio (en particular una bellísimas ninfas, obras de Eusebi Arnau, de las que tenemos constancia gráfica gracias a los archivos fotográficos), aun ahora es visible parte de la bella ornamentación escultural, donde destacan la representación de los grandes inventos de la época: el teléfono, la bombilla, la fotografía y el fonógrafo. Parte de la decoración escultórica que se preserva en la fachada es obra del fenomenal escultor Antoni Juyol.

Se puede visitar la Casa Lleó i Morera mediante dos tipos de visita: una visita express, sin guía, de media hora de duración; y una visita con guía, de una hora de duración. La visita guiada vale mucho la pena.

VISITA A LA CASA LLEÓ I MORERA. EL INTERIOR.

El vestíbulo de entrada de la Casa Lleó i Morera está también profusamente decorado con mármoles, cerámicas y madera. No pasa desapercibido el bellísimo ascensor de madera, uno de los más antiguos de los que se conservan en Barcelona.

Al subir por la escalera podemos disfrutar también de unos primeros vitrales. Llegamos así al vestíbulo del primer piso donde la decoración, si cabe, se multiplica. Los conjuntos escultóricos en mármol son obra de uno de los más insignes escultores de la época, Eusebi Arnau, que es autor también de parte de la decoración del Hospital de Sant Pau.

La visita guiada nos permite conocer el porqué de parte de la decoración escultórica de esta zona de la vivienda, y en particular de la representación de una popular canción infantil de la época, “La dida de l’infant rei”, que haría alusión a la pérdida de un primer hijo varón por parte de los Lleó i Morera. Sant Jordi también está representado en la decoración escultórica, así como escenas de cacerías, con leones incluidos, que hacen referencia al apellido del propietario.






Posteriormente pasamos a distintas salas de estar que se ubican en la parte de la casa que da al Paseo de Gracia. Los esgrafiados, los mosaicos, el precioso artesonado, una bellísima chimenea de madera, las excepcionales puertas correderas de madera, los vitrales que separan las distintas estancias…toda la ornamentación de la vivienda es de una calidad excepcional, fruto del trabajo de los mejores artesanos de la época, como el ya citado Eusebi Arnau, el ebanista Gaspar Homar (por desgracia no se conservan los muebles originales de la vivienda), los mosaicistas Lluís Bru i Salellas y Mario Maragliano o el vidriero Antoni Rigalt i Blanch. Si el león está representado en las esculturas que decoran el vestíbulo, la morera (que representa el segundo apellido familiar), lo está en mosaicos y vitrales que decoran varias de las estancias de la casa.

Un pasillo que destaca por su excepcional artesonado, pero del que también deben destacarse los suelos en mosaico o la decoración de las paredes con cerámicas y esgrafiados, lleva hasta la más espectacular de las estancias: la sala de la vidriera. Este salón es uno de los más bonitos que el modernismo creó. La fenomenal vidriera que da al patio trasero del edificio, obra de Antoni Rigalt i Blanch, merece, por sí sola, la visita a la Casa Lleó i Morera. La vidriera representa el árbol de la vida y se continua en los pisos superiores, tal y como podremos comprobar al salir al patio trasero de la casa. En este primer piso, el principal, disfrutamos de la profusión de aves que decoran los vitrales, de un color realmente conmovedor.

Justo por delante de este Salón de los Vitrales encontramos el comedor de la Casa Lleó i Morera. No hay que perder detalle de los suelos y de los artesonados del techo, pero en particular de los extraordinarios mosaicos que decoran las paredes i que son obra de uno de los mejores ceramistas de la época, Antoni Serra. Estos mosaicos muestran escenas de campo, merienda campestre incluida.

A ambos lados del comedor, encontramos las habitaciones del señor y la señora de la casa, menos decoradas que el resto de la vivienda.





BARCELONA. 50 MARAVILLAS DEL MODERNISMO (Ediciones Lectio). Un precioso libro que supone un paseo por la Barcelona modernista. Aquí encontraremos las 50 obras más importantes que de este movimiento podemos encontrar en la capital catalana. En esta cuidada edición hallaremos los edificios más celebres de Antoni Gaudí, Lluís Domènech i Montaner y Josep Puig i Cadafalch, así como obras de arquitectos no tan conocidos, pero también de vital importancia en la Barcelona modernista, como Enric Sagnier o Domènech i Estapà.Se trata de una obra de Tate Cabré, Doctora en Periodismo y Comunicación, mientras que Miquel Badia es responsable de las fotografías. Ediciones en catalán y castellano.

Por último, antes de abandonar la casa Lleó i Morera, salimos al patio trasero, que curiosamente, nos comentan que era bien poco utilizado por la familia. Aquí podemos comprobar como la decoración en vitral de la galería posterior se continúa en los pisos superiores de la vivienda.

El patio es una estancia más o menos cuadrangular y se termina en lo que eran los lavaderos, es decir, una zona de servicio. La disposición del Salón de los Vitrales era tal, que desde este salón no se tenía visión directa de los lavaderos, una zona considerada innoble. Sin embrago, ni los lavaderos ni la pared que cierra el patio están exentos de decoración. Cerámica y esgrafiados, incluido uno que muestra, una vez más, una morera, son testigo de que ni tan solo una zona tan poco usada por la familia Lleó y Morera, fue dejada sin decoración.

La visita guiada a la Casa Lleó i Morera, de una hora aproximada de duración nos deja un gratísimo sabor de boca. Sin duda, es una de las viviendas más destacadas de la Ruta Modernista de Barcelona, obra de Lluís Domènech i Montaner, excepcional autor del Hospital de Sant Pau, cuya visita os recomiendo.

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