Visitar los pueblos más bonitos del Lago Atitalán suponía otro de los momentos más importantes del viaje a Guatemala. Probablemente el lago Atitlán sea uno de los más impresionantes del mundo. A unos mil quinientos metros sobre el nivel del mar y rodeado por un circo montañoso envidiable y sobre todo, por tres volcanes de precioso y perfecto cono que se elevan a más de 3000 metros sobre el nivel del mar (el San Pedro, el Tolimán y el Atitlán), el Lago de Atitlán es uno de los destinos imprescindibles en un viaje a Guatemala.
Hemos llegado a Panajachel (o simplemente Pana, como se la conoce aquí), en la orilla del lago, hacia las 4 de la tarde, después de pasar 4 horas en uno de los mercados indígenas más memorables del mundo, el mercado de Chichicastenango, que está a unos cien kilómetros de Pana, en dirección al altiplano.
Los shuttle, son los transportes más habituales entre los turistas y viajeros. Tienen trayectos fijos entre los destinos o ciudades más turísticas de Guatemala, con un servicio puerta a puerta (te vienen a buscar al hotel y te dejan en el hotel del pueblo de destino). Por eso hemos tomado un shuttle que nos ha llevado de Antigua a Chichicastenango (unas 3 horas), donde hemos estado unas cuatro horas para visitar el mercado y los alrededores, y luego, hemos retomado el camino hasta Pana (una hora y media).
Nos alojamos en la Posada Los Volcanes, en la calle principal de la población, que hace honor a sus buenas críticas en Tripadvisor. Las habitaciones son amplias, está muy limpio y el personal es atento.
Panajachel es el pueblo más grande del lago y en cierto modo, da cobertura e infraestructura turística a los visitantes que lo quieren conocer. A menudo es conocida como Gringotenango, que sería la versión guatemalteca del Guirilandia de Lloret. Hay quien prefiere alojarse en alguno de los pequeños pueblos que hay alrededor del lago, donde hay menos turistas (y también menos infraestructura). En este caso, hay que tomar algunas de lanchas que hacen de taxi acuático, o alquilar alguna a alguno de los pescadores que están en la orilla del lago. El trayecto suele costar sobre 5 USD por persona.
Nosotros preferimos quedarnos en Pana, y después de conocer algunos de estos pequeños pueblos al día siguiente, creemos que hemos acertado. Pana es un pueblo agradable, donde la vida se hace a lo largo de la calle Santander, la principal, llena de hoteles, restaurantes, cafés y tiendas de recuerdos, y en la orilla del lago, donde hay un montón de restaurantes.
El día siguiente nos levantamos para hacer la excursión estrella del lago. Es decir, visitar varios de los pueblos que lo rodean. Para ello, se puede contratar una excursión en el mismo hotel o en una de las muchas agencias de viaje, que te llevará con barquilla a almenos 3 o 4 pueblos, o se puede negociar con alguno de los pescadores que se esperan en la ribera del río. A no ser que seas un grupo importante (y te pueda salir más económico) o tengas mucho interés en estar en alguno de los pueblos más tiempo de lo que hacen los tours semiorganitzados, no vale la pena contratar un barquito privado.
El tour que escogimos nosotros, salía a las 9.30 y te llevaba a 4 pueblos (San Marcos, San Juan, San Pedro y Santiago). En los tres primeros estabas aproximadamente una hora y en Santiago, nos dejó unas dos horas. Es tiempo suficiente para visitar los pueblos y el tour incluye exclusivamente el transporte con lancha. Costaba 20 USD por adulto y Marc pagaba la mitad. Debíamos ser unos ocho o diez turistas. Volvimos a Pana, hacia las 4 de la tarde. Los trayectos son tranquilos, no hay demasiado viento y el lago está calmado. Parece ser que normalmente es por la tarde cuando se levanta un poco más de viento y hay más olas, pero en nuestro caso no fue así.
NAVEGAR POR LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DEL LAGO ATITLÁN
La mayoría de pueblos que rodean el lago (asentados en la orilla) o sus cercanías tienen nombre de santo. De hecho, muchos de ellos reciben el nombre de uno de los doce apóstoles (pero no todos, por ejemplo Santa Catarina, no). Nosotros visitamos San Marcos, San Juan, San Pedro y Santiago.
San Marcos
Fue el primer pueblo. Es muy tranquilo, casi no vimos turistas, aunque desde el embarcadero hasta la plaza del pueblo (por un camino que va hacia el interior) vimos varios hoteles y guest houses. Casi todas con un denominador común: ofrecer cursos de relajación, reiki, yoga y todo lo que tenga que ver con la vida contemplativa. Hubo un momento donde a San Marcos se acercaron muchos hippies y algunos de ellos se quedaron y abrieron estos establecimientos.
La verdad es que no nos pareció un pueblo especialmente interesante, aunque la guía Lonely Planet decía textualmente «el pueblo más bonito de la ribera del lago». Justo al lado de la plaza central hay una enorme cancha de baloncesto y bien cerca y en direcciones opuestas, una iglesia donde algunas indígenas estaban arrodilladas rezando (siempre llama la atención eso de ver indígenas vestidas como tal en las iglesias) y una escuela donde los niños estaban disfrutando de un rato en el patio.
San Juan
Nos pareció mucho más interesante que el anterior. No en vano, en San Juan hay varias cooperativas (muchas de ellas, gestionadas por mujeres) donde los indígenas zutuhil (un subgrupo de mayas) se han agrupado para hacer su trabajo más rentable. Vimos un par de cooperativas textiles, donde nos explicaron el proceso de la elaboración de los diversos tejidos (desde la recogida de los diversos tipos de algodón, el filamento del mismo, coloración con pigmentos naturales y finalmente, el cosido de la ropa).
También vimos algunas cooperativas de pintores, donde los diversos artistas se agrupan para poder vender mejor su producto. Son pinturas de vivos colores, que ya vimos en Antigua y que veremos también en Santiago Atitlán, La verdad es que tienen un estilo muy definido y son bien bonitas. Finalmente vimos una cooperativa que elabora jabones, perfumes, champús, té y hierbas medicinales, a partir de una serie de campos que ellos mismos cultivan. Había hierbas y remedios para todos los males. Nos ofrecieron ir con un tuk tuk a algunas cooperativas que estaban más lejos, algunas de las cuales se dedican al café. Es conocido que el café de Guatemala es uno de los más sabrosos del mundo, y parece que por estos rincones se elabora.
San Pedro
Este pueblo cakchiquel (otro subgrupo maya) es bastante más grande que el anterior y ya se veía que estaba lleno de pequeños hoteles y guest house, dedicados sobre todo al viajero de bajo coste. Aunque dormir en San Pedro es una posibilidad, después de visitarlo, creo un poco más adecuado dormir en Pana, pues el acceso desde Antigua es más fácil, y además, desde Pana se hace muy fácil poder visitar todos los pueblos del lago y también Sololá (a 10 kilómetros en dirección al interior ) o Chichicastenango (con su imprescindible mercado indígena de los jueves y domingos).
Pues bien, estuvimos cerca de una hora en San Pedro, básicamente por la calle que corre paralela al lago. Visitamos alguna cooperativa y disfrutamos de un buenísimo licuado de fresa por 7 quetzales.
Santiago
En el último pueblo llegamos tras pasar por un estrecho pasillo del lago que pasa junto a dos colosos: los volcanes Tolimán y San Pedro. También está poblado por mayas zutuhils y es, después de Pana, el pueblo más turístico y con más infraestructura del lago. Hay bastantes hoteles y restaurantes, pero sobre todo, muchas tiendas dedicadas a la venta de artesanía, desde tejidos, a pintura (hay pequeñas galerías de arte donde se expone la característica pintura naturalista de los artistas locales), máscaras u objetos de jade o madera.
Sin embargo, hay dos puntos de especial interés en Santiago. El primero es su iglesia (a un lado de una bonita plaza). Es del siglo XVI y en su interior hay un montón de santos vestidos con ropa indígena actual. Es especialmente interesante la mezcla de cultura indígena y católica. Nuevamente, algunas mayas vestidas con sus huipiles, rezaban arrodilladas. En la iglesia está enterrado el Padre Stanley Francis Rother, un misionero americano que se dedicó a defender los derechos de los indígenas y que lo pagó con su vida, cuando fue asesinado por los escuadrones de la muerte en 1981. Santiago fue un lugar especialmente activo y plaza fuerte de la guerrilla que defendía los derechos de los indígenas y desgraciadamente, fue uno de los lugares donde el ejército perpetró más asesinatos en serie durante la guerra civil guatemalteca.
Las mujeres atitecas, no sólo destacan por sus coloridos huipiles, sino que también lo hacen por su sombrero o tocado, el tocoyal, profusamente bordado y con la parte inferior de color rojo. Sobre todo lo llevan las mujeres mayores. Una mujer zutuhil con su tocoyal está representada en la moneda de 25 céntimos de quetzal.
El otro punto de especial interés es la búsqueda de Maximón, un figura de madera que es producto del sincretismo entre la religión católica (representa a San Simón) y los ritos mayas (Rilaaj Maam).
Hay varios Maximón en Guatemala, sobre todo en el altiplano, pero este es quizás el más conocido. La verdad es que esta figura encarna todos los malos vicios. Maximón fuma y bebe. De hecho es habitual que los atitecos (que es como son conocidos los habitantes de Santiago) le ofrezcan bebidas alcohólicas. Que Maximón se las beba no queda claro, pero lo que sí está claro es que su cuidador se acaba todos los culos de botella (y lo que no son culos), porque llevaba una borrachera apoteósica que apenas le permitía aguantarse de pie y articular palabra. Tener a Maximón en casa es un auténtico maná, pues quien quiere visitarlo, aparte de presentarle sus respetos, tiene que pasar por caja. Y para sacarle fotos o vídeo, también. Y como Maximón cambia cada año de casa (hay varias cofradías en el pueblo y cada año hay una que tiene el honor de cuidarlo), cuando llegas al muelle de Santiago, hay varios niños que te llevan a ver a Maximón por unos quetzales.
Por cierto, en la pequeña habitación donde estaba el Maximón, también había una serie de santos y colgando del techo, varios animales disecados, como algunos monos y jabalíes. Todo ello en la penumbra que ofrecían las velas que iluminaban la estancia.
La verdad es que nadie que vaya a Guatemala debería perderse la visita al Maximón.
Comimos en Santiago, donde estuvimos cerca de dos horas y luego tomamos nuevamente la barca en dirección al puerto de Panajachel.
VISITA A LA RESERVA ATITLÁN
El último día cambiamos de planes. Hay un shuttle a Antigua Guatemala a las 12 y otro a las 4 de la tarde, por lo que para aprovechar bien el día, antes de ir a Antigua fuimos a Sololá para disfrutar del mercado de los martes y de vuelta, nos acercamos a la Reserva Atitlán.
Esta reserva es un lugar muy interesante para acercarse un par o tres de horas. Está a unos cinco minutos de tuk tuk desde el centro de Pana. Si se toma cualquier chicken bus que hace la ruta de Pana a Sololá, te deja en el cruce que te lleva en 5 minutos siguiendo un sendero, más allá del hotel Atitlán.
En la reserva hay un espeso bosque donde encontramos algunas familias de monos araña y de coatís. En la entrada hemos podido comprar plátanos, de manera que tanto los monos como los coatís no tardan en acercarse al ver la comida. Pasando por diversos senderos de la reserva pasamos por un montón de puentes colgantes, algunos muy largos, que hacen disfrutar de verdad a Marc, que se siente un auténtico aventurero. T
ambién hay una hermosa cascada que se precipita desde varias decenas de metros, acantilado abajo y un mariposario, donde puedes conocer varias especies de lepidópteros y verlos también en los diversos estadios, desde que son oruga, hasta que hacen el capullo y sale la mariposa.
Los más atrevidos, y particularmente los que no llevan niños pequeños, pueden disfrutar de un recorrido con tirolina (aquí, como en Costa Rica, lo llaman canopy), que dicen que no está nada mal, pero que nosotros no hacemos.
Volvemos a Pana en Tuk Yuk (10 quetzales por persona). Antes de partir todavía tenemos tiempo de comer tranquilamente en uno de los muchos restaurantes del pueblo, disfrutando de una cerveza bien fresca y del partido de Champions del Barça, que gracias a la diferencia horaria con Europa, podemos ver en directo.
Comentarios:
3 comentarios en “LAGO ATITLÁN. Quizás, el lago más bello del mundo.”
Que lindo lugar! Dan ganas de viajar allá!
Hola,
Que agencia de viajes te dio el trayecto para Chichicastenango y el lago en panajachel
No encuentro ag encía de viajes para los tours, voy a viajar sola.
Gracias por tu información
Laura
Hola Laura. ÇPor desgracia no tengo apuntada la agencia con que realizamos los trayectos.