¿Cuáles son las ciudades europeas más bonitas? Esta es la pregunta que nos hicimos con Florencio Moreno del blog Fmanega por el mundo. Después de haber colaborado en dos posts que tuvieron mucho éxito «Los 18 mejores recintos arqueológicos del mundo» y «Las 100 visitas imprescindibles de Europa» hemos decidido ponernos a prueba para escoger las 30 ciudades más bonitas de Europa entre las que no son capitales de estado. Para ello haremos dos posts. El primero hará referencia a Europa occidental y el segundo, a las ciudades del este de Europa. Y la divisoria la pondremos donde durante la Guerra Fría llamaban el Telón de acero. Es decir quedan situados en el este de Europa todos los países que quedan en el oriente de Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría y Eslovenia (y todos ellos también incluidos en el bloque oriental). Los países nórdicos (Noruega, Suecia y Finlandia) quedan situados en el bloque occidental, aunque todos ellos tienen buena parte de su territorio ubicado físicamente en el este.
Para escoger las ciudades europeas más bonitas que no son capitales de estado hemos incluido una premisa más: que pudiéramos dar fe de su belleza, es decir, que la hubiéramos visitado.
Hay que decir que las 15 ciudades elegidas como ciudades más bonitas de Europa occidental, representados de este bloque (que suponen 23 de los 50 estados europeos) se centran únicamente en 8 países. Comentar que 2 de los 15 estados no representados no los he visitado aún, pese a que probablemente no tengan ninguna ciudad que sea digna de estar incluida en esta lista (San Marino e Islandia), 6 estados más son muy pequeños, y más allá de su capital no tienen grandes ciudades (Vaticano, Liechtenstein, Andorra, Luxemburgo, Malta y Mónaco), y los otros 8 estados han sido recorridos en mayor o menor medida, pero no he estado en ninguna ciudad de ellos que merezca estar en la lista por encima de las que he incluido (Holanda, Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Irlanda y Suiza). He estado a punto de incluir Ginebra (Suiza) y La Haya o Alkmaar (Holanda) pero finalmente he optado por otras ciudades. No dudo que de haberla visitado, Bergen habría sido incluida en la lista.
LAS CIUDADES MÁS BONITAS DE EUROPA OCCIDENTAL
La segunda ciudad de Portugal no puede faltar en una lista de las ciudades europeas más bonitas de Europa. Situada en la desembocadura del río Duero, en su ribera derecha. El río, la separa de Vila Nova de Gaia, que no deja de ser un barrio del mismo Oporto, aunque no sólo tiene estatus de ciudad separada de Oporto, sino que incluso tiene más habitantes que el mismo Oporto. Si en Vila Nova de Gaia se encuentran la mayoría de bodegas de Oporto, el vino que ha hecho famoso la ciudad, en Oorto encontramos un montón de barrios con mucho encanto. Desde el barrio de Ribeira, junto al río, y donde se puede comer muy bien, hasta el Barrio Centro, con la Praça da Libertade, la preciosa y embaldosada estación de Sao Bento, la alta y esbelta Torre de los Clérigos , la hermosa Catedral o la bellísima librería Lello, para algunos, la más bonita del mundo. El Puente de Don Luís I, que separa Oporto de Vila Nova de Gaia es una de las imágenes más icónicas de la ciudad. Fue construido por una empresa belga, entre 1881 y 1886, aunque no es poca la gente que lap atribuye a Eiffel, de quien el gobierno desestimó su proyecto.
Coimbra es una pequeña ciudad de poco más de 100.000 habitantes que tiene un compacto centro histórico que es coronado por una colina donde encontramos una de las universidades más antiguas de Europa. El ambiente universitario recuerda un poco al de Salamanca y es que esta Universidad es uno de los motores más evidentes de la ciudad. Hay que visitar la Universidad, con la Sala dos Capelos y sobre todo, con la Biblioteca Joanina, una de las más bonitas de Europa. Desde la Universidad se disfruta de algunas de las mejores vistas de todo el centro histórico, donde cabe destacar la iglesia de la Santa Cruz (preciosa fachada, pero con un interior lleno de azulejos es aún más extraordinario) o la S, la antigua catedral románica, que como otras de Portugal, tiene un aspecto ciertamente de fortaleza militar.
Para mí no hay duda de que Salamanca es la ciudad más bonita de España y una de las ciudades europeas más bonitas. Su centro histórico, empezando por la extraordinaria Plaza Mayor es de los más compactos del viejo continente y aunque encontramos edificios de diversos estilos arquitectónicos, es el plateresco lo que ha hecho de Salamanca una ciudad deslumbrante. La Universidad, con una de las fachadas más extraordinarias del plateresco español, es quizás el edificio más destacado de este estilo, pero no hay que olvidarse de que los edificios totalmente o en parte platerescos se reparten por todo el centro histórico, como por ejemplo en el Convento de San Esteban, en la catedral Nueva o en el Palacio de Monterrey. Salamanca destaca también por ser de las pocas ciudades que cuenta con dos catedrales (preciosas las dos) y un ambiente festivo y estudiantil que la hacen únicas.
Nadie puede poner en duda que una lista con la ciudades bonitas de Europa tenga a Sevilla en un lugar destacado, una ciudad que en tiempos de la España de los Reyes Católicos se convirtió en una de las ciudades más importantes de todo el mundo. La ciudad está llena de edificios insignes de la historia del arte, como la catedral con la torre campanario más famosa de la historia (la Giralda), la torre del Oro, el Archivo de Indias, donde se guardaba y centralizaba toda la documentación que hacía referencia a las colonias españolas de América o los Reales Alcázares de Sevilla, el precioso palacio mezcla de estilos, entre ellos, el exuberante mudéjar, y que forma parte del Patrimonio de la Humanidad. Pero además, son los barrios populares, como el de Santa Cruz o Triana, los que imprimen carácter a la ciudad y hacen de ella una de las ciudades más bonitas de Europa.
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Varias veces galardonada como la ciudad europea más atractiva por publicaciones de la importancia de Condé Nast Traveler, es el Modernismo lo que situó la capital catalana como una de las ciudades más bonitas de Europa. Arquitectos como Puig i Cadafalch, Domènech i Muntaner y Antoni Gaudí, de la mano de mecenas que formaban parte de la pujante burguesía catalana de finales del siglo XIX lograron que Barcelona se situara en primera línea mundial del estilo imperante en aquella época y que recibió varios nombres como Modernismo, Secesión o Art Nouveau. Edificios como la Pedrera, la Casa Lleó i Morera, el Palau Güell, el Hospital de Sant Pau, la Sagrada Familia o el Parque Güell forman parte del catálogo de más de cien construcciones que forman la Ruta Modernista de Barcelona y donde muchos de los edificios siguen haciendo la misma función para la que fueron diseñados. Las Ramblas y los barrios populares del Raval o el Born, así como la oferta museística (museos Picasso, Miró, Nacional de Arte de Cataluña, Tapies o de Arte Moderno) completan una de las ofertas culturales más grandes de entre las ciudades europeas que no son capital de estado.
El Renacimiento y el impulso dado por algunas de las familias de mecenas más importantes del mundo situaron Florencia como una de las ciudades europeas más bonitas desde mediados de Siglo XVI. Aunque carece del carácter de Roma o Nápoles, y a menudo es considerada una ciudad museo, nadie duda de que el compacto centro histórico de Florencia es espectacular. Construcciones como el Duomo, con la enorme cúpula de Brunelleschi y los adyacentes Campanile de Giotto y Battisterio de San Giovanni, la Plaza de la Signoria con el Palacio homónimo, el precioso y original Ponte Vechio o las iglesias de la Santa Croce o Santa Maria Novella hacen de Florencia una de las ciudades más extraordinarias del viejo continente. La oferta museística es además de primer orden, donde la Galería de la Academia (con el famoso David de Miguel Ángel), y la Galería de los Uffizi sólo encabezan una larga lista de museos.
En este post podéis leer acerca de los lugares más bellos que ver en Florencia.
Una de las localizaciones más excepcionales pora la que es una de las ciudades más bonitas de Europa y probablemente, de las que más peligra su existencia. Hace años que se dice que Venecia desaparecerá algún día engullida por sus propias aguas, pero mientras no sea así, recorrer Venecia es una de las actividades más extraordinarias que se puedan hacer en Europa. Esta pequeña ciudad se convirtió en ciudad-estado en la época medieval y dominó buena parte de Europa. Fruto de ello son el gran número de palacios, muchos de ellos con preciosas fachadas góticas, pero a menudo con interiores excelsos vetados al viajero, pues siguen siendo residencias privadas. Muchos otros, convertidos en hoteles de lujo o museos, son objetivo de los millones de turistas que visitan cada año la ciudad. Monumentos como la Basílica de San Marcos, el Palacio Ducal, la iglesia de Santa María della Salute o los puentes de Rialto o los de los Suspiros son los principales objetivos de una ciudad que merece ser disfrutada en calma. Los paseos en góndola son otro de las actividades casi imprescindible en esta preciosa ciudad.
La región italiana de la Toscana es una de las dos de todo el continente que tiene dos ciudades en esta lista de las ciudades europeas más bonitas. Y es que el centro histórico de la rival de Florencia es una de las maravillas medievales de Europa. Probablemente la Plaza del Campo, con el Palacio Público y la Torre Mangia sea su punto más conocido, pero desde este lugar se abren una serie de calles, edificados de manera homogénea, que hacen de la ciudad toscana un auténtica delicia para el paseo. Los pequeños palacios góticos y renacentistas se encuentran repartidos por toda la ciudad, pero no se puede dejar de ver la que es una de las catedrales más bonitas que hay en Italia, el Duomo de Siena, que tiene una fachada típicamente toscana con sus mármoles de diversos colores, obra de Giovanni Pisano. Además, el Duomo cuenta con un interior aún más deslumbrante, con obras del mismo Pisano, pero también de Donatello, Miguel Ángel o Bernini. El suelo de la catedral, con sus mármoles, la preciosa cripta y alguna de las capillas laterales forman parte de lo más extraordinario del patrimonio artístico europeo.
La capital bávara es una de las ciudades más grandes de las que componen esta lista, pero nadie puede dudar que lo merezca. Todo el centro es bonito, pero es evidente que la zona más espectacular es la centrada en la enorme Marienplatz, donde encontramos el neogótico ayuntamiento, una de las obras cumbres de este estilo en Europa. Una serie de preciosas iglesias de diversos estilos se encuentran repartidas por todo el centro histórico, pero de todas ellas, cabe destacar la Frauenkirche y la Peterkirche,. Esta última con un campanario barroco que permite disfrutar de una extraordinaria vista de todo el centro histórico. Los espacios verdes son otro de los grandes reclamos de la capital de Baviera, como el enorme Parque Olímpico, donde encontramos parte de las instalaciones que acogieron los Juegos Olímpicos del 1972. Palacios como la Residenz, una enorme oferta museística, con las Antigua y Nueva Pinacotecas y un enorme y festivo ambiente, con sus famosas cervecerías llenas a todas horas, hacen de esta ciudad, un destino ideal para un fin de semana.
Dresde es la historia de una ciudad que renació de sus cenizas. La bonita ciudad sajona fue casi destrozada por completo durante los bombardeos que sufrió durante la Segunda Guerra Mundial entre el 13 y el 15 de febrero de 1945, por parte de las fuerzas aliadas. La reconstrucción que siguió a tal barbarie volvió a situar a la ciudad en el lugar que le corresponde y ahora nadie duda de que vuelve a ser una de las ciudades más bonitas de Europa. Es el barroco el estilo que impera en Dresde. Y edificios como la Frauenkirche (que tuvo que ser reconstruida por completo), la Semper Opera House (quizás la ópera más bonita del mundo) o el Zwinger, un antiguo palacio barroco que ahora es la sede de la Gemäldegalerie, una pinacoteca extraordinaria, son algunos de los testimonios más evidentes.
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Si la Toscana tiene dos ciudades en esta lista de ciudades europeas más bonitas, la región belga de Flandes también las tiene: Brujas y Gante.
Si Venecia es la ciudad de los canales del sur de Europa, Brujas es la ciudad de los canales del norte de Europa. Tiene uno de los centros más homogéneos de todo el continente, con la mayoría de edificaciones construidas en obra vista. Puentes aquí y allá para ir sorteando los diversos canales que se encuentran en la ciudad y que finalmente llevan hasta una de las plazas más bonitas de Europa: la Grote Markt, donde encontramos el impresionante Belfort o Torre Campanario de Brujas. Las casas de los diversos gremios de la ciudad medieval están representadas en la Grote Markt, donde además se encuentra el Palacio Provincial, otro edificio precioso. Un estrecho callejón, el Breiselstraat, lleva a la segunda plaza de la ciudad en importancia, el Burg. Allí encontramos el ayuntamiento (uno de los más bonitos de Europa, aunque no tan impresionante como el de Lovaina) y la Basílica de la Sagrada Sangre, dos iglesias, una sobre la otra, extraordinarias.
La segunda ciudad flamenca no desmerece Brujas. Fue la ciudad donde nació Carlos V, hijo de Felipe el Hermoso y Juana la Loca y que fue uno de los monarcas más importantes de la Historia de Europa. Esto da testimonio de la importancia que tuvo la ciudad de Gante durante la época medieval. También lo es el testimonio de algunas de las iglesias más extraordinarias del país, como San Bavón (donde fue bautizado Carlos V) o San Nicolás, muy cerca del puente de San Miguel, otro de los emblemas de la ciudad. Cabe decir que también impresiona el Belfort o campanario de Gante, que al igual que el de Brujas, forma parte del Patrimonio de la Humanidad. Desde esta torre se puede disfrutar de unas extraordinarias vistas de la ciudad que llegan hasta otro de los emblemas de Gante: el Palacio de las Condes. Se trata de un precioso castillo, totalmente conservado y que está abierto a las visitas turísticas. Era la residencia de los Condes de Flandes, aunque también hizo funciona de prisión. En Gante, lo mismo que en Brujas, también hay canales, pero hay muy pocos. Las calles que dan a los canales, sin embargo, son ciertamente bonitos y una de las imágenes más típicas de la ciudad. Las casas barrocas se ven reflejadas en el canal de Gante en el Muelle de los Granos y de las Hierbas, nombre que da a entender la importancia comercial de la ciudad en la época medieval. Probablemente la vista de los muelles desde el puente de San Miguel es una de las más bonitas.
Desde principios de la era romana que se tiene conocimiento de la existencia de pequeñas comunidades en esta zona, pero fue hacia el año 700 cuando San Ruperto fundó la ciudad como tal, que se benefició del comercio de la sal y del impuesto que cobraba como peaje. Esto posibilitó que Salzburgo se convirtiera en una de las ciudades más prósperas de centroeuropa y que aún ahora, sea una de las ciudades más bonitas de Europa. El casco histórico es precioso, con edificios tan imponentes como la Catedral o la Residenz. El paseo por la calle comercial Getreidegasse, la más comercial, que parece mantener un cierto aire medieval y con los carteles de los establecimientos colgados, la hacen única en Europa. Nadie dejará de visitar en Salzburgo la casa natal de Mozart, en la misma calle Getreidegasse, pero probablemente tampoco la Fortaleza de Hohensalzburg, a la que se puede subir en funicular y que fue construida a principios del segundo milenio i que ha sufrido múltiples remodelaciones y ampliaciones a lo largo de los mil años de historia. Situada en una colina que domina la ciudad, supone la atalaya perfecta para disfrutar de unas vistas enormes de toda la ciudad.
La capital escocesa es una de las ciudades que más me han impresionado en Europa. La ciudad vieja, con su recorrido por la Royal Mile, que lleva desde el Castillo de Edimburgo hasta el Palacio de Hollyrood es su punto más emblemático y con los edificios uniformemente grisáceos, a menudo de 5, 6 o 7 plantas, a pesar de su antigüedad. Pero Edimburgo no se limita a la Royal Mile. La ciudad nueva también tiene un montón de puntos interesantes, como la colina de Carlton Hill, con su precioso cementerio que domina la ciudad, entre otros edificios notables. También cabe destacar la preciosa Princess Street, una de las calles comerciales más bonitas de Europa, con edificios en una sola de las aceras. La otra acera de Princess Street da a los preciosos Jardines de Princess Street, que tienen una bonita vista de la Ciudad Vieja y del majestuoso Castillo de Edimburgo.
La capital de la Costa Azul fue una de las sorpresas del año cuando la visitamos a finales de verano de este 2014. Nos pareció una gran ciudad, pero a escala humana. Con enormes paseos muy agradables, como todo el paseo marítimo o la nueva Esplanade des Arts (donde la cultura es la protagonista), pero con una ciudad vieja encantadora, llena de preciosos rincones por descubrir, con iglesias barrocas bien bonitas, pequeños palacios escondidos y una colina, el Cerro del Castillo, donde hay un precioso cementerio y desde el que se disfruta de una fenomenal vista de la capital de la Costa Azul. Niza, para nosotros, también merece estar incluida en la lista de las ciudades más bonitas de Europa.
Por último, os recomiendo pasar por el blog de Florencio Moreno para descubrir que ciudades ha escogido él como las ciudades más bonitas de Europa.
Las 100 visitas imprescindibles de Europa
Los 18 recintos arqueológicos más bonitos del mundo