¿Que ver en Oslo en 3 días? Oslo, la capital de Noruega, es una de esas ciudades, que eclipsada por el resto del país y en particular por la majestuosidad de los fiordos de la costa oeste, a menudo queda olvidada entre los posibles destinos para un fin de semana o un puente.
Evidentemente, Oslo no es Roma, París o Londres, pero la capital del país, particularmente cuando en primavera, el día se alarga y la temperatura se vuelve agradable, es una ciudad que se muestra vital y vanguardista, llena de vida y donde sus habitantes inundan las calles, sabedores de que el buen tiempo dura poco y hay que aprovecharlo. Oslo tiene un montón de puntos de interés que la hacen merecedora de una escapada de 2 o 3 días. Es por ello que esta guía pretende descubrir que ver en Oslo en 3 días.
Además, los vuelos low cost han acercado un poco más y abaratado ni que sea el trayecto hasta la capital noruega, que no en vano, no es una ciudad precisamente barata.
Si tuviéramos que hacer una elección de lo que uno no se puede perder en Oslo, esta sería nuestra propuesta.
DÓNDE DORMIR EN OSLO
QUÉ VER EN OSLO
1. Ayuntamiento de Oslo
El imponente edificio del Ayuntamiento o City Hall se puede visitar por libre y es conocido en todo el mundo porque es donde se realiza anualmente, la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz. Aunque es un edificio moderno, de 1950, sólo para ver el extraordinario Salón Central, inmenso y lleno de murales ya valdría la pena. Los murales, realizados en un estilo conocido como Estilo Socialista Noruego representan la historia, la cultura y la vida laboral de los noruegos.
El edificio está hecho de ladrillo visto y destaca también por sus dos torres, en una de las cuales hay un reloj. Fue elegido por los propios habitantes de Oslo, como el edificio más importante de la ciudad en el siglo XX.
2. Ópera de Oslo
Se trata de un edificio moderno que ha ganado varios premios internacionales de arquitectura y que desde 2008 domina la fachada marítima de Oslo. Si no se tienen entradas para un espectáculo, vale la pena, al menos, entrar en su hall de entrada y en su bar interior.
El diseño vanguardista, obra del estudio de arquitectura noruego Snohetta (que también fue el responsable de la memorable biblioteca de Alejandría) lo sitúa como uno de los edificios más imponentes de Europa de principios de siglo XXI. El blanco mármol de Carrara y el cristal, dominan la estructura del edificio. Se puede subir a la terraza de la ópera por una larga rampa. Desde arriba, las vistas del fiordo y de la ciudad son imprescindibles.
3. Castillo de Akershus
Esta fortaleza medieval está situada en medio de la ciudad y fecha de 1299. En su momento fue construida como fortaleza real. Actualmente es sede de varios museos y vale la pena visitarla, pues sus pasillos, salones y calabozos suelen hacer las delicias de mayores y pequeños.
El castillo, en sus 700 años de historia se ha visto asediado varias veces, sobre todo por parte de los suecos, pero nunca ha sido conquistado por un ejército extranjero y es uno de los orgullos del país. En el siglo XVI, sin embargo, el castillo sufrió desperfectos, por lo que fue parcialmente remodelado y en los siguientes 50 años, se fue convirtiendo, paulatinamente en un castillo de tipo renacentista, siguiendo las nuevas modas que venían del sur de Europa. Es la imagen que actualmente tenemos del castillo, aunque en los últimos 150 años también ha sido objeto de varias remodelaciones.
Desde 1938, además, Akershus es el panteón real o mausoleo de los reyes de Noruega.
4. Museo Munch
Probablemente, Edward Munch sea el pintor noruego más universal, de manera que se hace imprescindible la visita de este museo que contiene las pinturas que el pintor legó a la ciudad a su muerte.
La colección del museo contiene más de 28000 obras, entre ellas, 1.150 pinturas, aunque no todas, evidentemente están expuestas. Vale la pena acercarse al museo para disfrutar de la obra de este artista que desgraciadamente no suele estar bien representado en las grandes pinacotecas del mundo. En el museo encontramos una de las obras más conocidas de la Historia de la Pintura y que en cierto modo se ha convertido en un icono del siglo XX: El Grito. Este cuadro fue pintado varias veces, y quizás la versión más famosa sea la que se encuentra en la Galería Nacional, también en Oslo.
En 2004, El Grito del Museo Munch fue robado y aunque se recuperó dos años más tarde, los daños ocasionados por la humedad se convirtieron en una pérdida de la coloración inicial, de manera que a nosotros nos decepcionó un poco, ya que esperabamos un cuadro de colores más vivos, como se puede ver en todas las reproducciones que hay en los libros. Aunque esta es la versión oficial de que el cuadro es más oscuro de lo que esperarías, la verdad es que la copia de la Galería Nacional no nos pareció tampoco demasiado vistosa.
http://www.munchmuseet.no/Dokument/For-English-visitors
5. Museo de los Barcos Vikingos
Hay que ir al barrio de Bygdoy para visitar esta zona, en realidad una pequeña península, llena de bosques y parques y donde hay un montón de preciosas casas de madera. En Bygdoy encontramos algunos de los mejores museos del país. En esta zona, conocimos el Museo de los Barcos Vikingos, el museo del Folk, el Museo Kon Tiki y el Museo Fram. La mejor y más fácil manera de ir a la península de Bygdoy es hacerlo en barco, que parte del Pier 3, justo enfrente del ayuntamiento. El servicio, sin embargo, sólo es activo entre abril y principios de octubre. Es un agradable paseo de unos quince minutos. El resto del año hay que coger el autobús número 30.
En este Museo de los barcos Vikingos encontramos varios barcos de esta época, así como otros objetos que pertenecen a esta cultura. Encontramos los barcos de Gokstad (24 metros de eslora), Oseberg (22 metros) y Tune (22 metros), en unos edificios especialmente construidos para ello. Visitar el museo es una buena manera de acercarse a esta cultura.
http://www.khm.uio.no/english/
6. Museo Kon-Tiki
Otro de los museos que se encuentran en la península de Bygdoy es el que está dedicado a las epopeyas protagonizadas por el aventurero noruego Thor Heyerdahl. La más famosa de todas fue la que le llevó entre Perú y la Polinesia a bordo de la balsa Kon Tiki, que está construida de madera y paja, a imitación de las embarcaciones precolombinas. Su idea era demostrar que los pobladores precolombinos podían haber llegado hasta la Polinesia con sus propios medios, por lo que habrían sido los habitantes de América del Sur los que habrían poblado la Polinesia.
La expedición, de 1947, se completó al cabo de 101 días de travesía y tras más de 7000 kilómetros recorridos. De la expedición salió un libro, que fue un best seller mundial y un documental, que ganó el Oscar al mejor documental, en 1951.
En el museo encontramos la barca Kon Tiki, así como otras embarcaciones que utilizó en otras expediciones (como la Ra II, construida con cañas de plantas acuáticas, al estilo del antiguo Egipto y con la que navegar desde África hasta el Caribe). También encontramos varios objetos que trajo de los lugares que exploró. También encontramos la copia de un moai, las famosas esculturas de la isla de Pascua.
http://www.kon-tiki.no/e_aapning.php
7. Museo Fram
Otro museo imprescindible de la península de Bygdoy. Noruega tiene un lugar importante en el podio de grandes países que se han dedicado a la exploración de los polos. Y en concreto, este museo que está dedicado a la exploración polar tiene como eje central, la embarcación Fram, de 1892, que es el barco de madera que ha viajado más al norte y más al sur.
La historia del Fram está íntimamente ligada a la de los grandes exploradores noruegos. Y entre ellos, destacan 3: Nansen, Sverdrup y Amundsen. Este último, fue el primero en pisar el Polo Sur, el 14 de diciembre de 1911, 35 días antes de que lo hiciera la expedición del inglés Scott, que decepcionado por no haber sido el primero, murió en el trayecto de vuelta. La conquista del Polo Sur sólo tiene equivalente en la conquista del espacio y la llegada a la luna, en la segunda parte del siglo XX.
El museo cuenta la historia del Fram, pero también, la historia de la exploración polar.
http://www.frammuseum.no/default.aspx?lang=en-us
8. Museo Folklórico
Otro de los museos que se encuentra en la península de Bygdoy.
Casi todos los países del norte de Europa y también en el este, encontramos museos etnológicos al aire libre, donde se han reproducido (en algunos casos, transportado) edificios y casas de épocas pretéritas de diversas zonas del país. En este caso, encontramos hasta 155 casas tradicionales de las diversas regiones del país.
Dependiendo de la época, y sobre todo en fin de semana, hay actividades diversas y puedes ver gente vestida a la manera tradicional. Quizá lo que más nos gustó fueron las stavkirche o iglesias de madera que hay en el museo. En concreto, la de Gol, que ha sido transportada aquí y que tiene una antigüedad de unos 800 años. De iglesias de madera las hay por todo el territorio, pero en concreto se pueden encontrar varias en la zona oeste del país, donde varias de ellas forman parte del Patrimonio de la Humanidad. Quien no tenga previsto visitar esta zona de Noruega, haría bien en acercarse al Folkmuseum para conocer, al menos, la de Gol.
http://www.norskfolkemuseum.no/
9. Parque de Vigeland
Nadie debería perderse la visita al Parque de Vigeland que está situado dentro del Parque Frogner, que es el parque público más grande de Oslo. El Parque de Vigeland es conocido por la gran cantidad de esculturas de Gustav Vigeland que hay.
Vigeland recibió el encargo por parte del ayuntamiento y trabajó en la obra desde 1907 hasta 1942, casi a las puertas de su muerte. Entre las múltiples esculturas que hay en el parque, sin duda la más espectacular es la del monolito, que tiene una altura de 17 metros y que está esculpida en una estructura monolítica de granito. Hasta 121 esculturas de personas desnudas y mezcladas se encuentran en este monolito.
El parque es de acceso libre y si el día acompaña y hace sol, es un lugar perfecto para pasear sin prisa. Vigeland tiene un museo dedicado a su obra, pero no lo visitamos.
10. Stortinget (Parlamento)
El Parlamento de Noruega está en medio de la ciudad o sea que seguro os lo encontrareis paseando. Fue diseñado por Victor Langlet y completado en 1866. El edificio, de color amarillo pastel es imponente, pero nosotros sólo lo vimos por fuera. Con todo, para quien esté interesado, los sábados hay visitas guiadas en inglés.
https://www.stortinget.no/en/
11. Trampolín de Saltos de Holmenkollen
Por más increíble que parezca, en Oslo, que es una ciudad costera, se pueden practicar saltos de esquí durante la larga temporada invernal. Para eso, hay que ir a las afueras (se puede ir en metro), donde está el precioso trampolín de Holmenkollen, que de por sí, ya es una atracción turística. Fue inaugurado en 2010 y es obra del gavinete de arquitectura JDS Architects. En el interior del trampolín está el museo del esquí noruego, donde no sólo se habla del esquí, sino también de las exploraciones polares.
http://www.holmenkollen.com/
12. Centro Nobel de la Paz
En Oslo se entrega cada año, el 10 de diciembre, el Premio Nobel de la Paz. La ceremonia, como hemos dicho, se realiza en el ayuntamiento. Fue el mismo Alfred Nobel quien decidió que el premio de la Paz se entregara en Noruega y no en Suecia (Estocolmo) como los demás.
En este museo podemos encontrar la historia de los ganadores del premio, así como qué méritos hicieron para conseguirlo. Es un museo donde la tecnología tiene bastante importancia, ya que han intentado que el museo sea interactivo con el visitante. Cabe decir, que el museo nos decepcionó un poco.
13. Galería Nacional
En la Galería Nacional (que forma parte del Museo Nacional de Arte, Arquitectura y Diseño) encontramos la copia más importante del famoso cuadro de Edward Munch, El Grito. Pero además, claro, se encuentra pintura noruega e internacional, de modo que podemos encontrar cuadros de Van Gogh, Renoir, El Greco o Lucas Cranach, entre otros.
http://www.nasjonalmuseet.no/en/