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DOHA. Que ver en Qatar en 3 días.

Qué ver en Qatar. Qatar es uno de los casos más paradigmáticos de cómo el descubrimiento de un bien natural puede cambiar el devenir económico de un país entero.

El pequeño emirato del Golfo Pérsico era uno de los países más pobres hasta el descubrimiento del petróleo, los años 40 del siglo XX, y posteriormente, del Gas Natural. Su economía, donde el cultivo de la perla era el bien más tangible, estaba marcada por la pobreza y la malnutrición.

Todo cambió cuando a partir de 1935 comenzaron las prospecciones petrolíferas. Como dato nada anecdótico, comentar que hasta 1952 no abrió la primera escuela en todo el país, y hasta el 1959, el primer hospital completamente equipado.


Desde entonces, la evolución del país ha sido meteórica, y ni siquiera las diversas crisis del precio del petróleo han podido con lo que ahora es, según el Fondo Monetario Internacional (datos de 2012) la segunda economía más importante de mundo en términos de Renta per Cápita, sólo por detrás de Luxemburgo.

Desde la subida al poder del popular jeque Hamid, que sustituyó a su padre, las reformas políticas e institucionales se han multiplicado, y en concreto la modernización del país, lo que ha convertido la capital del país, Doha, es una de las ciudades más extraordinariamente modernas, aunque todavía intenta mantener parte de su cultura y tradición, como en los viejos zocos.

La visita a Doha, capital de Qatar, durante 4 días de diciembre de 2013, ha sido suficiente para disfrutar de una de las ciudades más increíbles que hay en Oriente Medio. La época, diciembre, ideal. De día hace unos 25 grados y por la noche, unos 20. Eso sí, dada la extraordinaria obsesión que tienen con el aire acondicionado, vale la pena llevar siempre alguna prenda de manga larga encima, por si se ha de hacer uso.

Estas son algunas de las visitas más recomendables que ver en Qatar en 3 días o, mejor dicho, en Doha, la capital del país, y de las que más hemos disfrutado.

QUE VER EN QATAR EN 3 DÍAS.

SOUQ WAQUIF, EL GRAN BAZAR DE DOHA

Desde tiempos inmemoriales ha habido mercado en la zona del Souq Waqif, pero parece que el Souq como tal, dataría del siglo XIX. La cuestión es que con el paso de los años, el progresivo abandono casi acaba con el Souq Waqif. Este es un claro ejemplo de lo que el turismo puede hacer con un lugar.

El progresivo aumento de turistas a partir de finales del siglo XX, hizo que se optara por una completa remodelación del antiguo bazar. La restauración es digna de elogio, pues uno tiene la sensación de encontrarse, aún ahora, en un antiquísimo bazar. Es sin duda, la zona más bonita de Doha y donde, a buen seguro, el viajero acabará yendo, la mayoría de vísperas.


El Souq Waqif no es un bazar enorme como pueda ser El Gran Bazar de Estambul o Khan el Khalili de El Cairo. En cambio es fácil perderse horas y horas recorriendo y descubriendo nuevos rincones. Hay zonas más encaradas al turismo, pero también un montón de zonas donde los gremios locales venden a los autóctonos. Zapateros arreglando viejos zapatos, barberos o vendedores de frutos secos y especias se mezclan con peleteros y sastres.

Hay zonas que realmente le dan un carácter especial a este Souq y que lo diferencian de otros del mundo árabe. Sorprende ver una enorme zona dedicada a los halcones. Entrar en una vieja cetrería y ver como 20 halcones esperan que alguien los compre, algunos con la cara destapada y otros desafiándote con su mirada es realmente impactante. La cetrería está muy extendida en Oriente Medio y en concreto, en Qatar, donde es un verdadero deporte nacional.

En las tiendas también venden todo tipo de complementos para los halcones, como los guantes para que no se haga daño los dueños o los cascos de piel, que los artesanos cosen in situ. Incluso hay un Hospital para Halcones, donde los dueños esperan pacientemente en la sala espera con su halcón en el brazo como lo harían en cualquier país del mundo las madres con su hijo en brazos en una consulta de pediatría.





Otro de los lugares que hay que ver en Qatar es la zona del mercado de las aves del Souq. No deja de ser una plaza en medio del bazar, con las calles de alrededor donde venden todo tipo de aves y también otros animales. Con sorpresa descubrimos que en Qatar, tiñen los polluelos para hacerlos más atractivos a los niños. Podrías elegir entre un pollito amarillo, lila, azul o rosa.

La zona central del Souq, es una calle más ancha, donde hay un montón de restaurantes donde a menudo el turista acabará cenando o fumando una pipa de agua como los mismos qatarís hacen. Comentar que el viernes, día de fiesta semanal, es difíciles encontrar mesa libre para cenar (y eso que hay al menso, un par de docenas de restaurantes). En cambio, los otros días no hay problema. Probé dos restaurantes, uno de comida egipcia y otro marroquí. Ambos buenísimos y de precios asequibles. Pero hay restaurantes iraquíes, yemenitas o de un montón de países del mundo árabe.

El Souq de Doha es una zona realmente interesante, y no sólo lo es por los turistas, si no que es habitual ver los propios qatarís vistiendo sus tradicionales trajes y con las mujeres tapadas hasta arriba, o simplemente, dejándose ver únicamente sus ojos.




CORNICHE. DEL MUSEO DE ARTE ISLÁMICO AL DISTRITO DIPLOMÁTICO.

Otro de los paseos por excelencia en Doha es el puedes hacer por la Corniche, desde la zona del Museo de Arte Islámico hasta el distrito diplomático. Es un agradable paseo marítimo de hasta ocho kilómetros de largo. La brisa marítima ayuda a mitigar el calor. Los antiguos dhows, los característicos y tradicionales barcos de madera esperan ser contratados por los turistas y los autóctonos.

Los qatarís pasean tranquilamente en su día de fiesta, como también lo hacen el montón de inmigrantes que se dedican a la construcción o los expatriados de occidente, que a menudo lo utilizan como pista de running. A medio camino está el famosísimo monumento a la perla, desgraciadamente ahora en obras. La perla fue uno de los motores de la economía qatarí antes del hallazgo del oro negro y el gas natural, y en medio de la Corniche hay un pequeño monumento que lo conmemora.


El paseo marítimo está enmarcado por dos puntos relevantes: el Museo de Arte Islámico, al sur y el distrito de los grandes rascacielos, al norte.

El Museo de Arte Islámico es un precioso edificio blanco, obra de Eioh Ming Pei, el arquitecto americano de origen chino, que se hizo famoso cuando hizo la famosa pirámide del Louvre. En caunto a arte, el museo de Arte Islámico es el gran museo que hay que ver en Qatar. El museo no es sólo valioso por su continente en una isla que le une a la Corniche por una pasarel.la enmarcada por palmeras) si no por el contenido, que lo hace uno de los museos más valiosos de Arte Islámico en el mundo entero. Los países del golfo están apostando fuerte por este tipo de museos, a fin de atraer también turismo interesados en la cultura, más allá del que está interesado en el lujo. Por eso han contratado los arquitectos más reconocidos del mundo. En Abu Dhabi, por ejemplo, Frank Ghery está construyendo el Guggenheim y Jean Nouvel, la sucursal del Louvre. En el museo, que por cierto es gratuito, hay wifi libre pra el público, lo cual es buscado por los viajeros de nuestra época.

Una vez recorrida la Corniche, llegamos al Distrito Diplomático o de los rascacielos, que a menudo le llaman City Center, y que es en definitiva, donde está la mayoría de grandes rascacielos. El sky line de Doha es uno de los más fabulosos del mundo y a medida que te acercas, recorriendo la Corniche, se hace más espectacular. Hay un montón de rascacielos que llegan o se acercan a los 200 metros de altura, pero si tuviera que elegir los más bonitos, para mí serían la Doha Tower (o Burj Doha) un rascacielos de 231 metros en forma de supositorio, prácticamente igual a la Torre de las Aguas de Barcelona, obra también de Jean Nouvel, la Tornado Tower que tiene una altura de 200 metros y la Al Bidda Tower, de formas contorsionadas y que se alza hasta los 215 metros.

Muy cerca, las dos torres gemelas Palm Towers o la Navigation Tower superan también los 200 metros de altura. Comentar que hay varios rascacielos en construcción en Qatar que deben superar los 400 metros de altura. Incluso, la Convention Center Tower debería alcanzar los 551 metros. Las obras, sin embargo, están suspendidas desde que se dieron cuenta que eran un peligro para los aviones que debían aterrizar en el aeropuerto, y no se seguirá con la construcción hasta que el nuevo aeropuerto de Doha esté construido, y el tráfico aéreo, desviado.

En esta zona también visitamos uno de los centros comerciales más grandes de Doha, el City Center. No deja de ser un enorme mall con cientos de tiendas en su interior, así como su parte de restaurantes y cines. Muy grande, pero no tan espectacular como los que vimos en Dubai. Eso sí, una enorme pista de patinaje sobre hielo de tamaño olímpico domina la escena central. Llama la atención la enorme manía que tienen para hacer pistas de patinaje sobre hielo en el Golfo Pérsico. Esto ya lo vimos en Dubai y Abu Dhabi y según parece, también en Muscat, capital de Omán, hay algún centro comercial con pista de patinaje.





MEZQUITA DEL IMAM SHAIKH MUHAMMAD IBN ABDULA WAHHAB.

El importante teólogo árabe nacido en Arabia Saudita y creador de la corriente del Islam llamada wahabismo y que es la que se sigue en Qatar y Arabia Saudita es quien da nombre a la mezquita más imponente que hay que ver en Qatar. Cabe decir que está un poco mal situada, en medio de algunas autopistas y que para llegar a ella, o bien hay que coger un taxi, o bien hay que hacer una buena caminata en medio de la nada (tres cuartos de hora desde la zona los rascacielos).

La mezquita parece una enorme fortaleza, muy maciza y con pocas ventanas. Eso sí, con un esbelto minarete que hace que sea inconfundible. Fue inaugurada a finales de 2011 y es conocida también como la Mezquita Nacional. A medida que se va haciendo de noche la van iluminando, por las esquinas con un potente rayo de luz blanco, pero por delante, con colores muy curiosos, ahora lila, ahora azul, ahora amarillo, ahora verde…


ZONA DEL ASPIRE: LOS ENORMES COMPLEJOS DEPORTIVOS, LA TORCHA Y EL VILLAGGIO.

Si algo diferencia Qatar de Dubái (dos países que han basado su desarrollo en el hallazgo de petróleo) es la apuesta por los eventos deportivos. Qatar es sede cada año de un torneo de tenis de la ATP, de un gran premio de moto GP o de un torneo de golf internacional.

Además, en 2006 fue sede de los Juegos Asiáticos y en 2022, lo será del Mundial de fútbol. En la zona del Aspire está el centro de alto rendimiento deportivo de Qatar. Una zona donde se reúnen campos de fútbol de césped por docenas, uno al lado del otro, para que los chicos qatarís aprendan y mejoren. Es difícil de entender porque necesitan tantos campos de fútbol si de niños qatarís tampoco hay tantos, y además, la cultura del esfuerzo no parece demasiado extendida entre los qatarís, que dan una patada en el suelo y les sale un pozo de petróleo. También está el precioso estadio Khalifa y al lado, un campo de fútbol de medidas reglamentarias, completamente cubierto, una piscina olímpica o un pabellón deportivo para las chicas. La ciudad deportiva de Doha le da mil vueltas a cualquier ciudad deportiva de los mejores clubes europeos de fútbol.

En la zona, también está la antorcha de Qatar, un precioso edificio en forma de antorcha, que de eleva hasta trescientos metros de altura y que actualmente es un hotel. No hay ningún problema en entrar dentro y visitarlos y menos, en disfrutar de su restaurante de ambientación persa, donde el bufete costaba menos de 30 euros al cambio. Se pueden reservar habitaciones por unos 200 euros la noche, desayuno incluido.

También en esta zona, está el más bonito de los centros comercial de Doha, el Villaggio, que tiene una ambientación basada en Venecia. Dentro, parece que siempre sea de día, e incluso, hay un canal donde puedes ir con góndola, si así lo deseas. También hay una bolera con varias pistas y un parque de atracciones interior.

Para desplazarse desde la zona del Souq Waqif pagué unos 25 riales (unos 5 euros) en taxi. Nada caro si contamos que está a unos 12 kilómetros y media hora de taxi dado el tráfico. Desgraciadamente, el transporte público es casi inexistente en Doha y a menudo estás obligado a coger el taxi para desplazarte. Por suerte, el taxi no es nada caro.

Las conclusiones son que cuatro días son suficientes para descubrir Doha y disfrutar de sus encantos, que no son pocos. La mezcla de modernidad y tradición hace que poco a poco, Doha se vaya situando como una escapada ideal de fin de semana largo. Esperamos que en breve, las conexiones aéreas vayan siendo más continuas y económicamente atractivas.
Y lo la zona deportiva del Aspire cerramos esta lista de los lugares más interesantes que hay que ver en Qatar. Espero que si visitáis el país, lo disfrutéis como nosotros.



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