Shiraz, la ciudad iraní conocida como la Ciudad de los Poetas tiene mucho para visitar y es sin duda, una de las ciudades más bonitas de Iran.
Después de que ayer hubiéramos disfrutado de los Jardines Eram, que forman parte del Patrimonio de la Humanidad y los jardines donde se encuentran las tumbas de los glorificados poetas Hafez y Saadi y que hubiéramos terminado la jornada con el éxtasis que supuso visitar el Chah Cheragh (no se pierdan el post) hoy tenemos todo el día para disfrutar del centro histórico de la ciudad de Shiraz, que es francamente rico en monumentos.
La Ciudadela Arg-e-Karim , el bazar Vakil o la Mezquita Nasir-ol-Molk van a formar parte del recorrido de esta mañana, con lo más bonito de Shiraz.
LA CIUDADELA, LA MEZQUITA VAKIL Y EL BAZAR VAKIL
Después de desayunar en el hotel Aryo Bazan donde nos hemos alojado, comenzamos nuestro recorrido a pie para seguir la visita a Shiraz. En primer lugar nos acercamos hasta la Ciudadela Arg-e Karim Khan, probablemente el monumento civil más importante de la ciudad. Se trata de una fortificación en forma de castillo que data de mediados de siglo XVIII. Las 4 torres cilíndricas que encontramos en las esquinas le dan presencia a la que fue la residencia de Karim Khan, el monarca de la dinastía zand que convirtió Shiraz en la capital de Persia a partir del 1766. La fortaleza está construida en ladrillo, y decorada con motivos geométricos tanto en las fachadas como en las 4 torres de vigilancia. El interior es una nueva muestra del refinamiento persa con su largo estanque en medio del patio.
Algunas de las estancias están decoradas con maniquíes que dan fe de cómo era la vida cortesana en tiempos de Karim Khan. También disfrutamos del pequeño per acogedor hamman del Arg-e Karim Khan.
Salimos de la fortaleza y nos acercamos hasta la Mezquita Vakil, que se encuentra a pocos metros de distancia. Forma parte de las diversas construcciones que la dinastía zand mandó construir cuando tomó el poder de Persia e hizo de Shiraz su capital.
A diferencia de muchas mezquitas que iremos viendo en este viaje, en la Vakil, el patio central no da lugar a 4 iwans, sino sólo 2. Una era para el verano y el otro para el invierno. Llama especialmente la atención la belleza del iwan sur, con sus columnas en espiral.
Es esta una zona donde encontramos varios monumentos del mismo periodo glorioso de Shiraz. Además de la mezquita Vakil, encontramos el bazar y el hamman que llevan el mismo nombre.
Es una pena que el Hamman Vakil ya no se utilice como sala de baños, como aún sucede en los históricos Cemberlitas o Cagaloglu de Estambul. Ahora, el Hamman Vakil se ha reconvertido en un museo etnológico donde los maniquíes de cera nos documentan cómo era la vida en los baños. La verdad es que los baños son bastante interesantes y están bien conservados. También aquí, las columnas están decoradas con espirales que terminan en capiteles decorados en forma de mocárabes. Es una visita que nadie debería perderse.
En seguida entramos en el Bazar Vakil, igualmente una construcción de la segunda mitad del siglo XVIII y obra de Karim Khan. Espectacular este bazar que es uno de los más grandes y bonitos del país.
Además de los múltiples callejones cubiertos gracias a la ayuda de preciosos arcos hechos con ladrillo y con cúpulas espectaculares, también de ladrillo, a menudo, el bazar se abre a los diversos caravasares que hay, donde actualmente se han dispuesto tiendecitas, pero que en tiempo de Karim Khan era el alojamiento de los diversos comerciantes que llegaban a la próspera ciudad de Shiraz para vender su mercancía. Reza, que nos está haciendo de guía por el bazar, nos explica que la forma de vestir delata la procedencia de los iraníes que vamos encontrando. Así, nos cuenta que si esa mujer se de Turkmenistán o aquel grupo de jóvenes, de Baluchistán.
También nos damos cuenta (ya lo vimos en Teherán) la diversa forma de vestir de las mujeres: desde chicas que llevan un simple pañuelo que deja ver gran parte de su cabello, hasta mujeres tapadas de arriba abajo y vestidas con gabardina negra o mujeres que llevan una máscara de metal en la cara. Incluso alguna de ellas, no ponen ningún problema para posar para nosotros.
LA MADRAZA DEL KHAN, LA MEZQUITA NASSER-OL-MOLK Y EL PALACIO NARENJESTAN
Salimos del bazar Vakil y tomamos dirección sureste por la calle Loftalikhan que nos debe llevar, en menos de diez minutos, a otro de los platos fuertes del centro histórico de Shiraz: la Mezquita Nasir-ol-Molk.
Antes, hacemos una breve parada en la Madraza del Khan, una pequeña joya que se encuentra también en la calle Loftalikhan. Esta escuela teológica es anterior a la llegada de la dinastía zand al poder, pues data de 1615. Cuatrocientos años después, la madraza sigue más viva que nunca, pues aun ahora es una escuela teológica. Sin embargo, nadie nos pone impedimentos para entrar en el patio e incluso un clérigo con turbante negro nos recibe y nos da conversación. Aunque la escuela está parcialmente en obras, su decoración en forma de baldosas donde dominan los colores azul y turquesa nos impresiona una vez más. Por más que vemos este tipo de decoración, no nos cansamos de disfrutar de ella.
Trescientos metros más de calle y ahora sí que llegamos a la Mezquita Nasir-ol-Molk. Cuando la dinastía Qajar llegó al poder de Persia, significó el final de Shiraz como ciudad imperial y su esplendor fue disminuyendo. Agha Mohammad destruyó las murallas y parte de la ciudad y trasladó la capitalidad a Teherán. Era 1791. Pero después de casi un siglo de hambrunas y penurias, a finales de siglo XIX se recupera una cierta prosperidad a la ciudad, por lo que las familias acomodadas acometen algunas de las mejores construcciones de la ciudad, como la mezquita Nassir- ol-Molk o el Palacio
Narenjestan que veremos más adelante. Se puede afirmar sin temor a equivocarnos que la Mezquita Nasir-ol-Molk es una de las más bonitas de todo el país. Una vez más, la preciosa decoración de la sala de oración con columnas, una vez más, decoradas en forma de espiral y con capiteles esta vez, con motivos vegetales, es sublime. Los arcos, que las columnas sostienen y las cúpulas, con el esmaltado típico persa, hace de esta mezquita una obra de arte absoluta. Además, las vidrieras que dan al patio de la mezquita hacen que un curioso juegos de luz estalle por encima de las alfombras de la sala de oración. Extraordinario, todo.
Ni cinco minutos separan la mezquita Nasir-ol-Molk del próximo objetivo, el Palacio Narenjestan-Ghavam, que se encuentra en la misma calle. Es ésta, una de las visitas estrella de la ciudad de Shiraz, sin lugar a dudas. No sólo por el palacio, sino también por los preciosos jardines que hay, con sus arroyos, fuentes y estanques y sobre todo, por la hermosa vegetación, que hacen que el Narenjestan sea un precioso remanso de paz en medio de la gran ciudad. El Palacio es también una obra de finales del siglo XIX, cuando los Qajar hacía años que habían llevado la capital del país a Teherán. Sólo pasar la entrada, una bonita entrada con mocárabes en el techo nos da la bienvenida y se abre al excelso jardín. Al final de todo, destaca el palacete, donde sobre todo llama la atención la habitación central, la de los espejos, que en forma de balcón, da directamente al jardín. En los sótanos del palacio hay un pequeño museo que visitamos, pero sobre todo, lo que nos gusta de verdad es el palacio y los jardines.
Y con esta visita, terminamos el recorrido principal por el centro histórico de la ciudad de Shiraz, una de las ciudades más bonitas de Irán y que para siempre quedará en nuestro corazón. Después de comer, aunque dedicaremos la tarde a pasear tranquilamente por los bazares de la ciudad de los poetas.