El Santuario y Oráculo de Delfos fue un gran recinto sagrado, en las faldas del Monte Parnaso, al que los antiguos griegos acudían para preguntarle sobre su futuro o sobre cualquier cosa que les interesara. El oráculo, a través de sus sacerdotisas tenía siempre una respuesta, a menudo un poco críptica, que el devoto tenía que interpretar.
El oráculo de Delfos llegó a tener una importancia capital dentro del mundo helénico, influyendo de manera importante en la colonización del sur de Italia y de Sicilia, por ejemplo. Incluso, Alejandro Magno se dejó influir por el oráculo de Delfos.
Tanta importancia histórica no la queríamos pasar por alto duramte nuestro viaje por Grecia, por lo que desde Nafpaktos, donde hemos hecho noche tras permanecer tres días visitando el Peloponeso, nos hemos dirigido a Delfos. Nos comentan que de Nafpaktos hasta Delfos hay casi dos horas, por lo que nos levantamos pronto (para variar) para emprender camino hacia el antiguo Santuario de Delfos. Y la verdad es que la carretera es buena (como siempre) y que en poco más de una hora cubrimos la distancia, por lo que antes de las diez de la mañana hemos aparcado el coche delante del yacimiento arqueológico y nos disponemos a visitar el complejo (9 euros, el yacimiento y el museo).
PEQUEÑA HISTÓRIA DEL ORÁCULO DE DELFOS
La mitología es prolífica en Delfos, por lo que según explican los diversos historiadores de la antigüedad, antes de pertenecer a Apolo, Delfos habría pertenecido a otros dioses, como Gea, Temis o Poseidón. A Apolo, sin embargo, se le atribuye la fundación del templo y en concreto del oráculo.
El oráculo de Delfos tuvo muchísima importancia, por lo que gracias a las múltiples donaciones y a las enormes tierras que poseía y que eran cultivadas por esclavos, se convirtió en un centro muy próspero. No había decisión importante sin que se consultara antes del oráculo. Las diversas colonias griegas se fundaban en el lugar donde el oráculo daba su bendición, previo, claro está, de varias donaciones a la teocracia local.
Fue a partir del siglo VIII aC cuando el oráculo comenzó a ser consultado y cuando en 548 aC fue arrasado por el fuego, no se dudó no sólo a reconstruirlo de nuevo, si no a hacerlo aún más grande. La enorme fuente de riqueza que suponía el oráculo no se podía perder. Y no se escatimó en gastos para esta nueva reconstrucción. El templo, sin embargo, sufrió con el paso de los siglos las inclemencias de varios terremotos y de los diversos ataques de las fuerzas enemigas, como de los persas o de los gálatas, y a partir del siglo III fue entrando progresivamente en declive, pasando a manos de los reyes de Pérgamo, de la Liga Etolia, y finalmente, de Roma.
Nerón fue quien casi lo destroza por completo, expolia sus riquezas y abolió momentáneamente el oráculo. Y aunque posteriormente, el emperador Adriano lo restaura, el oráculo de Delfos ya habrá pasado por sus momento más esplendorosos. Con todo, el culto al oráculo se mantiene hasta que Teodosio I, el último de los emperadores romanos que mandó sobre todo el imperio y que instauró el catolicismo como religión de estado a partir del Edicto de Tesalónica de 280 (es decir, unos 80 años después de que Armenia hiciera lo mismo), lo abole definitivamente, en su carrera para eliminar todo lo que hacía referencia a los cultos paganos.
VISITA AL SANTUARIO Y ORÁCULO DE DELFOS
Pase la entrada nos encaminamos por la vía Sacra, dejando a los lados los diferentes tesoros que las colonias griegas habían regalado al Santuario de Delfos: los de Siracusa, Corinto, Tebas, Atenas (este muy bien reconstruido).
También pasamos por lo que queda del templo de Apolo. Se trataba de un templo de orden dórico que estaba rodeado de columnas por los cuatro lados (un períptero, como los que encontramos al visitar la fantástica Paestum). El templo definitivo, que fue construido en el siglo IV AC, tenía 6 columnas en su fachada principal y 15 en las laterales. Se utilizó toba volcánica para la construcción de las columnas, un tipo de piedra volcánica porosa, formada por la acumulación de cenizas y otros elementos volcánicos. En Armenia también hay muchos templos construidos con toba volcánica, como el precioso templo de Geghard. De hecho, hubo varios templos en este emplazamiento, pues las diversas destrucciones ocasionadas por las guerras y los terremotos, eran seguidas por una casi inmediata reconstrucción. El templo definitivo, fue mandado destruir por el emperador Teodosio, en su afán por silenciar todo lo que hacía referencia al paganismo.
Llegamos después a la zona del precioso teatro, que está orientado en hacia la falda de la montaña, con unas vistas excepcionales. Tenía una capacidad para unas 5000 personas y fue construido con piedra caliza del monte parnaso.
Un poco más arriba encontramos el estadio, que era la sede de los Juegos Píticos, que en la antigüedad eran tan importantes como los Juegos Olímpicos, también Panhelénicos. El estadio es enorme. Tiene una longitud de 177 metros y una preciosa grada de espaldas a la montaña, que daba cabida a más de 7000 espectadores y que lo hace ciertamente majestuoso. También se conservan las sillas para los jueces y la línea de salida, en mármol. Los Juegos Píticos, que inicialmente se disputaban cada 8 años, se pasaron a disputar después cada 4 años, alternados con los Juegos Olímpicos. De hecho, al igual que los Juegos Olímpicos, los píticos no sólo se desarrollaban en el estadio, sino que también lo hacían en el teatro. Allí tenían lugar las competiciones líricas, dramáticas y musicales.
A medida que va pasando el tiempo va haciendo cada vez más calor, de manera que cuando al cabo de una hora y media nos encaminamos hacia el museo, estamos un poco deshidratados.
El Museo de Delfos, que se ha instalado en un moderno edificio es también muy interesante, con un montón de piezas realmente excepcionales, como el auriga de bronce, una estatua de Antinoo preciosa o los frontones de los diferentes templos de Delfos.
EL THOLOS DE DELFOS
Antes de abandonar Delfos todavía visitamos la zona baja de las ruinas, unos doscientos metros carretera abajo, donde está el gimnasio, y sobre todo, el precioso Tholos, que es la imagen más conocida de Delfos. Se trata de una estructura circular del 380 aC. Tenía 2 círculos de columnas: el interior, con 10 columnas corintias y el exterior, con 20 columnas dóricas.
Aunque del Tholos inicial queda bien poco, las tres columnas dóricas reconstruidas en el círculo exterior, hacen que sea la imagen más fotografiada de todo el recinto. Parece ser que este tipo de estructura circular era propia de la época arcaica, pero no del siglo IV cuando fue construida. Y que fue a partir de entonces, cuando nuevamente se empezaron a construir este tipo de estructuras.
Comentarios:
10 comentarios en “SANTUARIO Y ORACULO DE DELFOS, GRECIA. El ombligo de la antigua Grecia.”
Maravilloso, me viene perfecto para mi próximo viaje a Grecia.
Por cierto, si van a Tbex Atenas pueden recibir un descuento de 20% usando mi código «nelson20».
buenos viajes!
Gracias Nelson. Espero que disfrutes mucho de Grecia. Es una país lleno de cultura y con una gastronomía exquisita.
Me ha encantado,súper detallado y haciendo aumentar las ganas de ir!!!!
Me gustaría saber si hay k reservar algo con antelación,no sea k una vez allí no podamos visitar lo deseado…
Muchas gracias y saludos
Hola Anabel. Muchas gracias por pasarte por aquí. Nosotros no tuvimos ningun problema para entrar, aunque no era temporada alta. Yo creo que no debería haberlo tampoco en temporada alta, pero no te lo puedo asegurar.
Espero que disfrutes del viaje, tienes otros posts sobre el peloponeso por ahí, por si te interesan!
Muchas gracias Jordi!!!
Por la rapidez sobre todo,espero k tengas razón y no tengamos problemas,aúnke somos gente de suerte…
Y si,nos será de mucha utilidad el poste del Peloponeso
Gracias de nuevo y un abrazo
Pues es un debe que seguro que vais a subsanar. A nosostros nos encantó, tanto su historia, como su arte y su gastronomía. Además, los griegos son gente latina, muy alegre y dispuesta a ayudar. Recomendable 100%.