Después de diecisiete días de viaje por Grecia y de reflexionar sobre los diversos lugares visitados, si tuviera que escoger uno solo (tarea casi imposible) me decantaría por los Monasterios de Meteora en Tesalia, quizás el lugar que más me ha impresionado.
Y es que en Meteora hemos encontrado unos paisajes espectaculares (como en Santorini), una arquitectura sublime (como puede serlo el Partenón de Atenas) y unas pinturas y mosaicos increíbles dentro de los diferentes monasterios visitados (como lo visto en Osios Lukas). Ciertamente sabíamos que nos gustarían Monasterios de Meteora en Tesalia, pero las expectativas se han visto incluso superadas por la realidad.
COMO IR DE ATENAS A METEORA
Tras dejar atrás Osios Lukas y volver a pasar por Delfos, tomamos dirección norte hacia la región de Tesalia. Haber alquilado un coche para desplazarnos primero por el Peloponeso y ahora en dirección a los Monasterios de Meteora, ha sido un acierto. Las carreteras son buenas y no hay demasiado tráfico de manera que no se hace nada pesado. Llegamos a media tarde.
Las inmensas moles de las montañas de Meteora nos dan la bienvenida y nosotros nos dirigimos a buscar alojamiento, pues no lo tenemos reservado. La verdad es que necesitamos tres intentos en el pueblo de Kalambaka (que hay al pie de los Monasterios de Meteora) pues los dos primeros hoteles recomendados en la Lonely Planet están llenos. Al fin, nos quedamos en una sencilla pensión donde nos ofrecen una doble con baño por unos cuarenta euros. No nos lo pensamos y dejamos las maletas.
Los Monasterios de Meteora, que datan de siglo XIV, fueron incluidos en la lista del Patrimonio de la Humanidad en 1988. Están edificados en lo alto de estas pétreas montañas, que se denominan Meteora. Los monasterios, que son de confesión griega ortodoxa, no se deberían obviar en ningún viaje a Grecia, porque quizás, las imágenes de los delicados cenobios en lo alto de las inmensas moles de piedra, son una de las imágenes más bonitas que podemos encontrar en el país helénico.
Hoy sólo daremos una vuelta por Kalambaka, pero antes nos acercamos a Meteora -sólo a cinco kilómetros-, en la zona del mirador de Psaropetra, para disfrutar de las primeras vistas panorámicas del conjunto de monasterios que se alzan de alto de las montañas, auténticos pináculos de roca, que son lo que queda de un mar interior que había aquí hace unos diez millones de años. Mañana ya visitaremos los Monasterios de Meteora, que es lo que hemos venido a Tesalia. Cenamos en una de las tabernas que hay en la calle principal y luego damos una vuelta por la zona que tiene más ambiente. Es viernes, hace buena temperatura y las terrazas están llenas de gente haciendo su frappé, que parece que es la bebida nacional a cualquier hora del día.
VISITA A LOS MONASTERIOS DE METEORA EN TESALIA
Al día siguiente nos levantamos pronto, pues queremos ser a las nueve de la mañana delante del primero de los monasterios que queremos visitar y que es el más grande e impresionante de todos los monasterios de Meteora: el Gran Meteora. En menos de diez minutos nos plantamos en su regazo.
Hay que decir que una vez aquí hay pequeños senderos de arena que pasan por los diversos monasterios (llamados monopatín) para que los disfrute quien le guste caminar y tenga tiempo. Nosotros sin embargo, optamos por ir en coche de uno a otro monasterio. Las distancias son muy cortas, por lo que haciendo los caminos a pie, si empiezas de buena mañana, puedes visitar, al menos 4 de los 6 monasterios en un solo día, sin demasiadas dificultades.
El Moni Megalou Meteorou (Gran Meteora o Monasterio de la Transfiguración) nos deja boquiabiertos. El imponente monasterio se construyó en lo alto de la roca más alta que hay en el valle, que tiene más de seiscientos metros de altura. Fue fundado en el siglo XIV por el monje Athanasia, que había sido expulsado del Monte Athos. Es el más esplendoroso que hay en Meteora.
Después de pagar la entrada (2 euros, al igual que todos los demás monasterios) nos adentramos en sus dependencias: la bodega, el comedores, los patios, el pequeño museo y sobre todo la extraordinaria iglesia que nos deja sin aliento, tal es la profusión de pinturas al fresco, que no dejan ningún espacio de pared ni de cúpula sin detalle. Destaca sobre todo la serie de los martirios de los santos, que ilustran la persecución de los primeros cristianos por parte de los romanos. Desgraciadamente no se pueden hacer fotografías del interior. El interior de este monasterio ha supuesto una de las experiencias más impactantes que hemos tenido en el viaje.
A este primer monasterio, siguieron la construcción de hasta 24 más. Siempre buscando las cimas más altas, que pudieran defenderse de invasiones extranjeras. Desgraciadamente, son sólo media docena los que han resistido el paso del tiempo y especialmente, la Segunda Guerra Mundial. La resistencia griega se refugió en los monasterios y Alemania no dudó en reducirlos a la basura.
Tras abandonar el Gran Meteora, iremos visitando hasta tres monasterios más, pero siempre más pequeños que el primero. En cualquier caso, siempre hay una pequeña iglesia o capilla (el katholikon) con pinturas espléndidas pintadas al fresco. Así, vamos descubriendo paulatinamente, los monasterios de Varlaam (el segundo más grande y construido en 1541), el Rousanou (que se entra después de salvar un pequeño puente de madera y que está habitado por una comunidad de monjas) y el Nikolaou Anapafsa (al que se llega después de subir unos empinados escalones y que también tiene unas pinturas preciosas hechas por un monje de Creta).
No hemos tardado ni cuatro horas en hacer el recorrido por los monasterios de Meteora sin ningún tipo de prisa. Todavía nos dejamos dos monasterio más para visitar (Agias Triados y Agiou Stefanou) pero tenemos que hacer camino hacia Atenas, pues tenemos que devolver el coche antes de las ocho.
De camino hacemos una parada a Lamia, para comer. La vuelta es bastante apacible, con buenas carreteras de dos carriles por sentido, de modo que a media tarde llegamos a Atenas, donde dejamos el coche, antes de ir a la zona del Pireo, donde hoy queremos ir a cenar. Sin duda, conocer los Monasterios de Meteora en Tesalia ha sido uno de los puntos culminantes del viaje a Grecia.