A unos 30 kilómetros de Vilnius, capital de Lituania, hay unos de los lugares más bellos de este país báltico: el precioso castillo de Trakai. Sin duda una de los lugares que hay que ver en Lituania, junto a la Colina de las Cruces que ya pudimos disfrutar.
La pequeña población de Trakai, de unos 5000 habitantes se encuentra en medio de lo que es conocido como Parque Nacional Histórico de Trakai, único en Europa y que engloba una buena cantidad de lagos y bosques, y sobre todo, el castillo de Trakai, verdadero motivo de orgullo de la nación lituana y que nos propusimos visitar desde Vilnius.
COMO LLEGAR AL CASTILLO DE TRAKAI
Al Castillo de Trakai se puede llegar en transporte público. Hay decenas de autobuses a lo largo del día. El que tomamos de la mañana nos deja en poco más de media hora en el pueblo de Trakai. Enseguida nos dirigimos calle abajo. Se trata de una caminata de menos de dos kilómetros que nos lleva hasta la orilla del lago Galve. El Castillo se encuentra en medio de este lago, en una isla unida a tierra firme por una pasarela de madera.
BREVE HISTORIA DEL CASTILLO DE TRAKAI
Parece ser que este castillo de construyó en el siglo XIV y que fue fundado por el Duque Gediminas, uno de los gobernantes del Gran Ducado de Lituania más querido por esta nación, del que se dice que se resistió a los múltiples intentos de cristianizar el país. En este castillo nació también, en 1350, Vitautas el Grande, gran Duque de Lituania, que tenía también el título de Príncipe de Trakai y que se convirtió igualmente en héroe nacional.
Del castillo de Trakai inicial en la isla se pasó posteriormente a dos castillos. Uno en la isla, y el otro en tierra firme. Fueron años de disputas intestinas en Lituania, que terminan con la conquista del castillo por parte de Vitautas el Grande, que era nieto del fundador Gediminas. Desde entonces, Trakai se convirtió de facto en la capital política del país, desde donde se decidía el futuro de Lituania, aunque la capital oficial seguía siendo Vilnius.
Al original castillo de Trakai del siglo XIV lo sustituyó una fortaleza, en el siglo XV, de ladrillo rojo, que es la que podemos ver en la actualidad. El castillo pasó durante los siglos siguientes por varias manos, siguiendo los designes del país. A partir de 1569, el Ducado de Lituania se une al Reino de Polonia y la importancia del castillo disminuye. A finales del siglo XVIII la población y toda la región es anexionada a Rusia y en el siglo XX pasó a manos alemanas, polacas, soviéticas y nuevamente alemanas, esta vez tras la invasión nazi. Pasada la Segunda Guerra Mundial, los Países Bálticos son nuevamente anexionados a la Unión Soviética, hasta que a finales del siglo XX, esta se desmiembra y Lituania alcanza definitivamente, la independencia.
Con tantos obstáculos, el castillo de Trakai ha requerido un montón de restauraciones durante todo el siglo XX, las cuales se detenían cada vez que comenzaba una guerra y que el castillo cambiaba de manos. Pero la verdad es que el resultado final es encantador y encontrarse un castillo medieval, en medio de un lago, y rodeado por un montón de bosques, es uno de los puntos culminantes del viaje a los Países Bálticos.
Se pueden recorrer las salas que están acondicionadas como museo: monedas, manuscritos y restos arqueológicos entre otros, podremos encontrar por el recorrido. Pero lo más interesante es pasear tranquilamente por las dependencias, perderse por los rincones y subir a las torres o relajarse en el patio de armas.
CARAÍTAS EN TRAKAI
Una de las particularidades del pueblo de Trakai es que podemos encontrar todavía hoy, algunas familias de caraítas. Este pueblo, de habla turca, está emparentado religiosamente con los judíos. Los caraítas fueron trasladados desde Crimea hasta Trakai, entre el 1397 y 1398 por el Gran Duque Vitautas el Grande. Parece ser que fueron 483, las familias caraítas trasladadas a la orilla del lago Galve.
De hecho, los caraítas son una auténtica rama del judaísmo. A diferencia de la rabínica (la corriente mayoritaria) que da preponderancia a la tradición oral, la rama caraíta da más importancia a las escrituras, es decir, al Antiguo Testamento. De hecho, los caraítas se ahorraron la persecución nazi, porque éstos no los consideraban un pueblo judío, sino un pueblo de origen turco.
Algunos de estos caraítas se hicieron muy famosos entre los siglos XVI y XVII y se hicieron realmente ricos. Como decíamos, aunque ahora hay varias familias caraítas en Trakai, que viven en sus características casas de madera (veremos un montón de ellas entre la estación de autobuses y el lago) y también hay algún restaurante caraíta, aunque nosotros no me probamos su cocina.
Visto el castillo de Trakai y dada una vuelta por el pueblo, nos volvemos a Vilnius, la capital del país, también en uno de los múltiples buses que conectan las dos poblaciones.
Si queréis saber algo más del Castillo de Trakai os invito a visitar el blog de Dos Mochilas En Ruta.