Río Dulce es una pequeña población guatemalteca en la orilla del precioso lago Izábal. Es la puerta de entrada al río homónimo (el Río Dulce), que nos llevará en un apasionante trayecto hasta la localidad costera de Livingston, cuna de los garífunas de Guatemala, localidad a la que sólo se puede acceder en lancha.
Un trayecto en una mini van que hemos contratado nos ha llevado desde Copán, Honduras hasta Río Dulce, Guatemala. Aunque el trayecto duraría unas tres horas, hemos hecho paradas en el pequeño pero interesante Museo de Paleontología de Esquipulas, y en el Recinto Arqueológico de Quiriguá, donde hemos conocido un poco más de la cultura maya.
Llegamos al mediodía, pero antes de ir al hotel, queremos acercarnos hasta el Castillo de San Felipe de Lara.
Por ello, desde el Hotel Backpapers, tomamos un tuk tuk para atravesar el enorme puente de más de un kilómetro que salva el Río Dulce. Al final del puente, tomamos una mini van que nos lleva en menos de 10 minutos al castillo.
CASTILLO DE SAN FELIPE
La histórica fortaleza de San Felipe, está situada en la orilla del lago Izábal, justo antes de que dé paso al Río Dulce. El Castillo se encuentra en un precioso parque ajardinado, que está lleno de palmeras y otros árboles, y donde incluso, hay alguna pequeña playa lacustre.
El castillo es una construcción de finales del siglo XVI, mandada construir por el rey Felipe II de España, y que fue erigida para defender las posesiones coloniales de las incursiones de los piratas ingleses, holandeses, belgas y portugueses, que provenientes del Caribe, remontaban el Río Dulce hasta llegar al lago Izábal. El castillo ha sido testigo, a lo largo de su historia, de un montón de sitios, destrucciones, ampliaciones y reconstrucciones, hasta llegar a nuestros días. De hecho, el último ataque al castillo se remonta al 1819, cuando quedó casi destruido. Finalmente, en 1824 se abandonó.
Ahora mismo, el Castillo de San Felipe está reconstruido de forma exquisita y el paseo por sus dependencias, celdas y torres lo hace una visita imprescindible de Río Dulce.
Visitado el castillo, volvemos a la zona del hotel Backpapers, pues hemos quedado que a las 5 de la tarde nos vendrá a buscar la lancha que nos llevará al hotel Tortugal River Lodge, que está a unos diez minutos de trayecto.
La elección del hotel ha sido un acierto. Está situado en un entorno envidiable, justo a la orilla del lago Izábal. Dispone de puerto propio y de una serie de bungalows y pequeñas casotas de madera, sencillas pero muy cómodas. El hotel dispone de una serie de senderos por los que puedes dar una vuelta por el entorno del hotel, rodeados de árboles y manglares. También tiene kayaks gratuitos, que nosotros utilizamos el día siguiente. La verdad es que podemos recomendar el Tortugal River Lodge sin miedo a equivocarnos.
Al día siguiente, nos levantamos temprano, como casi cada día. Antes de hacer camino hacia Livingston, damos una vuelta con el kayak. Marc disfruta de verdad de la experiencia. Estamos casi media hora remando hasta llegar a medio camino en dirección al Castillo de San Felipe. La vuelta la hacemos más rápida, pues ya hemos tomado la medida al Kayak.
NAVEGANDO POR EL RÍO DULCE DESDE RIO DULCE A LIVINGSTON
A las 9.30 nos pasan a buscar con la lancha colectiva que hace el trayecto Río Dulce Livingston. Hemos contratado el servicio el día anterior desde una agencia de viajes, pero se puede hacer desde cualquier hotel. El precio es fijo, de 125 quetzales y durante el trayecto, de unas dos horas, hace varias paradas en lugares interesantes. De lanchas colectivas, también hay al mediodía (a las 13:30 ), pero si no te va bien el horario de la lancha colectiva se puede contratar una lancha privada. En principio, tiene un coste de unos 1.000Q, pero durante nuestra visita por el castillo de San Felipe nos la ofrecieron por 500Q. Es decir, el precio es negociable.
Como decía, la lancha hace varias paradas durante el trayecto. Lo primero que hace es remontar el lago en dirección al Castillo de San Felipe. Lo vemos desde otra perspectiva, desde el lago. Iluminado por la luz de la mañana, la estampa es realmente preciosa.
Después nos dirigimos río abajo, pasando por la isla de las aves, que como su nombre indica está llena de aves y por el jardín flotante, momento en que la lancha para los motores para navegar tranquilamente entre grandes nenúfares. Es un lugar realmente precioso.
Más adelante, hacemos una parada en una zona de aguas sulfurosas. La lancha para unos veinte minutos y los que vamos preparados con bañador podemos disfrutar de un rato entre aguas calientes y sulfurosas. Es otro momento realmente recomendable. El paisaje es siempre esplendoroso, a menudo navegando entre cañones y siempre con una vegetación exuberante a ambos lados del río.
Al cabo de un par de horas llegamos a Livingston, la pequeña población garífuna de la costa guatemalteca. Hay muchas aves en esta zona, entre ellas preciosos garcetas y altivos pelícanos, que posan para nosotros en las diversas embarcaciones que vamos encontrando en los diversos muelles.
Enseguida llegamos a la Casa Rosada, que será nuestro alojamiento en Livingston. Un sencillo hotel, recomendado por muchos viajeros. Sus bungalows tienen cierto encanto, pero no tienen lavabo. La verdad es que NO NOS PARECIÓ EL LUGAR MÁS RECOMENDABLE. Después de haber estado allí, si regresárabamos preferíamos el HOTEL CASA ESCONDIDA (precios aquí).
LIVINGSTON, CAPITAL GARÍFUNA
Livingston sería un pueblo más del caribe (con mucho menos encanto que muchos otros pueblos de Costa Rica, por ejemplo) si no tuviera una particularidad que lo hace especialmente atractivo para los viajeros. Entre sus pobladores no predominan los indígenas ni los mestizos, como en otras zonas de Guatemala, si no que son los garífunas los que son mayoría.
Los garífunas son un grupo étnico descendiente directamente de los africanos. Es por ello que paseando por el pueblo, uno se encuentra estampas más propias de Gambia que no de Guatemala. Parece ser que el origen inicial sería un barco lleno de esclavos proveniente de la actual Nigeria que habría naufragado en 1635 cerca de la isla de San Vicente, territorio que actualmente pertenece al estado de San Vicente y las Granadinas, una de las Antillas menores del caribe. Los que pudieron escapar, llegaron hasta la isla de San Vicente, donde habrían sido acogidos por los caribes, que en ese momento eran los pobladores de la isla. Los matrimonios entre los caribes y los africanos habrían dado lugar a garinagu, también conocidos como los caribes negros o garífunas.
Los garífunas fueron expulsados de San Vicente, cuando la antilla cayó en manos británicas. En ese momento fueron deportados a Roatán, en la actual Honduras, y a Jamaica. Particularmente fueron los que tenían más aspecto africano, los que fueron deportados, de manera que los que tenían más aspecto indígena, dada su mezcla con los caribes, se les permitió permanecer en la Isla de San Vicente.
Actualmente, encontramos asentamientos garífunas tanto en Honduras como en Guatemala (en Livingston) o Belice (sobre todo, en la costa sur del país). Mantienen parte de su cultura africana y también su lengua, que tiene influencias africanas, pero también inglesas, francesas y españolas. Cuando los garífunas hablan entre ellos en su idioma, el extranjero no suele entender nada. Como buenos descendientes del oeste de África, los garífunas tienen especial traza en la música, particularmente con respecto a los instrumentos de percusión. Tanto la lengua, como la danza y la música, forman parte del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El hecho de que a Livingston no se pueda llegar en coche (sólo se puede llegar en lancha desde Río Dulce, Puerto Barrios o Punta Gorda, al sur de Belice ), hace que esta comunidad haya mantenido de manera especial, sus tradiciones.
El pueblo es pequeño, en un par de horas está todo visto: el muelle principal, los mercados, las iglesias… el ritmo es pausado. Es un pueblo sin estrés. Los garífunas hacen vida en la calle. Parecen tenerlo todo hecho. La prisa no entra en su vocabulario.
Comemos en uno de los muchos restaurantes que hay en la población. Todos son muy sencillos. Decidimos elegir uno de los que nos ofrecen el plato local por excelencia: el tapado. Y como disfrutamos del tapado! Aunque hemos tenido que esperar casi una hora a que nos lo sirvieran (éramos los únicos en el restaurante, y nos habían avisado de que tardarían unos veinte minutos), la espera vale la pena. El tapado es una especie de sopa hecha con leche de coco, donde hay pescado y marisco en abundancia. Bananas y yuca también acompañan el plato, pero los reyes en son las almejas, el cangrejo o las gambas. Es uno de estos platos que recordaremos especialmente.
Después de comer nos dirigimos a la zona de los Siete Altares, que es la excursión típica en Livingston.
Para llegar, primero hay que coger un taxi, pues hay que ir hasta el Puente Colgante, que está a unos cuatro o cinco kilómetros, de subida y por mala carretera. Hay que quedar a qué hora te recogerá al taxista, o como hicimos nosotros, apuntar el teléfono para llamarle desde alguno de los chiringuitos.
Una vez en el Puente Colgante hay que ir caminando por la playa Blanca, que en esta zona del Caribe no tiene aguas turquesas y además, hay bastantes olas. Y hay un momento, en que parece que el camino se bifurca para dirigirse hacia los pozos de los Siete Altares. Pero hay que decir, que nosotros no lo supimos encontrar, y además, cada vez había menos tramo de playa, pues la subida de la marea se la come casi por completo. Total, que al cabo de más de media hora de caminar por la playa Blanca, dimos la vuelta y volvimos a la zona inicial de playa, donde Marc y su padre disfrutaron de un relajante baño, mientras su madre tomaba un refresco en uno de los chiringuitos.
A la vuelta, le dijimos al taxista que nos dejara a medio camino, cerca de la iglesia, para volver caminando hacia la zona marítima, sin prisas, disfrutando de esta población que parece detenida en el tiempo en algún rincón de la costa oeste africana.
DATOS PRÁCTICOS DE RÍO DULCE Y LIVINGSTON
Hoteles RÍO DULCE
- El que estuvimos y que recomendamos: TORTUGAL RIVER LODGE.
- Otros hoteles de Río Dulce en ESTE ENLACE.
Hoteles LIVINGSTON
- El que recomendamos, el HOTEL CASA ESCONDIDA, ESTE ENLACE.
- Otros Hoteles de Livingston en ESTE ENLACE.
COMO LLEGAR Y SALIR DE LIVINGSTON
Como he explicado, sólo se puede llegar a Livingston en lancha. Las opciones son 3 y se pueden contratar en cualquier hotel, aunque parece que en la agencia de viajes Happy Fish Travel es donde es más fácil contratar el desplazamiento, al menos hacia Belice. En nuestro hotel (Casa Rosada), no nos supieron dar la información de forma correcta.
– Hacia Rio Dulce, por el Rio Dulce. Se puede ir en lancha colectiva o privada. Hay varias cada día.
– Hacia Puerto Barrios, Guatemala. También hay varias cada día (o casi), pero es necesario confirmar los horarios en cualquier agencia (ya os digo, Happy Fish parecía la más espabilada ).
– Hacia Punta Gorda, Belice. No hay servicio todos los días. Nosotros queríamos hacer este trayecto en domingo, que no es día de desplazamiento regular. En Happy Fish nos dijeron en un primer momento que no había lancha, pero después nos llamaron al hotel para decirnos que finalmente habían más viajeros interesados en el trayecto, por lo que finalmente la lancha partiría de buena mañana. El trayecto cuesta 200Q los días que hay salida regular y 300Q los días que no (como fue nuestro caso). Si se decide marchar a Belice hay que pasar por la oficina de inmigración para sellar el pasaporte y pagar las tasas aduaneras.
Por cierto, el trayecto hacia Punta Gorda, de poco menos de una hora fue muy movido. Quedamos empapados aunque nos taparon con plásticos y por momentos, pensamos que la lancha volcaría. Y no éramos nosotros los únicos asustados. Todos los que íbamos a las 4 últimas filas salimos blancos del susto pasado. Si me aceptan un consejo, siéntense en las primeras filas de la lancha.