La visita a Uplistsikhe y Gori suponen otro de los tour de un día que se pueden realizar desde la capital georgiana, Tbilisi, y que nos lleva a dos enclaves muy diferentes: por una parte, a la población de Uplistsikhe, un auténtica ciudad excavada directamente en la roca y que tiene milenios de antigüedad. Por otro lado, nos llegaremos hasta la población de Gori, que honra la infausta figura de Josef o Iosif Stalin, hijo de la ciudad, pero cuya biografía revela a uno de los criminales más grandes de la historia de la humanidad.Para llegar hasta estos enclaves seguimos ruta con el taxista a quien le habíamos alquilado los servicios para todo el día desde Tbilisi y que nos había llevado de buena mañana hasta la preciosa población de Mtsketa.
En aproximadamente una hora hemos llegado a Uplistsikhe. Para entrar al recinto hay que pagar entrada. Sólo son 3 laris (1 para los estudiantes), pero después de esperar unos 10 minutos a que la taquillera terminara una llamada de teléfono particular, esta desaparece de la taquilla y aprovechamos que entra un grupo de israelíes y para detrás suyo.
VISITA A UPLISTSIKHE
Hay varios enclaves como el de Uplistsikhe en Georgia, el más grande de todos, el de Vardzia, se aleja un poco de nuestra ruta, de modo que no llegaremos hasta él. En Uplistsikhe llegaron a vivir, al parecer, hasta 20.000 personas, y estuvo habitada a partir del segundo milenio antes de Cristo. Vamos subiendo por la montaña, toda de roca, donde decenas de cuevas excavadas directamente en la roca se suceden una al lado de la otra. Algunas son bodegas, otras casas de baños, algunas, templos son templos…. Vemos estancias pequeñas, pero otras son bien grandes y que contienen 3 o 4 celdas separadas. Alguna, incluso, tiene un letrero que nos explica que se trataba de un teatro, aunque, la verdad es que se hace difícil entender la estructura de dicho teatro. De pintura original casi no encontramos, pero sí llama la atención el techo de algunas celdas, que está ricamente decorado.
Parece ser que la actividad principal de los habitantes de la ciudad era el comercio y que en su mejor momento, la villa llegó a formar parte de la Ruta de la Seda. Probablemente la especialidad de Uplistsikhe fuera el cultivo de la vid, lo que no nos extraña, pues a la Georgia actual, la cultura del vino sigue muy asentada.
El sol cae a plomo y el calor se hace difícilmente soportable, por lo que con la hora que tardamos en hacer la visita quedamos francamente exhaustos. Nos han avisado de que esta es zona de serpientes y lagartos. Por suerte, sólo encontramos a los segundos, suficientemente grandes por cierto y que parece que soportan bastante mejor el calor. Durante la visita nos encontramos uno de los pocos catalanes que nos hemos encontrado en Georgia. Se trata de un chico de Tarragona, que está viajando solo por el cáucaso durante unos quince días y que ha visitado también Vardzia. El tarragonés, nos cuenta que, efectivamente, aquella es mayor que Uplistsikhe. Por cierto, el común apodo de la Capadocia de Georgia que recibe Uplistsikhe le queda bastante grande. Un poco a la altura de todas las Venecias del norte o del Oriente que hemos ido viendo en nuestros viajes.
VISITA AL MUSEO DE IÓSIF STALIN EN GORI
Subimos de nuevo al taxi y en menos de veinte minutos nos presentamos en el museo Stalin de Gori. Eso sí, el taxista debe preguntar un par o tres veces porque se ha perdido y parece que no ha llevado nunca a ningún turista al museo. De paso hace un par de infracciones de las que en nuestro país no nos atreveríamos a hacer. Hay que decir, sin embargo, que salvo por algunos adelantamientos un poco atrevidos, la sensación con la conducción general del país no ha sido mala. La gente respeta bastante las señales y la conducción no se convierte en la ley de la selva como en muchos países de África o Asia.
Gori vio nacer uno de los criminales más grandes de la Historia de la Humanidad. Nació en el seno de una familia humilde, en una casa que se conserva justo en frente del Museo. Ni que decir, que todos los edificios de los alrededores han sido demolidos, con el fin de mantener sólo en pie la casa donde nació el déspota.
Parece ser que Stalin era un estudiante bastante brillante, pero que pronto pasó a la clandestinidad para poder propagar las ideas revolucionarias, en una época, la zarista, donde evidentemente, su mensaje no estaba bien visto por el gobierno. Pronto fue subiendo peldaños dentro de la estructura clandestina, pero fue muy habitual que fuera visitando una y otra vez la cárcel. La última de las ocho veces que fue encarcelado, acabó en Siberia donde se pasó una buena temporada. De hecho, hasta que explotó la revolución, en 1917.
Una vez iniciada la Revolución rusa continúa ascendiendo dentro del Partido. El mismo 1917 pasa de ser editor del diario Pravda, el oficial del Partido, a formar parte del Comité Central del Partido. Y después de pasar por varios cargos, a la muerte de Lenin, es suficientemente hábil para hacerse con el control del Partido y de hecho, de todo el país. De 1924 hasta su muerte, en 1953 mandó en Rusia con un estilo que no deja corto a ningún dictador absolutista. Su mandato está lleno de sombras, hasta el punto que los historiadores le adjudican la muerte de más de veinte millones de personas, víctimas de las múltiples purgas y deportaciones a los gulags (muchos de ellos en Siberia), pero también víctimas de la hambre ocasionada por la horrible política agraria.
Ni que decir que el museo de Stalin no pasa, ni que sea de puntillas por todos estos temas y que está dedicado a vanagloriar la figura del hijo de la ciudad, que dicho sea de paso, nunca se llevó demasiado bien con los georgianos (aunque fue peor con los tártaros de Crimen, a los que casi extermina por completo). La mayoría de documentos y fotos que vemos en el museo tienen un escueto pie de página en georgiano y ruso, y a veces, en inglés. Pero a nosotros, se nos hace difícil seguir el hilo del museo.
Hay zonas dedicadas a explicar su trabajo clandestino o la que hace referencia a la tarea de editor del Pravda; zonas dedicadas a su ascendo al poder, la inauguración de presas y fábricas y lógicamente, el papel preponderante de la Unión Soviética como vencedor de la II Guerra Mundial y la liberación de Berlín. Los más morbosos disfrutarán de la mascara mortuoria de Stalin y los que no lo somos tanto, del vagón de tren (con bañera incluida) que el monstruo utilizaba para desplazarse por todo el país.
COMO LLEGAR A UPLISTSIKHE Y GORI
Lo más fácil es lo que hicimos nosotros: negociar el precio de un taxi para todo el día para que nos llevara a Mtskheta y luego, a Uplistsikhe y Gori. Una vez realizadas la visitas, el taxi nos devolvió o a Tbilisi. No nos resultó nada caro: 100 laris (unos 43 euros, a repartir entre 3).
La manera más económica (quizás) sea coger una marshrutka en la estación de Tbilisi que vaya a Gori. Una vez visto en museo, hay que negociar el precio de un taxi hasta Uplistsikhe, con espera una hora u hora y media y que te vuelva a bajar a Gori. De Tbilisi a Gori también hay trenes, pero son pocos y más lentos que las marshrutkes.
Comentarios:
4 comentarios en “UPLISTSIKHE Y GORI. GEORGIA. De la Capadocia de Georgia al Museo de Stalin.”
No se si sirva de consuelo (seguramente no) pero vi un documental que hablaba de los últimos días de Stalin, y vivía de una manera horrible… ya no confiaba en nadie, en nadie… vivía en la paranoia total… se alejo de todos… el precio del poder absoluto :/
No sabía nada de eso Gaolga. Parece mentira que aun exista un museo glorificando su figira. No me imagino un museo Hitler en Munioch o un museo Pop Pot en Camboya.
Hay nueva bibliografía sobre Stalin que debe leerse. El mismo dijo que después de su muerte «caerían montañas de basura sobre su figura». Lo que se va sabiendo es que KRUSCHEV mintió descaradamente y calumnió a Stalin. Loq ueb es cierto que hoy por hoy el georgiano goza de una gran piopularidad en Rusia y en georgia. Se valora lo positivo. Dirigió a la URSS y junto al pueblo soviético derrotaron a los nazis. Esa es la única verdad, lo demás es cuento.
Gracias por tu aportación, Juan Pedro. La verdad es que mis nociones de historia no dan para más.